Diecisiete - Capítulo 2

Aug 07, 2013 21:59


El domingo amaneció nublado y helado, como era de esperarse. No obstante, Baekhyun no vio rastros de nieve.

Desde el tercer piso donde vivía, podía ver gente caminando por todas partes, abrigada, aprovechando la tranquilidad de la mañana.

Se desperezó y fue a la cocina a prepararse un café.

Después de ducharse, se vistió y salió a caminar. Baekhyun salía cada día y caminaba tres o cuatro kilómetros. Era su propio método para mantenerse en forma. No pensaba ir a un gimnasio, y peor era nada, decía él.

A eso de las once, le llegó un mensaje de Chanyeol:

«hola, quieres ir a dar una vuelta por ahí? necesito salir de casa un rato -__-»

«Claro. De hecho estoy fuera ahora.», le respondió.

«me esperas en la puerta de la universidad? en diez minutos llegaré~»

Como no se hallaba tan lejos, fue hacia el lugar de encuentro. Ni siquiera los domingos podía mantenerse alejado de allí, al parecer.

Vio venir a Chanyeol, que traía puesta una chaqueta roja y un gorro con orejeras. Estaba escuchando música, y cuando divisó a Baekhyun, se quitó los auriculares.

-¿Cómo estás? -le preguntó a los gritos, faltándole diez metros para llegar. Agitó los brazos a modo de saludo. Baekhyun esperó a que estuviera más cerca para responderle.

-Bien, gracias, ¿y tú?

-Cansado, pero bien. He estado toda la noche despierto; no podía dormir. Entonces decidí ponerme a estudiar música, y luego repasé para el examen de química que tendré mañana. Mi cerebro iba a estallar si me quedaba otro minuto en mi habitación; necesitaba salir a caminar un poco. -Todo eso lo dijo bastante rápido. Tomó aliento. -Y aproveché para ponerme este gorro, que me gusta mucho.

Movió las orejeras con las manos; parecían las orejas de un perro Beagle, pero más abrigadas. Baekhyun soltó una carcajada.

-Pero qué haces… ¿por qué no podías dormir? Lo que hago en esas ocasiones es tomarme un té verde para relajarme.

-No lo sé, a veces me pasa que no puedo dormir, y estoy horas en la cama dando vueltas… Pero esta vez aproveché mejor el tiempo. Aunque en verano es peor, ¿sabes? Con todo el calor…

Caminaron sin rumbo fijo. Baekhyun no había andado mucho por aquel barrio; siempre que salía a pasear lo hacía por los mismos lugares, y ya tenía armado su recorrido. Cuando se lo contó a Chanyeol, él lo llevó a conocer su lugar de compras favorito: el mercado Dongdaemun, donde vendían todo tipo de artículos, sobre todo ropa y telas. Consistía en una gran cantidad de centros comerciales, más de veinte, divididos en cinco zonas.

-Siempre venía aquí con mis padres cuando era chico -le comentó a Baekhyun mientras miraba hacia todas partes-. Cada vez que teníamos que comprar algo: Dongdaemun. Mira -Lo tomó del brazo y lo llevó hacia un local de ropa deportiva-, ¿ves esas zapatillas negras de allí? Algún día me las compraré.

Señalaba unas zapatillas grandes, que lucían profesionales, con algunos toques de color dorado. El precio era altísimo.

-A mí me gustan esas -dijo Baekhyun, apuntando a unas sencillas, rojas.

-Combinarían con mi chaqueta; deberías ponerte ropa roja que se vea bien con ellas.

En el enorme paseo de compras había muchos lugares para comer; y siendo más de las doce del mediodía, sin haber comido nada desde el desayuno, Baekhyun moría de hambre.

-¿Tienes ganas de ir a comer? Yo estoy hambriento, no como desde hace horas.

-Yo no he desayunado siquiera -dijo Chanyeol como si nada.

-¿Cómo que no has desayunado? ¿¡No comiste nada desde la cena de ayer!?

Se sentaron en una mesita, en una zona iluminada. Baekhyun fue a un McDonald’s y volvió con dos hamburguesas para cada uno y unas gaseosas.

-No será lo más saludable, pero…

-Pero es delicioso -completó Chanyeol, mirando con avidez la comida-. ¡Hace muchísimo que no comía en McDonald’s! A mis padres no les gusta, dicen que estas hamburguesas son «una bomba de colesterol». Pero creo que una vez cada tanto no hará daño.

