(no subject)

Mar 18, 2010 21:06

Título: Untitled 2 (aún no tiene nombre ^^U)
Pareja: Ohmiya
Rating: PG a Nc-17 en próximos capítulos.
Género: AU, angnst un poco, romance

Capítulo 1 parte 3


Asiente tímidamente a lo que la señora Yuki le dice y comienza a desayunar respondiendo de vez en cuando a las preguntas que Yuki y Aiba le hacen.

-Bueno, Satoshi-chan, ¿estás preparado para hacer un tour por la casa? - Le pregunta el mayordomo una vez terminados de desayunar. El joven asiente levemente y espera a que Aiba se levante para guiarlo. Éste se levanta de su asiento y sonríe a Ohno. - ¡Vamos! Sígueme. No hay mucho que mostrar, te enseñaré lo necesario para que puedas moverte sin problemas. -Sale de la cocina seguido de Ohno quien mira atento a su alrededor.

Nada más salir, Aiba señala a su derecha, mostrándole donde se encuentra el cuarto de baño de invitados, un poco más adelante, un pequeño pasillo se podía ver a la derecha que llevaba a lo que Aiba llamaba “la Sala de Música”. Debajo de las escaleras, con la puerta unos pocos pasos más adelante se encontraba la habitación de Aiba.

-Esa es mi habitación, ni se te ocurra entrar.- Señala al chico con el dedo.- Tampoco te lo recomiendo, se escuchan ruidos raros provenientes del piso de arriba.- Pone cara de exasperación y recibe una mirada confusa por parte del menor.- Sigamos.

Entran en el comedor, una habitación bastante grande, rodeado de muebles expositorios, en su interior se pueden observar las distintas vajillas que a ojos de Ohno, parecían de lo más lujosas: a un lado de la puerta se encontraba un pequeño mueblecito en el cual había unas cuantas copas y jarras, lo que supuso el menor, recordando de donde venía, que en el comedor privado había un mueblecito muy parecido donde se encontraba la bebida y los sirvientes la cogían de ahí para servir a los invitados especiales del señor. En medio de la sala, ya volviendo al comedor, estaba la gran mesa de madera rodeado de sillas del mismo modelo.

-Tú serás el encargado de escanciar el vino al señor, procura que siempre esté llena la copa.- El menor asiente a todo lo que dice hasta que se da cuenta de un pequeño detalle.

-Aiba-san, ¿desde cuando estoy trabajando aquí?- No recordaba haberle pedido trabajo tampoco pensaba quedarse mucho tiempo.

-Desde que…- El mayor se da la vuelta mirándole fijamente.- tu vida peligra fuera de los terrenos de Ninomiya-san.- Le sonríe revolviéndole el pelo.- No te preocupes, el señor no tiene objeción ninguna.- Se da la vuelta andando hacia una puerta.- mientras que le agradezcas tu hospitalidad, trabajando como mi ayudante.- Entra en la sala contigua cuya forma es en “L”

-N-Ninomiya-sama es muy amable…- Susurra un poco sonrojado.

-Lo es… aunque de miedo a veces y… sea un libertino.- Sonríe mirando a Ohno.- Espérate todo de Ninomiya-san, Satoshi-chan, puede tanto decepcionarte como todo lo contrario…- El menor miraba a Aiba un tanto confuso.- Pero eso ya lo irás viendo conforme pase el tiempo. ¡Bueno! Éste es el salón. Aquí tendrás que servirle el té al señor a partir de mañana, siempre una hora después de que acabe el señor de comer. Y… si tienes suerte… puede que te invite a una galleta.- Le guiña un ojo para después reírse arrancándole un sonrojo y una pequeña sonrisa al menor.

El chico echó un vistazo a su alrededor, observando la sala completamente. Nada más entrar, a la derecha había una pequeña mesa redonda de cristal y a su izquierda una estantería de madera llena de libros, pudo observar que había muchos escritos en otros idiomas, al lado de la estantería había un pequeño ventanal. Al fondo estaban la chimenea con una mesa de té enfrente, rodeada de un sofá de tres plazas y dos sillones individuales. En la otra parte del salón se encuentra un sofá en forma de “L” enfrente de un mueble de madera con una televisión panorámica y un montón de cajones y cristaleras con objetos antiguos en su interior y un home cinema rodeando todo el salón.

