A Song We Left Unsung - Capítulo 19

Apr 02, 2016 18:21





Capítulo 19: Aceptación


Los días se tornaron semanas, y al principio, Baekhyun a menudo se sorprendía pensando en todas aquellas cosas que Chanyeol solía hacer y decir, que lo hacían sonreír. Con el tiempo comenzó a pensar menos al respecto, pero igual había días en los que le afectaban más que otros.

En un particular domingo de ocio, puso el iPod en aleatorio y se sentó en su escritorio para acabar con algo de la tarea. Empezó una melodía familiar, y se encontró rememorando aquella vez cuando él y Chanyeol se quedaron varados en la playa. Sonriendo ante aquel recuerdo, cantó en voz baja. Hasta aquel día, las palabras le seguían desgarrando un poquito el corazón.

Me podría ocultar, familiar en mi dolor;
someterme en vano a mis penas;
o podría salir afuera
y demostrarte que estoy vivo, y dejarte atrás.

* * *

Toqué el lugar donde había estado tu cabello,
me puse la camiseta que dejaste enredada a la mía.

Chanyeol tarareó robóticamente la canción que sonaba en su estéreo. Era de uno de los CD recopilatorios de Baekhyun que había hecho cuando aún estaban juntos.

Dormiremos esta noche en pueblos separados.
En el crepúsculo veremos nuestros futuros dispares.

Se echó en la cama aburrido, desganado y deprimido. Ahora que estaba solo, sus fines de semana parecían consistir en nada más que eso. No es que no tuviera amigos; solamente ya no quería pasar tiempo con ellos. Prácticamente había dejado de hacerlo cuando cayó en cuenta de que ninguno podría llenar el vacío que Baekhyun había dejado en su vida; un vacío tan tangible que casi lo podía abrazar, como si fuera algo real.

Estoy pasando el tiempo, contigo en mi mente…

Para Chanyeol, la letra de una canción jamás fue tan cierta, porque Baekhyun estaba en su mente. Había estado allí constantemente, desde que puso sus ojos por última vez sobre el muchacho desplomado en el interior de su auto. Era una imagen que había comenzado a repetirse en su memoria casi tan a menudo como los flashbacks del accidente de Kris, y no le resultaba menos desgarrador.

Estoy desperdiciando mi preciado tiempo.

Chanyeol se descubrió poniéndose de pie para ir a caminar. Si bien le temía un poco, ya sabía a dónde se iba a dirigir.

* * *

Después de un corto trayecto en subte y una buena caminata, de algún modo terminó frente a la tienda de Ivy Club donde trabajaba Baekhyun la mayoría de los sábados. No se podía explicar qué fuerzas se habrían aliado para hacerlo ir hasta allí; ni siquiera le parecía buena idea a su cerebro, cada vez más irracional, pero sus piernas parecían moverse por propia voluntad.

Se quedó parado afuera de las puertas vidriadas y ojeó el interior, procurando mantenerse fuera de la vista ocultándose tras los maniquíes en exhibición. Como esperaba, Baekhyun estaba tras el mostrador, hablando animadamente con un muy apuesto hombre, ligeramente mayor, que Chanyeol al principio asumió que sería algún cliente antiguo. Los observó un rato, esperando para ver si aquel sujeto se iba y tratando de decidir si tenía las agallas suficientes como para ingresar.

Finalmente, el lenguaje corporal del hombre sugirió que se estaba por ir del local, y Chanyeol se restregó mentalmente las manos con satisfacción. Pero lo hizo demasiado pronto, porque de repente ahí estaba Baekhyun, saliendo con el extraño.

Chanyeol corrió como un rayo a un par de tiendas de distancia, hasta un mejor y más seguro punto de observación, y la visión que obtuvo cuando se volvió fue lo último que habría querido ver.

Baekhyun y aquel hombre extraño, que era tan atractivo que de ninguna manera podía Chanyeol competir con él, se estaban yendo en dirección opuesta con los brazos entrelazados.

Observó al par alejarse más y más de él antes de doblarse repentinamente en dos, casi físicamente enfermo por los celos.

Sin embargo, sabía que no tenía derecho de sentirse así.

Esa era la realidad que había escogido.

* * *

Baekhyun estaba de pie afuera del apartamento de Chanyeol, forcejeando un poco bajo el peso de las dos bolsas de compras repletas que tenía en las manos.

