A vosotras, que habéis hecho felices a tantos niños. A vosotras, que nos ayudásteis a superar el trauma de desayunar recién levantados. A vosotras, que despertásteis a nuestro Ross Geller interior. A vosotras, que guiasteis a frodo cuando las demás luces se apagaron nuestros hábitos alimenticios. A vosotras, que nos enseñásteis que no importa si
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Yo tengo que confesar que llegó un momento en que las odié, casi vomitaba al verlas porque me había pasado taaaaaaaaaaaantos años alimentándome sólo de ellas que desarrollé una repulsión natural autodefensiva contra ellas XDDD
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