-¡¡¡Qué guapo vas!!!- gritó mi abogada según me vio llegar a la puerta de los juzgados.
-Sí, soy Mister Trullo 2006- grité yo, embutido en una camisa de rayas, una americana y unos pantalones de pinzas (todo prestado, claro). A mi lado estaba Sevi, mi testigo, con un jerseicito de niño bueno, riendose de mi descaro, fruto del humor nervioso que me
(
Read more... )