Equivocaciones
Título: Equivocaciones
Fandom: Harry Potter
Rating: Para todos
Spoilers: Nones
Personajes/Pairing: Severus Snape
Reto: Chocolate (worst_memories; Profesor, hufflepuff, enfermedad (gremio_hp)
NOTA: Por falta de tiempo (y porque soy lo peor, pero eso ya lo sabiais) he hecho dos retos en uno, de dos comunidades diferentes. Ruego sepan disculparme ;)
A Severus Snape no le gusta el chocolate.
En realidad, no le gustan las cosas dulces, y el simple recuerdo del sabor azucarado del chocolate en sus labios hace que tuerza el gesto. No, no le gusta, pero es un adulto y sabe que hay veces que debe hacer de tripas corazón, tomar aire, y tragarse el vaso de chocolate líquido, ni muy frío ni muy caliente, de un sorbo.
Justo como ahora.
Lo mira, encima de la mesa, preguntándose cual de sus compañeros lo habrá dejado allí. No es que le enternezca (no, no es eso), pero sí es cierto que una punzada de algo que desconoce sube desde su estómago hasta su garganta cuando ve el vaso, pulcramente depositado sobre el mantel de la sala de profesores.
Las llamadas del Señor Oscuro siempre son terribles, y sus secuelas, dolorosas. Ha pasado dos días literalmente enterrado en la cama, a base de poción convaleciente, y el hecho de encontrar el vaso de chocolate esperándole le hace sentir levemente mejor, por mucho que se esfuerce en negárselo a si mismo.
“Valor, Severus, valor” se dice y lo agarra con fuerza, como si fuera a escaparse de sus manos. Aspira, deja de respirar durante unos segundos, y se lo lleva a los labios. Duda, un segundo, dos, pero no. Decidido, se lo traga todo, de un tirón.
El sabor es aun más nauseabundo de lo que recordaba.
Y, de repente, no se encuentra mejor. Ni mucho menos. Se marea, el vaso vacío cae al suelo, y llega tambaleándose hasta uno de los sillones. Se sienta como puede, con la horrible sensación de que los brazos y las piernas se le pueden caer en cualquier momento.
Ni siquiera los ve llegar. Sombras. Lo único que puede ver Severus Snape de sus compañeros son sombras. Intenta hablar, decir algo, pero las palabras se mueren y no salen de ese fuego que tiene en el estómago.
No ve, pero si que puede oír. Y lo único que oye en ese momento le hace maldecir el no tener suficiente fuerzas como para alzar su varita oscura y lanzar toda una colección de maldiciones imperdonables.
- ¿Habéis visto un vasito con abono para el cuachalate? - pregunta curiosa la profesora Sprout- Creía que lo había dejado por aquí encima...
Sí, la haría sufrir (mucho) si no fuera porque en este preciso instante y más que nunca, Severus Snape solo quiere morir de una maldita vez.
Fandom: Harry Potter
Rating: Para todos
Spoilers: Nones
Personajes/Pairing: Severus Snape
Reto: Chocolate (worst_memories; Profesor, hufflepuff, enfermedad (gremio_hp)
NOTA: Por falta de tiempo (y porque soy lo peor, pero eso ya lo sabiais) he hecho dos retos en uno, de dos comunidades diferentes. Ruego sepan disculparme ;)
A Severus Snape no le gusta el chocolate.
En realidad, no le gustan las cosas dulces, y el simple recuerdo del sabor azucarado del chocolate en sus labios hace que tuerza el gesto. No, no le gusta, pero es un adulto y sabe que hay veces que debe hacer de tripas corazón, tomar aire, y tragarse el vaso de chocolate líquido, ni muy frío ni muy caliente, de un sorbo.
Justo como ahora.
Lo mira, encima de la mesa, preguntándose cual de sus compañeros lo habrá dejado allí. No es que le enternezca (no, no es eso), pero sí es cierto que una punzada de algo que desconoce sube desde su estómago hasta su garganta cuando ve el vaso, pulcramente depositado sobre el mantel de la sala de profesores.
Las llamadas del Señor Oscuro siempre son terribles, y sus secuelas, dolorosas. Ha pasado dos días literalmente enterrado en la cama, a base de poción convaleciente, y el hecho de encontrar el vaso de chocolate esperándole le hace sentir levemente mejor, por mucho que se esfuerce en negárselo a si mismo.
“Valor, Severus, valor” se dice y lo agarra con fuerza, como si fuera a escaparse de sus manos. Aspira, deja de respirar durante unos segundos, y se lo lleva a los labios. Duda, un segundo, dos, pero no. Decidido, se lo traga todo, de un tirón.
El sabor es aun más nauseabundo de lo que recordaba.
Y, de repente, no se encuentra mejor. Ni mucho menos. Se marea, el vaso vacío cae al suelo, y llega tambaleándose hasta uno de los sillones. Se sienta como puede, con la horrible sensación de que los brazos y las piernas se le pueden caer en cualquier momento.
Ni siquiera los ve llegar. Sombras. Lo único que puede ver Severus Snape de sus compañeros son sombras. Intenta hablar, decir algo, pero las palabras se mueren y no salen de ese fuego que tiene en el estómago.
No ve, pero si que puede oír. Y lo único que oye en ese momento le hace maldecir el no tener suficiente fuerzas como para alzar su varita oscura y lanzar toda una colección de maldiciones imperdonables.
- ¿Habéis visto un vasito con abono para el cuachalate? - pregunta curiosa la profesora Sprout- Creía que lo había dejado por aquí encima...
Sí, la haría sufrir (mucho) si no fuera porque en este preciso instante y más que nunca, Severus Snape solo quiere morir de una maldita vez.