El día que invadí Liechtenstein - APH
Título: El día que invadí Liechtenstein
Fandom: Axis Powers/Hetalia World Series
Claim: Liechtenstein/Suiza
Género: General
Notas: Basado en una noticia real, ocurrida más o menos en marzo del año 2007. Regalo de cumpleaños para teniente-ross, que sé que tenía mono de Suiza/Liech <3
Advertencias:Ninguna
Me despertó un ruido. Demasiado fuerte para que fuera Liechtenstein. Me levanté, con los párpados aún pegados por el sueño, parpadeando para recuperar la vista, borrosa. Mis pensamientos eran tan incoherentes que estuve a punto de ponerme la camisa por pantalón; no pensaba pasear en pijama por la casa de buena mañana.
Caminé dando tumbos por el pasillo, rozando la pared con la punta de los dedos como referencia para no perder el equilibrio. El despertar había sido tan brusco que mi cerebro atontado aún no había salido de las fases tres y cuatro del sueño. En el corredor, me acerqué a una ventana abierta y eché una ojeada al patio.
El sol de la mañana me molestó en los ojos y volví a meter la cabeza en la casa. No, no era Prusia. Lo que había escuchado no había sido un sonido de matorrales, o el golpe producido por el tropiezo con la mesita de café o el banco del jardín.
Demasiado tarde para ir a dormir de nuevo, decidí volver a mi cuarto, terminar de vestirme, y bajar a por un café. Abrí la puerta de nuevo, y al intentar entrar mi hombro chocó contra el marco.
Había algo diferente en mi cuarto. Tal fuera el color de la luz, rosado por las finas cortinas de la ventana; tal vez fuera por la cama de bisel con encaje, o tal vez fuera por una Liechtenstein frente al espejo a medio vestir. Dándome su espalda desnuda, mientras sus manos tiraban de una combinación blanca hacia arriba para luego meter los brazos por los tirantes. Una marca roja considerablemente grande en su muslo izquierdo delataba de dónde había venido el ruido que me había despertado.
Me había equivocado de puerta.
Lentamente, y antes de que mi mirada fuese al reflejo de la parte delantera de Liechtenstein en el espejo, y sobre todo, antes de que se percatara de que había entrado en su habitación, di tímidamente unos pasos hacia atrás y cerré la puerta con la máxima delicadeza que mis manos temblorosas me permitieron.
Con mis ojos, por fin abiertos como platos, bajé a la cocina a por ese deseado café.
A la mañana siguiente, en la misma cocina, con una nueva taza, abrí el periódico. Pasadas unas páginas, una noticia de invasión de mi ejército me hizo atragantarme con el café.
-“Suiza invade Liechtenstein por error” - cita una vocecilla sobre mi hombro. Me sobresalté, y cerré automáticamente el periódico, carraspeando- Si te soy sincera, no me di ni cuenta.
A juzgar por el calor que sentía en el cuello y las mejillas, debí haberme quedado rojo como un tomate.
-Bueno, al menos no atacaste con helicópteros o algo así.
FIN
Aquí la noticia.
Fandom: Axis Powers/Hetalia World Series
Claim: Liechtenstein/Suiza
Género: General
Notas: Basado en una noticia real, ocurrida más o menos en marzo del año 2007. Regalo de cumpleaños para teniente-ross, que sé que tenía mono de Suiza/Liech <3
Advertencias:Ninguna
Me despertó un ruido. Demasiado fuerte para que fuera Liechtenstein. Me levanté, con los párpados aún pegados por el sueño, parpadeando para recuperar la vista, borrosa. Mis pensamientos eran tan incoherentes que estuve a punto de ponerme la camisa por pantalón; no pensaba pasear en pijama por la casa de buena mañana.
Caminé dando tumbos por el pasillo, rozando la pared con la punta de los dedos como referencia para no perder el equilibrio. El despertar había sido tan brusco que mi cerebro atontado aún no había salido de las fases tres y cuatro del sueño. En el corredor, me acerqué a una ventana abierta y eché una ojeada al patio.
El sol de la mañana me molestó en los ojos y volví a meter la cabeza en la casa. No, no era Prusia. Lo que había escuchado no había sido un sonido de matorrales, o el golpe producido por el tropiezo con la mesita de café o el banco del jardín.
Demasiado tarde para ir a dormir de nuevo, decidí volver a mi cuarto, terminar de vestirme, y bajar a por un café. Abrí la puerta de nuevo, y al intentar entrar mi hombro chocó contra el marco.
Había algo diferente en mi cuarto. Tal fuera el color de la luz, rosado por las finas cortinas de la ventana; tal vez fuera por la cama de bisel con encaje, o tal vez fuera por una Liechtenstein frente al espejo a medio vestir. Dándome su espalda desnuda, mientras sus manos tiraban de una combinación blanca hacia arriba para luego meter los brazos por los tirantes. Una marca roja considerablemente grande en su muslo izquierdo delataba de dónde había venido el ruido que me había despertado.
Me había equivocado de puerta.
Lentamente, y antes de que mi mirada fuese al reflejo de la parte delantera de Liechtenstein en el espejo, y sobre todo, antes de que se percatara de que había entrado en su habitación, di tímidamente unos pasos hacia atrás y cerré la puerta con la máxima delicadeza que mis manos temblorosas me permitieron.
Con mis ojos, por fin abiertos como platos, bajé a la cocina a por ese deseado café.
A la mañana siguiente, en la misma cocina, con una nueva taza, abrí el periódico. Pasadas unas páginas, una noticia de invasión de mi ejército me hizo atragantarme con el café.
-“Suiza invade Liechtenstein por error” - cita una vocecilla sobre mi hombro. Me sobresalté, y cerré automáticamente el periódico, carraspeando- Si te soy sincera, no me di ni cuenta.
A juzgar por el calor que sentía en el cuello y las mejillas, debí haberme quedado rojo como un tomate.
-Bueno, al menos no atacaste con helicópteros o algo así.
FIN
Aquí la noticia.