( naruto ☆ sakura haruno ) | #26, #27, #28, #29, #30.

Jun 06, 2011 20:42


→ 30vicios | 30 Días.
☆ Naruto | ♡ Sakura Haruno. 
☂ 26/30 | Una rosa roja.
✖ Nada. | √ Gen.
(26) Una rosa roja.

Pensó que era inapropiado que fuera ese año.

Porque, ese año, había visto a Sasuke. Y él había intentado matarla. Más de una vez. Y a Naruto... a Naruto estuvo a punto de asesinarlo. Y, encima, varias veces.

Pero fue igual.

Las cosas no habían cambiado: las paredes rocosas, el suelo de tierra que seguía, después de tantos años, vagamente roja (la sangre se había secado por dentro). El aire elegante y opresivo que continuaba y probablemente continuaría hasta el fin de los días que le quedaban al mundo. Así debía ser, pensaba. Porque los Uchiha habían estado allí desde el comienzo y, naturalmente, iban a quedarse hasta el final.

Compró las flores en la floristería de la cerda, por supuesto. Veintitrés rosas rojas. En realidad no sabía por qué lo hacía. Era obvio -más que obvio, sinceramente- que Sasuke ya nunca se fijaría en ella. Jamás. Y creer lo contrario era de ilusos.

Así que Sakura se decía que él ya no le gustaba. No demasiado. Era... cariño, sí, más intenso de lo normal. Pero, ¿no era eso razonable? ¿Sino para qué diablos iba a molestarse en perseguirlo por todas partes e intentar obligarlo a volver a Konoha?

(Amor.

Qué palabra tan ridícula, y bonita).

El año anterior no había ido. Se tomó su palabra en serio. No, no es cierto.

Estaba en una misión.

Ahora estaba allí.

La tumba decía un nombre (Uchiha Mikoto) y una fecha que no reconoció. Parecía como si una mano hubiera tocado aquel lugar específico muchas veces para borrarlo. Como solía hacer, Sakura trazó con un dedo delgado los números.

Jugó con la posibilidad de que hubiera sido Sasuke, pero no creyó que él fuera del tipo que visitaba la tumba de su madre.

No.

Definitivamente, no.

Como de costumbre, había algo pesado en su garganta y las manos le temblaban tanto que los pétalos de las flores empezaron a caer. Rosas. Rojas. Como el suelo, y la sangre, y el atardecer que ya se había marchado cuando un niño pequeño corrió por esas mismas calles para encontrarse el martirio de su existencia.

Se dijo es una injusticia. Apretó los labios, entornó los ojos.

Dejó veintidós rosas en la tumba. El resto las dejó caer lentamente en el camino de regreso.

→ 30vicios | 30 Días.
☆ Naruto | ♡ Sakura Haruno. Naruto Uzumaki, Sai.
☂ 27/30 | Aún falta.
✖ Angst. | √ Gen. Friendship.
(27) Aún falta.

-Sakura-chan.

No pareció que lo escuchara porque no lo hizo. Entornó los ojos y echó el puño hacia atrás. Su chakra azulado brilló -Naruto podía verlo a la perfección- y cuando golpeó el árbol reduciéndolo a astillas no lo sorprendió en absoluto. Dio un salto desganado para evitar las grietas que aparecieron en el suelo cuando las raíces se despegaron de la tierra.

-Sakura-chan -insistió.

Tenía los ojos velados, transparentes, distantes, vacíos, colmados, estaba ahí y en todas partes. Sai tomó firmemente su cuaderno y estudió con interés a la chica de pelo rosa.

-Fea, ¿qué no escuchaste? -dijo-. Leí que es de mala educación no contestar cuando te llaman. ¿O es que estás ignorándolo?

Ella tampoco contestó esta vez. Volvió a levantar el brazo, pero en esa ocasión la mano de Naruto la detuvo. Se detuvo, sorprendida, y giró la cabeza.

-Naruto -llamó con perplejidad.

-Sí.

-¿Qué sucede?

-Ya es tarde, Sakura-chan.

(Naruto sabía.

Que a Sakura le afectaba más que a ninguna otra persona la sombra oscura que había desaparecido y que cuando se miraba en el espejo sus ojos se apagaban hasta volverse negros porque era lo que ella quería.

Lo que extrañaba y deseaba, y aquello por lo que mataría).

-Es tarde -repitió Sakura, parpadeando.

-Sí.

Sai guardó silencio.

-Es muy tarde -continuó Naruto con delicadeza-. Ya no tienes que entrenar.

