Título: Baektoons.
Pairing: Chanyeol/Baekhyun.
Número de palabras: 3.968.
Resumen: Chanyeol a su corta edad le encanta dibujar y su modelo perfecto es Byun Baekhyun.
B a e k t o o n s .
Park Chanyeol ama dibujar, especialmente a su mejor amigo, Byun Baekhyun.
Una habitación de su hogar estaba llena de retratos de él, desde los viajes a París, hasta el campamento desde hace unos días junto a Baekhyun. Para Chanyeol, dibujar es como su misma respiración; es sentirse aliviado después de haber pasado un problema, alguna felicidad, es a su juicio estar más vivo que nunca, dibujar es para él, vitalidad.
No obstante, no es vital si no está Baekhyun ahí.
Aquél niño lo cautivó cuando él apenas tenía diez años, ese día que Chanyeol lo había encontrado ovillado en el piso a las afueras de un hogar de ancianos, moqueando y sollozando que había dejado a su abuelo ahí adentro. A pesar que Chanyeol estaba con su familia, decidió ayudar al chico, con su gran y acogedora sonrisa le ofreció su ayuda, y se sintió morir cuando vio que esa menuda figura le miraba sonriente con lágrimas en los ojos y cuando se dan cuenta de la diferencia de altura, Chanyeol suelta pequeñas risitas que a Baekhyun le parecen el paraíso.
Ése día se dio cuenta que su vida cambiaría totalmente junto a Byun Baekhyun a su lado.
Y si le preguntaran qué veía en Baekhyun, él respondería con la sonrisa más maravillosa del mundo, que todo en aquella diminuta figura le encanta.
Con el pasar de los días, Baekhyun era un recurrente personaje en su hogar. Chanyeol siempre lo esperaba sonriente en su habitación, mientras que su madre, lo recibía en las afueras con acogedoras galletas hogareñas. Definitivamente, Baekhyun no era parte del barrio, pero tomar el autobús para ver a un amigo, lo hacía sentirse un pajarillo volando en lo alto del cielo y no obstante, ambos pensaban en secreto que habían encontrado a su otra mitad.
Pasaron pocos días para que Baekhyun se cambiara de colegio y esté junto a Chanyeol, todos los días, en la misma aula, con la misma acogedora sonrisa de siempre.
Y quizás fue por ello en que Chanyeol decidió contarle en qué dedicaba su tiempo los días de verano o los gélidos días de invierno, o tal vez sólo fue la alegría que sentía al estar apoyando su cabeza sobre el hombro del más pequeño o simplemente, se dejó llevar por el momento, pero lo más precioso fue ver la expresión fascinada del más bajito al ver aquellas pinturas hechas a carbón, algunas pintadas con acuarela y otras simplemente a medio terminar, en ese momento su corazón da un vuelco inesperado: Baekhyun le dice que aquello es lo más maravilloso del mundo.
Para su cumpleaños número quince, Chanyeol recuerda que obtuvo un pastel rosa con su cara en medio, se rió de sí mismo para luego manchar con crema el lindo y pálido rostro de Baekhyun, que siempre por algún motivo, estaba ahí para él, a cada minuto a cada segundo, toda su vida.
Fue para a mediados de Octubre, en sus casi dieciséis primaveras, decidió hacer un pequeño libro, con todas las réplicas de cada pintura de Baekhyun, plasmadas ahí, en cada hoja vivaz y viril. Decidió comenzar por la carátula, porque si bien, Park Chanyeol además de ser un retratista de calidad para su edad, era un buen dibujante y pulidor de caricaturas, y no dudó un segundo en dibujar a su amado mejor amigo posando en diferentes cuadros, con una versión animada de él, concluyendo un libro con una carátula perfecta. Se dio cuenta que podía hacer mucho más, y dejó su imaginación fluir, deleitándose con una historia sobre amigos enamorados, siendo Baekhyun el protagonista de toda clase de pensamientos o escritos, tarjando inmediatamente plasmar en aquellas hojas las réplicas del rostro de su mejor amigo, porque definitivamente haría algo nuevo y fascinante para él.
Porque Byun Baekhyun a los ojos de Chanyeol, era perfección.
Y la perfección, necesita ser compensada.
