Baekhyun se ve bruscamente despertado por un dolor que le azota la espalda. Las extremidades le duelen de tal forma que siente como si acabase de atropellarlo un auto. Además, tiene la sensación de haber estado durmiendo durante días, mas un exhausto vistazo al reloj de la mesita de luz le dice que apenas transcurrieron algunas horas.
Gruñe y entierra el rostro de vuelta en la almohada, porque todo lo que pasó hace un rato le vuelve a la mente a un ritmo alarmante. Para colmo, además de tener el cuerpo adolorido, su corazón y su cerebro tampoco andan muy bien. El pánico, la confusión y una desesperación absoluta comienzan a invadirle todo su ser. Se siente sudoroso e inquieto, como si lo único que necesitara fuese salir corriendo de allí y alejarse para siempre. Excepto que no puede escapar… porque la jodida espalda le duele muchísimo.
Chanyeol sigue claramente dormido a su lado. A pesar de que se durmieron uno al lado del otro, su amigo tiene el hábito de revolcarse salvajemente en sueños, y aquel día no es la excepción: está todo despatarrado en el otro extremo de la cama, con su brazo y pierna derechos colgando de un lado. Baekhyun lo observa respirar con fuerza por la nariz, crisparse y hacer todas las otras cosas tiernas que hace mientras duerme, y se pregunta si habrá tomado la decisión correcta. Jamás fue de los que piensan mucho las cosas, y la mayoría de las veces no le resultó ningún problema. Comer dulces y arruinarse la cena o mirar fútbol en vez de hacer su tarea puede perdonársele. Pero ahora se halla involucrada una persona. Y no cualquier persona: su mejor amigo.
Su mejor amigo, que ahora se está despertando y parpadea con lentitud. Ambas miradas se cruzan por un segundo y Baekhyun desvía la suya con rapidez, pero es demasiado tarde. Su corazón le vuelve a latir, desbocado, y enseguida decide que no le gusta aquella sensación. Espera, ruega y desea que Chanyeol se vuelva a dormir y lo deje a él sumirse en la miseria por un ratito más, pero las probabilidades aquel día no están para nada a su favor.
-Baek. -La voz de Chanyeol suena más grave debido al sueño. Baekhyun le lanza una mirada, solo para encontrarse con aquella sonrisa amplia apoderándose del rostro de su amigo. Lo observa casi con horror mientras Chanyeol estira un brazo para acercarlo, con su gran sonrisa ahora casi tímida.
Su mano se siente helada contra su brazo, y usa tan poca fuerza como le es posible para llevar a Baekhyun hacia él. Los ojos del más bajo se ponen grandes como platos cuando el otro entierra el rostro en su cuello, con demasiado cariño. «¿Qué demonios haces, Chanyeol?», quiere gritar. «¿Por qué…? ¿Qué…? Yo sólo… aaaaghhh.»
-Baekhyunnie… -murmura el muchacho alto mientras se acurruca más contra la sensible piel del cuello de Baekhyun. Éste puede sentir cómo su amigo inhala, nervioso, y aquello no le ayuda a su extenuación-. Baekhyun -intenta nuevamente, y el uso de su nombre le hace saber que lo que sea que Chanyeol está por decirle es importante-. Yo… -empieza, pero Baekhyun no llega a escucharlo porque en ese preciso momento se aterra. No sabe por qué, aunque por otra parte, tiene una idea bastante acertada de lo que está por decirle. Y desconoce el motivo, pero el pensar en Chanyeol siendo… así, lo atemoriza un montón.
Por ende, hace lo que hace siempre que entra en pánico… lo más estúpido y, en retrospectiva, no hizo más que empeorar la situación (no es que ahora lo sepa). Todo lo que quiere es que Chanyeol pare de hablar, así que lo único que le resulta lógico es mantenerle la boca ocupada. Estrella sus labios contra los de Chanyeol de un modo casi doloroso y él, obviamente sin estarse esperando aquello, se congela; pero Baekhyun está un poco aturdido ahora, besándolo más y más intensamente sin siquiera estar consciente de sus acciones.
-Baek -gruñe Chanyeol, pero el otro no cede. Se retuerce debajo del más pequeño, intentando sacárselo de encima sin llegar a lastimarlo, pero Baekhyun no quiere saber nada al respecto-. Por favor… Baekhyun -insiste, con la voz impregnada de confusión.
-Detente -jadea Baekhyun sobre su mandíbula-. Por favor… solo calla.
