Observar

Mar 17, 2008 11:34

Aquí les traigo mi última creación, una corta historia sobre los merodeadores, desde el punto de vista de Lily Evans

Ranking: Apto para todo el público, creo
Autor:Hawk
Pareja: De todo un poco, bastante variado
Las críticas son muy bien recividas, al igual que los comentarios. ¡No olvides salvar un gatito!

Hawk

Observar

Si había algo en lo que Lily Evans era un prodigio, era en observar a las personas. Podía analizar los gestos, las más mínimas reacciones, las más confusas intrincaciones. Sí, Lily, prefecta de Gryffindor, excelente en pociones y encantamientos, testaruda y orgullosa, hermosa y grácil, podía desenmarañar los más complicados casos, desenlazar las más intrínsecas situaciones limitándose a observa, pensar y analizar. Sin embargo, había un caso en especial… cuatro, más concretamente, que la tenía pensando desde hace mucho tiempo, y aún así, no había podido desvelar y comprender todas las acciones y reacciones de cuatro especímenes: Remus John Lupin, James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew

Los especímenes Potter y Black, Black y Potter. Peculiares, sin lugar a dudas. Dos chicos muy talentosos, hasta apuestos, tenía que admitir. Verles separados era raro, poco les faltaba para ser hermanos siameses, bromistas por naturaleza. Su amistad, por lógica, tenía que ser más peculiar aún: si caía uno, el otro caía con él, no importaban las circunstancias. Siempre abrazados, tocándose, haciéndose bromas indecentes, hablando de guarradas y cosas por el estilo. Cuando peleaban, bastaba una frase cómica, devolverla, abrazarse y listo. “Admirable”, se decía a ella misma. Pero lo más extraño, era lo que provocaba un tercer espécimen en ellos, Remus, por supuesto.

Un chico muy dulce y amable, capaz, sereno e inteligente. Alguien con un gran sentido de justicia, alguien ordenado, un hombre como pocos quedan, el mejor amigo de Lily, sabía muy bien que sin el otro, eran poco, casi nada. Un chico excelente en defensas contra las artes oscuras, con baja autoestima, no apreciaba su belleza. Siempre defendiéndose con diplomacia y sagacidad, no podía negarle nada a ella, mucho menos a sus amigos.

Ahí entraban ellos.

Sirius, siempre atrás de Lupin, preocupándose y velándolo por él. Su trato con y para él era diferente, si bien no se tocaban tan indiscriminadamente, con solo mirarse se decían todo, solo con una mirada de esos ojos miel, por increíble que parezca, Sirius Black se calmaba, manso y alegre. Con un abrazo fraternal, Lily observaba a Remus sonreír como tan pocas veces lo hacía, no era por el contacto, estaba segura que era el locutor. Le molestaba con continuos apodos, con frases atacando a sus pasiones, esas que compartía con Evans. Siempre le devolvía la jugada, y él contestaba ‘Eres un maldito farsante Lupin, con tu cara de niño bueno. Apuesto a que te tiras a todos los profesores’ y el aludido respondía ‘Me descubriste, en las rondas de prefectos hago delirar a McGonagall de placer’, reían, se abrazaban y el mundo parecía perfecto. No descartaba la idea de que algo se le escapará de todo eso

Con James era diferente, la mayoría de veces una sonrisa de Casanova adornaba su rostro, destilaba confianza por los poros. James también se preocupaba por Remus, pero se lo demostraba a su manera. Haciendo los deberes juntos, hablando de variados temas. Y un gesto interrogador con sus ojos bastaba, ‘¿Estás bien?’- ‘No puedo estar mal con amigos como tú’, una sonrisa algo melancólica, una despeinada en la cabeza de Lupin, Potter pasaba un brazo por sus hombros, y el mundo sonreía de felicidad. Pero todavía estaba ese algo… una tensión de la que ella se percataba, estaba segura que los otros tres también. Black celaba a Lupin, y con James no era la excepción. Pero él no daba su brazo a torcer, si era Remus, ni Sirius ni nadie lo apartaba. Si ver a James y Sirius separado era raro, ver a alguno de los dos dejar en paz a Remus, era un suceso increíble e impensable. Sería más lógico que Merlín se hubiera casado con un Boggart.

Riñas con la mirada, ninguno cedía. Remus intervenía con un comentario parcial, calmando las penas. Dando a entender sin hacerlo, que los quería a los dos, que no era un objeto, y que eso le molestaba. James estaba prendado totalmente de ella, y él no le era del todo indiferente. Sirius asaltaba faldas cada vez que la oportunidad se presentaba, pero con Remus de por medio, esos argumentos parecían los más débiles del mundo. Estaba ante sus ojos, pero se negaba a verlo

Y ahí entraba el cuarto espécimen, Peter, una pieza muy importante, bastante, se decía. Adulando a James, como si fuera un tipo de héroe, disponible ante las bromas de Sirius, tratando de ser útil. Recibiendo la valiosa ayuda de Remus en los deberes, reconfortándolo con su facilidad para explicar y con su, al parecer, inagotable paciencia y serenidad. Pero a Lily no se le pasaba el hecho, Peter era astuto, un mago capaz. A pesar de sus defectos, era una especie de bálsamo cuando las cosas estaban mal, muchas veces los mantenía unidos, a todos, incluso a ella. Detrás de ese niño regordete, existía un mago astuto, con planes, temeroso, pero importante.

Y con una sonrisa, llegaba a una conclusión

James era el alma del grupo, sin él no había rumbo, sin él se perderían. Sirius era el cuerpo, sacándolos adelante cuando la fuerza hacía falta. Remus el cerebro, sensato e inteligente, la solución en muchos problemas. Peter el corazón, esencial para todas las otras partes, a veces bombeando débil, otras veces con vigor. Y Lily, ella era sin lugar a dudas la conexión entre todos, siempre rescatando cuando alguien se veía perdido, o en los peores casos, cuando todos lo estaban.

En la sala común, Remus leía su ejemplar de Runas, Sirius trataba de persuadirlo  para hacer una chorrada, James y Peter se batían en un duelo de Ajedrez mágico. Se levantó de su butaca, con el largo cabello ondeando, llegó hasta Remus y con toda la gracia del mundo, le plantó un suave besó en la mejilla, considerablemente cerca de los labios.

-Te esperó abajo- susurró, y con parsimonia, salió de la sala común. A sus espaldas sintió la dura y desafiante mirada de Black, los celos inconfundibles de James, la estupefacción de Peter, y la pena y sonrojo de Remus. Lily tenía alma de merodeadora, y con una sonrisa elocuente en su cara, lo comprendió.

Los merodeadores no se podían terminar de comprender

Fin

peter, sirius, lily, james, harry potter, remus

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