Abrió la caja de su Cuarto de libra y la miró con avidez, pero esperó a que Baekhyun diera su primer bocado antes de empezar a comer. Cuando lo hizo, gimió.

-Oh, McDonald’s, te extrañé -dijo con la boca medio llena-. Gracias por la comida.

Baekhyun hizo un gesto para hacerle saber que no era nada. Después de todo, en muchos casos la costumbre era que el mayor invitara. Tomó un sorbo de Coca-Cola.

-¿Te ha gustado la clase de ayer? -le preguntó, tras un par de minutos en silencio. No se le ocurría ningún otro tema de conversación.

-¡Claro que me ha gustado! -contestó Chanyeol, quien ya había terminado la primera hamburguesa-. Creí que leer música sería más complejo, pero no.

Decidió no arruinarle el momento contándole lo complicado que podía ser más adelante.

-Ya ves, dentro de un mes serás todo un profesional -le dijo en broma. Chanyeol rió.

-Sí, y dentro de un mes tú serás todo un Kurt Cobain.

Pasaron otro rato caminando, pero cuando empezó a refrescar, Chanyeol decidió regresar a su casa.

-Gracias por la compañía -dijo-. No tenías nada importante para hacer hoy, ¿no?

-No, no te preocupes. Fue agradable salir contigo. -Esbozó una sonrisa amable.

La realidad era que la había pasado muy bien. Chanyeol era de esas personas que toman confianza enseguida, y hacía las charlas amenas con sus comentarios. La única persona con la que disfrutaba pasear, hasta ese día, era Jongin. Uno más para la lista.

-¿Channie?

Ambos se voltearon. Una chica se estaba acercando hacia ellos. Era un poco más baja que Baekhyun, con el cabello lacio y largo, negro, vestida con ropa invernal de colores llamativos. Su rostro era de facciones delicadas: tenía la nariz pequeña, los labios muy rosados y los ojos almendrados. Prácticamente se le lanzó encima a Chanyeol cuando llegó.

-¿Cómo estás? Fui a buscarte a tu casa pero tu madre me dijo que habías salido. -Su voz era dulce y suave, y pronunciaba cada palabra con claridad.

-Miyoung -dijo él, tomándola de las manos-, lo siento, me olvidé de avisarte. He salido con Baekhyun. Es quien te conté que me enseñaría música.

-¡Oh! -replicó ella, y se volteó para mirarlo-. Un placer conocerte, me llamo Hwang Miyoung. Muchas gracias por tu ofrecimiento hacia Channie.

-Es mi novia -aclaró éste.

-Eh… Un placer… -Baekhyun no esperaba que Chanyeol tuviera novia y estaba algo desconcertado. -Byun Baekhyun es mi nombre. ¡No me habías dicho que tenías novia, Channie! -Pronunció esta última palabra con tono de broma.

Chanyeol se sonrojó un poco y jugueteó con sus manos, avergonzado, a la vez que sonreía.

-Sí… Hace como ocho meses, ¿no?

-Nueve -lo corrigió Miyoung.

-Nueve.

-Ah, ya casi llegan a su primer aniversario… ¿Se conocen del instituto?

-Así es -respondió la chica-, hace unos tres años nos conocemos. Es como la típica historia de las películas: no nos atrevíamos a hablarnos, pero un día él vino y me trajo una flor…

-De hecho saqué esa idea de una película -le murmuró Chanyeol a Baekhyun, mientras la novia continuaba hablando.

-… Y comenzamos a hablar y a conocernos, y aquí estamos hoy.

Se abrazaron y Miyoung besó a Chanyeol en la mejilla. El interior de Baekhyun se retorció.

-El comienzo de una relación siempre es la etapa más bonita -les mencionó, a la vez que pensaba «disfrútenla mientras puedan».

… ¿Estaba celoso?

Comenzó a sentirse raro, como si tuviera un nudo en el estómago, y su corazón se aceleró. Decidió que lo mejor era irse y dejarlos solos. Quería desaparecer.

-Debo irme ya -dijo con prisa-, lo lamento. Un placer nuevamente, Miyoung. Nos vemos el sábado próximo, Chanyeol; suerte en tu examen de mañana.

Y se fue para su casa, apenas concediéndoles tiempo para despedirse.