Siente la totalidad del ser de Chanyeol desplomarse cuando se deja caer de regreso a la cama. Su corazón comienza a dolerle al verlo resignarse a dejarlo hacer lo que quiera sin decir una palabra. Sabe que Chanyeol lo escuchó decirle «te amo» antes. Sabe que probablemente querrá «hablar al respecto», pero Baekhyun en verdad no quiere saber nada de ello. Está haciendo esto por Jonghyun. Eso es. No puede volverse más complicado. No podría con todo.
Va a olvidarse de que alguna vez le dijo esas palabras. Eso hará. Jamás va a sacarlo a colación y rezará para que Chanyeol, con el tiempo, se olvide también. Es recién entonces cuando Baekhyun se da cuenta de que, tras haber pronunciado inconscientemente aquellas palabras, su amigo no le respondió nada. Eso hace que algo similar al rechazo le haga arder el estómago, pero suprime la sensación porque el único por quien tiene que preocuparse ahora es por Jonghyun… el chico que, de hecho, gusta de él. El que probablemente se volverá su novio en cuestión de semanas.
Mientras se halla recostado jadeante encima del ahora inmóvil Chanyeol (aunque él le taladra los ojos con la mirada más extraña imaginable), piensa en Kibum, de entre todas las personas, y la pequeña charla que desembocó en este fiasco total. Kibum le dijo que Jonghyun era experimentado. Baekhyun está seguro de que, pese a ya no ser virgen, su penoso jueguito de hace unas horas difícilmente cuente como experiencia. Ese es el pensamiento que lo impulsa cuando, sin reflexionar, desliza una mano hacia aquellos bóxers de Bob Esponja de un color amarillo intenso.
Los ojos de Chanyeol se ensanchan y abre la boca para decir algo. Baekhyun recurre otra vez a la solución obvia y lo besa con rapidez, excepto que esta vez Chanyeol debe haber estado esperándoselo porque le devuelve el beso casi de inmediato. Baekhyun no sabe bien por qué el otro estará siendo tan veleidoso, prácticamente inerte en un momento y al siguiente besándolo con fervor, pero se dice a sí mismo que deje de pensar en ello y simplemente… haga algo.
Así que hace algo. Mientras Chanyeol aún le responde con entusiasmo al beso, Baekhyun aprovecha la oportunidad para introducirle la lengua. Los movimientos de su amigo titubean un poco, pero Baekhyun no va a dejarlo retroceder. Se permite entrar a su boca, explorando cada espacio que puede mientras Chanyeol se retuerce debajo. Sabe que él apenas ha besado gente -ni hablar de liarse con alguien-, así que no se sorprende cuando trata débilmente de enredar sus lenguas, solo para darse por vencido unos instantes después. Mientras todavía está distraído, la mano de Baekhyun vuelve a vagar. Le baja a Chanyeol los bóxers, centímetro a centímetro, hasta que quedan descansando sobre sus muslos y su casi-erección queda expuesta.
-Baek -chilla-, ¿qué estás…?
«Basta», implora mentalmente Baekhyun. «Deja de hablar con tu estúpida voz y tus estúpidos ojos grandes y tus ruiditos, porque estás haciéndome esto diez veces más difícil de lo necesario.»
Una parte de él quiere escapar corriendo a los gritos por la puerta, pero luego descarta la idea porque, cada vez que se fuga, es hacia Chanyeol adonde va, y eso obviamente no puede ocurrir ahora. Jamás habría pensado que iba a querer huir de la persona a la que siempre recurre cuando huye. En vez de escapar, se compromete a llevar a cabo esto y terminarlo de una vez. Se está haciendo pasar por una tortura mental y emocional, pero a estas alturas ya ni siquiera le importa. Estaba tan equivocado sobre esto. Nunca debió haber escuchado a Kibum.
Pero lo hizo. Y ahora se encuentra metido en un embrollo, así que bien podría hacer lo que planea. A fin de cuentas, es por Jonghyun… de veras. Al menos, eso es lo que se sigue diciendo. Entonces se abstrae de todo lo que puede, dada la situación, y cierra los ojos con fuerza antes de llevarse a la boca la punta de la erección de Chanyeol.
