Autor: Wind Dancer
Fandom: Harry Potter
Disclaimer: Harry Potter y su universo no me pertencen. Escribo sin ánimo de lucro.
Advertencias: NC-17. Porno.
El rollo que se llevan Sirius y James es algo poco convencional. Muy de polvos a escondidas y secretismo que roza la paranoia, de dos amigos que son amigos y, si son algo más, tampoco es problema tuyo. Es tan reducido, el número de gente que lo sabe, que a veces incluso ellos mismos dudan de si es real.
Si les preguntas responderán con evasivas y a lo sumo puedes conseguir una media sonrisa descarada de Sirius, si estás de suerte. Pero la verdad es que, si bien no lo proclaman a los cuatro vientos, el tema sigue allí. A veces Remus les ve susurrándose mierdas en la Sala Común y no tiene muy claro si es otra subnormalidad de las de siempre o es una subnormalidad de las otras. Otras veces, Peter encuentra un calcetín acartonado en su almohada y monta el drama a primera hora de la mañana. Quiere saber quién fue el culpable, a quién tiene que perseguir, castigar, azotar, acosar hasta que los perros del infierno sean una nimiedad en comparación, etcétera.
James dice:
―Fue Sirius.
Y Sirius responde, canalla, levantando las cejas:
―¿Y tú eso cómo lo sabes, querida?
Peter decide que a veces es mejor no preguntar.
En general, todos los que importan están al tanto, así como otros que no importan tanto (Regulus siempre parece saber más de lo que debiera y Sirius debería dejar de mandar cartas con la lechuza de Reg, cuando la suya se pierde). James y Sirius, Sirius y James, no es convencional pero tampoco es nada chocante. Hacen coñas y se divierten, follan cuando les apetece y, en definitiva, se lo pasan tan bien como dos adolescentes como ellos pueden pasarlo. Y el sexo es realmente bueno.
Para James, eso es todo y más de lo que se puede pedir.
Y es que Sirius le folla lento. Y rápido, y suave, y agitado. Le folla con ganas, eso siempre, le folla sudando, oliendo a escobas, uniforme y vestuarios de quidditch. Le folla con la mirada ida en ese dormitorio que huele a pies, mascullando que sí, joder, sí, hostia sí James así. Le folla con una sonrisa satisfecha, algo animal. Antes de ducharse, después de ducharse. Le hace pajas largas, inhumanas, el pulgar se mueve en la punta, haciéndole sentir un placer crudo, doloroso incluso.
Cuando quiere, como quiere. Le tiene pillado. (No es que se queje).
A veces son sólo besos repentinos. Una mano grande que parece que le arranque el pelo, echándole la cabeza hacia atrás. Los dedos se clavan en su cuero cabelludo, se muerde los labios (y luego deja de hacerlo porque los de Sirius se ponen encima, sus lenguas se pelean y morderse el labio pudiendo hacer eso es algo que sólo elegiría un gilipollas. Y James puede ser muchas cosas, pero gilipollas no es una de ellas).
Otras veces ni siquiera son besos.
―James.
Voz ronca, sonrisa canalla, manos en los bolsillos y mangas arremangadas.
(Le deja agotado igual, esa mirada. Le folla con los ojos, le desabrocha el pantalón sin tocarle, hace que se le ponga dura con sólo pensarlo, Sirius).
Cuando quiere, como quiere.
A James ya le está bien.