No se si el día terminaba o empezaba, simplemente se diluía y era una sensación muy difusa. Me acostumbré a cerrar los ojos y jugar con la inercia, todo ocurría a camara lenta, me apoyaba con la espalda en la pared y al abrir los ojos, estaba en el techo y volvía a caer a la cama. Esta vez sorda, tragandome y masticandome, nada que ver con esas
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