[baby_bang_es]El diablo que nunca conociste...Parte 6

Jul 02, 2012 19:22

Parte 6

Sam no volvió a aquella habitación por una semana, en cambio, siguió viajando con Dean en el impala. Buscando cosas que matar, esperando el “golpe” de los leviatanes pero Sam estaba seguro que jamás llegarían a saber de aquel “golpe”. Porque el mundo se estaba terminando, derrumbándose y nadie se percataba de ello.

-¡Sam! ¡¿Qué estás haciendo?!-gritó furioso Dean viendo como su hermano comenzaba a empacar su ropa en el bolso.-¡Estamos en medio de una cacería!-

-El mundo se va a acabar Dean, me importa una mierda la cacería.-le contestó, sonriente.

Así es, Sam Winchester estaba feliz. No sabía por qué, simplemente lo estaba, con una sensación muy agradable en su pecho y no iba a dejar que su hermano le arruinara eso.

-Sam...Joder ¿Tendré que encerrarte de nuevo? Por favor no…-

Y no era por Lucifer, no, no era por él. ¡Por qué el mundo se acababa! ¡Por fin!

-No lo entiendes Dean…-murmuró más para sí mismo que para su hermano, y se giró hacía él.-Todo este tiempo creía que este era mi destino, ser un cazador, el recipiente de Lucifer…Salvar al mundo…¡Pero lo entendí!-exclamó sonriente, Dean simplemente le miraba con pena.

-Sam…Dios.-

-No podemos ser salvados Dean, no hay nada que salvar.-le contestó animado y miro a Dean con cariño.-Es el fin del mundo, y no lo ves. Tenemos que terminar nuestros asuntos aquí Dean, y ser libres.-

Dean simplemente se quedó mirándole confuso.-¿A dónde iras?-

-A ver a Bobby, a despedirme y luego a ver a  la tumba de Jess…De mamá…Y luego nos despediremos ¿Bien? Tú y yo.-le dijo, acercándose hasta él.-Eres mí hermano y nunca  dejaría que esto pasase si no me despido de ti antes.-

-Sammy no estás pensando esto bien…Lucifer…Él.-

No es que él amara a Lucifer, no es que sintiera eso. Sino que simplemente por fin todo se terminaría, no más Leviatanes, no más fantasmas, no más muertes…No más bares y moteles.

Ahora solo dependía todo del destino. Y con un poco de suerte todo sería mejor.

Lamentablemente su plan fue truncado, porque Dean siendo Dean creía con toda su alma que Lucifer por fin había trastocado la cabeza de su hermano y ahora Sam estaba enloqueciendo. Así que antes de que Sam pudiera salir por la puerta del motel, Dean simplemente le dio un buen golpe en la cabeza y terminó desmayado en el piso.

Sam no le culpó.

Dean era más realista, más desconfiado. Su objetivo eran los leviatanes, así de simple. ¿Por qué iba a creer algo de lo que saliera de la boca de Lucifer?

Días después  se encargó de que Sam no escapara y una vez volvieron a casa de Bobby lo encerraron nuevamente en la habitación del pánico.

-Pobre Sam…-

Dean no se atrevió a mirar a Bobby.-Debí estar más cerca…Dios, es mi culpa.-

-Hey hey, no te culpes.-se apresuró a decirle Bobby.-Se pondrá bien, solo necesita…Reponerse, dale tiempo Dean.-

-Cree que el mundo se va acabar, está loco Bobby.-le respondió con tristeza.-Él demonio lo enloqueció.-

Y así Sam Winchester paso los últimos meses de aquel mundo.  Encerrado en su habitación mirando al techo, Lucifer no estaba, solo eran él y el techo. Nadie más.

Claro que su alma ya no estaba ahí, sino en otro lugar. En otro tiempo, con otra ser esperando lo inevitable.



-No estás enojado ¿Por qué?-le preguntó Lucifer apenas Sam se sentó frente a él.-Es tu hermano y no te cree.-

Sam sacudió su cabeza.-Dean…Dean se preocupa por mi, de alguna forma nunca terminará de confiar en ti o en las cosas que me digas.-le contestó con suavidad y Lucifer le miró asombrado por un segundo.

-¿Entonces me quieres Sam?-le preguntó, tal como sonó.

Sam se quedó mirándole, hasta bajar su mirada.-Eres un monstruo….¿Como podría quererte?-le preguntó.

