Awkward - Capítulo 1

Apr 07, 2015 17:35



No permito que mis traducciones sean publicadas en ninguna otra página, así que por favor no las utilices ni las adaptes.

Son las 11:15 am; o sea, la hora favorita del día de Byun Baekhyun.

11:15 significa coro, y coro significa una hora completa de Kim Jonghyun.

Kim Jonghyun, o sea, el chico más apropiado para ser el novio de Baekhyun que nadie más en el planeta.

Jonghyun fue transferido a esa escuela a principios de año. Aparentemente era alguien legendario en su secundaria anterior, una de las mejores preparatorias de arte del país. Se trasladó allí por su madre, la bajita -pero algo aterradora- profesora de Matemática nueva.

No le tomó mucho tiempo el volverse popular. Era divertido, simpático y súper atractivo. Además, tenía una voz destinada a hacerlo famoso algún día.

Baekhyun fue sólo uno de los muchos que cayeron bajo sus encantos. No importaba si eran hombres o mujeres, de primer año o del último; Kim Jonghyun se había adueñado de sus corazones con su sonrisa estúpidamente perfecta.

Sin embargo, Baekhyun se considera más afortunado que el resto. Durante una hora entera consigue sentarse a su lado, consigue olerle su estupenda colonia y, en días de suerte, sus brazos se rozan. Aunque la triste verdad a todo eso es que Baekhyun nada más le ha dirigido unas cinco palabras al muchacho en esos tres meses que llevan sentándose juntos.

Hoy es el día, se dice Baekhyun. Pasó veinte minutos extra arreglándose el cabello esa mañana sólo para estar preparado para este momento. Va a hablarle a Kim Jonghyun. Y va a hacer que se enamore de él, maldita sea.

Abre despacio la puerta del aula de coro. Está medio llena, y todos se encuentran hablando entre sí en una mezcolanza de voces. Ve a Jonghyun sentado en su lugar, jugueteando con el móvil. Justo a su lado hay un asiento vacío: el de él.

Se aproxima con más cautela de la usual. Normalmente, se mete al salón apenas unos segundos antes de que suene la campana, para no tener tiempo de preocuparse por nada. Pero hoy se salteó su paso por la máquina de snacks. Siente como si se fuera a morir de hambre, a pesar de que luego de esa clase sigue la hora del almuerzo, pero todo valdrá la pena. Eso espera.

Se revisa el aliento porque oh por Dios, qué bochornoso sería, y luego se asegura de no esar respirando demasiado fuerte y se alisa la chaqueta, pero es una causa perdida porque nadie, nadie puede hacer que esos uniformes luzcan bien.

Excepto Jonghyun, claro.

Toma asiento, y ya tiene las palabras listas en su boca («Hola, Jonghyun, ¿cómo estás?») pero como que se le quedan ahí atascadas y ahora puede sentir que Jonghyun lo está mirando, pero no puede abrir la boca; se voltea y pretende estar buscando algo en su mochila cuando en realidad está reprendiéndose por ser tan idiota.

No es que Baekhyun sea malo para hablarle a los chicos lindos. Ha tenido los suficientes novios en el pasado como para tranquilizarse y saber que no es un completo desastre cuando de citas se trata (bueno, dejando de lado su pequeño… problema), así que se pregunta por qué diablos le resulta tan difícil funcionar como se debe cerca de Kim Jonghyun.

Mañana, se dice a sí mismo. Mañana le hablará.

Excepto que el destino (o algo) tiene otros planes.

-Llegaste temprano hoy -dice Jonghyun y Baekhyun parpadea, todavía con las manos rebuscando sin propósito dentro de su mochila. Se voltea hacia el dueño de tan maravillosa voz y ve que le está sonriendo, y Baekhyun se pregunta qué habrá hecho bien para merecer algo tan maravilloso.

-Ehh… sí… -responde, sintiéndose inmediatamente apenado por cuán bobo suena. Jonghyun ríe.

-Hoy no te compraste tus galletas.

Ya está. Baekhyun ha perdido por completo la coherencia. No sabe qué decir. Por suerte, Jonghyun prosigue:

-Cada día entras deprisa y tiras a la basura la bolsa vacía -explica. Continúa sonriendo, y tiene un brillo en los ojos que le hace pensar a Baekhyun que tal vez se esté burlando de él.

-Tengo Matemática antes de esto -dice a la defensiva, preguntándose «Vaya, ¿a qué rayos vino eso?»-. Literalmente me succiona toda la energía así que como para asegurarme de que no me voy a morir de agotamiento cerebral.

«Mierda», piensa, un poco tarde. «Mi boca está en piloto automático». Se pregunta qué es peor: si sentarse junto al chico que le gusta y no pronunciar palabra, o mantener una conversación con él y quedar como idiota.

-Tienes clase de Precálculo con mi madre, ¿no es así? -interroga Jonghyun. Al mismo tiempo, deja caer uno de sus brazos en el respaldo del asiento de Baekhyun, y lo único que éste consigue hacer es asentir una vez-. En ocasiones la ayudo a corregir trabajos.

-Oh. -Baekhyun realmente no puede creer que Jonghyun note cosas sobre él. Por más que solo sea el hecho de que come galletas y que fracasa estrepitosamente en matemática-. Entonces sabes lo estúpido que soy, ¿no?

-¡Claro que no! -El otro sacude la cabeza, riendo-. Es solo que algunas personas no tienen una mente orientada hacia las matemáticas, eso es todo.