Un día primaveral, donde los pétalos de cerezos caían con fuerza desde la alcoba de su habitación, fue cuando vio a un destellante chico colarse por su balcón, pero no era sorpresa para él. Porque desde que lo conoció, siempre ha sido un repulsivo al entrar por la ventana de su cuarto, colándose en medio de la noche en su cama con la vil excusa de que tenía unas horribles pesadillas y necesitaba de él. Chanyeol varias veces trató de que el más pequeño fuera donde su madre y lo consolara, pero se rindió cuando supo que le encantaba que Baekhyun estuviera a su lado, de ésa forma en particular. Juntos.
Hasta el fin de sus días.
Fue quizás ese día primaveral, cuando junto a los ojos de Baekhyun había una gruesa marca de delineador, que lo volvió loco, especialmente cada vez que sonreía, porque sus ojos se curvaban en una hermosa media luna, brillando fuertemente, estremeciéndolo, haciéndolo feliz interiormente. Ése día primaveral que juró jamás nunca olvidar, ése día descubrió que se había enamorado de su mejor amigo, Byun Baekhyun.
Realmente no sabe cómo supo de aquellas sensaciones, ni mucho menos cómo y cuándo se dio cuenta que aquellos sonrojos inoportunos eran producto de su enamoramiento adolescente. Simplemente lo supo, y no lo dejaría ir por ningún motivo.
Tímidamente, mientras retrataba por enésima vez el rostro sonriente de Baekhyun, se dio el tiempo para acomodar los sedosos cabellos contrarios, añorándose con aquél rico tacto.
“Chanyeol, ¿te gusta cómo se ve el eyeliner? Quería saber tu opinión ya que siempre… bueno tú… yo hice esto por ti ¿sabes? Y-”
“Me encanta como te vez, Baekhyun. De todas las maneras posibles, me encanta” Chanyeol sonrió con suficiencia, al ver el tierno rubor emanar el rostro del más bajito, enterneciéndolo de pies a cabeza. “He terminado, ¿quieres galletas? Mamá dejó unas en la alacena”
“Me encantaría”
◊◊◊
Park Chanyeol, ama cuando Byun Baekhyun sonríe molestamente para él cuando le fastidia que pinte mucho sobre él. Es obvio que algo más le molesta, pero Chanyeol decide seguirle el juego.
Sobre su desbordante papel mantequilla, termina los últimos retoques del que sería su veinteava pintura en el mes, y aunque ambos piensen que es una exageración, Baekhyun no puede dudar en sentirse alagado por su mejor amigo, no puede evitar sentir que quiere a Chanyeol mucho más que un amigo. Pero decide callar.
Sabe que aún no es el momento.
Chanyeol le dice que es tarde y le ruega a Baekhyun que se quede esa noche en casa, dice que tiene una sorpresa preparada para él, es algo que le ha puesto mucho empeño y amor, algo que cada vez que Baekhyun cruza el umbral de su puerta se dedica a hacer a altas horas de la noche.
Algo que sabe que Baekhyun atesorará toda su vida.
Sin embargo, se da cuenta que aquél regalo aún no tiene final, y se maldice por abrir su bocota antes de tiempo.
Pero tiene una excusa perfecta, y sabe que para el cumpleaños número diecisiete de Baekhyun, será el más impresionante de todos los cumpleaños que han vivido juntos, porque ése día, él le entregará su corazón, su corazón en forma de libro, con una historia feliz, para los dos.
“Cierra los ojos y confía en mí ¿vale?” Chanyeol susurra torpemente en el oído derecho de Baekhyun, estremeciéndolo.
“Siempre confío en ti, moriría en tus brazos confiando en ti”
Chanyeol se sonroja cuando mira los profundos ojos de Baekhyun, el contacto visual es hermoso, perfecto, y para hacerlo mucho más precioso, el más alto tímidamente le ofrece cinco rosas blancas y un tulipán. Hace un chiste malo sobre Baekhyun siendo un florero, pero aún así, Baekhyun encuentra que no hace gracia, se ríe hasta botar algunas lágrimas.
Esa noche, Baekhyun no tiene pesadillas. Y Chanyeol tiene los sueños más dulces, mientras siente que el más pequeño lo rodea con sus tímidos brazos por la cintura, sonríe inconscientemente.
