I do
{NyovakxGiotto; con participación del señorito Khris}
Sang Rial (c)
xxengelvingerxx Desde que había sucedido aquello, Giotto no lograba consiliar el sueño con normalidad. No sabía nada porque nadie le decía nada, y ya comenzaba a sospechar que hasta Elrion sabía más que él de lo que estaba pasando. Aquello le frustraba un poco; si bien sabía que no querían decirle nada para protegerle, igualmente tenía derecho a saber, sobre todo porque su maestro también estaba mal y no podía consolarle si al menos no estaba al tanto de quien podría haber invadido el castillo la noche pasada. Pero Giotto no decía nada, porque aún cuando le escondían aquellas cosas, él también les escondía algo a ellos y sobre todo a Nyovak. Eran los constantes sueños que tenía con un vampiro que se parecía bastante a su maestro, sólo que con el cabello algo azulado y más largo.
Frunció el ceño y abrió los ojos; todavía estaba en la cama y tenía a Nyovak abrazado a él. Le escuchó hablar en sueños sobre su hijo, que era adorable y la cosa más mona del mundo, y que se parecía muchísimo a Giotto cuando era más niño. Suspiró sonriendo levemente y de a poco fue deshaciéndose lentamente del abrazo de su maestro para salir de la cama. Se sentó en el borde y miró la luna por la ventana; estaba tan grande y luminosa como a él tanto le gustaba, no por nada de niño desaparecía las noches para irse hasta el tejado del castillo y quedarse mirando aquel astro hasta casi que amanecía. Se puso de pie y caminó hasta la cunita de su hijo, sorprendiéndose al verlo despierto, con los ojos bien abiertos. Sonrió, seguramente estaba curioso de que todo estuviese oscuro y que ese punto brillante en el cielo le diera luz, totalmente a la luz de sol que también sabía quedarse mirando sorprendido.
- ¿Qué haces despierto? -le preguntó sonriendo levemente mirando al bebé, que balbuceaba y se chupaba las manitas. Khris miró al pelirrojo ladeando un poco la cabeza, con la misma curiosidad con la que miraba la luna.- Te gusta la luna, ¿verdad? -volvió a preguntar, pero su hijo sólo le seguía mirando, a lo que Giotto luego le tomó en brazos sacándolo de la cuna. El bebé gustoso se acomodó contra el pecho de su madre, y este nada más echó una risa bajita.
Luego de un rato en que ninguno de los dos se podía quedar dormido, Giotto decidió bajar para ir a la cocina y darle leche a su hijo. Aún cuando Khris ya había despertado sus instintos de vampiro, no dejaría de alimentarlo de esa manera, a sabiendas de que no le surtiría ningún efecto.
Nell'illusione ho creduto alla mia forza inesorabile e inevitabilmente sono diventata debole.
Ora sento gli eventi si transformano e so già di emozioni che aprono ricordi lontani.
Estaba apoyado contra el mesón de mozaico de la cocina, con Khris en brazos mientras este succionaba la leche del biberón que tenía en la boca. Por un momento Giotto sintió que nada más existía en ese momento, sólo él y su pequeño bebé, o mini Nyovak como también pensaba en decirle; y es que era idéntico físicamente a su maestro: esos ojos azules profundos, como si fueran el mismo mar dentro de un pequeño bebé; ese cabello azabache tan rebelde que nunca se dejaba peinar; y esa piel tan nívea y suavecita al tacto, como si estuviese tocando el pétalo de una rosa blanca. No pudo evitar recordar cuando él era pequeño y cómo su amo le cuidaba de esa manera; en esos tiempos Giotto podía sentir algo que creía que no había sentido nunca, a pesar de no recordar nada: amor. Porque aún cuando Nyovak no tenía una sola idea de lo que era cuidar un niño, se esforzaba siempre por tenerlo cerca suyo y hacerte cuanto mimo pudiese hasta que Giotto se cansaba y lo mandaba a volar. Tenía que aceptarlo, de niño era más odioso que en esos momentos, pero aquel vampiro siempre estuvo con él dándole todo el amor que necesitaba sin pedirle nada a cambio.
Nell'anima ritrovo la speranza che nel corpo stanco ormai ha smesso di vibrare come un fuoco spento dal mio pianto.
Tra le mani un filo d'acqua porterò con me e nel deserto un filo d'erba sopravviverà.
Pero en ese momento, el centro de atención no era él, sino Khris. Era irónico pensar que un ser que jamás creyó que existiría, mucho menos que él mismo llevaría dentro, pudiese robarle el corazón de esa manera. Ese bebé que lo miraba curioso como si fuera algo nuevo a pesar de que lo veía todos los dos días, era el centro de su universo junto con su padre. Era suyo, de él y de Nyovak, porque nadie se los había dado, los dos juntos lo habían creado; y a pesar de que ninguno de los dos había pensado tenerlo en primera instancia, lo habían hecho con amor, y de la misma forma esperaran que llegara al mundo. Giotto pensaba cómo un ser tan pequeño y lleno de vida como lo era su hijo, podía haber salido de alguien como él que prácticamente estaba muerto; podía suponer que era por su lado demoníaco por ser un Assamita, pero no quería depender sólo de la supuesta ciencia de los vampiros, prefería creer que Khris había llegado a su vida porque así debía ser. Porque así estaba escrito en su destino, el tener un niño tan hermoso como ese con su amado maestro.
I do, I do, emergere dal fondo per lottare e poi salire in alto più che mai.
I do, I do guardare nel futuro e sorridere senza temere nulla più.
