Vocación

Jan 10, 2009 19:49

Título: Vocación.
Fandom: Caminos torcidos [Original]
Claim: Profesor Damián.
Advertencias: Nada.
Rating: K.
Para | Prompt: 15drabbles y quinesob | Hay siempre algo de locura en el amor; pero siempre hay algo de razón en la locura. de Tabla Federico Nietzsche.
Número de palabras: 500

Vocación

Miró casi con admiración y deseo el edificio que se alzaba sobre él, pareciera que le echara en cara su magnificencia cuando veía el brillo de los vídriales al toparse con el Sol, o la limpieza casi obsesiva de cada milímetro que sus azules ojos veían. Un temblor lleno de éxtasis y adrenalina le recorrió haciéndole soltar un gemido por lo bajo, percatándose de que nadie le veía en un momento de debilidad se adentró al establecimiento, sintiendo sus piernas tambalearse de su rumbo producto de la emoción latente.

Ya adentro, con voz segura y grave -que aún se preguntaba cómo diablos la había conseguido- saludó a la secretaria y entró por la puerta que desde ahora sería parte de su rutina diaria. La puerta que correspondía al personal del Colegio Emblemático M. La sensación de éxtasis seguía sin abandonarle.

Recibió los saludos de sus nuevos compañeros de trabajo, Damián los devolvió con cortesía y pidió a un hombre de mirada agresiva que le pasara el libro de la primera clase que tendría en el día como profesor de historia.

La primera impresión que tuvo del cuarto medio B fue que era un desafío más allá de lo que tenía pensado. Los jóvenes jugaban lanzándose bolas de papel o aviones, rayaban las paredes en diminutas notas que compartían con las personas de atrás, y corrían por la sala con una pelota de fútbol a medio reventar. Damián casi escuchaba los pensamientos criticones de su madre al ver como su saludo de buenos días era completamente ignorado, pensó con una insana alegría que ver a esos jóvenes y formarlos como mandaba su ética sería el mejor reto de su vida, y la felicidad que sentía desde la mañana seguiría latente todo el día. Eso era lo que quería para su vida.

Elevó la voz, casi con agresividad y tiró el libro de clases con fuerza en la mesa del profesor, haciendo un estruendo que calló a todos de golpe, sentía las miradas de todos los alumnos penetrándole con curiosidad, altanería e incluso miedo. Sonrió.

-Desde ahora seré su profesor de historia. Si no arman líos no tendré que castigarlos con dureza ni hacerles exámenes por su mal comportamiento -dijo a modo de saludo, entendió con rapidez que ellos necesitaban ser educados (al menos ahora) por métodos conductistas, su sonrisa aumentó ligeramente ante ello-. Pórtense como corresponde y no tendremos roces.

Podía decir que gustaba del sufrimiento ajeno, que la forma de manejar las mentes de aquellos adolescentes le cautivaba. Quizás era así, pero Damián pensó mientras las miradas temerosas de los jóvenes seguían con atención sus movimientos por la tarima, que eso era lo que quería.

Además del sufrimiento, del goce propio de mandar, quería entregar saber de las formas que sabía, quería pertenecer a esos alumnos y que ellos formaran parte de él. Quería entregar lo mejor de sí en esa sala y formar personas formidables.

Vocación absoluta sin duda.

Lo sentía y sabía que lograría todo eso ahora.

comu: 15drabbles, original: caminos torcidos, tabla: federico nietzsche

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