Milo y Kanon.
-"Lo sé. Lo entiendo. Aunque no lo creas, no tengo dudas de tu amistad."
-"Entonces, ¿cuál es el bendito problema?"- Milo vaciló por unos instantes. Kanon, harto de esperar, se puso de pie, dejando a un lado su vaso y acercándose a él. -"Creí que también era divertido para ti. Podríamos hacerlo rabiar hasta la muerte. Si quisieras, claro."- Una mano se posó en su mentón. El repentino acercamiento le hubiera hecho retroceder pero, al ver los agresivos ojos del hombre frente a él, pareció olvidar cómo moverse.
-"Me encantaría si la situación fuese otra pero me temo que no puedo darme ese lujo. Para serte sincero, en estos momentos no puedo decir que me interese tu amistad. No es lo que busco de ti."
Y Kanon, finalmente, lo entendió.
-"Es broma, ¿verdad?"- Su voz tembló, tanto por nerviosismo como por la sorpresa de sentir que el agarre en su barbilla se hacía más fuerte.
-"Ma's e do thoil e..."-
Siseó sus palabras casi sin abrir la boca. -"¿Crees que te aguantaría todo este tiempo por algunas cuantas migajas de tu tiempo? Nunca lo he hecho. Siempre he necesitado más."- Hizo una pausa. -"Siempre he querido ser parte de tu vida."
-"¿Por qué?"
Milo le dejó ir y se alzó de hombros.
-"Porque soy un estúpido, por supuesto."- Alzó la mirada. -"Creo que ya no quiero jugar contigo, Kanon. Buscaré algún pasatiempo más sano. Tal vez volveré a matar cangrejos en la playa."
Nostoi de
Ale-chan