Para la sorpresa de Chanyeol, su mejor amigo no está en su cama al día siguiente, no hay rastro de él en su hogar y siente un gran vacío en su interior. Sabe que algo está mal, hay algo que está molestando a Baekhyun y quiere saberlo. Debe saberlo.
Estira sus largas piernas y gruñe guturalmente cuando siente un dolor punzante en su estómago, tiene hambre, pero realmente quiere terminar aquél regalo que tiene para Baekhyun, después de todo su cumpleaños es dentro de dos días y no quiere estar a última hora terminando algo que pudo haber terminado antes.
Toma su delgado grafito y comienza a delinear un rostro, y no hay que ser adivino para saber quién es, la respuesta a todo, sería Baekhyun.
Pasan horas y se da cuenta que tanto la mañana como la tarde, pasa volando al estar concentrado en dibujar, pintar y dar últimos retoques a una obra que claramente, le encantaba. Su madre irrumpe su mundo de fantasía cuando le dice que tiene que ir a comprar al mercado, e inmediatamente siente su corazón hundirse en su pecho, tiene la rara sensación que algo malo va a pasar.
Está asustado y piensa en Baekhyun, su figura prácticamente se esfumó a altas horas de la mañana, sin decirle por lo menos, adiós. Cruza la calle y ve a Baekhyun en cuclillas tomando su rostro con las manos, Chanyeol sabe que nada está bien y corre hasta abalanzarse contra el más bajito, quien ahora se encontraba entre Chanyeol y el cemento, llorando e hipando como lo había encontrado el día que se conocieron.
“Me iré Chanyeol, papá dice que necesita tomar aire, recuperarse, verse morir en el lugar que nació. Me voy mañana y vuelvo el otro año, ¿entiendes? Chanyeol, Chanyeol, Chanyeol, di algo, dime que no me vaya, dime que...” Le dice, aferrándose al cuerpo más alto, tratando de contener lágrimas, tratando de detener el dolor de su corazón.
“No sirve de nada que te diga que no te vayas, porque de igual manera te irás, pero volverás ¿no? Y estarás bien, si tú lo estás, lo estoy yo, venga. Anímate.”
Chanyeol susurra casi sin aliento.
Y cree que a pesar que de lo dicho, que Baekhyun no volverá.
◊◊◊
Park Chanyeol ama a Baekhyun, pero decide mantenerlo en secreto.
Llora sin consuelo cada vez que recuerda su ausencia, los pasillos se sienten vacíos y sin vida si no está él, sin su rubor y sin su sonrisa. El aula está somnolienta y sin esperanza, la sonrisa radiante característica del más alto se esfuma con el pasar de los días, pero sigue siendo el buen estudiante que es, solo que sin su compinche a su lado.
Sin su felicidad.
El día en que se marchó, vio las palmas blanquecinas del más bajo apoyarse en el vidrio del autobús, su rostro sorprendido asimilando por fin que se está alejando de algo que alguna vez, lo hizo sentir vivo. La nostalgia lo carcome por dentro, y cree que está cayendo en un abismo, en algo oscuro y tenebroso, necesita urgentemente los confortables brazos de Chanyeol, diciéndole que todo estará bien.
El más alto lo percibe, y sabe que Baekhyun necesita un abrazo, sigue el autobús hasta el portón del terminal, viendo la angelical figura de su ser amado, partir. Porque a pesar de todo, llega tarde a despedir a Baekhyun y no alcanza a darle el regalo adelantado de cumpleaños, aquél libro que ahora Chanyeol apriete contra su pecho, apegándolo a su corazón, siendo lo único que podría revivir a Baekhyun en su corazón.
Su buzón, para los días siguientes no hay nada de Baekhyun, sólo folletos y cartas del banco; Chanyeol no se sorprende, porque a pesar de que el mayor le haya dicho que le escribiría, ambos sabían que eso no era posible dada la condición de su padre, no podía escribirle siquiera un “feliz cumpleaños” o simplemente enviarle una postal, así al menos sabría su dirección. Pero decide no agobiarse y sonríe porque sabe que Baekhyun se está esforzando para cumplir la felicidad de su padre y también porque sabe que le está deseando un feliz cumpleaños número diecisiete desde lo alto del cielo, desde miles de kilómetros más allá de su alcance, sabe que él recuerda su cumpleaños tanto como Chanyeol mismo, y sonrisa tras sonrisa, rompe en llanto.
