Reto 7
Autor: Lazyastaroth
Rating: PG
Género: Humor
- ¿ Harás eso por mi?- la falsamente desinteresada voz de James hizo sonreír a Sirius.
Estaba clarísimo que la estrella del equipo de quidditch se moría de ganas de que le hiciese el favor. Esto, por supuesto, se debía a cierta pelirroja de carácter explosivo y mirada amenazante.
Como podía haber sucedido, Sirius lo ignoraba, pero James, su amigo, hermano, compañero de fatigas, trastadas, bromas pesadas y demás actividades tremendamente productivas, estaba enamorado.
Y no, no era uno de sus enamoramientos semanales. Estaba pillado. Atrapado. Sus ojos castaños tenían ese brillo enfermizo que hacia que Sirius sintiese escalofríos.
Merlin lo librase de acabar alguna vez así.
El plan era el siguiente, acercarse a Lily Evans fuese como fuese, pero sin que resultase aparente que era cosa de James.
Este… no estaba precisamente entre el Top Ten de personas con las que Lily quería tener algo que ver; ni que decir tiene, que él no había hecho absolutamente nada para ganarse ese odio. Palabra de Merodeador.
Sirius volvió a sonreír y noto con cierta sensación de placer como las cuatro chicas que estaban pasando por su lado se ruborizaban.
Era innegable que era una estrella. ¿Quién podía resistirse a Sirius Black?
Con sus brillantes ojos de un azul imposible, su larga y sedosa cabellera negra y su fama de Casanova seductor y bromista.
Ciertamente nuestro héroe jamás había probado el amargo elixir del amor no correspondido.
Así pues, Sirius busco a su presa y la acorralo. Había sido fácil de encontrar, las amigas de Lily Evans no se caracterizaban por ser demasiado populares, las tres chicas que siempre la acompañaban solían pasar sus tardes haciendo proyectos extras para subir la nota o leyendo en la biblioteca.
Como podían malgastar así su juventud, era algo que Sirius no podía comprender.
- Amy…- empezó a llamar a la joven morena de gafas.
Ni un movimiento por parte de la chica. Sirius se rasco la cabeza. ¿No le había oído? No era cuestión de ponerse a gritar en medio de la biblioteca.
Al ver que una larga sombra se cernía sobre ella y no parecía moverse, la chica de sexto año levanto la cara y se le quedo mirando con el ceño fruncido.
No era guapa, por lo menos para los estándares de Sirius. Siendo amables se podía decir que era normalucha.
El muchacho suspiró, James le tendría que recompensar por esto.
- ¿Amy?- volvió a preguntar, esta vez lanzándole una de sus mejores y mas encantadoras sonrisas.
La chica alzo una ceja, al parecer nada impresionada.
- No me llamo así…- dijo finalmente cerrando lo que estaba leyendo de golpe. -¿Qué quieres?
Sirius se quedo momentáneamente cortado. ¿Qué pasaba con la chica? ¡El no acordarse de los nombres de sus novias era algo que a ellas siempre les había parecido gracioso y adorable!
- Me preguntaba si te apetecía venirte conmigo a Hogsmeade a tomar algo - preguntó a la vez que cogía la mano de la chica, que por cierto le empezaba a recordar a un búho y la besaba.
- ¡Agh! - exclamó la chica, con los ojos abiertos como platos y una expresión horrorizada. Rápidamente arranco su mano de la de Sirius y se la froto con la camiseta. - ¿¡Pero que haces?!
- Mmm - Sirius estaba empezando a sentirse muy fuera de lugar - ¿Ser caballeroso?
- ¿Caballeroso? ¡Eso ha estado fuera de lugar… Ha sido asqueroso. Me has llenado la mano de babas y de gérmenes… A saber que me has contagiado...
La chica empezó a murmurar cosas extrañas sobre desintoxicación, enfermedades venéreas y adolescentes hormonales mientras recogía sus cosas y se iba, dejando a nuestro héroe, por primera vez en su vida sin saber que decir.
De repente a Sirius la biblioteca le empezó a parecer un lugar aun más frío y terrorífico que de costumbre. Se llevo la mano al pecho, al sentir una opresión…
¿Eso era sentirse despechado? ¿Y el rugido de sus tripas era un terrible síntoma de su enfermedad?
¿Iba a morir?
Con grandes zancadas Sirius salio de la biblioteca. Seguramente un par de horas en la enfermería le curaban de cualquier enfermedad contagiosa de la que fuese portador. Y luego, volvería a hablar con cara de búho
Si, señor…
Rating: PG
Género: Humor
- ¿ Harás eso por mi?- la falsamente desinteresada voz de James hizo sonreír a Sirius.