-No has respondido mi pregunta.-

Sam simplemente se encogió de hombros.-No lo sé, de todas formas no importaría ¿No? Las realidades se fusionaran de todas formas y no recordaré nada de esto, nada de esta realidad.-respondió Sam.-¿Por qué me mostraste esto? Podrías haber simplemente esperado…A que todo pasara, hasta el final.

Lucifer se encogió de hombros.-Sé que no recordare nada de esto pero simplemente quería intentarlo.-murmuró y por primera vez en su vida, Sam logró notar algo de inseguridad en la voz del demonio.-Que me quisieras pero  de todas formas no funcionó.-

-Pero…Yo te creo.-le dijo con voz baja Sam.-Yo te creo.-

Lucifer sonrió levemente.-Lo sé.-



Era el primer día de sus vacaciones ¡Por fin! Había esperado tanto para tener esas dos merecidas semanas de descanso…De la firma, de los odiosos divorcios y luchas por custodia de hijos. No es que no le gustara ser abogado, simplemente necesitaba un descanso, un buen descanso de todo.

-De nuevo, gracias por los descuentos Charlie….-le dijo Sam en voz baja por el celular, mientras entraba al vestíbulo del edifico de los departamentos.-

-Oh no hay de que, a los de Google siempre nos dan buenos descuentos en las aerolíneas.-le contestó animadamente.-Solo espero que los billetes lleguen seguros allá.-

-Ya varemos, gracias de nuevo. ¿Te llamo después?-le dijo y Charlie le respondió afirmativamente, unos segundos después cortó, tomando el ascensor hasta su departamento.

Una vez entró se quitó rápidamente sus zapatos y fue por sus pantuflas, como supuso Luke aun no llegaba y eso que los viernes no tenía tantas clases como los otros días. Afortunadamente, Sam estaba seguro que Luke no daba clases extra.

Ya no más, al menos.

Así que simplemente se fue a su computadora y se fijó en su correo, unos cuantos correos de Becky, la  chica en prácticas que estaba bajo su tutela. Francamente Sam la encontraba insoportable con su vocecita chillona y sus manías por decir cosas fuera de lugar, otros de Jess y lo demás solo Spam.

Y el siempre típico correo de Dean, claro que como con los otros. Simplemente lo borro. La primera vez lloró y se consideró un hermano cruel y desagradecido, porque Dean siempre había estado cuidándole como el buen hermano mayor que era.

Claro que cuando Sam más lo necesito y cuando más quiso que lo apoyara, Dean simplemente lo mandó a la mierda. Sin mencionar que había hecho lo mismo con Luke.

Así que ahora era su turno, al menos por un tiempo. Amaba a su hermano después de todo.

-¿Sam? ¿Esposa mía?-llamó una voz desde el corredor, era Lucifer. Sam aun seguía con su ropa de trabajo pero bueno, luego se cambiaria.-Allí estás ¿Y mi comida mujer? Tengo hambre.-demandó el hombre mayor, con un tono bromista en su voz.

Sam simplemente rio, elevando una ceja.-Pensé que dejamos claro en el papel que somos “Esposos” no esposa y esposo, imbécil.-le respondió a lo que Luke se acercaba para darle un pequeño beso en los labios.-Y ya lo sabes, no cocino.-

Luke hizo una pequeña mueca, fingiendo desagrado y entonces abrazó a Sam por la espalda, sepultando su rostro en el cuello de Sam.-Eres un asco de mujer Sammy pero un hombre muy caliente.-le murmuró dándole un pequeño beso en la clavícula, cosa que hizo que Sam riera.-¿Y que has hecho?-

-Llegué como hace cinco minutos, solo reviso mi correo.-le dijo, cerrando la ventana discretamente.

-¿Y? ¿Algún virus interesante que esparcir?-

-Trabajo y más trabajo.-le respondió y entonces cerró la pantalla del computador, girando su cabeza hasta su ahora esposo.-Pero estoy de vacaciones, así que no importa.-

-Así me gusta Sam, perezoso y despreocupado. Justo como te enseñe.-Luke le dio un último beso en la mejilla y le soltó, dirigiéndose hasta el marco de la puerta.-¿Cocinamos la cena?-

Sam se incorporó de su asiento, mirándole.-¿Y que quemes la cocina?-

-Por eso es que tú serás mi ayudante Sammy.-le dijo con suavidad.-Aunque deberías cambiarte, ponte algo más sexy.-

Sam rio divertido.-Vete a la mierda, no haré una película porno contigo en la cocina Lucifer.-dijo haciendo énfasis en la última palabra y Luke rodó los ojos, divertido.

