Baekhyun está totalmente en lo cierto al suponer que Chanyeol estará mejor al día siguiente. De lo primero que se asegura es de ir a verlo a la mañana, cuando se encuentra hurgando en su casillero, ajeno por completo al mundo a su alrededor.
-¡Iáa! -grita Baekhyun mientras agarra a Chanyeol de los hombros, lo cual no es tarea sencilla, teniendo en cuenta su tamaño.
-¡Aah! -La voz grave de su amigo inunda el corredor. Se voltea con ojos enormes y, al ver a Baekhyun, sonríe de inmediato-. Acabas de hacerme gritar como una niñita -lo acusa en broma.
-No. -Baekhyun está prácticamente doblado de la risa-. Ninguna niña podría, jamás, gritar tan grave.
-Aish, este chico -murmura, cerrando el casillero-. Bueno, ya me voy a clase.
-Yeol, espera. -Lo alcanza rápidamente para detenerlo-. Sobre lo de ayer, todo el asunto de las clases particulares…
-Está todo bien -responde Chanyeol, sin disminuir su marcha-. Sabes que no me molesta. Es solo que… normalmente recurres primero a mí para esa clase de cosas. Me sorprendió, eso es todo.
Baekhyun observa con cautela a su mejor amigo, pero la sonrisa de Chanyeol es demasiado brillante como para hacerle pensar que no está diciéndole la verdad. Al final asiente, con una sonrisa dibujándosele en el rostro.
-Me preocupaste, tonto. -Ríe y le da un puñetazo en el hombro al más alto. Sabe que no le duele, pero de todas maneras Chanyeol siempre finge que sí-. Estabas tan triste como un chiquillo.
-¡Claro que no! -replica Chanyeol, defensivo-. Solamente estaba cansado, ¿de acuerdo?
-Cómo no. -Bufa. Bueno, en realidad no. Byun Baekhyun no bufa, más bien hace un sonido estilo «psshhhfff» con los labios-. Vuelve a clase, Yeollie, o tu récord inmaculado de nunca-llego-tarde quedará destruido.
Con un jadeo, Chanyeol se depide y parte corriendo por el pasillo, con sus piernas interminables haciéndolo parecer una especie de avestruz o algún otro animal igual de raro con extremidades larguiruchas. Baekhyun se sigue riendo cuando se va, aliviado de que Chanyeol haya regresado a la normalidad.
Cursa sus clases matutinas con un andar saltarín, causando el desconcierto de sus compañeros y profesores. Byun Baekhyun jamás había sido de los que sonríen durante un examen sorpresa de Precálculo, pero hoy lo hace, y la señora Kim recoge su evaluación con cautela, como si temiera que en cualquier momento fuera a hacer una locura.
Él supone que simplemente está aliviado. No sabe por qué, dado que Chanyeol y él tienen de ese tipo de peleítas a cada rato, pero la de ayer pareció bastante grave. A Chanyeol se lo conoce por su incapacidad de permanecer enojado con alguien durante mucho tiempo, mas Baekhyun estaba realmente preocupado de haberse pasado de la raya esta vez.
Pero hace mucho que Chanyeol lo perdonó, y por ello ese día está tornándose en el mejor de su vida. Junto con el hecho de que su cabello lucía jodidamente perfecto aquella mañana (dos días seguidos era una rara ocurrencia) y que su evaluación de Inglés fue postergada para dentro de dos días.
Al hacer su parada rutinaria en la máquina expendedora para comprarse galletas -su estómago gruñe de solo pensarlo-, rebusca en su mochila y se encuentra con que tiene dinero suficiente para una bolsa grande, y casi llora porque un paquete grande de galletas significa un Baekhyun muy feliz.
Se siente como si estuviera en un musical o algo. Mientras se dirige hacia la sala de coro, prácticamente dando saltitos, casi espera que, de repente, gente aleatoria del cuerpo estudiantil salga desde adentro de los armarios y botes de basura y comiencen a bailar.
