Warrior's Eve

Jun 16, 2010 23:26


fandom: Naruto 
claim: Neji Hyuuga/Sakura Haruno. 
reto: Survival | DAC 
extensión: 4,298 palabras. 
géneros: Drama, Angst.
advertencias: Muerte de personaje. Violencia. Spoilers del Manga.
link:  ff@net

disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto.

Increíble.

Demasiado increíble, y doloroso. Muy doloroso.

Pese a que ha pasado el tiempo Konoha aún queda con aquellos vestigios de agonía entre sus luminosas calles. Pronto llegará el invierno y se cumplirá un año después de lo sucedido; es difícil afrontarlo de esta manera, incluso resulta cruel para algunas personas, pero la vida ha continuado.

Los pájaros siguen cantando mientras el sol se eleva cada mañana con un resplandor más intenso que el día anterior, la luna se pone con calma en su sitio a la vez que las estrellas corren a hacerle compañía. El viento sopla el mismo aroma a césped recién cortado y sequedad, tan característico de la aldea oculta de la hoja. La montaña de los Hokages se cuartea un poco más con cada estación que pasa, mientras que se le añade un nuevo rostro allí…

Con los habitantes ha cambiado ligeramente.

Hay algunos que se encierran en su dolor...

Es decir, Kakashi aún visita el monumento de los caídos todos los días, antes de cualquier reunión, pasando todo el tiempo que tiene libre en ese lugar tan suyo; donde más nombres han sido añadidos a la lista. Todavía continúa leyendo el Icha Icha con un cariño anhelante y nostálgico; he perdido la cuenta del número de veces que ha cerrado la cubierta para volverla a abrir.

…mientras demuestran al mundo que no es así.

Neji se levanta casi a medio día cuando Hinata va a despertarlo, ambos se dirigen al campo que hay en los terrenos Hyuuga para iniciar su entrenamiento antes del almuerzo. Pese a que su fortaleza es admirable se notan cansados y distraídos después de unas horas, porque inevitablemente los recuerdos vuelven. Es ahí cuando Hinata se dirige a hacerle compañía a Kurenai y a su hijito mientras Neji va hacia la mansión Hyuuga, dispuesto a encerrarse nuevamente; prácticamente sólo vive para entrenar pero nadie podría decir con certeza que tan afectado está, porque nadie lo sabe.

Porque ante los demás proyectan una cara normal…

Shizune-san se ha adentrado totalmente en el trabajo del hospital, salvando cada vida que puede. Devolviendo los latidos a los corazones aún a costa de su propia salud, sanando día y noche con enjundia como si eso pudiera llenar el vacío que quedó en ella. ¡No ha sido nada fácil! Casi siempre termina exhausta en las camas del hospital hasta que Kotetsu-san la alcanza después de su turno y la lleva a casa.

…sufriendo con los labios sellados y en la soledad de su posición.

Y Naruto apoyando la villa, haciéndola crecer y resplandecer con su alegría a cada minuto. Ha mostrado el rostro que debía, ha superado muchos obstáculos para estar donde está y me enorgullece. Sé que llora por las noches antes de dormir y que se culpa constantemente, que odia una parte de sí y se considera un peligro para la aldea; que se maldice a sí mismo por no haber conseguido detenerle. Aunque eso sea parte suya, todos los días es capaz de mostrar una sonrisa sincera, una luz esperanzadora. Una mueca en su faz, un brillo en sus ojos que dice yo también he sufrido, sufro todavía pero lo superaré, trato de hacerlo con todas mis fuerzas; y quiero que Konoha lo haga conmigo.

Konoha lo superará pero jamás olvidará.

No necesita hacerse más fuerte, yo fui la que se arriesgó de esa manera. Él sólo fue el inocente a quién le toco vivir esa situación. Sé que se repondrá, como también que sufre en mutismo. Pero creo en Neji, sé que su clan lo necesita y que él actuará bien para ellos...

...

─Sakura, tienes una misión.

La voz de Tsunade-sama era bastante cansada, en su rostro había ojeras y sus ojos estaban muy hundidos. Su palidez era más que espectral, mientras que su cabello lucía opaco y descuidado. En su oficina se podía apreciar los papeles regados (me atrevería a decir que eran planes estratégicos) por doquier, había varios termos de café y empaques de comida en las esquinas. Además de que no había rastro de botellas de sake, muestra idónea de la seriedad de mi Shishiou al respecto.