Kai atendió la puerta, y le dedicó una sonrisa cálida.

-Hola, Baek.

-Hola Kai. ¿Cómo va todo?

-Bueno… ya sabes. Lo de siempre. Ni mejor ni peor, la verdad.

-Ya veo. Aunque sea no empeoró…

Baekhyun le entregó las dos bolsas plásticas que cargaba.

-En esa hay distintos acompañamientos, y arroz, y sopa. En la otra hay bulgogi, kimchi y espaguetis.

-Gracias, Baek. Esto es… es muy lindo de tu parte. Solo quiero que sepas que tus esfuerzos son muy apreciados.

Baekhyun sonrió y le restó importancia.

-Oye, no es nada, en serio. De todos modos, esta vez Kyungsoo me ayudó.

Kai asintió.

-¿Y cómo van tus cosas?

Baekhyun hizo una pausa antes de responder.

-Bien. Cansado, más que nada. He estado tomando un par de turnos extra. Estoy pensando en buscarme un segundo trabajo a medio tiempo, si es que puedo encontrar uno que no se superponga con mis horarios…

-Baekhyun… no es bueno que te deslomes.

-No protestes, Kai. No lo haría si no quisiera. En fin, mejor me voy yendo. Tengo que ir a trabajar luego. ¿Puedo pedirte un favorcito? -Rebuscó en su morral y extrajo un pequeño paquete rectangular, el cual le entregó luego-. ¿Podrías darle esto de mi parte?

Kai asintió.

-Sí, por supuesto.

-Gracias. -Sonrió-. Nos vemos pronto, ¿sí? Te llamaré mañana, seguramente.

-De acuerdo. Nos estamos hablando, entonces. Y… ¿Baekhyun?

-¿Sí?

-Gracias otra vez.

* * *

-¡Arriba! No entiendo por qué sigues en la cama a las diez de la mañana, siendo un día de semana…

Chanyeol gruñó cuando la puerta de su dormitorio se abrió de golpe y Kai irrumpió ruidosamente. Le dejó un paquetito sobre la cama.

-Entrega especial. ¿No deberías estar trabajando?

-No -masculló Chanyeol, irritado-. Me tomé el día. ¿Y tú?

-Hoy me toca a la tarde. Chanyeol, no has ido trabajar en toda la semana, ¿qué sucede? No puedes seguir fingiendo estar enfermo o podrías perder el empleo. Esto se te está empezando a ir de las manos, de verdad…

-Qué te importa a ti, al fin y al cabo…

-¿Que qué me importa a mí? Se supone que te cuide. Me prometiste, y a Baekhyun igual, que buscarías ayuda en algún momento, pero todavía no has hecho una mierda. Sabía que romper con él era mala idea… Si aún siguiera aquí, hace tiempo te habría dado una buena patada en el culo con sus botas de charol.

Chanyeol enterró el rostro en la almohada.

-Bueno, ya es un poco tarde para eso, ¿no crees? -Bisbiseó su respuesta.

-Difícilmente. Aún te ama; y claramente tú a él. Deja de hacerte esto.

-Fui a buscarlo a su trabajo el fin de semana y lo vi con otro hombre. Uno muy atractivo. Andaban tomados del brazo y se veían muy felices juntos. Creo que él ya ha seguido con su vida, así que bien podría yo dejarlo.

Kai sacudió la cabeza vigorosamente.

-No, no puede ser. Él todavía te ama, lo sé a ciencia cierta.

Chanyeol suspiró, con evidente fastidio.

-Ya cállate, Kai. No sabes una mierda.

Él estiró un brazo para forzar a Chanyeol a girarse y que lo mirara.

