De práctica
Fandom: Avatar: The Last Airbender.
Claim: Aang/Toph.
Advertencia: Raro ;A;!
Rating: K.
Para: lovegood-chan que lo pidió en el meme de besos.
Palabras: 419.
Resumen: Y Toph tomó con fuerza a Aang.
No es como si Aang o Toph hubieran dado muchos besos en sus vidas, pero sin duda, el que se estaban dando era completamente diferente a cualquier otro que ambos hubieran tenido antes. Era rudo, fuerte y sabía a una extraña mezcla, esa que se daba cuando se junta el aire y la tierra; un sabor que quizás solo ellos dos podían entender y calificar.
Como fuera, se aseguraban de recordarlo, más por la extraña sensación que por otra cosa.
Las manos callosas de Toph -convertidas así quizás por su constante uso de la tierra control o porque simplemente era ella y no otra persona más cuidadosa con su piel- apretaron el delgado cuerpo del maestro aire con fuerza, apresándolo de paso en la pared en la que ambos estaban. Y Aang se dejó hacer, completamente concentrado en intentar llevar el control del beso que la chica le había dado, alegando que ella necesitaba dárselo. Así, sin más.
Pero llevar el control en aquel instante era complicado, porque Toph, con rudeza y casi con brutalidad se apoderaba de la boca de Aang y se abría paso por ella con su lengua sin la más remota delicadeza, la joven quería abarcarlo todo, ansiosa por conocer aquel nuevo sentimiento que estaba experimentando cuando su lengua buscó la del maestro aire, deseosa de retener en su memoria, aquellos flashes de luces mágicas que veían sus ojos cuando su cuerpo fue estrechado por las finas manos del otro.
Se quedaron así hasta que no pudieron respirar. Aang desvió la mirada, completamente rojo y avergonzado, en cambio, Toph sonrió con picardía y malicia.
-Gracias -murmuró ella despacio, golpeándole segundos después para hacer desaparecer su momento de finura.
Aang sonrió un poco, despacio, casi de forma invisible, aún rojo.
Toph se fue de allí luego de haber dicho las palabras anteriores, una enorme sonrisa estampada en su rostro.
-Si pude besar a Aang, poder hacer lo mismo con Sokka no debe ser imposible.
No era que estuviera besando a todos los hombres que conocía, no, sencillamente lo había hecho porque sintió la necesidad de al fin decirle al hermano de Katara lo que sentía por él y ella confiaba ciegamente en que éste le aceptaría. Por eso había agarrado a Aang, porque estaba probando la sensación del beso, porque quería -cuando llegase el momento- disfrutar correctamente de lo que sentía por Sokka y no sufrir ningún inconveniente.
Y ahora que era -según ella- una experta en los besos, nada le impediría lograr lo que deseaba.
Claim: Aang/Toph.
Advertencia: Raro ;A;!
Rating: K.
Para: lovegood-chan que lo pidió en el meme de besos.
Palabras: 419.
Resumen: Y Toph tomó con fuerza a Aang.
No es como si Aang o Toph hubieran dado muchos besos en sus vidas, pero sin duda, el que se estaban dando era completamente diferente a cualquier otro que ambos hubieran tenido antes. Era rudo, fuerte y sabía a una extraña mezcla, esa que se daba cuando se junta el aire y la tierra; un sabor que quizás solo ellos dos podían entender y calificar.
Como fuera, se aseguraban de recordarlo, más por la extraña sensación que por otra cosa.
Las manos callosas de Toph -convertidas así quizás por su constante uso de la tierra control o porque simplemente era ella y no otra persona más cuidadosa con su piel- apretaron el delgado cuerpo del maestro aire con fuerza, apresándolo de paso en la pared en la que ambos estaban. Y Aang se dejó hacer, completamente concentrado en intentar llevar el control del beso que la chica le había dado, alegando que ella necesitaba dárselo. Así, sin más.
Pero llevar el control en aquel instante era complicado, porque Toph, con rudeza y casi con brutalidad se apoderaba de la boca de Aang y se abría paso por ella con su lengua sin la más remota delicadeza, la joven quería abarcarlo todo, ansiosa por conocer aquel nuevo sentimiento que estaba experimentando cuando su lengua buscó la del maestro aire, deseosa de retener en su memoria, aquellos flashes de luces mágicas que veían sus ojos cuando su cuerpo fue estrechado por las finas manos del otro.
Se quedaron así hasta que no pudieron respirar. Aang desvió la mirada, completamente rojo y avergonzado, en cambio, Toph sonrió con picardía y malicia.
-Gracias -murmuró ella despacio, golpeándole segundos después para hacer desaparecer su momento de finura.
Aang sonrió un poco, despacio, casi de forma invisible, aún rojo.
Toph se fue de allí luego de haber dicho las palabras anteriores, una enorme sonrisa estampada en su rostro.
-Si pude besar a Aang, poder hacer lo mismo con Sokka no debe ser imposible.
No era que estuviera besando a todos los hombres que conocía, no, sencillamente lo había hecho porque sintió la necesidad de al fin decirle al hermano de Katara lo que sentía por él y ella confiaba ciegamente en que éste le aceptaría. Por eso había agarrado a Aang, porque estaba probando la sensación del beso, porque quería -cuando llegase el momento- disfrutar correctamente de lo que sentía por Sokka y no sufrir ningún inconveniente.
Y ahora que era -según ella- una experta en los besos, nada le impediría lograr lo que deseaba.