-Solo apresúrate princesa.-

-Tengo que decirlo, esto es tan…Hogareño.-murmuró Sam, mientras observaba como su otro yo comenzaba a cambiarse, Lucifer apareció junto a él. Devorando con la mirada mientras se cambiaba de ropa.-No le mires así.-

-¿Y como quieres que le mire? Te miro y se me para la polla ¿Qué quieres que haga?-le preguntó y Sam simplemente le miró mal.-Como sea, a mi me gusta. Menos claro eso de lo de estar enseñando a monos sin cerebro.-

-¡Hey!.-

-Vale, tú eras uno de esos monos sin cerebros.-

-¡Hey!-exclamó Sam, esta  vez más fuerte.

Lucifer se largó a reír, aproximándose hasta él y susurrándole al oído.-Pero eres mí monito sin cerebro Sammy.-y se esfumó.

Sam simplemente rodo su mirada y se esfumó también.

Cinco minutos después, Sam estaba completamente vestido con una camisa blanca, sus vaqueros azules y sus pantuflas siempre confortables y entonces suspiró.

Todo era tan tranquilo en su vida. Lástima que en aproximadamente menos de dos días el mundo se fuera acabar, claro que nadie sabía eso. Ni si quiera él.



Ese mismo día, luego de cenar y comentar las típicas banalidades del día. Más bien Luke comentaba su día porque ser testigo de la idiotez de los jóvenes adultos siempre era divertido, en cambio Sam tenía que coexistir-porque esa era la palabra-con un montón de abogados estirados y aburridos, y aunque él no era precisamente la persona más divertida. Simplemente le encantaba la forma burlesca en que Luke narraba todo.

Y allí estaban acurrucados en el sofá, hablando mientras venían “Project Runway” el típico programa de las diez para una pareja homosexual.  A Sam no le gustaba, sino a Luke que tenía una pequeña obsesión por el buen vestir.

-Dios y te lo juro Sammy, ese chico ni siquiera respondió una pregunta. Algunas veces me preguntó si yo soy el tonto por estar enseñándoles…-

-No seas tan duro, a mi también me diste problemas las primeras clases.-le contesto Sam con suavidad.

-Sam, dibujó un robot donde se suponía tenía que responder. Es una universidad, no una secundaria para retrasados.-le contestó Lucifer con acidez, cualquier se habría ofendido menos Sam.-Además que usa Shorts con calcetas ¿Quién hace eso?-

Sam rio entre dientes, iba a responder cuando el timbre de la puerta sonó y ambos se miraron.-Yo iré.-le dijo Luke pero Sam le detuvo.

-Tú eres el que quiere ver el programa, no yo. Ya vengo.-le contestó y se incorporó del sofá con una sonrisa en su rostro.

Una sonrisa que se  esfumó cuando se encontró a su hermano, Dean Winchester frente a él con dos boletos de avión y una sonrisa burlona en el rostro.-Sammy, te he traído tus boletos para Australia. Buenos asientos ¿Eh? Debieron costarte una fortuna.-

Luego de eso, las cosas se pusieron muy raras y muy tensas. Primero porque no era noticia nueva que a Dean no le agradaba Luke, en lo absoluto. Segundo, porque no le gustaba el hecho de que Sam fuese gay, bueno no precisamente. Sino que fuese gay pero con un tipo que tenía bastante más años que él , usaba ropa de marca y además trataba todo el mundo como si fuesen la peor basura del mundo, incluido él.

Sobre todo el hecho de que ahora estaban casados, sin boda ni nada pero casados al fin y al cabo.

Y allí estaban en la mesa de la cocina. Sam estaba en el medio de ambos, Lucifer y Dean frente a frente con la mirada.

-Ha sido un tiempo Dean ¿Cómo te va en el ejército? ¿Ya le metiste la polla a algún cadete? -le preguntó en broma Luke con una sonrisa superior.

-Afortunadamente no ¿Y a ti? Supongo que te encantan los hombres uniformados.-le respondió sarcásticamente Dean. Y Luke iba a responder con otra pesadez cuando Sam le cortó.

