Y nunca más me mando a hacer esto día por día. La próxima lo subo todo en una o dos entradas nomás, que joder.
Día ventitres: Un loco triángulo/cuadrilátero que funcionaría genial.
Porque estos tres lo tienen todo para plantear situaciones de las más tensas, oscuras, sanguinarias, a las más cursis, románticas, ingenuas.
De por sí la relación entre Tsuna y Mukuro me fascina. Admitamos que la autora sabe lo que sus lectorAs quieren: por algo Mukuro está detrás del cuerpo de Tsuna. Eso de la posesión desde el principio daba para hacer delirar a las yaoistas. Sin contar con la actitud terrible, sádica y simplemente hipnotizante de Mukuro. Y Tsuna, tan dulce, que al final siente pena por él después de todo. Estos daban para mucho…
Y entonces apareció Chrome y, en vez de cagar las cosas, aumento todo a la enésima potencia.
La relación de Chrome y Mukuro es tan especial. Oscila entre la dependencia ciega, el cariño y, por momentos, la simple manipulación. Chrome lo daría todo por él. Y Mukuro… La necesita. Y en que sentido la necesita es lo que hace a esta pareja tan interesante.
Y Tsuna no sólo confía en Chrome de buenas a primeras, sino que hasta le preocupa y quiere protegerla. ¿Qué otra cosa sino Tsuna/Chrome se te puede pasar por la cabeza después de ese besito y de los constantes “Boss” de Chrome?
Un trío maravilloso… Que hasta te da la posibilidad de jugar con el travestismo, el bouyerismo, los celos, etc. etc. (bendita sea la habilidad de Mukuro).
Dato curioso: las matemáticas están de su lado. 69+27=96
Día venticuatro: Un loco triángulo/cuadrilátero que nunca funcionaría.
Hagi/Saya/Solomon (Blood+)
No hubo forma. Por más que Solomon lo hizo todo para convencerme de que amaba a Saya (en el anime, que es lo único que vi de esta serie), nunca me pareció que encajaran. Ya desde la primera escena del baile lo único que quería es que la dejara en paz. Y que Saya recordara a Hagi, pobrecito, me partía el alma verlo tan descolocado en los primeros capítulos.
Solomon nunca pegó con Saya. Nunca les vi química o siquiera algo de cariño. No sé, me daba la sensación de que Solomon estaba más obnubilado que otra cosa. Y con Hagi tampoco pegaba (y eso que me gusta emparejar a los rivales).
Me caía mejor Kai (mucho mejor), hasta para engancharlo con Hagi. Igual, Hagi y Saya eran LA pareja en esa serie.
Día venticinco: Una pareja adorable; pero que nunca funcionaría.
Harry/Luna (Harry Potter)
Serían adorables. Son adorables, pero como amigos.
Luna tiene esa capacidad de relajar a Harry sin importar en la situación que estén. Siempre sentí que Luna estaba ahí para calmarlo, para sacarlo de la lógica cerrada en que a veces se metía, y mostrarle que hay más de una forma de hacer magia. Esta chica rompía los esquemas y le daba a Harry la posibilidad de salirse por la tangente.
Harry es conciente de eso y la busca en esos momentos. También la quiere mucho. La quiere proteger, quiere verla feliz, y a veces, la quiere bajar un poquito a tierra. No mucho, no más lo necesario para que no le pase nada. Igual, el siempre respetó esa manera particular de ver las cosas (no como Hermione que siempre le discutía y me sacaba de quicio). La dejaba ser y veía lo positivo en eso.
El dialogo al final del quinto libro es hermoso. Serían una linda pareja… pero no, no funcionaría.
Al final, Harry es muy práctico para tener una vida en común con Luna. Le gusta su “locura”, pero no creo que la soportaría como compañera de vida. Además él es demasiado metódico y obsesivo a veces, chocaría mucho con la actitud más soñadora de Luna. No se equilibrarían bien y terminarían desencontrándose tarde o temprano.
Como amigos, ¡los adoro!
Día ventiseis: Una pareja que odiabas y terminaste amando.
Puck/Zizes (Glee)
Cuando resultó ser que la nueva miembro del club iba a ser la Zizes, lo primero que pensé es que eso no iba a resultar. Después vi a Puck preocupándose por ella y casi salté de rabia… No soy de obsesionarme con personajes y quererlos solo para mí, pero Puckerman es mi maldita debilidad.
Pensé que los escritores se habían mandado cualquiera.
Hasta que la vi hacer lo que cualquier persona querría hacer al menos una vez en su vida y se volvió mi ídola. ¡Grande Zizes!
Tenía a Noah Puckerman comiendo de la mano, casi rogándole porque se besaran y ella no sólo le dijo que no, le dijo “Besarte no es la gran cosa. Perdí el interés. Morite.” ¡OMG! Y Puck, poquito más maduro después de la experiencia en el baño portátil, se entrega todo para conquistarla y para mantener una relación con ella después.
(Y después ella cantó “I Know what Boys Like” y me enamoró).
Fue increíble, me dejó con la boca abierta la chica. Más capítulos de ellos veía y más sentido le encontraba a la pareja. Eran un dúo extraño hasta para la misma serie, pero funcionaba. De verdad, funcionaba. Sin dejar de ser de lo más bizarra, funcionaba.
Una pena que sólo aguantaran una temporada. Que va ser, el prostituto de la serie tiene que estar soltero. Pero, bien, siempre tendremos New York.
Día veintisiete: Una pareja que amaste y luego ya no.
TK/Kari (Digimon 1 y 2)
Eran la parejita dulce y joven de Digimon 1. No podía no quererlos.