En un principio, el miedo se había apoderado de él por completo. Tener un hijo no era nada fácil, eso lo sabía por todos los libros que se había leído, que ni siquiera llegaban a prepararlo mentalmente para lo que tendría que pasar. Más sabiendo lo que era, todo sería muy diferente a un parto normal. En esos meses que Giotto leía y leía, también se preguntaba si ese bebé estaría bien dentro suyo, si se sentiría cómodo o sie estaría asustado dentro de esa oscuridad, sin poder abrir los ojos para ver qué pasaba a su alrededor. ¿Instinto maternal era eso? No estaba seguro, primero porque no era una mujer; y seguro porque no tenía ni la más pálida idea de cómo ser madre. Pero aún así, imaginar lo que aquella semillita estaría pasando dentro de su cuerpo, casi le aterraba por completo. No podía saber su el bebé estaba vivo, porque en sí Giotto estaba muerto.
- Pero ahora estás aquí... -le susurró despacio, acariciando los cabellos suaves y finos del bebé, que ya se encontraba dormido entre sus brazos. La forma que tenía para dormir la había sacado a él, de acurrucarse cual cachorro de gato contra algo, y allí quedarse hasta que las ganas de despertarse le invadieran. Verlo de esa manera, tan tranquilo y en paz, le generaba un sentimiento de querer proteger a ese bebé a toda costa; desde la primera vez que lo vio había sido así. Giotto quería tenerlo siempre en sus brazos porque era la única forma en la que él estaba tranquilo y seguro de que podría protegerlo de cualquier cosa que se acercaba al pequeño.
In un instante nuove aspirazioni anche se davanti a me si apre uno scenario di conquiste e smarrimenti.
In ill silenzio, riflessi de epoche lasciate via respirando ne avverto il moto circolare e poi.
Tal vez se las daba de egoísta, pero no le importaba, porque Giotto quería tener a su maestro y a su hijo con él y sólo para él. No eran objetos, pero le pertenecían, y nada haría que se alejaran de él; absolutamente nada. La ambición que le daba el estar con los dos era enorme; porque él quería siempre protegerlos, darles cariño, acariciarles la cabeza como tanto les gustaba, y hasta ver las batallas de miradas que se daban por quien iba a quedarse en su regazo: si él o Nyovak. Muchas veces se ponía a reflexionar con esas cosas y los siglos que le caían encima pero no le pesaban; todo lo que había visto en esos años y como poco a poco iba perdiendo su inocencia para adentrarse en un mundo que si bien no conocía, igualmente debía entrar para poder obtener lo que quería.
Il tempo si è fermato per tracciare nuovi confini, ed io mi spingerò lontano raccogliendo le mie forze nel vento.
Tra le mani riflessi di epoche lasciate via camminando ritrovo le tracce indelebili.
En un momento, se movió un poco al sentir una mirada profunda sobre su nuca. Sonrió, sabía perfectamente de quién era.
- ¿Qué haces aquí, Nyovak? -preguntó sin darse la vuelta, y así como lo dijo, se vio rodeado por los brazos de su maestro desde su espalda.
- No te sentí en la cama ni tampoco vi a Khris en su cuna, así supuse que estarían acá abajo. -musitó el pelinegro suavemente, cerca del oído de Giotto. Y en la cocina no se volvió a sentir nada más, ni un solo ruido. No era necesario decir nada más. Ahora para el pelirrojo, además de existir su hijo, ahora en ese espacio donde el tiempo se detenía, estaba su maestro. Ahora sólo existían ellos tres y nadie más, y aunque no hablaran ni dijeran lo bonito que era estar abrazados y lo tierno que su bebé se veía así acurrucado, ambos lo sentían.
I do, I do, gridare contro gli occhi spenti e gelidi per essere sempre di più.
I do, I do, oltrepassare mondi inespugnabili senza temere nulla più.
I do, I do emeregere dal fondo per lottare e poi salire in alto più che mai.
I do, I do guardare nel futuro e sorridere con una nuova identità.
- Tú eras así de gatito cuando pequeño. -susurró Nyovak mientras acariciaba la mejilla del niño con uno de sus dedos.- No empieces con eso... -musitó Giotto avergonzado, sonrojándose un poco.
- Ahahá ¿Por qué no? Es igualito a ti cuando niño, novato~
- Pues yo lo veo más a ti; es casi tan acosador como tú... -Khris se movió un poco tras decir eso. Aún dormido se daba cuenta de que estaban hablando de él. El ojiazul por su parte se abrazó más al pelirrojo, apoyando la cabeza sobre el hombro derecho de este.
- Ir hasta el fin del mundo es poco comparado con lo que soy capaz de hacer por ustedes... -susurró suavemente, con esa sonrisa única en él. El otro vampiro sonrió levemente y movió un poco el hombro para que Nyovak se levantara; se giró dentro del abrazo y le besó sobre los labios, acercándose a su cuerpo cuidando de no aplastar al bebé. Fue un beso suave y lento, dejándole a ambos disfrutar del sabor del otro, volviendo a memorizarse cada centímetro de sus bocas.
Así se quedaron susurrándose palabras y besándose, con el pequeño Khris entre medio de ambos. Sonreía emocionado por dentro porque podía sentir ese amor que había nacido hacía tantos años, del que él era fruto.
"Cuando crezca y pueda hablar, les pediré que se den un beso bien bonito, sólo para mí..."
Fino a quando il sole sorgerà...
[NOTA]
Bueno, era algo mononosito que tenía que escribir luego de que leí ese fic mpreg de KandaxAllen (D.Gray-Man) y sdasdasdsd ;///////; -dies- Espero que te guste Issy<33; y también me gustaría dedicárselo a mi amorchito, para que vea mi gaysidad con los bebés<3 (?).
Desde la primera vez que escuché esta canción, cuando miraba Ghost in the Shell con mi hermano hace unos años, me enamoré por completo de ella; más encima en italiano y su letra, es perfecta para mí ♥. La amo.
-huye-