Debió haberle dicho que lo quería.
Debió haberle dicho que lo necesitaba más que nunca.
Pero no lo hizo.
Y Chanyeol, está arrepentido.
Su habitación de retratos está ordenada, y cada pintura está acomodada en las cuatro paredes de la habitación, pero no es suficiente, porque hay más de veinte retratos más en la mesa redonda, y todos son de Baekhyun. Pero hay algo que está envuelto en una cinta rosa en la esquina de la habitación, es algo pequeño, y que parece olvidado.
Chanyeol da un vistazo más al recinto, y mira aquello que está envuelto cautelosamente sonriendo nostálgico. Sacude sus cabellos ricos en rizos chocolate y cierra la puerta de manera exagerada, los recuerdos que vivió junto a Baekhyun vuelven a renacer y no quiere llorar de nuevo, porque quiere estar bien, debe estar bien, por él.
Su madre ya no se encuentra ahí para reconfortarlo, se encuentra solo, ahogado en su propio llanto y hundiéndose en lo profundo del mar, recordando a su sonriente Baekhyun cada vez que se colaba en su habitación, cada vez que comía galletas hasta reventar o su sonora risa cuando hacía alguna travesura contra Chanyeol.
Sus lágrimas ser vuelven más gruesas cuando ve el calendario de pared, y se da cuenta que ha pasado año y medio y no hay señales de aquél adolescente intruso en su hogar, no hay señales del chico que le robó el alma, no hay señales de Baekhyun.
Con toda la pesadez del mundo, decide estudiar, enfocándose en otra cosa que no sea en su corazón. Sin embargo, hay algo que no lo deja tranquilo, hay algo que lo tiene inquieto y cuando mira por décima vez el calendario, se da cuenta que ése día es especial.
Ése día, cumplían años de amistad.
Sus orbes se abrieron exageradamente cuando presiente que Baekhyun está en la ciudad, no sabe si es telepatía, no sabe el por qué tiene esos raros presentimientos, pero decide hacerle caso a su cuerpo hormonal y corre al parque que solían visitar. No sin antes, tener entre sus manos el hermoso libro que había confeccionado para Baekhyun.
“Frío, brrr, frío”, susurra mientras observa el vaho esparcirse por el cielo. Está helado, y realmente no sabe por qué está nevando en pleno otoño, pero decide guardarse sus dudas para enfocarse en la gente a su alrededor.
Corre hacia las personas que cree que son Baekhyun, pero todos son intentos fallidos y por cada uno lanza un «lo siento» seguido de una reverencia. Está desanimado y cansado, sudor frío recorre su sien, y afirma torpemente el agarre del libro. Quiere llorar otra vez.
“Baekhyun, te necesito”, dice arrodillándose en el gélido cemento. “Dijiste que nos graduaríamos juntos, que nos mudaríamos juntos y que enseñaríamos tus retratos al mundo. Dijiste que me harías galletas y tendríamos un gato llamado Muon, ¿recuerdas? Baekhyun, te extraño”
Sintiendo sus ojos arder, los cerró fuertemente, cuando involuntariamente sintió sus lágrimas caer, sin embargo, se sorprende cuando alguien toma de sus manos.
“Realmente eres un idiota, Park Chanyeol. Nuestro lugar secreto está a la vuelta del parque, no en el parque.”
Creyendo que era una simple y vil ilusión, continuó con los ojos cerrados para sentir el cuerpo contrario hacer contacto con el suyo, encendiéndolo, dándole confort.
“Abre los ojos”, susurró ásperamente a lo que Chanyeol negó. “No me iré de aquí, lo prometo.”
“Esto es un sueño, tú no estás aquí, tú… tú. Baekhyun, te he extrañado, sólo déjame… déjame llorar, déjame sentir como si fueras real.”
El susodicho sonrió inconscientemente acariciando los rizos del más alto. No esperaba una bienvenida así, pero el hecho que Chanyeol le diga esas palabras tan hermosas, lo hacía vivir, otra vez.
