fandom: Pretty Little Liars
claim: Caleb Rivers/Hanna Marin.
tema | extensión: 06. Morado | 744 palabras.
rating: T
advertencias: Ninguna.
summary: Desde el principio hasta el final, Caleb y Hanna.
disclaimer: ABC Family ©. Tabla (
Colores)
mision_insana ©.
notas: Quede con ganas de más, adoro esta pareja y no me pude resistir.
Hanna gritó.
Todos permanecieron mudos en la cafetería, nadie dijo una palabra ni siquiera alguien se atrevió a moverse de su sitio. Contemplaban al chico que estaba en el piso restregándose la mejilla, sin duda estaba molesto tanto como el chico que le había golpeado.
Hanna se llevó las manos a la boca y antes de que pudiera agacharse para ayudar a Caleb la mano de Shawn la detuvo. Él la tomó de la muñeca y la arrastró levemente hacia él diciendo un parco: ‘Vamos, Hanna’. Ella se molestó más, encima de que había golpeado a Caleb y estaba de metiche (simplemente porque ella se había molestado con él y habían discutido un poco alto en la cafetería)… la obligaba a irse o pretendía hacerlo.
Ella se sacudió de encima la mano, le dirigió una mirada entre herida y furibunda a su rubio ex - novio y agachó al lado de Caleb ayudándolo a parar. Él se restregaba la mandíbula con fuerza, Hanna se aferró a su camiseta para evitar pelea y lo sacó tan rápido que no se dio cuenta de la manera en que el muchacho que fue golpeado miraba a Shawn (obviamente esperaba que la chica se distrajera un segundo para zafarse e ir tras el odioso jugador… y darle la golpiza de su vida).
Hanna le colocó el hielo en la mandíbula, Caleb le apartó de un manotazo pero ella lo fulminó con la mirada y él a regañadientes se dejó curar.
-No sabía que la princesa tenía guardia... -replicó él amargamente.
-Tampoco la princesa sabía -le contestó ella, tras un segundo de vacilación añadió-: Shawn me ha evitado por semanas y ahora viene y se hace el caballero de brillante armadura. ¡Qué cliché!
Ella lo miró, sus ojos marrón estaban escaneando su rostro.
Caleb había sido golpeado por Shawn, el pacífico Shawn quién si había vacilado en acostarse con ella pero no en dar un golpe certero a un chico al que ella le gritó. Caleb no había golpeado a Shawn, Caleb al que ella le gritó y que no dudaba nunca, no le respondió.
-Estoy intrigada ¿sabes? -comenzó ella. Él la miró todo lo mal que pudo-. ¿Por qué no golpeaste a Shawn?
- ¿Hubieras preferido que le pateara el trasero?
Lo decía en serio, totalmente en serio. Sus ojos estaban brillantes, relucientes de verdad y Caleb no le mentiría, ella sonrió y dijo con total seguridad: -No.
- ¿Entonces por qué preguntas?
Él estaba molesto, se lo decía la forma en que arrugaba la nariz.
-Pensé que lo molerías a golpes cuando te dio ese puñetazo… -Su voz descendió varios tonos y ella evitó sus ojos. Caleb sonrió un poco presumido como siempre y Hanna no pudo evitar rodar los ojos.
-No te hubiera gustado ¿o sí?
Ella negó con la cabeza.
Suspiró. No pudo evitarlo, no todos los días te enteras de que un chico se dejó golpear aunque obviamente no está en el manual de los chicos no responder ante una incitación, mucho menos en los del tipo de Caleb. Hanna sabía que le debió haber costado un enorme trabajo recibir ese golpe y permanecer en el suelo (seguramente de haberse parado solo -sin esperarla- se hubiese lanzado iracundo tras el rubio). Ella tenía que aclarar unos puntos con él, por cierto, no permitiría que agrediera más a Caleb. Lo miró de reojo encontrándolo sosteniendo el hielo en su mandíbula y haciendo muecas cuando lo deslizaba, le pareció dulce.
Suspiró otra vez.
-Pareces una adolescente enamorada cuando suspiras… -le dijo él parpadeando exageradamente con todo el afán de molestarla. Ella le dio un manotazo en el brazo con una tenue sonrisa.
-Soy una adolescente -respondió Hanna.
-Ya pero… ¿enamorada?
Lo ignoró.
En cambio sonrió todo lo que pudo y lo miró con los ojos levemente entrecerrados, sonrió como si planease algo. Lo cierto es que sabía cómo contraatacar, porque él definitivamente se molestaría un poquito cuando ella pronunciase las palabras que tenía en mente. Hanna le tomó el rostro a Caleb y sonriendo de manera pícara le dijo:
-El morado es tu color -le acarició el rostro donde antes había estado el hielo-. Te luce.
Caleb “sonrió” o hizo una mueca que hizo reír a Hanna; después ella se acercó y le besó dulcemente en ese mismo lugar antes de comenzar a recorrer la línea de su mandíbula con besos, él replicó un: ‘Mucho mejor’ que llenó los oídos de Hanna y la hizo sonreír.