Por las noches drogadas ewe

Nov 25, 2010 16:24

 

-No aseguramos que sirva todo esto, pero al menos haremos el intento- dijo Hawk, quien se había unido a la empresa de esas locas sin rechistar mucho. Debía estar drogado o algo por el estilo. No le prestaron mucha atención al hecho, igual.

-Miyu no sabe controlar sus poderes, por lo que no tienes que avergonzarte si la baba se te cae al verla- siguió Lluvia, con un tono extrañamente comprensivo.

-Todos hemos sufrido a causa de ello, pero hay unos que lo hacen más que otros- aportó Ligabiss, riendo levemente.

El chico en cuestión veía el círculo de personas del cual él era el centro de atención ahora, todos prontos a ayudarle con su particular situación.

-Una ducha helada es ideal para toda situación que la involucre- fue el turno de Kmiya para hablar, quien hacia todo lo posible para poner una expresión seria y no morir en el intento.

-Aunque hay algunos afortunados que ya son objeto de su afecto-  agregó Bans de la nada, tratando de integrar a Richelle a la charla. Ella, por su parte, refunfuñó sin hacer mucho caso. Por alguna razón, aquel chico le traía muy mala espina.

Hey, ella también podía clausurar su parte amable de vez en cuando.

-No la mires directamente a los ojos.

O podía hacer el intento, al menos. Aún así, fue lo último que dijo en tan única situación.

-P-Pero… ¡¿por qué me pasa esto cada vez que la veo?! - chilló desesperado el chico, quien había caído victima de aquellos encantos.

-Ella no controla sus poderes- respondieron los presentes al unísono, lo que causó que Blush riera como sólo ella sabía hacerlo.

Blush estaba alejada en un rincón, observando la situación divertida, pero sin interceder en ningún momento. Lluvia hizo todo lo posible para guardar su compostura.

-Bueno, el fin de Miyúticos Anónimos es intentar…- empezó Kmiya, pero se detuvo a mitad de camino al ver las expresiones horrorizadas de los que no le daban la espalda a la puerta. Ella volteó, temiendo lo peor.

-Chicos, con que aquí estaban. ¡Los estuve buscando por todos lados! - saludó Miyu. Sí, Miyu.

Entones, un peso muerto cayó al piso. El chico random yacía en el suelo, con una más que considerable hemorragia nasal matándolo lentamente.

-¡Miyu, cómo se te ocurre venir acá! ¡Y con escote!

Y si algunos más salieron tapándose la nariz, pues, nadie diría nada.

ewe

lmf!hs

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