Título Tatuaje.
Fandom: Mass Effect.
Personajes: Shenko (Shepard/Kaidan).
Palabras: 465.
Advertencias: Situado durante Mass Effect 3, sin spoilers.
Notas: Utiliza un headcanon personal de que Shepard tiene un tatuaje que sólo Kaidan conoce.
Shepard abrió los ojos, confusa. No sabía qué hora era y por un momento pensó que se había dormido; aunque hacía tanto tiempo que no descansaba que le dio igual. Vio que la hora en su reloj aún marcaban las cuatro de la madrugada y sonrió, aún tenía tiempo para disfrutar de un par de horas más de tranquilidad. Se giró sobre sí misma y se acurrucó sobre el pecho de Kaidan, que dormía plácidamente. Morfeo se la llevó rápido.
Cuando volvió a abrir los ojos sintió una mano que le acariciaba la parte baja de la espalda con suavidad, y se movía hacia su cadera haciéndole ligeras cosquillas.
-Buenos días -susurró ella, con una sonrisa de auténtica felicidad en la cara.
-Buenos días -respondió Kaidan contra su oído. El sonido de su voz tan cerca y la mano que jugaba con su piel le provocaron un escalofrío. Kaidan dibujaba círculos sobre su cadera izquierda.
-¿Qué haces? -preguntó ella, al ver que no parecía querer moverse de ese punto.
-Echo de menos tu tatuaje -comentó con ligera tristeza-. ¿Por qué te lo quitaste?
Shepard le miró.
-No lo hice. Cerberus no sabía que lo tenía -respondió sin más, esperando que la mención de la palabra prohibida no estropeara el momento-. Sólo tú sabías que estaba ahí, nadie más, así que no pudieron reconstruirlo. Y, después… -hizo una pausa, buscando las palabras- ya no tuve tiempo.
-Es una pena -contestó Kaidan-. Me gustaba.
***
Kaidan estaba en su cuarto leyendo un libro cuando Shepard entró. La Normandía estaba parada en la Ciudadela y el ambiente era distendido entre la tripulación.
-Hey -saludó Kaidan-. ¿Por qué no me has despertado esta mañana?
-Estabas dormido y me dio pena -contestó Shepard.
-La próxima vez, hazlo -pidió él con una sonrisa pícara-. ¿A dónde fuiste tan temprano? No estabas en ningún lado de la nave.
-Bajé a la Ciudadela -explicó ella, situándose frente a él-. Tengo una sorpresa.
Kaidan alzó una ceja, intrigado, y su expresión pasó de la sorpresa a la expectación cuando vio que Shepard se desabrochaba ligeramente el pantalón revelando su cadera izquierda. La piel de aquella zona, normalmente tostada, estaba enrojecida y un apósito cubría la zona. Con mucho cuidado, Shepard se separó la gasa y Kaidan contuvo el aliento al ver aparecer de nuevo la mariposa roja como el fuego que tanto le fascinó la primera noche que pasó con Shepard y que tanto había extrañado.
Kaidan se puso en pie y se aceró a ella. Volvió a cubrirle la zona tatuada y atrajo a Shepard hacia sí, rodeando su cintura con sus brazos.
-Es tan preciosa como la primera -halagó. Shepard sonrió.
-No me la hice antes porque me recordaba demasiado a ti; pero ahora…
Kaidan la hizo callar con un largo beso.