“No lo haré, soy real, de carne y hueso. Si sigues así te arrugarás, y yo no quiero estar con un cara de anciano”, lanzando una risita nerviosa, Baekhyun obligó a Chanyeol a ponerse de pie. Sumiéndose en un silencio que solo él podía romper. “Lo siento. Olvidé la dirección de tu hogar y lamentablemente no te pude enviar ninguna postal. Papá ha muerto ¿sabes? Estoy contento, porque se fue feliz, eso me hace feliz… Además, había conseguido trabajo y pude con los estudios ¿puedes creerlo? Pero aún así-”
Chanyeol apoyó su frente en la de Baekhyun, sintiendo el tibio aliento acaramelado de éste, deleitándose con su presencia, con su rostro y su tibia voz que le daba escala al cielo.
“-me faltaste tú, y no puedo seguir viviendo si no te tengo a mi lado, Chanyeol”, cerrando los ojos por inercia, sintió la fría respiración de Chanyeol por su rostro, y al percibir una risita del más alto, se asustó. “¿Chanyeol, qué estás-”
“Este es tu regalo para tu cumpleaños pasado, el día en que te fuiste te lo iba a entregar… pero me acobardé. Lo siento”. Tanteando las manos de Baekhyun, depositó el libro que más de una vez leyó por las noches en su ausencia.
Separándose del más alto, miró lo que tenía entre las manos. “¿Baektoons?, ¿qué es esto?”
“Recuerdo que cuando te dije que era retratista, te nombré que era también famoso por el barrio por mis caricaturas, esta es la prueba de muchas cosas. No sólo de que hago caricaturas, también de que tú eres el foco de mi inspiración y mucho más, Baekhyun”, con un notable rubor en sus mejillas, Chanyeol sonrió acariciando el pálido rostro de Baekhyun.
“¡Esto es hermoso! ¿Este soy yo? ¡Oh por Dios! Chanyeol, eres… soy casi perfecto aquí. ¿Cómo es que tú…? Yo no sé cómo agradecerte esto… yo… ¿este eres tú? ¡Menudo gigante! Un momento, déjame leer las quince páginas, la historieta se ve interesante, además ¡se llama Baektoons! Chanyeol-ah, ¡es maravilloso!”, Baekhyun pasó por diferentes estados emocionales mientras hojeaba aquél libro, pero a pesar de eso, las lágrimas de felicidad comenzaron a salir, y sus brazos se envolvieron rápidamente en la cintura de Chanyeol. “Tú eres maravilloso”
“Tú lo eres más, Baekhyunnie”
Rápidamente comenzó a repartir tiernos besos en las mejillas de Baekhyun, incitándolo al pecado, incitándolo a probar de sus labios. Y el más pequeño, cansado de provocaciones, sonriente estampó torpemente sus labios en los de Chanyeol, riendo ante tal repentino roce, el más alto tomó a Baekhyun en brazos sin romper aquella tierna caricia que emitían sus bocas.
“No te vayas nunca”, susurró entre besos. “Nunca, nunca”
Jadeante, Baekhyun mordió el labio inferior de Chanyeol, necesitando más de él. No queriendo separarse nunca de aquella sonriente y peculiar figura. Entre sonoros besos, decidieron ir a casa, Baekhyun le dice que quiere comer galletas y el más alto le responde diciendo que sólo tiene helado y unos cuantos huevos en la nevera. Enojado, Baekhyun comienza a caminar delante de Chanyeol y éste no duda un segundo en darle una palmada en el trasero, sonriendo divertido.
“¡Chanyeol! Estamos en un lugar público, estás-”
“Loco, lo sé. Una nalgada no le viene mal a nadie ¿no? Además eres mío, huh”.
Baekhyun ríe y enrosca su brazo con el de Chanyeol, el libro está refugiado en su mano diestra y el más alto está feliz, porque le han devuelto las ganas de vivir, le han devuelto su vida.
Le han devuelto las ganas de estar vivo.
“¡Channie-ah, un gatito, un gatito!”, Baekhyun comienza a dar pequeños saltitos de emoción, mientras esconde sus sonrojadas mejillas entre los hombros de Chanyeol. “Por favor, no ensuciará, por favor”
Chanyeol hace una mueca divertida cuando ve a Baekhyun tomar al animal entre sus brazos, aunque aún estén en la etapa adolescente, cree que así se ve como un niño pequeño e indefenso, y eso le enternece el corazón.