-Eeh, sí, sí sé. Tú no ves lo que yo veo, Chanyeol. Baekhyun aún viene aquí, por si no lo sabes. Viene todo el tiempo. De hecho, acaba de estar en la puerta justo ahora, y de ahí es de donde proviene este paquete. Me dijo que no te lo contara, pero lo hago de todos modos porque creo que es hora de que lo sepas. ¿Quién crees que estuvo cocinando últimamente toda la comida que ha ido llenando el refrigerador? ¿Yo? Él cocina para ti, y viene aquí a dejármela mientras tú estás en el trabajo. Me llama a diario para preguntarme cómo te encuentras. Ha estado trabajando turnos extra y depositando todo el dinero que puede en una cuenta separada, con la intención de ayudarte a pagar el tratamiento psiquiátrico que tú te niegas a reconocer que tan desesperadamente necesitas. Ya sabes, en caso de que alguna vez llegue el maravilloso día en que muevas el culo y conciertes una cita. Hace todas estas cosas sin esperar nada a cambio; lo único que necesita para apañárselas es saber que se te está cuidando. Quieras creerlo o no, te ha estado apoyando todo este tiempo, incluso después de que lo abandonaras. Si eso no es amor, entonces dime qué es, porque demonios que me gustaría saberlo.

Chanyeol se encontraba mareado por el súbito influjo de información nueva. Se sentó con lentitud, sosteniéndose la cabeza con vergüenza y miseria abyecta.

-Yo… jamás lo supe. Por qué no me dijiste…

-Lo siento, Yeol, pero me hizo jurar que lo mantendría en secreto. Creo que él no quería invadir tu espacio, y a fin de cuentas no tuve el valor para oponerme. Pero no puedo soportar el hecho de que haya estado haciendo todo esto sin recibir el reconocimiento que se merece.

-Bueno, todo muy lindo y eso -dijo Chanyeol con aire taciturno-, pero no puedo pretender que él me ame mientras yo estoy así, Kai. Apenas consigo arrastrarme al trabajo…

-Por eso es que lo necesitas, Chanyeol -lo cortó el otro-. Lo necesitas porque estás enfermo y precisas ayuda, y sabes que él te ayudaría a sobrellevar lo que sea. Removería cielo y tierra sólo para verte feliz. Y estoy seguro de que coincidirás conmigo en que, a estas alturas de tu vida, necesitas toda la felicidad que puedas.

-Pero no puedo hacerlo feliz a él, ya no. No sabría ni por dónde empezar.

Kai suspiró y se sentó junto a su amigo. Le apoyó una mano solidaria en la espalda, pero su voz seguía severa.

-Nunca le das crédito suficiente. No es como si Baekhyun fuera una princesita malcriada pidiéndote que le bajes la luna. Lo único que quiere es a ti. Me acuerdo cuando me hablabas tan efusivamente de que tus parejas anteriores intentaban cambiarte sólo porque podían, y de lo refrescante que era que Baekhyun te quisiera exactamente como eras. Un chico tan lindo como él podría conseguir a quien quisiera, probablemente, pero en su lugar escogió a un atontado como tú. Te ama, incluso encontrándote en este estado miserable. Pero pretender que él se quede aguardando por ti eternamente es, francamente, una injusticia de mierda. O haces algo o lo pierdes. Y si nos dejamos guiar por tu historia acerca de verlo en compañía de otro, puede que termines perdiéndolo antes de lo que crees.

Kai se paró y se dio la vuelta para mirarlo.

-Voy a tener que intervenir yo, Park Chanyeol. Sé que esto quizás te suene duro dado lo que has pasado, pero yo también perdí a Kris, y te lo digo únicamente porque preferiría morirme antes que perder otro amigo a causa de esta situación horrible. Te imploro que por una vez en la vida hagas algo por ti y le pidas a Baekhyun que te reciba de vuelta. De otro modo, te golpearé la garganta por ser tan lerdo, porque sabes tan bien como yo que nadie, en tu puta vida, te va a amar como él.

-No puedo -repitió Chanyeol en voz baja, al borde de las lágrimas-, no puedo hacerlo. Se merece mucho más de lo que puedo darle. Sería mejor para ambos si simplemente lo dejara en paz.

Kai se arrodilló frente a su amigo, sujetándole el rostro para forzarlo a que lo mirase a sus francos ojos oscuros.

-Chanyeol, no puedes seguir dejando que tu orgullo te impida alcanzar la felicidad. Eres humano, después de todo. Tienes permitido necesitar a otra persona. Tienes permitido tropezar de vez en cuando. Tienes permitido depender de quien amas y confiar en que te ayude a levantarte, cuando te pasas la mayor parte de tus días de rodillas. No tienes que luchar contra esto tú solo, y me duele tanto verte hacerlo, porque sé lo innecesario que es…

Lo abrazó brevemente antes de volverse a poner en pie.