-No tengo... que entrenar. -Ladeó la cabeza, y sonrió antes de echarse a reír. -Naruto, ¡no seas vago! Claro que tengo que entrenar. Yo tengo que ser fuerte porque...

Pestañeó. Como sino se acordara bien. No lo hacía, tal vez.

Ella sabía como guardar dolores en el fondo de su mente.

Tenía un montón de experiencia.

Era como una masa de agua en su cabeza. Goteaba lentamente por su garganta, amargándole la boca, y después en su estómago y quería vomitar y después en sus rodillas y caía al suelo, y sus manos se raspaban y dolía. El tipo de dolor agudo y rápido que menguaba, como la luna. Pero nunca desaparecía el todo. Siempre estaba allí.

Latiendo, y palpitando, y recordándole que no se marcharía hasta que le viera.

(Si, en ese momento, probablemente. Entonces sería como si nada hubiera sucedido).

Pero pasaban cosas, por supuesto.

Como Sakura olvidando un nombre y Sai guardando silencio y Naruto queriendo descansar del entrenamiento.

Cosas.

Cosas tontas.

Cosas que no iban a vencerla.

-Aún no he terminado -dijo la chica-. Me falta.

-Te esperaremos un rato más, Sakura-chan -dijo Naruto. Sai inclinó la cabeza, sonriendo-. Pero no te demores.

-No me demoro -respondió Sakura riéndose-. No me demoro. Pero si me falta un montón.

(Estás tan lejos que creo que no te alcanzaré jamás).

→ 30vicios | 30 Días.
☆ Naruto | ♡ Sakura Haruno. Sai.
☂ 28/30 | No tiene sentido.
✖ Sinsentido. | √ Gen.
(28) » No tiene sentido.

-Los libros no hablan de personas como tú, fea.

Ella parpadeó. Se quedó sentada, con las rodillas en la tierra, llena de cortes y magulladuras luego de un entrenamiento escabroso. Sai no estaba en mejor estado, pero se mantuvo de pie porque alguien le había enseñado que caer de rodillas era rendirse.

(No se rendía.

No ante ella, que estaba rota y cada día se rompía más, y todos los diminutos pedacitos tenían un nombre y una escena y un sentimiento, y en su boca palpitaba uno donde una voz de chico decía «Sa-ku-ra»).

-No hablan, y he pensado que es porque...

Sakura sonrió suavemente.

Casi con condescendencia. Pero no. No. Amabilidad. Gentileza.

Sonrió.

-Porque eres única.

La miró con aire crítico.

-Nadie tiene una frente como la tuya, fea -agregó, y como nunca había hecho, Sakura se rió en voz baja-. Pero es algo más.

(Es la razón por la que respiras.

La razón por la que no puedes respirar).

-Algo más -repitió Sakura.

Ella no solía hablar en las peleas. Se concentraba en seguir los movimientos del enemigo y planear las estrategias. No hablaba hasta que salían del campo de entrenamiento, de hecho.

No se habían marchado.

«Es algo importante».

Pedacitos como cristal cayendo de su boca entreabierta. Sai podía verlos porque le gustaba dibujar y porque veía cosas que los demás no. Se fijaba en cosas que los demás no.

A veces Sai creía que Kakashi podía notar como Sakura se deshacía, igual que si fuera de arena. Sai creía que podía ver como las lágrimas que no dejaba escapar se llevaban su sonrisa de sal. Pero entonces, ¿por qué fingía que no?

Sai creyó que era la única persona que se daba cuenta.

Leyó en alguna parte que, algo confidencial que sólo un grupo de personas conocen, es un secreto.

-Sakura -dijo-, ¿te das cuenta?

No eres fea cuando pones esa cara y te rompes.

-¿De qué? -respondió con ligereza.

-De que te estás desvaneciendo -replicó amablemente.

Sakura bajó la cabeza. Pareció que pensaba.

-A veces -contestó finalmente-. Sólo a veces.

(Como ahora, cuando me miras como si me dibujaras en tu mente, lo noto.

Lamento no poder quedarme quieta. Es que me despego sin notarlo).

-Ah.

Qué rara. Sai nunca había leído en un libro sobre alguien como ella, tan inexplicable y sin sentido.

→ 30vicios | 30 Días.
☆ Naruto | ♡ Sakura Haruno.  Naruto Uzumaki..
☂ 29/30 |  Algún día.
✖ Angst. | √ Romance. Drama.
(29) Algún día.