Hasta llega al aula un par de minutos más temprano. Ahora sabe que debe haber alguna especie de grieta espacio-temporal, porque no ha tenido un día así de genial desde aquella vez que le obsequiaron una bicicleta para su cumpleaños. A los ocho años.
Su mirada se cruza con la de Jonghyun tan pronto como entra al aula. Se olvida temporalmente de que tiene la boca llena de chips de chocolate y sonríe ampliamente. Jonghyun se ríe, cubriéndose la boca de la forma más tierna. Baekhyun palidece, consciente de pronto de que se ha hecho quedar como un grandísimo tonto.
«Oh, dios», lloriquea mentalmente. Su día tan idílico se ha llegado repentinamente a su fin. «Trataba de verme tierno y terminé viéndome como un imbécil.»
Camina hasta su asiento con la cabeza gacha, prácticamente muriéndose del bochorno. Guarda sutilmente la bolsa de galletas a medio terminar en su mochila. ¿Qué diablos pensaba? ¿La bolsa grande? ¿Tienes tanta hambre, Byun Baekhyun?
-¿Estás compensando lo de ayer? -Jonghyun ríe. Baekhyun se revuelca en su miseria sólo por un segundo más antes de poner una expresión valiente y voltearse hacia él.
-Creo… -dice con lentitud- que me emocioné un poco de más cuando encontré ese dólar extra.
Jonghyun se ríe todavía más, una carcajada fuerte que resuena por todo el salón.
-Eres muy gracioso -dice, dedicándole a Baekhyun una sonrisa. Éste siente cómo todos sus sentimientos negativos se desvanecen al verla. Es más o menos como la de Chanyeol: brillante, grande y llena de dientes.
La señora Kwon entra corriendo al aula al segundo de sonar la campana, como siempre. La clase da comienzo y Baekhyun no puede notar que Jonghyun no ha mencionado nada acerca de enseñarle. Espera realmente que no se le haya olvidado.
Realmente, realmente lo espera.
Jonghyun no se olvidó. Sale del aula junto a él, tal como ayer. Baekhyun cree que es un cambio agradable a quedársele viendo la nuca con anhelo.
-Oye, me preguntaba -dice su compañero como quien no quiere la cosa- si querrías sentarte conmigo y mis amigos durante el almuerzo. Podemos hablar sobre tus clases… y demás.
La reacción inmediata de Baekhyun es bramar un «SÍ», hacer una pequeña danza y deslizarse arcoiris abajo porque, oh por dios, tal vez ese día sí sea el mejor que ha tenido, pero entonces su cerebro le da alcance y él se cae del arcoiris porque… Chanyeol.
A pesar de que las cosas entre ellos ya estaban aclaradas, Baekhyun aún siente un poquito de culpa carcomiéndole por dentro por haber ignorado a su mejor amigo con tanto descaro. Literalmente quiere darse cabezazos contra la pared porque el jodido Kim Jonghyun está justo frente a él pidiéndole de almorzar juntos. ¿Y a quién carajo le importa que todo lo que vayan a hacer sea discutir sobre el ligero retraso mental que tiene Baekhyun cuando se trata de cualquier cosa relacionada a las matemáticas? Kim. Jonghyun.
-No puedo -se fuerza a decir, y siente que una partecita de su alma se muere en cuanto las palabras salen de su boca-. Es sólo que… mi amigo…
-¡No hay problema! ¿Mañana, entonces? -le ofrece el otro-. Aunque no estoy seguro de cuánto tiempo más quieras que sufran tus notas de matemática.
Lo dice en broma, pero es cierto. Baekhyun ya ha reprobado como tres exámenes seguidos, y aunque no fuese el objeto de sus deseos el que le ofreciera hacerle de tutor, Baekhyun ya estaría rogando por uno de todas formas.
Pero para eso es que tenía a Chanyeol.
Con un último suspiro resignado Baekhyun decide que sí, necesita ir a compensar a su mejor amigo. Jonghyun quiere verlo mañana. Eso significa algo, ¿no? Se encoge de hombros, impotente.
-Sí, mañana sin duda.
