Tabla Simbolica- 30Vicios
Espiar, a veces, tiene sus consecuencias.
Para que negarlo, estaba obsesionado con esa chica. No podía evitarlo, esa muchacha retraída y aparentemente sin gracia se había colado en sus pensamientos y había echado raíces ahí, en el mismo instante en el que la vio a través de la ventana de su habitación; la habitación que compartía con ella.
En esa ocasión, él había decidido encerrarse allí debido a que estaba cansado de que las chicas del área de Turismo estuviesen hostigándolo todo el tiempo. Como hacia calor, decidió abrir la ventana y quedarse sentado en el alfeizar; y ahí fue cuando la vio.
Sin aquella molesta gorra que le tapaba el rostro, con su siempre despeinado cabello totalmente mojado y cubriéndole la espalda. Llevaba un bikini, cosa que lo sorprendió mucho debido a que ella generalmente usaba ropas anchas y que no permitían adivinar su figura a través de ellas. Pero en esa ocasión, cada curva de su delgado cuerpo quedaba expuesta y él era el único que las veía.
Desde ese momento había estado pensando en ella, en sus gestos, en su cuerpo. Pensaba en ser el primero en besarla (porque estaba seguro de que nadie la había besado aun), ser su primer novio… ser el primero en todo lo que tuviera que ver con ella. Pero había un problema: ella pasaba olímpicamente de él. Era como si él no existiese, como si lo que veía (porque él era bastante guapo y codiciado) no le gustase. Y él pensaba en esto y se obsesionaba mas, porque antes pensaba que no había una mujer en todo el colegio que no gustase de él. Pero con Elena se había equivocado rotundamente.
Ella no era como las demás chicas que él conocía, y eso, también le gustaba.