Por ningún lado se veía la mano de Shizune, me pregunté donde estaría.

─Dígame Shishiou.

─Tendrás que ir a la costa este a recibir a un grupo de personas de la Niebla. ─Asentí cuando ella me miró fijamente─. Supongo que sabrás cuales son las condiciones de aquellas personas, ¿cierto?

Negué con la cabeza, pese a que me hacía una idea de la situación.

─No hay tiempo para explicártelo ─dijo satisfecha. En su rostro demacrado había un fantasma que no permitía que se viera del todo mi verdadera Shishiou, en su lugar había una mujer relativamente joven de ojos consumidos y rostro cansado─. No irás sola, te encontrarás con tu compañero a la salida de la aldea y él te pondrá al corriente; el primer grupo ha salido ya ustedes serán el refuerzo.

─ ¿Por qué no está aquí?

Me extrañe, regularmente el procedimiento consistía en explicar la misión a ambos ninjas involucrados. Tsunade-sama me miró con un poco de vergüenza en el rostro antes de explicar:

─Acaba de regresar de una misión.

Oh. Las cosas debían estar realmente mal si nadie tenía tiempo a reponerse de las misiones realizadas, pero no estamos en tiempos normales tenemos que darlo todo de nosotros, por el bien de Konoha. Salí del despacho despidiéndome de la Godaime con un cabeceó formal, traté de darle una sonrisa de confianza pero no me salió nada mis labios parecía dos temblorosas cintas frágiles que se mueven al viento y nunca permanecen en la posición que uno desea. Mientras me dirigía hacia la salida de la aldea revisaba mi equipo médico, no estaba segura si ya había sido enviado uno en el equipo anterior pero no estaba de mal prevenir. Pensé irremediablemente en Naruto y en su entrenamiento, esperaba que llegara con un progreso increíble pero de alguna manera me aterraba saber que el fin de aquello era para destruir a Sasuke. Pese a todo el daño hecho no tenía deseos de que lucharan el uno contra el otro.

Me quedé en la entrada a esperar a que llegase mi compañero.

No pasó mucho tiempo para que viera al prodigio Hyuuga descender toscamente de la rama de un árbol hasta pararse frente a mí. Me miró por el rabillo del ojo al ver que evaluaba su aspecto; los ninjas estamos acostumbrados a movernos con la ligereza de una sombra, no por nada nos consideran los guerreros de las sombras; no es posible que haya uno ─además de Naruto─ que se mueva con esa brutalidad. Y tampoco sería propio que uno proveniente de un afamado clan de l nobleza shinobi, llamado el prodigio, lo hiciera. Volví a repasar su aspecto, sabía que acababa de llegar de una misión pero no deseaba preguntarle, para qué hacerlo si sé de antemano que no me responderá. Su uniforme y piel expuesta estaban sucios, había ciertos arañazos en sus manos y cuello, además de ciertas rasgaduras en la camiseta negra y el pantalón pero no se veía ninguna clase de herida punzo-cortante, quemadura o hemorragia (a menos que el Hyuuga supiera como disimularlas bien).

Asentí para mí misma, aprobando su condición.

─ ¿Ya terminaste el chequeo? ─me preguntó inmediatamente.

Me estremecí, jamás había estado bajo el análisis de una persona con visión de trescientos sesenta grados aunque bueno sí había estado bajo la mirada atenta de Hinata, pero con él era diferente. Su mirada era más pesada y menos amigable que la de su prima.

─Espero no tengas ninguna herida.

Le miré a los ojos por unos segundos, traté de no dejarme intimidar por la frialdad de su mirada blanca pero no me bastó mucho tiempo. Él la sostuvo por unos segundos, evaluando mi resistencia y veracidad ─creo yo─, yo me esforzaba por mantenerla firme y hasta cierto punto amenazante; simplemente me vi como su médico, preocupada por su salud y posiblemente aversiva a las lesiones o heridas. El prodigio Hyuuga de penetrantes ojos desvió la mirada primero, su expresión era exasperantemente nula; comenzó a andar a paso ligero y me gruñó un “Vamos” a la distancia.