Su profesora escoge ese preciso momento para irrumpir en el aula. Si hay alguien acaso que llega incluso más tarde que Baekhyun, esa es la señora Kwon, su ecléctica (por decirlo de buena manera) profesora de Coro.

-¡De acuerdo, todos! -exclama ella, y exactamente en el mismo momento Baekhyun puede jurar que oye a Kim Jonghyun susurrarle: «te daré clases».

Resulta que las orejas no le fallaron y Jonghyun en verdad se ofreció a enseñarle. Lo alcanza cuando Baekhyun está intentando huir del salón con rapidez para poder correr hacia Kai y ponerse como fanboy al contarle todo lo que le acaba de pasar.

(Kai jamás lo escucha. No podría importarle menos. Pero Baekhyun de todos modos le cuenta porque nunca se queja.)

-En verdad te daré clases -dice Jonghyun mientras caminan juntos, y Baekhyun está enloqueciendo internamente porque ya medio cerebro suyo está en modo fanboy y en verdad no quiere decir nada que lo avergüence-. A pesar de que saco prácticamente puros dieces, mis papás me siguen fastidiando acerca de las horas de servicio y toda esa mierda.

Baekhyun palidece. «¿Entonces solo lo hace por el crédito extra?», piensa con amargura.

-¡No es que esté usándote o algo así! -agrega Jonghyun con presteza-. Eres un buen chico y quiero ayudarte. Me recuerdas mucho a como yo solía ser.

«Solo soy dos años menor que tú», piensa Baekhyun.

-Creo que tienes mucho talento -continúa Jonghyun-. Lo tienes. ¿Quieres ser un idol?

Pasmado por los cumplidos que recibe por cortesía del chico más tierno del planeta, Baekhyun se encoge de hombros, intentando que no se note que está muriendo de alegría por dentro.

-Yo compraría tus álbumes -dice Jonghyun, y ríe-. Llevaría a mi hermana a rastras a tus fansigns y todo eso.

-No. -Baekhyun niega con la cabeza-. Tú eres diez veces más talentoso de lo que yo jamás seré.

El otro le golpea levemente un hombro con los nudillos.

-Tienes que aprender a aceptar cumplidos, Byun Baekhyun. Mañana hablaremos sobre tus clases.

Y luego le guiña, le guiña, y se va en dirección opuesta.

Baekhyun siente como si estuviera nadando en un océano de algodón de azúcar, o algo igual de cursi. Honestamente, se habría quedado contento con un «Hola, Jonghyun, ¿cómo estás?», «Bien, gracias». ¿Pero obtuvo una conversación completa en torno a él, una oferta de enseñanza y un cumplido?

¿Qué diablos acaba de pasar?

No puede concentrarse en nada y camina aturdido en la dirección general de su casillero.

Ni siquiera nota que alguien -un alguien muy alto- ya lo está esperando ahí.

-¡Baekhyun! -exclama Chanyeol, y nadie se molesta siquiera en mirarlo porque ya están acostumbrados a que esa voz profunda brame el nombre de Baekhyun en ese mismo momento, todos los días.

Él simplemente camina hacia su locker luciendo como un poseso o un zombi, o tal vez como una mezcla desafortunada de ambos.

-Vaya, ¡tu cabello se ve muy bien hoy, Hyunnie! -Puede sentir la sonrisa de Chanyeol, y realmente quiere voltearse y mirarla pero no logra hacer que su cerebro poseído deje de meter las cosas en el casillero.

-Gracias. -Es lo que musita.

Chanyeol estira un brazo y le da unos golpecitos en la mejilla, como un cachorrito buscando atención.

-Tengo anteojos nuevos -dice-. No son de verdad, pero creo que me hacen ver tierno. ¿Qué opinas?

-Claro -contesta Baekhyun, distraído. No es su intención ser tan desconsiderado con su mejor amigo, sobre todo porque Chanyeol usualmente obtiene el 99% de su atención y no está acostumbrado.

Aun así, nunca ha sido de los que se rinden con facilidad.

-¿Un 76%, Hyunnie? -interroga, tras sacar el examen de Matemática de Baekhyun de su libro justo cuando él lo está acomodando en el locker. Baekhyun sólo niega con la cabeza y cierra la puerta del casillero con un poco más de fuerza de la necesaria.

-Algunas personas no tienen mentes orientadas hacia las matemáticas -murmura mientras se encamina hacia la cafetería, con el otro pisándole los talones.

-Yo te podría haber dicho eso. -Chanyeol se ríe y coloca sus manos en los hombros del más bajo-. ¿Quieres que te dé clases? Lo haré gratis.

Ante aquello, Baekhyun no puede evitar contener la sonrisa estúpida que se le dibuja en el rostro. Ha pasado de ser un zombi a un fanboy en cuestión de segundos.

-De hecho, Yeol… -Se voltea hacia su amigo por primera vez ese día y parpadea de repente porque vaya, esos anteojos son feos. Aunque sí lo hacen ver más lindo (al menos eso piensa Baekhyun, pero sabe que la mayoría de la gente no), de una forma que solo Park Chanyeol podría conseguir. -Ya tengo un tutor.

Luego se da media vuelta y va prácticamente dando saltitos hacia la cafetería, listo para atacar las orejas de Kai con un recuento completo de la última hora. Ya no le presta más atención a su mejor amigo, quien se queda solo y ceñudo en el pasillo.

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