Estaba clarísimo que la estrella del equipo de quidditch se moría de ganas de que le hiciese el favor. Esto, por supuesto, se debía a cierta pelirroja de carácter explosivo y mirada amenazante.
Como podía haber sucedido, Sirius lo ignoraba, pero James, su amigo, hermano, compañero de fatigas, trastadas, bromas pesadas y demás actividades tremendamente productivas, estaba enamorado.
Y no, no era uno de sus enamoramientos semanales. Estaba pillado. Atrapado. Sus ojos castaños tenían ese brillo enfermizo que hacia que Sirius sintiese escalofríos.
Merlin lo librase de acabar alguna vez así.
El plan era el siguiente, acercarse a Lily Evans fuese como fuese, pero sin que resultase aparente que era cosa de James.
Este… no estaba precisamente entre el Top Ten de personas con las que Lily quería tener algo que ver; ni que decir tiene, que él no había hecho absolutamente nada para ganarse ese odio. Palabra de Merodeador.
Sirius volvió a sonreír y noto con cierta sensación de placer como las cuatro chicas que estaban pasando por su lado se ruborizaban.
Era innegable que era una estrella. ¿Quién podía resistirse a Sirius Black?
Con sus brillantes ojos de un azul imposible, su larga y sedosa cabellera negra y su fama de Casanova seductor y bromista.
Ciertamente nuestro héroe jamás había probado el amargo elixir del amor no correspondido.
Así pues, Sirius busco a su presa y la acorralo. Había sido fácil de encontrar, las amigas de Lily Evans no se caracterizaban por ser demasiado populares, las tres chicas que siempre la acompañaban solían pasar sus tardes haciendo proyectos extras para subir la nota o leyendo en la biblioteca.
Como podían malgastar así su juventud, era algo que Sirius no podía comprender.
- Amy…- empezó a llamar a la joven morena de gafas.
Ni un movimiento por parte de la chica. Sirius se rasco la cabeza. ¿No le había oído? No era cuestión de ponerse a gritar en medio de la biblioteca.
Al ver que una larga sombra se cernía sobre ella y no parecía moverse, la chica de sexto año levanto la cara y se le quedo mirando con el ceño fruncido.
No era guapa, por lo menos para los estándares de Sirius. Siendo amables se podía decir que era normalucha.
El muchacho suspiró, James le tendría que recompensar por esto.
- ¿Amy?- volvió a preguntar, esta vez lanzándole una de sus mejores y mas encantadoras sonrisas.
La chica alzo una ceja, al parecer nada impresionada.
- No me llamo así…- dijo finalmente cerrando lo que estaba leyendo de golpe. -¿Qué quieres?
Sirius se quedo momentáneamente cortado. ¿Qué pasaba con la chica? ¡El no acordarse de los nombres de sus novias era algo que a ellas siempre les había parecido gracioso y adorable!
- Me preguntaba si te apetecía venirte conmigo a Hogsmeade a tomar algo - preguntó a la vez que cogía la mano de la chica, que por cierto le empezaba a recordar a un búho y la besaba.
- ¡Agh! - exclamó la chica, con los ojos abiertos como platos y una expresión horrorizada. Rápidamente arranco su mano de la de Sirius y se la froto con la camiseta. - ¿¡Pero que haces?!
- Mmm - Sirius estaba empezando a sentirse muy fuera de lugar - ¿Ser caballeroso?
- ¿Caballeroso? ¡Eso ha estado fuera de lugar… Ha sido asqueroso. Me has llenado la mano de babas y de gérmenes… A saber que me has contagiado...
La chica empezó a murmurar cosas extrañas sobre desintoxicación, enfermedades venéreas y adolescentes hormonales mientras recogía sus cosas y se iba, dejando a nuestro héroe, por primera vez en su vida sin saber que decir.
De repente a Sirius la biblioteca le empezó a parecer un lugar aun más frío y terrorífico que de costumbre. Se llevo la mano al pecho, al sentir una opresión…
¿Eso era sentirse despechado? ¿Y el rugido de sus tripas era un terrible síntoma de su enfermedad?
¿Iba a morir?
Con grandes zancadas Sirius salio de la biblioteca. Seguramente un par de horas en la enfermería le curaban de cualquier enfermedad contagiosa de la que fuese portador. Y luego, volvería a hablar con cara de búho
Si, señor…