Quebrar

Feb 01, 2008 11:27


Waazzaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Ya extrañaba estos Vicios hahaha. La mera neta, ya no iba a terminarlos. En cierto punto de mi vida, me saturé de cosas, escuela, otros relatos, la edad, mis fines de semana absorvidos completamente por una maravillosa mujer que no deja de ponerme contento... y pues ya no había tiempo para los vicios, sin embargo cierto día oscuro y tormentoso (hahaha) me topé en el MSN con la buena de Mimbel y me dijo varias cosas que atesoro en el baúl de mis recuerdo (hahaha) y pues por su culpa, vengo de nuevo a retomar los vicios, además, creo que ya tendré un poco de tiempo.
Aquí viene la mala noticia. Como los vicios estos realmente no son TAN IMPORTANTES en mi "carrera de escritor", porque son Fan Fics y todo ese choro de que no puedo hacerme rico con ellos... haré pequeños monstruos de los vicios que me faltan o quizá enormes y aterradores. Utilizaré estos vicios para practicar mi manejo de los tiempos gramaticales y un chorro de cosas más con las que todavía tengo problemas. La buena cara de la moneda, es que aunque no sean tan importantes en mi "carrera de escritor", a mí me interesan, porque no puedo darles un producto chafa a ustedes lectores que con cada vicio clickéan en el título para leerlo, sólo por eso voy a esforzarme, pero necesito un favorsote enorme, como el tema de los tiempos es muuuuuuuuuuuuuy confuso, quisiera que me dijeran si la historia se entiende, si en algún punto de ella la cosa se puso escabrosa y nomás no se le entiende nada, eso para mí sería de gran ayuda porque sólo así uno mejora. Claro que yo soy mi más estricto juez, pero a veces me consiento demasiado.
Y bueno, sin tanto choro mareador, les dejo el siguiente vicio, correspondiente a la palabra quebrar y a ver qué les parece.

Enjoy!!
Quebrar

(Reto once)

Despertó sobresaltada y empapada en sudor, llevándose las manos a la boca para no gritar. Sabía que si lo hacía, despertaría a todas sus compañeras en el dormitorio, en la torre, posiblemente despertaría a todo el castillo.

Si hubiera gritado lo habría hecho aterrada. Y todo por culpa de una más de esas pesadillas que la aquejaban desde el verano pasado, unos días antes de que las clases en Hogwarts comenzaran.

Normalmente, Hermione no se preocupaba mucho por lo que soñaba. La idea de que sus sueños fueran premoniciones, se le hacía tan ridícula como la profesora de adivinación. Sin embargo, sus sueños no parecían ser visiones del futuro; a lo largo de dos meses, sus pesadillas siempre le mostraban cosas horribles y en todas ellas el protagonista era su maestro de pociones.

¿Por qué él?

Apartó las mantas y se puso de pie, no conseguiría dormir de nuevo, por lo que prefería salir y respirar el fresco aire matutino. “No tengo tiempo para pensar en pesadillas” se dijo, pero con la brisa acariciándole la piel del rostro, Hermione Granger pensaría en sus pesadillas y en el profesor Snape.

Salió por detrás de la Señora Gorda sumergida tanto en sus pensamientos que no escuchó a la mujer del retrato preguntándole a dónde iba.

Sin darse cuenta, subió hasta la torre de las lechuzas, el sonido de éstas durmiendo, parecía tener un efecto relajante. Algunas de ellas estaban despiertas y miraban a sus compañeras, otras  preferían salir a estirar las alas dando una vuelta a la torre.

“¡Hazlo ya!”

Escuchó la voz de su profesor dentro de su cabeza. Hermione había llegado al lugar correcto para ponerse a pensar en sus pesadillas, especialmente en esa última, la que hasta el momento, más perturbaba su mente.

Esa noche Hermione había soñado que Severus la había llamado a su mazmorra. Ya no recordaba quién le había dado el mensaje de Snape, pero estaba segura que, en el sueño, había estado a punto de besar a Ron y confesarle lo que sentía por él antes de haberse encaminado a la oficina de su profesor.