¿Qué le pasaba? Jamás había estado celoso de otra persona, y mucho menos sentido toda esa ira en su interior.

Sí, Chanyeol le había gustado desde el primer momento en que lo vio; y sí, como cualquier adolescente con hormonas como él, se preguntaba cómo sería si terminaban como novios en el futuro, y tenía fantasías y esas estupideces, pero eso no significaba que el chico le perteneciera y no pudiera conocer otra gente. O que no pudieran pasar tiempo juntos de todas maneras. O que a Chanyeol le gustaran los hombres.

Te conoció hace dos días, Baekhyun. Debes estar agradecido de que se muestre como es y que le hayas caído bien.

Era cierto, pensó. Si no le hubiera caído bien, no le habría dicho de salir hoy.

Su novia era la que no le había terminado de gustar. Bueno, principalmente, reconoció, porque era la novia. Pero… le dio la impresión de que era una controladora. Seguramente celosa también. Algo en su forma de hablar, en cómo no soltaba a Chanyeol y respondía las cosas por él… Si su imaginación no le estaba haciendo ver cosas, hasta se lo notó incómodo. Y a Miyoung bastante falsa, como si estuviera aparentando. Aparentando ser una chica alegre.

Cuando llegó a su casa, eran casi las tres de la tarde. Seguía con el estómago lleno por las hamburguesas que había almorzado, así que simplemente se fue a su habitación. Debía ponerse a hacer un trabajo escrito de psicología que tenía que presentar, pero no estaba de humor. Se había sorprendido incluso a sí mismo al ponerse celoso de aquella manera. Esperaba que no se hubiera hecho evidente; no quería que Chanyeol cambiara el concepto que tenía de él.

-Disculpa, me has traído mal lo que te pedí.

Baekhyun estaba atendiendo a un señor cuando una mujer se le acercó.

-Te he pedido un expreso y me diste un café con leche. -Parecía malhumorada. Le dejó la taza sobre el mostrador y se fue de nuevo a sentar a su mesa.

-Oh, mil disculpas señorita; enseguida le daré otro -le dijo él, maldiciéndola por dentro.

Estaba trabajando. El padre de su amigo Kyungsoo había abierto ese pequeño café hacía un mes nada más, y le había ofrecido un empleo de medio tiempo durante las mañanas. Baekhyun se dedicaba a preparar bebidas, cobrarle a la gente, y llevarle sus pedidos a la mesa. Ganaba el dinero suficiente para poderse mantener, y como no era una persona que gastara mucho, se podía decir que llevaba una vida cómoda, y podía darse un gusto cada tanto.

Pero aquel día estaba con la cabeza en otra parte, y su jefe lo notó, porque se le acercó.

-Baekhyun-ssi, ¿estás bien? -inquirió, examinándole la cara.

-Sí, lo siento -contestó él-; es sólo que anoche no pude dormir mucho, entonces estoy algo cansado. Los estudios me tienen bastante ocupado por estas fechas.

No había sido del todo una mentira: sí se había quedado despierto hasta tarde, pero no por haber estado estudiando, sino que había hecho una especie de inspección interior. Su personalidad estaba desarrollando una faceta nueva, negra como la noche. Una cara que sacaba su peor lado, que hasta el día de ayer creyó inexistente.

Conseguiría que Chanyeol se enamorara de él y dejara a la novia.

Sí, le daba culpa. Se sentía de lo peor. Pero cuando le venían a la mente las imágenes de Chanyeol y él, sentados cursimente bajo un árbol, o tocando música juntos, todos esos sentimientos horribles desaparecían y los reemplazaba una sensación de júbilo. Y entonces pensaba que bueno, tal vez no era mala idea separarlos. Si de todas formas aquella chica no merecía la pena. Se notaba a un kilómetro que era una celosa sobreprotectora.

Sí, le estaría haciendo un bien.

Pero, ¿cómo lo conseguiría? Ya tendría tiempo más adelante para pensarlo. Luego daría un paseo y meditaría la situación.

Al llegar a la universidad en la tarde, Baekhyun fue recibido por Jongin, quien lo esperaba parado en la entrada. Cuando lo vio, corrió a su encuentro y le dio un golpe amistoso en el brazo.

-¡Hey! ¿Qué tal estuvo tu presentación del sábado? No pude ir, lo lamento. -Puso en broma una expresión de lástima.