-Algún día lo traeremos de vuelta, ¿verdad?

Desesperado.

Asintió para consolarla y ella no notó que era una mentira porque no lo era, él también lo pensaba mientras su lengua de zorro aparecía entre sus labios, y le dibujaba una línea larga y serpenteante con el fuego.

Ella no se había dado cuenta de que el frío podía quemar.

(Una vez. Sólo una vez, un chico que pronunciaba su nombre mordiendo las sílabas la besó. Muy despacio, y después desapareció.

Sakura se había quemado viva en el infierno apenas unos instantes. Pero aquello no era igual.

El frío. El frío la congelaba y todo era azul, azul tan pálido que dolía mirarlo).

-Algún día. Lo haremos.

-Lo haremos, Sakura-chan -no se controló y embistió con brusquedad. Repentinamente envarada, Sakura le respondió del mismo modo, y cuando la besó no se negó pero nunca dejó de pensar en Sasuke, del mismo modo que Naruto lo hacía.

(El estuvo allí, después de todo, para el beso del diablo).

Era como fuego que arrasa con cualquier cosa a su paso. La llenó como una ola llena una concha en el mar y retrocedió dejándola vacía. Él era la arena, lenta pero segura que intentaba entrometerse en su interior. Porque estaba tan lejana y su amor no era impuro, no tenía ninguna pretensión más que hacerla sentir (que él estaba allí y que lo que ella quería, no). El beso y las caricias y aquel choque accidental de sus caderas no era más que una herramienta. Nada más que eso, seguro.

No que no lo disfrutara pero era como un ensayo.

Ella no estaba totalmente presente en el acto.

(Pero algún día...

Algún día).

Soñaba mucho, tal vez demasiado y era estúpido pero incontrolable, era un deseo frenético que se metía en sus venas y lo obligaba, lo doblegaba, era la pasión demandante que sentía cada vez que ella sonreía de verdad (y los gestos se volvían cada vez más ausentes a medida que pasaba el tiempo). Era... Era... No sabía qué era pero Naruto no era de los que se comían la cabeza.

Estaba bien sin tener nombre.

(Era. Y punto).

Algún día quizá consiguieran lo que deseaban, aquello en lo que ella pensaba mientras luchaban de otra manera, buscando consuelo y piel ardiente, algún día quizá Sasuke volviera y ella sonreiría y Naruto gritaría por todas partes y se recorrería la aldea entera en cinco minutos -como una de las apuestas estúpidas de Gai y Lee-, y quizá ella echaría a correr y lo abrazaría y se reirían y comerían ramen en Ichiraku, y quizá, sólo quizá, tal vez Sakura no se marchara con Sasuke y Naruto no se quedaría solo, recomponiendo los pedazos trizados de ese algo que se apretaba en su pecho, fingiendo que no notaba por el rabillo del ojo que la mano de Sakura rozaba la de Sasuke, que no notaba que él no se apartaba.

De algo tenía que servirle tanta insistencia, al fin y al cabo.

Algún día quizá eso no pase y Sakura se quede allí y ambos, Naruto y Sakura, acompañen a Sasuke a dormir en casa de alguien -tal vez la suya propia- y luego cerrarán la puerta y Sakura va a decirle gracias, Naruto y él se encogerá de hombros y dirá que no ha sido nada (y se callará la otra parte de la frase, aquella que dice «por ti, Sakura...»), y entonces Sakura se echará a reír y lo abrazará y rodarán por todas partes y empezará a hacer calor,

(no frío, no más frío, calor, calor tibio y líquido que era como lava sulfurando su piel,)

-y quizá Sakura le daría esa sonrisa que Naruto tanto deseara y quizá Naruto no escucharía el silencio de Sasuke al otro lado de la puerta.

(Lo que ella más quiere se llama Uchiha Sasuke pero Naruto era humano, era humano y perdía y aquellos besos eran más que una herramienta de consuelo, eran su pase de ida al corazón de Sakura porque aunque sólo fuera un juego, de algo tenía que contar.

Por favor, Dios, que contara de algo).

Algún día. Quizá todo aquello se haría realidad.

→ 30vicios | 30 Días.
☆ Naruto | ♡ Sakura Haruno.  Sasuke Uchiha.
☂ 30/30 |  Treinta.
✖ Angst. | √ Romance. Drama.
(30) » Treinta.

Pensó que podía escucharlo. Sólo tenía unos cuantos latidos para decírselo.

(Como un tambor cansado.

Tantos latidos para una vida tan corta).