-Eres tú quien se complica las cosas, Chanyeol -murmuró-, tienes que aceptarlo. Pero también cuentas con la facultad de parar cuando quieras. Así que hazlo… por favor.

En cuanto acabó de hablar, Kai lo dejó solo para que pudiera meditar sobre sus palabras, y lo único que pudo hacer Chanyeol fue preguntarse cómo demonios pudo su amigo ser tan profundo cuando él había estado tan ciego.

Había sido él quien le había prometido a Baekhyun que siempre lo amaría y lo cuidaría, sin importar qué, y al final resultó ser Baekhyun quien lo cumplió. Quien tuvo que cargar sobre sus pequeños hombros con el peso de Chanyeol y su mundo de desesperación, por su cuenta. E incluso después de que Chanyeol le destrozara el corazón, seguía manteniéndose fuerte por los dos.

Por primera vez en un largo tiempo, Chanyeol sintió algo además de miedo y vaciedad. Era mayormente arrepentimiento y autodesprecio por no haber tenido fe suficiente en la única persona que lo había amado de forma incondicional; quien, como un ángel, lo había respetado tanto como para darle su espacio, y sin embargo había continuado cuidándolo a la distancia.

Y también sentía amor. Un amor que le ardía por dentro con tanto fulgor que no podía comprender cómo se le pudo olvidar que estaba ahí.

Recordó de pronto el paquete que Kai le entregó, y rasgó el envoltorio.

Adentro había un CD en una caja plástica transparente.

Solían regalarse CD recopilatorios a cada rato cuando aún estaban juntos. Los que le daba Baekhyun normalmente estaban llenos de pop-rock, como The Ataris y Blur, y ocasionalmente colaba algún tema extraño de las Girls' Generation, para su disgusto. Intercambiaba sus compilados animados por los de Chanyeol, más pesados, que incluían grupos tales como Metallica, Iron Maiden y Eminem; y si bien tenían gustos musicales completamente dispares, casi siempre terminaban aceptando la música del otro con entusiasmo. Fue solo una de las tantas cosas que los unió.

El CD que Chanyeol sujetaba, sin embargo, no tenía ninguna lista de canciones ni nota que acompañara. No tenía ninguno de los bellos dibujos en la cubierta que Baekhyun solía hacer en su tiempo libre. No había nada más que un «Chanyeol» escrito sobre el plástico, con la letra de Baekhyun.

Confundido, lo introdujo en el reproductor y presionó el botón de play.

Casi de inmediato, una voz suave y hermosa lo bañó e inundó la habitación. Inspiró con fuerza cuando se dio cuenta de que quien cantaba era Baekhyun.

No hay nada que pueda decir
para que trates de sentirte bien,
ni hay nada que puedas hacer tú
para que yo deje de sentirme así.
Y si por casualidad se diera
que nunca más te vuelva a ver,
recuerda que siempre te amaré.

Yo sería una mejor persona
estando del otro lado, estoy seguro.
Tú encontrarías la forma de ayudarte
y descubrirías otra puerta
para hacer caso omiso de los incidentes banales
y así enorgullecernos a los dos.
Solo desearía poder estar ahí
para apoyarte.

Siempre fuiste quien
nos hacía destacar en las multitudes,
aunque de vez en cuando
tenías la cabeza en las nubes.
No hay nada que puedas hacer
para decepcionarme, jamás.
Y recuerda que siempre te amaré.

Después de que la canción acabó, Chanyeol se quedó ahí parado en silencio, estupefacto, cerca de diez minutos -que se sintieron más bien como diez días-, antes de casi desmayarse al comprender que la canción que Baekhyun había estado interpretando no era realmente sobre amor, sino sobre aceptación.

Y lo asustó más que la mierda.

De entre las incontables y espeluznantes pesadillas que lo habían estado afligiendo durante los últimos meses, la idea de continuar su vida sin Baekhyun parecía estarse de pronto tornando en la más horrible de todas.

Antes de tener tiempo siquiera para cuestionar sus propias acciones, Chanyeol ya estaba saliendo por la puerta. Condujo con imprudencia sin preocuparse ni un instante por el límite de velocidad, y rogó con todas su fuerzas por que la entidad superior que estuviese vigilándolo desde arriba, sea cual fuere, se hubiera puesto de su parte aquella vez.

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Canción del final: A Minor Incident, de Badly Drawn Boy.

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