-Hola, Jongin -dijo él, frotándose donde su amigo lo había golpeado-, estuvo muy bien. Creo que en la página web del evento subieron ya las filmaciones, tal vez me puedas ver. No fue la gran cosa.

-Sí, sí, lo mismo haces en los exámenes. «Oh, Jongin, me ha ido pésimo -Lo imitó con una vocecita chillona, nada parecida a la suya real-, ojalá me saque al menos un tres…», y terminas siendo la nota más alta. Seguro has estado genial.

Baekhyun le sonrió con rostro cansado, y Jongin se dio cuenta.

-¿Qué pasó, no has podido dormir? ¿Tuviste una noche salvaje?

-No seas idiota -respondió él, divertido-. No sé, dormí muy mal. Apenas unas horas.

-Pobre Baekhyunnie, ¿por qué no te vas a casa y duermes un poco?

-Nah, no quiero perder clases -replicó, restándole importancia-. La última vez que falté, explicaron mil cosas importantes y luego me costó una eternidad ponerme al día.

Jongin soltó una carcajada.

-Sí, recuerdo ese día… Estabas desesperado intentando entender todo, porque iban a tomar examen la semana siguiente. Fue genial… Sí, mejor no faltes.

Las clases ese día se le hicieron larguísimas. Demasiado. Y lo que es más, no prestó atención a nada. Sabía que luego se arrepentiría, pero le pediría los apuntes a Jongin o algo; ya se las iba a arreglar.

Cuando salieron, su amigo le propuso ir a comer unos bungeoppang, porque hacía frío y eran deliciosos. Y Baekhyun aceptó. Tenía pensado caminar solo un rato y reflexionar, pero en el estado en que estaba, apenas coordinaba sus piernas para poder caminar. Necesitaba dormir.

Jongin le hablaba de cosas que no entendía, porque oía sólo palabras sueltas: «complicado», «encontré», «gusta». Cada tanto asentía o murmuraba un «ajá», para que pensara que lo estaba oyendo. Sentía sus piernas muy pesadas, y arrastraba los pies.

Al llegar a un puesto de comida, Jongin ordenó dos bungeoppang y se ofreció a pagar. Agradecido, Baekhyun tomó uno y empezó a masticar despacio, sin muchas ganas. El sabor dulce de la pasta de frijoles lo animó un poco y pudo enfocar mejor su vista y sus ideas.

Estuvieron conversando un rato más, y cuando estaban por irse, Baekhyun sintió una mano en su hombro, que no era la de su amigo. Se volteó y vio a Chanyeol, allí, con su uniforme escolar.

-¡Baekhyun-ah! -exclamó sonoramente-. ¡Qué sorpresa verte por aquí! ¿Vienes de estudiar?

-Ah, Chanyeol -Le devolvió la sonrisa. -Sí, terminé hace un rato mi día y estaba caminando con Jongin, un compañero. Jongin, él es Chanyeol.

-Encantado -dijeron ambos, con una leve venía.

-¡He obtenido un buen puntaje en mi examen de hoy, fui la segunda nota más alta! -le contó Chanyeol orgullosamente, sin poder evitar poner una de sus enormes sonrisas-. Todo ese tiempo estudiando ayer me sirvió.

-¿En serio? ¡Felicitaciones! -Baekhyun le dio una palmada en el brazo. -Sigue esforzándote así para poder entrar a una buena universidad.

-Lo haré, lo haré.

-¿Y tú qué haces por aquí?

Chanyeol miró hacia atrás y saludó con la mano. Sentada en un banco estaba Miyoung. Tenía la mayor parte de la cara cubierta con una gran bufanda.

-Todos los lunes venimos con Miyoung a este lugar y comemos bungeoppang. Es una especie de tradición que tenemos.

Jongin los miraba hablar mientras comía otro pastelito en forma de pez.

-Ah, bueno, los dejaré tranquilos entonces -dijo Baekhyun, sintiendo como si tuviera una tarántula en el estómago, clavándole sus colmillos-. Sigue con lo tuyo. Nos vemos el sábado, ¿sí?

-Claro, estudiaré todas las notas perfectamente; te sorprenderás, vas a ver.

-Dale mis saludos a Miyoung. ¡Adiós!

-¡Nos vemoooos! -exclamó Chanyeol agitando los brazos, mientras Jongin y él se iban. Le devolvieron el saludo.