No le importaba, la verdad. Porque estaba bien. El camino ninja y todo eso. Había evitado lo que quería evitar, cumplió su última misión. Y estaba viendo los oscuros ojos de Sasuke mirarla fijamente, como sino pudiera creerlo. Tal vez. Tal vez no podía creerlo.

Tal vez quería decirle algo como «sabía que eras estúpida, pero nunca tanto».

-Es que no podía dejarte hacerlo, Sasuke-kun -se excusó tímidamente en voz baja, apretando los labios al sonreír. Su voz tenía un tono cantarín y decadente: no podía hablar bien. Poco aire en los pulmones.

La espada de Sasuke profundamente enterrada bajo su costilla. Se examinó con rapidez; varios órganos heridos, un rasguño (literal) al corazón. No saldría viva de esa. Probablemente pérdida de sangre, calculó.

Parecía pausible.

-No podía dejarte hacerlo -repitió.

Alzó una mano y le tocó la mejilla. Estaba fría. Antes su Sasuke-kun siempre tenía las manos tibias. Se dio cuenta de que sus dedos aún aferraban el mango de la espada y, queriendo comprobarlo, tocó la piel. Sintió una irrefrenable satisfacción al darse cuenta de que su piel estaba cálida.

-No has cambiado... No has cambiado tanto, Sasuke-kun.

(Pero cambiaste.

Eso sí. Lo acepto.

Cambiaste).

Había una pelirroja con lentes mirándolos con ojos muy abiertos, un chico de dientes afilados y pelo blanco que parpadeaba sin cesar y un hombre alto con una cara extraña, entre aburrimiento y zozobra (el tipo de cara que ponía Shikamaru cuando algo le parecía terrible, terriblemente problemático). Sakura les sonrió, risueña.

-Tienes otro equipo ahora, Sasuke-kun.

Detrás de ella, Naruto dio una violeta sacudida, comenzando ya a recuperarse. Sakura se inclinó y cuando sus labios rozaron los de Sasuke llevaba esperándolo toda la vida. Entremezclaron los alientos (y quería perderse en él, derretirse, ser un espíritu de buena suerte y alegría. Para él. Todo era siempre, siempre por él).

-No tienes que enfadarte por esto, Sasuke-kun -añadió. Rozó las puntas de su cabello, todavía tan despeinado-. Ahora mismo estoy usando todo mi chakra para permanecer viva unos cuantos minutos y poder decirte esto.

Sus ojos eran calmados, tranquilos, dos pozos de pura paz («qué, ¿agua podrida? Sus ojos eran verdes»).

-No tienes que sentirte culpable tampoco. Era lo que yo debía hacer.

(Lo que siempre he tenido que hacer: evitar que cometas un error que te dolería hasta el fin de tu vida).

-Tú eres un buen chico, Sasuke-kun...

Boqueó, respiró tan pesadamente que escuchó su sangre entrar a sus pulmones y se encorvó sobre la espada. Repentinamente, como si se acordara, Sasuke retiró la espada con brusquedad. Riéndose, Sakura cayó sobre sus rodillas, donde Sasuke la atrapó. Si hubiera sido otra persona hubiera dicho que había miedo pintando sus ojos.

-Sakura -pronunció su nombre como antaño, separando las sílabas.

Pensó que podía escucharlo, su corazón. Dos, siete, dieciséis.

Errático.

-Sasuke-kun -sonrió-, no olvides nunca lo mucho que te quiero, ¿está bien?

Jadeó. Apretó su cuello porque quería sentirlo lo más cerca posible.

-Yo te quiero más que nadie. Te quiero más de lo que van a quererte jamás.

La pelirroja entornó los ojos.

-Yo he hecho más que morir por ti, Sasuke-kun -no podía dejar de sonreír, como si estuviera enferma.

Tal vez.

Veinte, veintitrés, veinticinco.

-Yo te... -no había aire pero sí mucha sangre, todavía sentía el metal frío de Sasuke dentro de sí-. Yo te... te quiero.

(Sintió rabia porque las palabras, para lo que sentía, iban pequeñas).

-Sakura -insistió Sasuke, mientras sus párpados aleteaban, comenzando a cerrarse. Su cuerpo se volvió laxo, Naruto abrió los ojos, el cabello cayó sobre la frente de Sasuke.

-No te culpes -dijo ella, veintiocho, veintinueve-. No estoy enfadada contigo. No podría. Te quiero. Te quiero. Te quiero.

Treinta. Adiós.

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