“¿Sabes que estás asumiendo que vivirás conmigo, no es así? Rayos, ¡está bien! Tendremos una mascota”
“Muon, se llamará Muon”
Baekhyun se pone de puntitas y deposita un casto beso en los labios contrarios, para luego mimar a aquél peluda mascota.
“Con tal que guardes mimos para mí, todo bien ¿eh?”
Esa noche, a pesar que su madre podría estar recién llegando a su habitación, luego de un ajetreado día, en la habitación de Chanyeol estaban los libros esparcidos por el suelo, el gato durmiendo en los pantalones de Baekhyun, y éste trataba de reprimir cada jadeo vergonzoso que salía de sus labios al sentir la excitación a flor de piel.
Sus cuerpos haciéndose uno, sin pudor alguno, sintiendo el sudor emanar en sus frentes, sintiéndose mutuamente, no sabiendo qué hacían exactamente, palabras como más y ahí hicieron eco en la habitación, sin percatarse de un espectador algo curioso ronroneando en los pantalones de Baekhyun.
◊◊◊
Byun Baekhyun ama cuando Park Chanyeol le cuenta cómo se le ocurrió hacer un libro para él, especialmente para él, siendo él mismo el protagonista de cada una de las páginas audaces y coloridas.
Ama también cuando sacude sus cabellos para ordenarlos un poco, lo encuentra demasiado sensual, aunque no los ordene exactamente. También ama la forma en que Chanyeol ríe, cree que la forma en que ama a Chanyeol es única y cree también, que puede vivir una eternidad con él, porque estar junto a él es lo más maravilloso del mundo.
Mientras llevaba un gran tazón de chocolate caliente, apoyó su frente en el umbral de la puerta. Siempre se sentía como la primera vez, siempre sentía ese rubor en sus mejillas y siempre, sentía esas pequeñas y enérgicas mariposas revolotear por su estómago.
“Realmente estoy enamorado de ti, Park Chanyeol”, murmuró sonriente, aferrándose al tazón de loza.
“¿Dijiste algo? Oh, momento, lo escuché perfectamente”, aferrándose a la cintura del más bajo, mordió uno de sus hombros, estremeciéndolo.
“Idiota, ¡pensé que estabas ahí dentro!”
“Muon quería salir afuera un momento… y quería sorprenderte, pero yo me he llevado la sorpresa, Baekhyunnie”
“No te daré el gusto, Chanyeol. Además ¿en qué estás trabajando ahora? Envés de retratos podrías hacer uhm, ¿Chantoons?”
“Nop. Estoy haciendo la continuación de Baektoons, pero con algo más de realidad, algo más… nosotros. Después de todo, tú eres la historia de mi vida, ¡corrección! Baektoons es la historia de nuestra vida ¿no crees?”, dándole un beso en la mejilla se apartó torpemente para ver la reacción del mayor.
Las mejillas de Baekhyun estaban demasiado rojas, y no creyó lo que veían sus ojos hasta que observó el tazón vacío tirado por la alfombra escuchando el sonoro quejido de Baekhyun al tragar chocolate caliente.
“¿Estás-”
“Locamente enamorado de ti, ahora ven y bésame, Chanyeol. Antes de que te mande al carajo por ser demoniacamente tierno”, mordiéndose el labio inferior posó ligeramente sus piernas alrededor de la cintura opuesta, sintiéndose más alto de lo normal. Observó a Chanyeol tragar saliva sonoramente y rió al ver su temperatura.
“¿Allí? ¿No crees que-”
Baekhyun besó vorazmente a Chanyeol, sacándole más de un gemido involuntario, su sentido común se esfumó cuando saboreó el chocolate en la boca del más bajito, deleitándose una vez más con descargas eléctricas recorrer su cuerpo.
Siempre se siente como la primera vez, sumergiéndose en un vaivén de sentimientos conocidos y desconocidos, escuchando el exquisito latir de los corazones de ambos, riéndose de cada locura que pueden cometer, sonriéndome patéticamente al creer que están queriendo por primera vez.
Park Chanyeol ama a su novio, Byun Baekhyun. Él es el modelo perfecto para cada pintura, cada retrato y cada caricatura. Sabe que cada día junto a él, es una nueva historia tanto en su vida, como en las hojas de una historia de amor que está escrita en cada retrato que hace de él.
Y tal vez es una locura, pero siente que quiere estar junto a él, una eternidad.