En cuanto había traspuesto la puerta, el profesor Snape la había sujetado de los brazos y en menos de un parpadeo, Hermione ya estaba sentada en una silla con las manos y los pies atados a ésta, sin posibilidades de zafarse.

- ¿Qué sucede? -preguntó Hermione, asustada al ver a su profesor; sus ojos no dejaban de girar enloquecidos dentro de las cuencas. El cabello alborotado y pegado al cráneo se mecía por los salvajes movimientos de su cuello. Estaba encorvado y había cerrado la puesta con doble llave.

Snape se acercó a Hermione mirando a todas partes, girando la cabeza de un lado a otro. Colocó las manos en los antebrazos de su alumna y perforó sus pupilas castañas con la negrura de sus ojos. Sudaba en exceso; su propia humedad resbalaba por su rostro. Lamía el sudor que llegaba a sus labios. La mirada de Snape acarició todo el rostro de la chica, poniéndola nerviosa.

- Ahora puedes hacerlo -había dicho y Hermione no supo, en ese momento, a qué se refería su profesor-. ¡Hazlo ya! -la voz de Snape había sonado estridente, furiosa al no haber recibido respuesta alguna por parte de su alumna.

- ¡¿Qué quiere?! -había chillado Hermione, alejando el rostro del fétido olor a putrefacción que escapaba constantemente por entre los labios de Severus.

- ¡Dilo, maldita seas! -había gritado entonces Severus levantando su mano, en la que sostenía un látigo. El sonido de éste contra la carne desnuda de Hermione había sido horrible y el dolor aún peor.

Hermione no entendía cómo era que uno podía sentir tanto dolor en un sueño. Mirando a través de la ventana en la torre de las lechuzas, se preguntaba por qué sentía dolor en sus sueños. Eran tan vívidos que ya le daba miedo dormir. El tan sólo pensar que por las noches debía volver a su habitación y acostarse a dormir la llenaba de horror. No podía salvarse de sus pesadillas. Aunque uno no quiera, debe de dormir o el cansancio lo llevará a uno de la manita, como cruzando la calle, a la tumba. Y Hermione todavía no quería abandonar el mundo, aunque fueran tiempos difíciles en los que las noticias no hablaban de otra cosa más que del Señor Oscuro. Ella todavía no estaba lista para partir. Además tenía que…

« ¡Dilo! »

…confesarle a Ron lo que sentía por él y hacer que él sintiera lo mismo.

« ¡¡Dilo o juro que te mataré!! »

Sacudió la cabeza, ni siquiera cuando pensaba en otra cosa dejaba de escuchar la voz de Severus. Con cada grito en su cabeza lo veía delante de ella, enloquecido y sudoroso, levantando el látigo para dejarlo caer sobre ella; en su rostro, en su espalda, en sus piernas… en sus senos.

El dolor había sido insoportable, desgarrador. Los golpes de Severus habían caído sobre el cuerpo de la chica con furia demencial. La había golpeado tan sólo con el fin de quebrar su voluntad, su decisión de mantener la boca cerrada y no decir lo que él le había exigido que dijera.

- Eres más resistente de lo que pensé -había dicho Severus, aparentemente cansado del castigo. El cuerpo de Hermione había quedado completamente ensangrentado

- No sé qué es lo que quiere que diga -había suspirado Hermione. En esos momentos de tortura, no estaba segura de si lo que estaba viviendo era sueño o realidad.

- ¡¡No te hagas la estúpida conmigo!! -había gritado Severus y el látigo volvió a caer sobre el cuerpo gravemente lastimado de su alumna-. ¡¡Di que me amas, quiero escucharte decir que no puedes vivir sin mí. Quiero que digas que estás loca por mí. ¡¡DILO!! ¡¡DI QUE ME AMAS!!

Cuando despertó había querido gritar. Ahora que lo pensaba, no estaba segura de si habría gritado de horror, o habría gritado que amaba a Snape.

06/06/09

**Dedicado Especialmente a la maldita Depravada que quiere un Slash de CSI**

<-( H.S )->™

fanfic, 30 vicios, retos, hg/ss

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