La vida es, inevitablemente, insegura; llena de azares y peligros y, a veces, oportunidades, todas cosas que reconocemos o no y, al menos en mi caso, vemos pasar sin apenas tocarnos -hasta ahora, en el caso de los azares. Quizá nuestra evolución ha sido, entre otras muchas cosas, una larga y ardua marcha en pos de esa seguridad, de saber que mañana
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