-Genial. -Siente un ligero escalofrío recorriéndole la espalda al ver el modo en que brillan los ojos de Jonghyun. Como si realmente estuviera ansioso por verlo mañana. Baekhyun cree que tal vez podría volverse a deslizar por ese arcoiris-. Te veré luego, entonces.
Jonghyun lo despide con la mano y desaparece por el corredor de los estudiantes de último año. Baekhyun suspira y le devuelve el saludo.
«Debo ser el mejor amigo del mundo», piensa al ingresar a la cafetería. Usualmente, cuando no se dirigen juntos a almorzar, Chanyeol llega antes que él. Hoy, no hay rastro suyo.
Baekhyun no le da importancia y toma la impulsiva decisión de comprarle su almuerzo. Hoy sirven bulgogi, y a pesar de que Baekhyun piensa que el bulgogi de la escuela es asqueroso, a Chanyeol realmente le encanta. Ríe para sí al recordar la forma en que los ojos de Chanyeol se iluminan cuando lo ve en el menú.
Agarra el plato de Chanyeol y arroz frito para él (no puede engordar ahora que Kim Jonghyun está involucrado) y se abre camino hasta su mesa de siempre, en el rincón de más al fondo, tras pagar.
Kai, Sehun y Minseok ya se encuentran sentados, hablando entre sí. Chanyeol también está ahí, pero no sentado. Está cambiando el peso de un pie a otro sin parar, como esperando por algo.
O a alguien, descubre Baekhyun.
-¡Baek! -lo llama su amigo como siempre. Baekhyun se aproxima a él con las cejas arqueadas.
-¿Qué sucede? ¿Te vas a alguna parte? -interroga, eludiendo el hecho de que Chanyeol trae puesto su abrigo.
-De hecho, sí; Kyungsoo y yo tenemos que ir a la Universidad para una conferencia. Es obligatoria, así que…
-¡Oh! -dice Baekhyun-. Iré con ustedes, entonces. Te compré bulgogi.
Chanyeol baja la mirada.
-Muchas gracias, Baekhyunnie, pero… es sobre Química Orgánica, y sé que la odias así que no te divertirías. Y no quiero que te pierdas tus clases y eso…
Baekhyun maldice mentalmente a su mejor amigo por ser un genio de las ciencias, y al mismo tiempo por el hecho de que se perdió un almuerzo con Jonghyun sólo para terminar siendo abandonado.
-Lo siento mucho -agrega Chanyeol, frotándose el cuello. Baekhyun simplemente se encoge de hombres y lo observa alejarse. Él le lanza una mirada antes de cruzar la puerta, pero Baekhyun está seguro de que ya tiene su cara de perra en el rostro, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.
-No se siente tan bien, ¿no es así?
Se voltea para enfrentarse a Kai, quien tiene una expresión petulante en el rostro. Sehun y Minseok obviamente pretenden estar ocupados con su comida. Kai simplemente lo observa, creyéndose taaaan inteligente, y a Baekhyun le provoca darle un golpe en pleno rostro. Pero no lo hará. Porque son amigos.
Así que en su lugar sólo musita un «cállate» antes de alejarse de allí, incapaz de soportar la vergüenza que le da el haber sido plantado no solo por uno de los chicos más raros de la secundaria, sino por su mejor amigo.
Aunque aquel fue un movimiento estúpido, porque Baekhyun se da cuenta de inmediato que no tiene ningún otro lugar en donde sentarse, y ahora está de pie en mitad de la cafetería como un niño que perdió a su madre en el supermercado.
Pero resulta que en ese mismo momento, justo antes de que Baekhyun se gire sobre sus talones, admita la derrota y regrese con sus amigos, escucha esa risa. Se voltea hacia el origen de aquel sonido y divisa a Jonghyun caminando hacia su mesa con algunos de sus -algo intimidantes- amigos.
Baekhyun toma un respiro hondo y se pone firme. Y antes de poderse disuadir de tomar lo que podría ser la mejor o la peor decisión de su corta vida, comienza a caminar hacia la mesa de Kim Jonghyun (o hacia lo que podría ser su pronta e inminente muerte).
← ∬
→ [Índice]