Después de que Konoha estaba recuperándose de la catástrofe de Pein (ex-líder de Akatsuki). Para ese entonces con la Godaime recuperada, nuevamente restituida en su puesto y con el héroe que velaría por la aldea; él animo estaba por los cielos. Toda la aldea sabía de la amenaza de guerra por parte de Akatsuki y Sasuke Uchiha (el renombrado traidor), pero así como estaban alertas a este hecho, conocían también la alianza entre las aldeas shinobis. No sería apropiado decir que se respiraba tranquilidad en el aire pero si había una pizca soberbia, de desdén hacia la vulnerabilidad; una errónea seguridad de que todo estaría bien.

Contra todo pronóstico: La gran guerra estalló.

Nadie sabe bien como fue. De un momento al otro la Hokage estaba repartiendo órdenes de protección civil al escuadrón ANBU y delegando a Shizune-san como directora del hospital para evitar hacer tardío el nombramiento y las instrucciones que no pudieran ser ejecutadas con rapidez en el momento de una posible crisis; cuando arribaron los comunicados de que Kirigakure y Sunagakure habían caído.

Mei Terumi, la Mizukage y Sabaku no Gaara, el Kazekage fueron tomados como rehenes.

Ambos en una ocasión habían luchado contra el Mangekyou Sharingan de Sasuke, y si bien no había sido una pelea del todo ya sabían a lo que se atenían pero con lo que no contaban era con el Mangekyou Sharingan del ‘legendario’ líder de Akatsuki, desenmascarada como Madara Uchiha.

El caos golpeó ambas aldeas después de aquello, los shinobis entre dolidos, decepcionados y aterrorizados tras la caída de sus Kages no tuvieron la fuerza suficiente para enfrentarse al ejército de Sasuke (las oleadas de prisioneros de Otogakure que le prometieron lealtad tras ser liberados de las salas de experimentos de Orochimaru), éstos seres con poderes insospechados, siendo fruto de las más crueles barbaridades masacraron vilmente ambos lugares. Las personas que quedaban con vida escapaban, de la Arena en dirección Este para acercarse al país del Fuego y en el caso de la Niebla hacia el Oeste.

Yo estaba titubeante, no sabía mucho acerca de la situación (además de lo obvio) y mucho menos de la misión que nos habían encomendado. Con tristeza recordé el rostro de mi Shishiou, había una cierta añoranza que me embargaba fuertemente, un sentimiento de calidad tan intensa que casi estuve tentada a encogerme en el sitio en el que estaba de pie. Sacudí la cabeza para despejarme. Si bien entendía que no era ni el momento ni la persona idónea para entablar una larga y lacrimógena conversación acerca de la guerra sabía que al menos era mi responsabilidad conocer los detalles de la misión.

─Hyuuga-san.

Se detuvo.

─Los formalismos son estúpidos en una misión.

Su grave voz me golpeó fuertemente o supongo que fueron específicamente sus palabras hostiles pero prácticas. Realmente parecía que tenía razón al menos la situación no se veía para menos.

─Neji ─llame un poco incómoda. Dude en preguntarle debido a la mirada que recibí─. ¿La Hokage te dijo algo más de la misión?

─ ¿Qué es exactamente lo que quieres saber?

Bueno al menos me respondió y cuando le respondí los detalles de la misión me los dió...

“Cuatro grupos ─cada uno con dos integrantes─ de shinobis fueron enviados para rescatarlos, dos se dirigieron a la frontera con el Viento y los otros hacia las costas este del Fuego. Primero avanza un equipo y el segundo va justo detrás. Nosotros vamos hacia el Este, es probable que estén heridos y necesitan un médico. Sólo se asignó” Mi compañero de misión poseía una defensa perfecta y un control del chackra elemento viento, además de una visión casi panorámica: Neji Hyuuga.

...

Los vientos se vuelven más cálidos a medida que nos acercamos al océano y seguimos sin recibir noticias del grupo que va delante de nosotros, eso me tiene un tanto preocupada pero él no ha dicho nada al respecto y también ignora mi creciente ansiedad al tema. Los días de camino a la frontera fueron menos silenciosos que nuestro comienzo, no puedo decir que Neji Hyuuga es el gran conversador del siglo; pero si hemos tenido pláticas trascendentales. Inclusive creo que puedo decir que he cambiado el concepto que él tenía sobre mi persona, hasta podría decir que ahora soy algo así como una persona útil en el mundo (más después de nuestra última conversación).

─Bueno dime, ¿qué piensas del clima? ─pregunté con una sonrisa amplia.