TK era mi personaje favorito desde el principio (junto con Matt y su emblemática armónica). Kari se ganó mi corazón a fuerza de dulzura y por tener a un digimon con forma de gato y mucha personalidad. Me conquistó la forma en que siempre querían protegerse y como se complementaban sus emblemas.
En digimon 2 me volvieron a conquistar, aunque entonces me sacaba de quicio que anduviera David en el medio (igual eso no fue lo peor que me hizo digimon 2, léase como Malommyotismon y Matt/Sora, blerg!).
Y pasó el tiempo… Volví a ver imágenes de ellos, leí fic de ellos, hasta vi algunas repeticiones de capítulos. Pero ya no me interesaban tanto. No es que no me gustaran, pero ya no me llamaban la atención. Supongo que me empezaron a gustar las relaciones más complejas, más oscuras, con problemáticas y sentimientos poco claros. A su relación ya no le encontraba la gracia.
Pasa con todo.
Día veintiocho: Una pareja que nunca entenderás.
Eriol/Tomoyo (Card Captor Sakura)
No le veo sentido. Todavía me acuerdo que me quedé con la boca abierta cuando encontré un fic de ellos. Ya viendo el anime nomás no entendía porqué los emparejaban. Después leí el manga y se hizo imposible.
No tengo nada contra el crack y las parejas no canon. Pero… nunca me pareció que hubiera siquiera algo más que conversaciones amables entre ellos. Apenas interactuaban, no tienen puntos de conexión o personalidades afines, complementarias, o lo que sea. No tienen relación.
Por otro lado, ya chiquita y viendo el anime, yo me daba cuenta de que Tomoyo quería a Sakura. No lo explicitaban mucho en el anime, pero si uno pensaba un poco en los diálogos de Tomoyo, en la forma en que seguía a Sakura, en esos tantos detalles que mal que mal daban a entenderlo, no era tan loco de imaginar. Por eso, para mí Tomoyo siempre amó a Sakura. Tan desinteresadamente que es casi imposible y sin embargo con tanta voluntad que uno no podía no creerle. (Esas cosas que sólo las CLAMP pueden hacer.)
Y Eriol era un personaje demasiado misterioso y raro en el anime. En el manga tiene un mejor desarrollo, pero igual, con Tomoyo no pinta nada ni ahí.
Día veintinueve: Mejor primer encuentro.
Inuyasha/Kagome (Inuyasha)
Acá se me complica. Muchas parejas tienen grandes primeros encuentros, para otras no son la gran cosa, pero a la luz de lo que desencadenan, después se vuelven grandiosos. Y también soy de creer mucho en los rencuentros. A veces un rencuentro implica más que un primer encuentro (pregúntenle a Onodera de Sekaiichi Hatsukoi).
Por eso, no suelo darle bola a los primeros encuentros salvo que tengan algo muy memorable.
Podría mencionar el de Ranma y Akane (censurado en mi tierna infancia), pero más que el encontrarse en su caso es descubrirse. Porque encontrarse ya se habían encontrado, nada más que Ranma no estaba en su cuerpo “original”. El encontrarse en la ducha es más bien un reencontrarse y descubrirse (desnudos).
Pero esa no es la única pareja de Rumiko Takashi que llegó a mi corazón. No será tan rimbombante ni tan gracioso, pero el primer encuentro entre Inuyasha y Kagome es muy especial para mí.
Kagome aterrada con un monstruo persiguiéndola, sin entender nada, y que lo único que quiere es seguir viva. Inuyasha recién despierto de un sueño de décadas y confundiéndola con Kikyo (casi una predicción de lo que será su relación el resto de la serie). Y el árbol, el bendito árbol tan emblemático del que me enamoré después que Kagome y su mamá conversaran bajo él. Y el pozo, el gran símbolo de esta historia, junto con la bendita perla.
En esa escena encuentro todo lo que siempre hizo especial a esta serie.
Día treinta: Tu pareja favorita “forever and ever and ever”.
Demasiadas. Y creo que el “para siempre” es relativo. (“Para siempre” puede durar una semana, como dice un amigo.)
Para ser justos, tengo demasiadas parejas favoritas, y favoritas en serio, de esas a las que no les puedo decir no. Incluso más de una por fandom, y a veces con el mismo personaje. En Bleach, por ejemplo, tengo tres, y las tres con Ichigo: Grimmjow/Ichigo, Ryuuken/Ichigo, Chad/Ichigo. Las parejas de Junjou Romantica me enloquecen todas, igual las de Sekaiichi.
En Shaman King, en cambio, solo hay una, Yoh/Ana. No es que no me gusten as otras, pero no me enloquecen tanto. Y en One Piece no tengo una favorita. Me llaman más Zoro/Sanji, Zoro/Robin, Franky/Robin, pero tengo muchas otras con las que me gusta experimentar. No hay una puntual. En Naruto, enloquesco con el Sasu/Naru, las demás relaciones me son un poco indiferentes.
En KHR!, me enloquece el Reborn/Lambo, pero también el D18, 8059, X27, S80, y me encanta leer mezcla de lo más raras. (Creanme, lo de los numeritos se supera una vez que te enganchas.)
También hay parejas de fandoms que ya no sigo, pero todavía amo. Ash/Misty (Pokemon), Seto/Joey (YuGiOh!), Ranma/Akane (Ranma 1/2), Ikuto/Amu (Shugo Chara), Ban/Ginji (Get Backers), y si siguiera los volvería monos.
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Para hacer más fácil, si quieren saber de mi pareja favorita en un fandom, me preguntan y listo. =)
Gracias por soportar tamaño meme. Comentarios, zapatazos y monos son bien recibidos.