-¿«Nos vemos el sábado»? -interrogó Jongin tras haber caminado unos metros.

-Sí -explicó Baekhyun-, yo le enseño a leer música y él me enseña a tocar la guitarra. Lo conocí el viernes pasado, me vio tocando el piano, y parece que le llegué al alma o algo similar.

Soplaba un viento bastante fuerte, que no hacía más que despeinarlos y ponerles piel de gallina. Se veían unas nubes oscuras de tormenta a lo lejos.

-Ah, ya… -Jongin esbozó una ligera sonrisita y calló por un segundo antes de proseguir, como escogiendo adecuadamente las palabras. -Bueno, si le explicas tan bien como tocas, aprenderá enseguida. Pero intenta poner expresiones menos obvias, ¿sí? Porque hasta la señora que nos vendió la comida se dio cuenta que te lo devorabas con la vista.

Baekhyun se detuvo en seco y miró a su amigo, con ojos como platos. Intentó permanecer sereno, pero evidentemente no funcionó. Pudo notar claramente cómo su corazón se revolucionaba en una fracción de segundo, y el rubor cubrió todo su rostro, haciendo parecer que tenía un tomate en vez de una cabeza. Sentía un ligero zumbido en los oídos.

-¿Qué has dicho? -preguntó, con la voz temblándole ligeramente por los nervios.

-Vamos, es evidente -replicó él, dándose aires de sabihondo-. Si vieras cómo lo mirabas hace un rato. Te brillaban los ojos; parecías estar flotando en una nube o algo.

Baekhyun habló bajando un poco más la voz, como temiendo que Chanyeol estuviera aún por ahí y pudiese escucharlos, y tragó saliva. Su garganta estaba seca.

-¿Se nota tanto? ¿Tan malo soy disimulando?

-Bastante, sí -dijo Jongin con una carcajada-. De todos modos, no creo que él lo haya percibido. Yo es que te conozco hace varios meses ya, por eso fue más fácil darme cuenta.

-¿Y qué opinas?

-¿… Qué opino de qué? -Jongin levantó una ceja.

-De… de mí, de esto. De Chanyeol. ¿Te parece agradable?

-Ah, sí, supongo. Se ve que le caes bien y parece ser buena persona. Un poco efusivo para mi gusto, pero bueno. Si a ti te gusta, entonces les doy mi bendición. -Sacó la lengua para indicarle que iba en broma y ambos rieron; Baekhyun nerviosamente. -En cuanto a ti, bueno. No puedo decir que me sorprenda, Baek. Cierta parte de mí lo sospechaba. Principalmente, porque te veo cada vez que te fijas en cuanto chico atractivo pasa frente a ti. Prácticamente se te hace agua la boca… Clases de actuación no te vendrían mal, ¿sabes?

-¿No… no te molesta? Que yo sea… ya sabes -finalizó con un susurro. No quería decirlo en un lugar concurrido como aquel.

Jongin sonrió. Una sonrisa brillante, genuina y tranquilizadora.

-Estamos en el siglo 21, Baek. Mientras que no trates de besarme o algo así, no hay ningún problema. Sé que no es tarea fácil porque, o sea, mírame. -Rió. -Además, es tu vida.

La tensión que estaba soportando cada músculo del cuerpo de Baekhyun se liberó en ese instante, y se sintió aliviado. Feliz. Feliz de que Jongin lo aceptara como era y no lo juzgara, y sintió una inmensa gratitud hacia él y hacia el destino, por haberle dado un amigo como él.

Continuaron hablando por unos minutos más, hasta que el clima se hizo demasiado frío para seguir afuera, así que regresaron a sus respectivas casas.

Las palabras de Jongin le habían quedado grabadas en la mente: «Se ve que le caes bien y parece ser buena persona».

¿Merecía Chanyeol lo que Baekhyun tenía planeado hacer? No, claro que no; ni siquiera necesitaba preguntárselo. Si él era feliz con aquella chica, ¿para qué arruinar las cosas? Y si ella era realmente celosa y controladora, su relación terminaría tarde o temprano.

Sólo se habría rebajado a hacer lo que criticaba: actuar por celos.

Tú eres más maduro que eso, Baek. Déjalo ir.

Pero cuando uno tiene un enamoramiento tan fuerte, no es fácil dejarlo ir. Y menos si la otra persona es Park Chanyeol.

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