Título: Coverboy
Personaje: Harry, Draco
Rating: g
Género: pre slash
Advertencias:
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
Cuando le propusieron ser la portada del primer número de la revista “PlayWitch” supo que ello equivaldría a conjurar una bombarda en pleno ministerio. Y por eso aceptó, deseaba fervientemente deshacerse de la estampa de héroe y santurrón que la prensa había creado.
oOo
Las mantas fueron quitadas con violencia y para cuando consiguió despertar del todo su ligue de la noche anterior era expulsado de su casa.
- ¿Quién mierda te crees para entrar de esa manera en MI casa? - chilló, saltando de la cama con furia.
Convocó unos bóxers y se enfrentó al mago, aquél que pensó nunca volver a ver. Un montón de revistas y periódicos fueron arrojados contra su pecho y cayeron al piso. Algunos de los titulares ponían “Las noches locas del chico dorado” y “Harry Potter fue mi amante”.
- Te estas autodestruyendo.
- No es tu asunto. Malfoy. - espetó con rencor. - Ahora lárgate de mi casa o te saco a crucios.
- No. Durante la guerra fuiste un maldito grano en el culo, si no hubiera sido por tu insistencia yo habría tomado la marca, de no ser por ti mi madre y mi padre estarían muertos. No puedo dejar que te hagas esto sólo porque una zorra te abandonó en el altar.
Harry se dejó caer sobre la cama revuelta, cansado. Los últimos meses su vida se había ido por el caño, sus amigos lo habían abandonado y ahora se aparecía un fantasma de su pasado, alguien a quien ni siquiera le caía bien, a darle lecciones de moral.
- Pierdes tu tiempo, soy un caso perdido.
- Da la casualidad que es mi tiempo y acostumbro a hacer con el lo que me apetece.
No hubo manera de echarlo, Malfoy ordenó comida - hacía mucho que su despensa estaba vacía y en la nevera había solo cervezas y limones. - y trajo a uno de sus elfos para que limpiaran el tiradero en que se había convertido su casa.
Harry no quiso reconocerlo, pero la presencia del rubio ese día en su casa fue mucho mas reconfortante que los múltiples polvos de una noche que venía teniendo el último tiempo.