-Ésta tarde te enseñaré los jardines, te encantarán.- Le vuelve a revolver el pelo.- El señor debe estar a punto de salir de su baño matutino, mientras nosotros, nos ocuparemos de lavar la ropa y limpiar un poco, ¿qué te parece?- Pregunta recibiendo como respuesta un pequeño asentimiento de cabeza.

En la mañana Ohno estuvo estudiando el hábito de trabajo de la casa, la chica que parecía odiarle, lo molestaba con algún comentario o ensuciando todo lo que el menor limpiaba, en una de esas veces, el señor de la casa entró en el salón y apenas dirigió su mirada a ellos, hecho que a Ohno no le molestaba en lo absoluto pero que a Masami sí. La hora de la comida llegó; comió con todos los sirvientes deprisa y corriendo porque enseguida comía el señor en el comedor, así que, en medio de lo que se dice pío, Ohno estaba ya en el comedor jarra en mano esperando a servir el vino.

Ninomiya ya estaba sentado en su lugar en la mesa. Aiba le había dado la señal para acercarse y escanciar el vino en la copa del señor. Notaba sus piernas flaquear y sus manos temblar haciendo sonar el cristal de la copa al chocar contra la jarra, poniéndole aún más nervioso. Incapaz de mirar a Ninomiya a los ojos, vuelve a su sitio aún temblando. Levanta su mirada y mira al mayor que observa la copa para luego acercársela a los labios y mirarle a él directamente mientras le da un pequeño sorbo, Ohno, traga saliva tembloroso y más al ver una sonrisa de medio lado asomar por el rostro de su, ahora, señor. Su mirada se aparta de él, arrancándole un suspiro de alivio cuando comienza a comer sin volver a dirigirle la mirada.

Llegada la tarde, Aiba quería llevar al menor a dar una vuelta por los jardines. Cuando Ohno salió a la parte de atrás de la mansión, se quedó impresionado de la enormidad de la piscina, rodeada de unas cuantas tumbonas con sombrillas plegadas. Al otro lado de la piscina, a un nivel por debajo de la casa, contempló maravillándose de la gran extensión de colores que se desplegaba ante sus ojos.

-No te impresiones tan pronto Satoshi-chan.- Le sonríe viendo la expresión en la cara del menor.- Te encantará la variedad de plantas y flores.- El chico solo asentía, sin ser capaz de articular alguna palabra ante la belleza que se le presentaba delante.

Bajan por una de las dos escaleras de piedra que encierran entre ambas una fuente de agua. Al estar ya abajo y ver de cerca el jardín, sus ojos no pueden más que emocionarse y pensar en si algún día podría plasmar tanta belleza en un papel. Aiba estaba mostrándole todas las flores y le enseña, por último los hermosos rosales de varios colores, pero su atención la atrajo una rosa burdeos, preciosa a la vista del menor. Hipnotizado por tal belleza, acerca su mano para poder experimentar la suavidad y poder deleitarse de su perfumado olor, pinchándose al agarrarla para acercarla a su nariz. Tras un quejido se da cuenta de que de su dedo comienza a salir sangre y mira alarmado a Aiba encontrándose con que la mirada no está en él sino en la mansión. El mayor sigue concentrado en la mansión, frunciendo el ceño y Ohno no puede más que mirar hacia la residencia sin entender muy bien lo que sucede hasta que nota una tela rodearle el dedo. Mira a Aiba que no aparta su mirada aún de la mansión.

-Ten cuidado la próxima vez.- Le dice aún sin mirarle.- Quédate aquí, da una vuelta por los jardines. Ahora vuelvo.

Aiba entra al interior de la casa, había escuchado una copa romperse y había notado a su señor alterado sorprendiéndole a él mismo, ¿una gota de la sangre de Satoshi le había hecho ese efecto al señor? Cuando entró al comedor no había nadie excepto dos sirvientas que acababan de entrar para limpiar el cristal roto de encima de la mesa. Aiba podía ver perfectamente a Ninomiya leyendo el libro mientras tomaba pequeños sorbos de ese preciado líquido rojo hasta que antes de beber un poco, se para oliendo la dulce fragancia de la sangre de Satoshi, seguro que Ninomiya notó como se alteraba su cuerpo y sus ojos cambiar al azul hielo, claro signo de deseo. Aiba sonríe de medio lado pensando que ese chico era de lo más interesante.

ohno satoshi, ohmiya, ninomiya kazunari, fanfiction

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