Fic: El Escritor y el Librero; Regalo para kisachanlove

Apr 25, 2013 20:00

Título: El escritor y el librero
Nombre: Misterio
Reto: # -12
Reto proporcionado por: kisachanlove
Número de palabras:
Rating: PG-13
Betas: Sui_Lee
Resumen: Escribir es todo lo que le queda. Eso, y la pasión que siente por el vendedor de libros Harry Potter, quien no cae rendido ante sus numerosas cualidades.
Notas: ¡Inspirador! Espero que te guste tanto como a mí escribirlo. Es una humilde historia que se escribió sola… =). Siento si no hay demasiado romance.


-No me importan tus intereses, Draco. Eres un escritor de novelas para niños, nosotros nos fijamos en tu talento para ello y en eso se basa nuestro contrato. Tu pasión por escribir novelas adultas o de cualquier otro tipo no nos interesa-. Le dijo con voz firme y altanera Raley, su agente.
Draco Malfoy, des heredero de Lucius y Narcisa Malfoy, había usado su brillante cerebro para escribir cuentos y novelas infantiles para poder ganarse la vida. Tras conocerse su sexualidad en su círculo cercano, puertas y ventanas se cerraron para él. Se quedó en la calle con una maleta y una pequeña cantidad de dinero dada por su madre. Por suerte, pudo coger el portátil, donde guardaba un montón de cosas, como escritos y dibujos que serían su futuro.
Echó currículos por doquier, envió libros y dibujos y nada cuajó, excepto su cuento ‘’Memorias de un niño mago’’ que conquistó a Raley, su mentor. Mentor al que quería matar en este preciso momento.
-Ni siquiera ponéis mi nombre. Debo usar un pseudónimo-. Pronunció enfadado.
-Sin él no podría haberte asesorado, Draco. Tu padre…
-Ya, ya. Se me irá de la cabeza. En un par de días tendrás el cuento listo-. Cogió su chaqueta y se marchó, dando un sonoro portazo.
Cada paso que daba se veía interrumpido por las acciones de su padre. No contento con haberle desheredado, había hablado con sus conocidos y usado su influencia para hacer que Draco se fuera lejos de Londres, a un lugar donde no le avergonzase con sus enfermos actos. Sin embargo, él era digno sucesor de su apellido. Terco, y por qué no, valiente, creía firmemente que debía seguir su instinto. Él iba a ser el escritor más reconocido de Londres tarde o temprano.
Salió de sus pensamientos cuando entró en su santuario: La tienda ‘’H&H’’, el lugar donde apaciguar sus frustraciones. Quizá no lo hacía de la manera correcta, pues iba allí a molestar un rato al dueño. Harry Potter. El hombre más humilde, bueno e insípido que conocía. Sin embargo, tenía un gusto exquisito en cuanto a libros se refiere. Aunque jamás lo diría en alto.
Jamás pensó que esos ojos verdes, ocultos por las gafas más ridículas jamás fabricadas, pudieran calar tanto en él. Venía pensando desde hacía varios meses en su sonrisa, en el mohín que hacía cuando se reía de él, en cómo trataba de encontrar cualquier cosa que hacer con tal de no tener que atenderle. Pero tal vez, lo que le enamoró, fue oír como hablaba del novelista ‘’Drew Green’’ con tanta pasión.
Sí, él era Drew Green cuando firmaba los cuentos con ‘’Magic Words’’. Pero nunca nadie le había criticado como el joven que ahora mismo trataba de ocultarse de él.
‘’-Es un genio. Hace de una fábula toda una lección de vida. Sin embargo, mima a sus personajes para que los niños los adoren también y traten de ser como ellos. Una persona con esa habilidad para conectar con las personas debe ser muy fácil de amar.’’
Sólo que esa persona era un gay rechazado por su familia y obligado a ocultar su nombre. Al menos, de momento, pues había ideado un plan infalible para tener una cita con Harry Potter.
En diez días, el moreno iba a cenar con él y conocer su identidad. Era hora de comenzar su plan.