-¡Carajo! -exclama éste, y Baekhyun está a punto de parar todo porque, en todo el tiempo que lleva conociéndolo, solo escuchó a Chanyeol insultar en la sorprendente cantidad de tres ocasiones. Hace ademán de apartarse pero siente la mano de Chanyeol posarse en su nuca, no jalándole el cabello ni llevándole la cabeza hacia abajo (como aquella noche de ver porno le reveló que era una ocurrencia común), sino ligeramente apoyada, moviendo con distracción los dedos hacia arriba y abajo. Le produce escalofríos. Y lo estimula.
Se lleva más de Chanyeol a la boca, tanto como su inexperta garganta consigue soportar, lo cual no es mucho; aunque es más que evidente que a su amigo no le importa, ya que enseguida eleva las caderas y Baekhyun entra en pánico, pero deja que lo haga porque no sabe bien qué otra cosa hacer. Nunca lo admitirá en voz alta, y sabe que se dijo que tiene que dejarlo atrás, pero no puede. Le gusta darle placer a Chanyeol… le gusta verlo retorcerse y observar cómo se le va poniendo piel de gallina por todo el cuerpo. Le gusta también el modo en que tartamudea fragmentos de su nombre al llegar al clímax. Ya no quiere pretender que no está haciendo esto con Chanyeol. Lo está… y va a disfrutarlo porque sabe que probablemente vaya a ser lo único que obtenga.
Chanyeol sube la cadera cuando llega al orgasmo, sin advertirle a Baekhyun ni nada. Él, que tenía la cabeza a mil millas de distancia, se ve sorprendido cuando siente los tibios chorros de semen en la garganta. Se aparta de inmediato, con los residuos de aquel líquido pegajoso goteándole del mentón, tosiendo y escupiendo y sin notar la mirada de horror en el rostro de su mejor amigo.
-Baek… -profiere Chanyeol lentamente, boquiabierto por el shock. Baekhyun trata de aclararse la garganta y recobrarse, pero no es sencillo. El otro está ahí sentado, como un pez fuera del agua, antes de volver a la realidad y estirar un brazo hacia él-. Lo siento -agrega, por la que debe ser la trigésima vez-. Sigo… metiendo la pata y… Yo sólo… cuando tú…
-No hay problema -responde él con la voz ronca, sonando como si acabara de despertarse tras llevar años dormido. Y en verdad no hay problema. Fue él quien inició la… mamada (odia esa palabra, pero en fin) y luego se desconectó del mundo. Lo que más le molesta, sin embargo, son las estúpidas lágrimas que deciden escocerle los ojos. Se le acumulan en las pestañas sin su permiso y, antes de darse cuenta siquiera de lo que sucede, le corren por las mejillas.
-Baekhyun -dice Chanyeol, con aspecto de estar a punto de echarse también a llorar en cualquier momento-. Te… dije que lo siento. No sé… ¿qué más quieres que haga?
«Nada», piensa Baekhyun, ahí sentado y cubierto de suciedad, sintiendo el peso del mundo colapsando a su alrededor. «Eres perfecto. Soy yo quien la ha cagado olímpicamente.»
Siente al más alto moverse hacia él con rapidez y envolverlo en un abrazo. Eso sólo consigue que surjan más lágrimas, y a un ritmo mayor. Chanyeol piensa que es porque se ha corrido sin avisarle, y Baekhyun sigue dejándolo que crea eso. Pero lo cierto es que… está enamorado de su mejor amigo, y apenas se dio cuenta cuando tuvieron sexo. Kim Jonghyun va a estar esperándolo cuando regrese, y gusta de él, y quiere ser su novio. Y a Baekhyun le gusta, en verdad, pero ama a Chanyeol y… y este es el pensamiento que más le duele: está seguro de que Chanyeol solo accedió a todo esto por la misma razón inicial que tuvo él. Para ganar experiencia. Para desprenderse un poco de su imagen de raro y así poder, quizá, encontrar a alguien con quien ponerse de novio mientras todavía está en la secundaria.
Chanyeol simplemente continúa abrazándolo mientras Baekhyun empieza a desear que aquella estúpida cama se abra en dos y se lo trague entero. Lo acecha ahora el mismo pensamiento. Antes, al dormirse soñó con Chanyeol diciéndole «te amo» una y mil veces, pero ahora… solo puede verse a sí mismo, gritando a los cuatro vientos su amor por Chanyeol una y otra vez, mientras que él simplemente le devuelve una mirada fría, vacía.
Baekhyun se aferra a Chanyeol con más fuerza porque sabe que, sin duda, acaba de arruinar para siempre su amistad.
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