Neji me miró como si en lugar de ser yo le hubiera hablado Naruto. O quizá como si el rubio más escandaloso hubiera deshecho el henge de mi imagen y le hubiera saludado con una sonrisa y un ‘caíste’; debo admitir que su expresión era de esas impagables. Un par de segundos después estrechó su mirada blanca, enmarcándola con sus cejas oscuras que hacían resaltar sus masculinas facciones.

─Eres idiota.

Se cruzó de brazos con una ceja alzada, su cuerpo hablaba el lenguaje corporal del rechazo inminente. Negué con la cabeza rápidamente, él afirmó con la suya en contradicción.

─Porque dices puras estupideces.

No era una pregunta sino una afirmación. Nuevamente pude sentir el escozor que dejaron sus palabras rudas en mi piel pero me forcé a mantener mi sonrisa y mi ánimo en alto. No dejaría que nada se quedase allí, empañando mi visión de mundo… mucho menos en este momento.

─Sólo te hice una pregunta, si no tienes ganas de responder pues entonces dime que no quieres hablar y ya. ─Le aclaré aún un poco dolida─. No hay necesidad de enojarse ¿sabes?

─Sabes que estamos en guerra ¿verdad?

Baje la cabeza. A mi mente vinieron las imágenes de cientos de personas acudiendo día a día a nosotros, todos los ataques; las campañas que algunos de mis compañeros montaban un tanto lejos del hospital (tampoco tanto porque era muy necesario el estar medianamente cerca, para disponer del equipamiento completo). Los heridos, los que se tenían que meter a operaciones riesgosas y sin futuro pero era la única pequeña oportunidad; los envenenados que no transferían a desinfectología a tiempo por ignorancia de los síntomas e incluso porque no había tiempo de revisarlos. Aquellas amputaciones de los miembros que ya no tenían remedio y las caras de los shinobis cuando su propio cuerpo renegaba de la única vida que poseían…

Todas aquellas personas que necesitaban una transfusión de sangre urgente y que no encontraron donadores, los rostros plasmados en desolación y muerte. Aquellos quienes solo alcanzaban a llegar a manos de un médico cuando no había más remedio que colocarles una manta blanca encima, sus cuerpos sucios con claras muestras de putrefacción. Los desfigurados a causa de las explosiones y el fuego, las heridas brutales del ninjutsu o incluso las afónicas y fugaces muertes del genjutsu. Los compañeros de equipo que un día iban a buscar a su amigo y al siguiente ya no le encontraban, las mujeres de los ninjas o las madres llorando sobre el cadáver fresco. Los rostros de médicos y pacientes con la muerte grabada en la mirada y la desolación en las facciones.

─Claro que lo sé ─respondí con la voz quebrada.

Había una vieja herida que sangraba allí, y cuando levanté mi mirada entendí que no sólo era en mi alma sino también en la suya. Nuestros ojos se encontraron ardientes y feroces, sus orbes platinados quemaban en los míos acuosos, de alguna manera sentía que estaba derritiendo el hielo de mis ojos (o quizá era una linda excusa para decir que estaba llorando, porque lloraba). Su voz con tonalidades más hondas pronunció suavemente las palabras como si temiera decir algo que empeorase el asunto, no entendí del todo su profunda aversión a mis lágrimas, así como tampoco la frustración entre las líneas de su semblante.

─ ¿Por qué demonios preguntas esas tonterías?

Me impresionó su curiosidad sincera.

─Porque soy médico ─dije como si eso hiciera que mis palabras, acciones y hasta la forma en como me coloco la bandana tuvieran sentido. Neji me miró a los ojos y yo desvié mi mirada a mis manos, carraspeó─. Vivo entre lágrimas de frustración y carcajadas vacías de dolor, me paseo a diario entre los vahos de la muerte (si es que has visto el panorama que tenemos en el hospital). Y cada día que pasa trato de arrancarle nuevos inquilinos pero es imposible lograrlo. No sabes lo que se siente cuando las personas tienen completa confianza en ti... depositan hasta su alma por la salvación de un ser querido. Su mirada cuando sales, luego las lágrimas desoladas, la promesa de muerte en sus ojos, en los de todos. No sabes lo que se siente fallarles, mucho menos lo que significa ni fallarte a ti mismo.

Eso no explica nada. Pero su mirada era atenta y mi respiración frenética, desacompasada y errática, elevada hasta el límite de la locura. Mi dolor (uno que no era mío del todo, sino los pequeños vestigios que dejaban aquellas personas) inundó el ambiente, hasta sus ojos estaban anegados en ese sufrimiento. La culpa crecía hasta fines insospechados mientras que la histeria se abría su paso con lágrimas rebeldes y voz aguda.