xXx

La librería ‘’H&H’’.
En el marco de la puerta había un cartel que decía ‘’SE COMPRAN LIBROS’’. Las paredes estaban forradas de estanterías y había cientos más decorando la tienda a modo de pasillos. El único claro estaba en el centro de la librería, donde había una moqueta y varios pufs y cojines sobre ella. El rincón más agradable de ‘’H&H’’, el más hermoso, el favorito de Harry. El lugar donde dar vida a los personajes contándole a los niños un cuento.
Un lugar horrible en este momento, pues en el centro estaba Draco Malfoy sentado elegantemente en el suelo y con un libro de Drew Green en sus manos. Harry entró en el almacén resoplando. Odiaba a ese hombre.
-Hermione, sal tú por favor.
-¿Ha venido Romeo, otra vez? -dice Hermione, con una sonrisa colgando en sus labios.
-Es el cliente más pretencioso de este lado del charco, Hermione, atiéndelo tú. Yo no quiero tratar con él -refunfuña Harry.
-¡Oh, vamos! Te encanta discutir con él. Cualquiera que os vea desde fuera pensaría que queréis tener una aventura… -murmura con cierta maldad.
-¡Ni lo sueñes! Me voy a ordenar por ahí. -y se dio la vuelta, ofuscado. Ella rio mientras iba al encuentro de Draco. Si Harry supiera…
-¡Hola Draco! ¿Cómo estás? -Sonríe Hermione, con una revista en la mano-. He leído el artículo. ¿A quién has comprado esta vez? -su sonrisa era picarona, pues conocía perfectamente las intenciones del Rubio.
-No tengo ni idea de lo que me estás diciendo -dice Draco, devolviéndole la revista. Ella levanta la portada, donde se lee en grande el nombre, ‘’FORBES’’ y un titular interesante ‘’Los más ricos del mundo’’.
-Tú pseudónimo aparece en esta lista. Y creo, que si eres de los más ricos es como Draco, ¿No? -le explica.
-Eres demasiado inteligente para mí. Pero no he comprado nada. Yo puse la misma cara que tú cuando salió.
-¿Y la parte de ‘’Cómo saber si estás enamorado de un famoso? ¿También ha sido cosa de la revista? ¡Ni que fuera la Vogue! -responde, con una risa por fin. -Por cierto. Deberías dejar de pavonearte tanto. Harry piensa que eres pretencioso.
-¿Acaso no lo soy? -sonríe. -¿Dónde está?
-En el almacén, arreglando papeles. Pero no sufras, yo me encargaré de que lea la ‘’encuesta’’.
-Perfecto…

xXx

-Hermione… Herm… ¡¡HERMIONE!!...-nadie le contesta. Así que sale fuera del almacén. Pero la chica no está por ningún lado. Y Draco, tampoco.
Va hacia la caja y ahí al lado está la revista Forbes. Lee los titulares y dos noticias le pican la curiosidad. No sabe de quién es la revista, pero no presta demasiada atención. Amante del peligro, esto no es nada.
‘’Los hombres más ricos del momento…
¡Y tan ricos! Guapos y con dinero. Los hombres empresarios son, sin duda, un partidazo. ¿Quiénes se encuentran en lo más alto de la sociedad?...
{…}
En el tercer lugar encontramos a un hombre del cual hablaremos por su pseudónimo. Drew es el hombre de moda. Escritor. De novelas infantiles. Ha logrado labrarse una pequeña fortuna con su trabajo, tanto talento ha dado sus frutos. Su nombre, además, podría dotarle de una fortuna mucho mayor.
Si quieres saber si es tu hombre, haz el test del…’’
Harry no terminó de leer, dio vuelta a las páginas y continuó por el test.
‘’Cómo saber si estás enamorado de un famoso’’
1.Es un pretencioso. Siempre se pavonea en frente de ti.
a. Sí
b. No
c.Sí. pero me encanta ser el centro de sus presunciones. (Harry marcó esta)
2. Siempre pregunta por ti. Y tú estás pendiente por si él ha llegado.
a. No. Eso sólo pasa en las películas de EE.UU
b.Sí. Pero sólo para limpiar después en los lugares donde él ha estado.
c. Sí. Pero sólo porque es mi trabajo (Harry marcó esta)
3. Siempre habláis cómodamente de las cosas que os gustan.
a. Sí. Tenemos mucho en común.
b. No. No quiero dirigirle la palabra.
c. Sí. Pero sólo de un tema (Harry marcó esta)
4. Es sumamente atractivo… totalmente tu prototipo
a. Sí
b. NO
c. Hasta el último pelo.

En la última pregunta, Harry dudó. Pero si tenía que ser franco, nunca había visto una sola foto de Drew. Unos ojos como el plomo se cruzaron como un flash por su mente. Sí, engreído como era, soberbio y presumido, era uno de los hombres más atractivos con los que se había cruzado. Así que sí, era totalmente su tipo. Marcó la C.
Al pie de página venía los resultados. Él había contestado a todas la C. Así que fue donde ponía ‘’Mayoría de C’’ y leyó. Y la revista se le cayó de las manos.
¡¡Enhorabuena!! Estás tan enamorado que parece que cupido gastó sus flechas contigo. ¿A qué esperas para conquistarlo? ¡Déjate enamorar! Definitivamente, es tu hombre.

xXx

El primer encuentro fue algo dramático. Draco entró sólo porque vio que en la puerta decían que iban a leer un cuento suyo. Cuando entró, vio una librería pequeña, atestada de libros. Arrugó la nariz, agobiado. Odiaba las cosas pequeñas. Sin embargo, había un oasis inmenso en el centro. Lleno de cojines, y en ese momento, niños. Y en medio de tanto encanto, un hombre moreno. De gafas cutres para tan bonitos ojos. Se quedó prendado.
¡Y cómo leía! Había tanta pasión en su voz. Estaba encantado con el cuento que leía. ¡Su cuento! Draco supo que quería una cita con ese hombre. Y haría cualquier cosa por conseguirla. Pero no acertó con su método.

