[1/10] Ryohei/Chrome

Nov 07, 2010 19:59

 

Chrome no olvidaba. Tenía una gran memoria, y Mukuro se lo había dicho en varias ocasiones, durante las charlas que la chica apreciaba más que nada. Y aunque nunca lo había notado antes, se dio cuenta que lo que decía Mukuro era más que cierto. No le había hecho falta más que tres viajes a la ciudad para aprenderse casi todos los caminos, y no perderse. Para memorizar los edificios, y donde estaba todo lo que le resultaba de interés.

Entonces, si se sabía de memoria las rutas y tiempos por los que parecía pasar todas las tardes Sasagawa Ryohei, le atribuía el hecho a esa capacidad.

También, si se iba más allá de eso, era esa la misma razón por la cual Chrome siempre recordaba aquel momento donde el hombre la cargó, en el futuro. Estuvo el suficiente tiempo consciente para caer en cuenta quién era la persona que le prestó ayuda. El suceso parecía alojarse en su mente cada vez que veía pasar a Ryohei cerca de ella.

Fue en ese mismo instante, mientras salía de la tienda con su compra habitual de siempre, que cayó en cuenta de algo: Nunca le había agradecido. Regresó al establecimiento por algo más.

- ¡Hombre Sol! ¡Deténgase, por favor! - gritó Chrome, forzando su voz. Apenas salió del establecimiento se dirigió hacia los alrededores del parque donde, según sus predicciones, debía estar aquella persona. Y no se había equivocado.

Ryohei estaba ahí, corriendo y haciendo un alboroto innecesario. Ante la voz de la guardiana paró, y se acercó a ella.

- ¡Dokuro! ¿Qué haces acá? - le preguntó extrañado, al momento que se posicionó frente a ella. No era un secreto que la guardiana de la Niebla no se relacionaba mucho con ellos, con él, en todo caso.

Aún así, había notado el cambio en su actitud después de llegar del futuro. Incluso, la había visto con Kyoko varias veces. En cierto modo, la chica le recordaba a Hibari.

-No sé si lo recuerde- Chrome no estaba totalmente segura si el Hombre Sol había recibido ese conocimiento del futuro- pero usted me ayudó, y no le he agradecido de la forma apropiada- siguió hablando, poniendo gran esfuerzo en el hecho.

No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero se había obligado a hacerlo por alguna razón que escapaba de su conocimiento. Buscando entre sus cosas, le alargó una bebida hidratante al joven, evitando su mirada.

- ¿Para mí? ¡Esto es genial! ¡Podré seguir mi entrenamiento con más fuerzas aún! ¡Gracias al extremo! - gritó Ryohei, aceptando el obsequio con más entusiasmo de lo que la ilusionista aguardaba.

Frente a su mirada atónita, el guardián del Sol abrió la lata, bebiendo su contenido de manera voraz, suspirando exageradamente al terminar con la bebida.

Le dio una sonrisa enorme, agradeciéndole más que efusivo. Unos segundos después, partió hacia la ruta que la misma Chrome ya se sabía.

Tocando su cara, se dio cuenta que estaba roja, más aún de lo normal para ella. No lo entendía.

Después de ese suceso, una rutina empezó a establecerse entre ambos. Cada vez que Ryohei pasaba cerca de ella, le saludaba con algún “¡Buen día al extremo!” o un “¡Dokuro, nos encontramos de nuevo!”. Alguna cosa por ese estilo.

El hecho de que el guardián del Sol fuera tan escandaloso agradaba mucho a Chrome. No sabía muy bien porque, siendo que al parecer a los demás les fastidiaba bastante. Sin embargo, escuchar alguno de sus gritos, o su frase habitual parecía traerle calma. Irónico, lo sabía.

Un día, para la sorpresa de la ilusionista, Ryohei le obsequió una caja de chocolates. Ella estuvo a punto de rechazarlos, pero la mirada insistente que le dedicó él fue más que un incentivo.

-Muchas gracias, Hombre Sol- agradeció profusa, mientras intentaba ocultar su cara. Apenada no alcanzaba ni a cubrir mínimamente el sentimiento que la embargaba en esos momentos.

-No tienes que decirme Hombre Sol. Es extremadamente anormal- comentó Sasagawa, tratando de que Chrome le mirara de nuevo.

Se encerraron en una pequeña discusión sobre sus nombres, ninguno de los dos cediendo lo necesario. Después de varios gruñidos, algunos gritos de Ryohei, y suspiros de la voz tenue de Chrome, llegaron a una clase de acuerdo.

-Entonces, nos veremos mañana acá, ¿eh Chrome? - dijo él sonriendo levemente, pronunciando por primera su nombre.

-Sí, Sasagawa-san- respondió ella, escueta. Imprevista, se acercó al guardián, posando de manera delicada sus labios en la mejilla de él, al mismo tiempo que cerraba sus ojos. Podía sentir como el calor se colaba en su cara.

Corrió entonces, sin mirar hacia atrás, y el agarre en las bolsas que cargaba con ella más fuerte de lo habitual.

Si hubiera desviado su mirada hacia atrás, hubiera podido apreciar a Ryohei plantado en el mismo lugar, con la mirada perdida, y un sonrojo en su cara, haciéndole rivalidad al de ella.

Aún así, sí pudo escucharle. Rió de manera suave.

Al extremo retumbó esa tarde en las calles.

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