─ ¿Cómo puedo ser buena médico si no tengo la energía suficiente para salvarlos? Si muchas veces no puedo hacer todas las operaciones que tengo programadas, debido al estúpido cansancio o a que no hay más personal que me apoye o bien las píldoras soldado se han acabado... ¿Cómo puedo ser buena médico si no soy capaz mantener una conversación trivial con mis pacientes o de darles aliento a quienes están con vida, cómo puedo sonreírles cuando sé que probablemente no podrán caminar… cómo puedo ayudarles si entiendo perfectamente que me sangraría hasta el alma saberme en pésimas condiciones? ¿Cómo mirarlos y hablar con ellos como si nada si me la paso llorando por los problemas de los que no saben nada? ¿Y qué me dices de cuando veo a mi familia, o al equipo siete con sus rostros llenos de magulladuras o semblantes enfermizos?

─Ni siquiera puedo llevar una conversación normal o hacer que se interesen en ella porque están demasiado concentrados en las cosas que me gustaría y encantaría que ellos olvidaran.

No supe en que momento me había arrodillado hasta que Neji bajo hacia mí, su mirada quedó enfrente mío y su rostro muy cercano al mío. Él estaba de cuclillas con la cabeza agachada para quedar a mi altura, el cabello estaba desparramado sobre su espalda y me di cuenta de que no había notado que no lo llevaba atado o cuando se lo soltó.

─Entonces quieres fingir que la guerra no es una realidad y que sus repercusiones no existen.

Sollocé negando fuertemente con la cabeza.

─Claro que no ─grité, bajando mi tono de voz hasta hacerlo poco más de un susurro─. Todo lo que quiero es… son ellos quienes inician las conversaciones, quienes se esfuerzan por salir adelante pese a los silencios de su médico, pese a la falta de apoyo que les doy, son ellos lo que se muestran optimistas y llenos de esperanza. Los que me ofrecen sonrisas y me aseguran que todo marchará bien mientras yo no puedo pronunciar una sola muletilla ante ellos. Yo quiero…

El temblor de la tierra me interrumpió, una explosión se divisó unas cuántas millas adelante. Bastante fuerte como para hacerse notar entre la naturaleza. Rápidamente concentramos nuestro chackra para dirigirnos en aquella dirección, antes de que llegáramos hubieron varias explosiones que desestabilizaron el lugar. Una de ellas por donde Neji pasaba, su pie quedó medio atascado en una grieta causando que trastabillara; hizo una mueca de dolor. Lo miré de hito en hito cuando él se llevó una mano al costado superior izquierdo del pecho; una llamarada me invadió con furia: no sabía que estaba lastimado.

Pateé con fuerza el suelo sintiendo como se resquebrajaba a mis pies. Él sacó el suyo de allí sin mirarme mientras que yo me acercaba a él dirigiéndole una mirada de reproche… toqué el lugar preciso en donde el se había tocado segundos antes, levanté su camiseta con cuidado y noté que no era tan grave. Había una cortadura en su piel marmolea que no era del todo profunda pero no había rastros de sangre, por los vestigios de chackra que había en las orillas supuse que el mismo había intentado detener el flujo con su chackra. Realizó correctamente el primer paso del ninjutsu médico pero no tenía idea de cómo cerrar heridas; lleve mi mano hasta su herida y la cerré me quedé unos segundos averiguando que tantos días llevaba y cual era el estado de los músculos inferiores: todo se veía bien por ahora pero era demasiado rápido para saber de alguna infección.

Cuando llegamos al lugar de la primera explosión nos llevamos una sorpresa terrible, encontramos los vestigios de una batalla contra el enemigo; sólo había una capa y unas cosas viscosas de color verde y blanco en todo el perímetro. En el centro estaba un cuerpo, me tapé la boca con la mano y lo más rápido que pude me dirigí hacia allí.

Mi gritó ensordeció unos segundos a Neji antes de que él me siguiera por completo, se había quedado rezagado para rastrear los chackras del lugar.