-Ese cuento es el peor del escritor -lo decía sinceramente. Lo escribió con quince años y era demasiado melancólico para los niños.
-¡Ni hablar! Es mi cuento preferido. Es mucho más natural que el resto. ¿Acaso los has leído todos? -le contestó. Esa manera de contestarle le sorprendió.
-Sí. De hecho, lo conozco muy bien -. ¿Había sonado tan pretencioso como creía?
-¡Presumido! ¡Tráetelo si quieres que te crea! -y se dio la vuelta. No pensaba enfadarse más.
Draco odió que le dejase con la palabra en la boca. Pero lo que hizo fue darse media vuelta y jurar no volver jamás.

Pero volvió al día siguiente. Y al siguiente. Y así día tras día. Cada vez era rechazado más cruelmente. Y no lo entendía. Era rico, guapo. Tenía talento. Pero Harry sólo tenía ojos para Drew. Y Draco no podía revelar su identidad.

Hermione vio día a día como la relación entre su amigo y ese rubio misterioso era cada vez más rara. Las risas que se pegaba a su costa eran numerosas y se convertían en auténticas carcajadas. Llegó el punto en que le cogió cariño al rubio. El pobre presumía para encantar a Harry y Harry odiaba lo presuntuoso que era. Hombres. Eran dos niños que se gustaban y no eran capaz de hablar de manera normal.

El día en que Harry habló con Draco sobre Drew, notó cómo le cambiaba la mirada a Draco. Era una mirada triste. Cuando Harry se escondió en el almacén, ella salió a hablar con él.

-Los pseudónimos ya no se llevan, Drew -probó. Sólo podía ser dos cosas; Que fuera el hombre tras el nombre del escritor o que estuviese celoso.
-¿Cómo lo has sabido? -contestó tras pensar un rato. Se relajó sólo tras mirar a su alrededor y no ver a nadie.
-Intuición. La misma que he usado para ver cómo os gustáis y no llegáis a hablar de manera normal para poder tener una cita, o algo.
-… Ya no sé qué hacer… -contestó con calma.
-Yo te ayudaré.

Así había empezado el plan ‘’Seducir al ojos verdes’’. Sí, era escritor, pero los títulos nunca se le dieron especialmente bien. Ese era el trabajo de Raley. Y con Hermione de su lado, todo fue cuidadosamente realizado.

xXx

Hoy era el gran día. Harry había leído el test y Hermione lo había dejado sólo en la tienda para que pudiesen hablar sin que Harry tuviese opción de escaquearse. Draco estaba nervioso, por primera vez en toda su vida.
-Buenos… días. Otra vez tú. ¿En qué puedo ayudarte? -contestó Harry con desgana.
-Un día me dijiste que si conocía a Drew que te lo trajese. Bien, es el momento.
-¿Dónde está? -dijo un Harry súper emocionado, tratando de mirar detrás de él.
-Lo tienes en frente, Harry. Drew es sólo un pseudónimo. Yo soy quién escribe esos cuentos -respondió de la manera más plana que pudo. No quería volver a sonar presumido.
-¡Deja de bromear, Draco! Tú no puedes escribir -le dijo, mirándole con cierto enfado.
-Pensé que me dirías eso. Por eso, te he traído mi contrato -le dijo sacando un papel que le tendió a un confundido y enfadado Harry, quien lo leyó con desgana. Justo hasta que llegó a la cláusula de que nunca podría revelar su nombre, o perdería su empleo.
-Aquí pone…
-Sé lo que pone. Pero estoy cansado de discutir sobre mí mismo contigo, Harry. Además, quería ser sincero contigo antes de invitarte a cenar.
-¿A cenar? -preguntó, con voz entrecortada.
-A cenar. Este sábado.
-Este sábado es San Valentín… -respondió Harry.
-Lo sé. Si tienes una cita…
-No -interrumpió.
-Te espero el sábado. En ‘’Gardens’’ a las ocho. Espero que vengas -y ya iba a salir cuando notó una mano que le sujetaba la muñeca. Dio la vuelta y se encontró con un coloradísimo Harry.
-Siento haber sido así contigo todo el tiempo. -susurró. Y Draco quiso comérselo a besos.
-Hablaremos el sábado, Harry. Tenemos un montón de cosas que contarnos.
-Sí -dijo sonriendo. Y cerró los ojos. Draco no supo si le pedía un beso. Pero era lo que solía pasar en las películas románticas. Así que le dio un beso, un leve roce de labios. Harry abrió los ojos, confundido-. Pensé que besarías mejor -dijo, con cierto tono de broma.
-Ahora verás. Cierra los ojos -. Y cuando Harry los cerró, Draco puso su mano en la nuca del moreno, cerró los ojos, y se dispuso a dar el beso más romántico de toda su vida. Mordisqueó sus labios, los acarició con la lengua, sopló sobre ellos y luego le devoró. Para separarse, fue dándole pequeños besos, hasta que finalmente se alejó con desgana-. El sábado habrá más. Habrá mucho más.
-Eso espero -. Contestó Harry.

Pero lo que pasó el sábado, es algo que sólo queda en las memorias de Harry y de Draco. Y de Hermione, que escuchó la historia dos veces, una vez de Harry y otra de Draco.

‘’Qué bonito es el amor’’, pensó Hermione.

FIN

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