Caí de rodillas al piso con las mejillas empapadas en lágrimas; estaba muy lejos todavía pero reconocía a la perfección aquella chaqueta con cuello de tortuga y las gafas torcidas en el puente de su nariz e indudablemente aquel animal que estaba allí a su lado era Akamaru. Shino yacía a mitad del cráter, su cuerpo maltrecho y desgarbado al igual que el perro al costado suyo. Sin proponérselo se imaginó a su dueño por allá lejano donde la concentración de materia viscosa era mayor.

Puede que supiera que ya estaban muertos; por el color de sus rostros, por lo rígido de sus extremidades, por su olor, por la falta de circulación de chackra que no solía disminuir del todo abruptamente (siempre quedaba una reserva mínima para subsistir); pero aún así corrí hasta ellos y pose mis manos en su pecho traspasándole unas dosis de chackra necesarias para la resucitación cardiaca.

Neji retiró mis manos del cadáver de Akamaru con pena. Su rostro se cruzó con el mío y el señaló hacia un lugar un poco lejano. Me tuvo que levantar de los hombros, mi mente estaba embotada de imágenes de Kiba y Shino tonteando con Naruto, haciéndolo rabiar aposta y de Akamaru dejándose consentir por nosotras. Encontramos el cadáver de Kiba allí, tenía en sus manos un anillo con el kanji. Sería difícil no reconocerlo como de Akatsuki, además de que la capa estaba debajo suyo, una cabeza a unos cuántos metros que más bien parecía una planta gigante y bicolor. Tardé en reconocerlo, era el que últimamente acompañaba a Sasuke; había aparecido cuando el equipo siete se reunió.

Las risas de Kiba, los ladridos de Akamaru y el mutismo de Shino; por dios hasta podía recordar la áspera voz de ese personaje que había dado fin a mis amigos. ¡Tan doloroso, tan horrible!

Una risa macabra sacudió el lugar, haciendo eco en la tierra descompuesta y entre las grietas del dolor. Ante nuestros ojos, apareció Sasuke Uchiha, el ninja traidor de Konoha cuyo único propósito era destruirla ahora. Neji se puso de pie y en posición de pelea mientras el moreno soltaba unas carcajadas vacías.

Ambos se enfrentaron mientras yo me ocupaba de limpiar los cadáveres entre una que otra lágrima, después invoqué a una babosa para que avisara de la muerte de los chicos y mandara a Katsuya para regresar los cuerpos a Konoha. Hubo jutsus de fuego, los sesenta y cuatro golpes de Neji y su puño blando; utilizaron su barrera de sangre hasta que sus chackras estaban casi drenados y sus ojos nublados.

Al final la herida de Neji le marcó una desventaja, tenía una lentitud en sus movimientos aunada por el cansancio de la batalla. Sasuke aún tenía un Chidori, hecho con su última reserva de chackra y Neji estaba desprotegido; corrí sintiendo el dejá vú de la situación y la ironía de volver a interponerme entre un ataque y una persona. El Chidori se estampó en mi espalda, desgarrando instantáneamente mis pulmones y órganos internos.

Neji al recuperar su velocidad y su ira, realizó un último Hakke Hasangeki liberando una intensa onda de chackra blanco y golpeando de lleno el pecho de Sasuke; atestando el golpe final y terminando con su vida. Inmediatamente se dirigió a mí y me levantó ligeramente del suelo.

Balbuceé pero inmediatamente me cayó.

─No hables.

Sus dedos taparon mi boca, no pude evitar sonreír un poco. Al menos antes de irme pude salvar una vida; quizá la que más significó en los últimos días... la que me salvó a mí. Retiré con debilidad su mano, esbozando una sonrisa sangrienta, ésta se reflejaba en matices carmesí en sus ojos platinados, hasta yo podía ver como luchaba por controlar el temblor de sus labios.

Sé que mis acciones vibraban en su ser, porque el sufrimiento traspasaba sus facciones. Había una pizca de incredulidad en su rostro, no creía que hubiera arriesgado mi vida por él.

─N-Neji yo sólo q-quería… sentirme f-fuerte…

…sentirme tan fuerte como ellos.

Entrecerré mis ojos ante la deslumbrante luz de la tarde, me despedí con una última sonrisa de aquella persona que comprendió mis pesares unos segundos o que al menos tuvo la decencia de sostener mi mano en los últimos momentos, aquel que también había destruido a la persona que había amado y que me dio el golpe mortal; y poco a poco cerré mis sentidos al mundo no sin antes escuchar...

─Lo eres.

naruto: neji/sakura, !dotación anual de crack

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