-¿Dean que estás haciendo aquí?-preguntó mirando a su hermano.-La última vez dejaste bien en claro que no volverías hasta que me separara de Luke.-

Dean se encogió de hombros.-Las cosas han cambiado Sam, por mucho que odie la clase de relación que tienes con este viejo. Hay prioridades.-le contestó y Sam elevo una ceja, confundido. Entonces suspiró.-Charlie me dijo que te ibas a Australia y que no estaba segura con el sistema de correos y como estaba en la ciudad, pues me ofrecí para traerlos por ti… ¿No querías esos descuentos Sammy? Pues aquí estoy-

-Pues ya los trajiste, ahora te puedes devolver a tú base de orgías militares.-le respondió Lucifer a lo que se ganó una mirada reprobadora de Sam.

-¿A que has venido Dean?-volvió a preguntar.

-Solo vine a ver a mi hermano menor ¿Qué tiene de malo?-le preguntó Dean de vuelta, Sam suspiró porque algo en él le decía que su hermano no le estaba diciendo todo pero le conocía y al final hablaría así que decidió no apresurar las cosas.

-¿Quieres cenar?-le ofreció Sam amablemente.

-Suena bien, me urge comer algo.-dijo Dean con una sonrisa y entonces Sam se giró a Lucifer a  punto de pedirle algo pero Luker fue más rápido y se incorporó de su asiento, saliendo airoso de la situación y la petición de Sam.

-Yo vuelvo a mi programa, alimenta a tu perro Sam.-le dijo con suavidad besándole la mejilla y volviendo a la sala.

-¡Demonio!-le gritó Dean fingiendo molestia y Sam simplemente rio.-Oh en serio Sammy, no sabes como es de asquerosa la comida del ejercito.-



Dos horas después, a media noche Dean por fin había terminado de instalarse en la habitación de invitados, solo había traído unas pocas cosas y todo fue más rápido de lo planeado, claro que Luke no se asomó en ningún minuto para ayudar.

Odiaba a Dean tanto como este lo odiaba a él  pero no quería hacer las cosas más incomodas para Sam. Aunque Sam se las arreglara para aliviar este tira y afloja entre Dean y él.

-¿Cómo estuvo Project Runway?-le preguntó Sam con suavidad desde su lado de la cama, llevaban quince minutos fingiendo dormir.

-Se fue Michael, su vestido era horrible, lo hubieras visto Sam. Con toda la elegancia de Megan Fox por todas partes.-le respondió con acidez haciendo que Sam riera divertido, unos segundos después se acercó hasta él, pegándose a su lado.

-Podrías habernos ayudado a instalar a Dean.-no era un reproche, sino un simple comentario.

-Sam ambos sabemos que tu hermano me odia ¿Para qué hacer las cosas más incomodas?-le dijo mirando a Sam en la oscuridad de la habitación.

-Tú también lo odias Luke y no eres precisamente amable tampoco.-

-Hey hey, no discutamos de eso en la cama ¿Vale? Tenemos todo el día de mañana para hablar de lo mucho que te gustaría que yo y tu hermano fuéramos amigotes.-Sam sintió como Luker se acomodaba y se quitaba la camiseta que usaba para dormir.-Podríamos hacer cosas…Más interesantes.-murmuró, acomodándose junto a Sam.

-Mí hermano está en la otra habitación…-musitó el más joven.

-Es lo hace mucho más interesante.-dijo finalmente y se lanzó hacía la boca de Sam a lo que este no pudo sino reír y dejarse besar por  el hombre que tenía pervertido como esposo.

-La vida de casados es buena Sammy ¿No lo crees?-le preguntó Lucifer desde un rincón mientras la habitación lentamente se iba llenando de pequeñas risitas y gemidos.

Sam simplemente sacudió su cabeza.-Cállate.-



Sam tuvo que hacer un esfuerzo enorme a la mañana siguiente para evitar las miradas que Dean le dirigía. Claramente su hermano les había escuchado la noche anterior, y entonces se preguntó si Lucifer lo había hecho apropósito, solo para molestar a su hermano.

Lu cual tendría perfecto sentido porque Lucifer siendo Lucifer….

-Así que ¿A que hora se durmieron anoche?-preguntó Dean fingiendo desinterés y echándole una ojeada al periódico, Sam se puso blanco al instante y Lucifer simplemente contuvo una risa.

-Casi a la misma hora que tu Dean.-contestó Sam por fin, dándole una gran mascada a su tostada con mantequilla.

-¿En serio? Creí haber oído ruidos.-murmuró Dean.-¿Gatos tal vez?-

La siguiente parte del día fue algo extraña, porque Sam y Lucifer tenían planes….Por algo habían luchado para tener sus vacaciones en las mismas fechas pero no podían simplemente excluir a Dean de sus planes. Bueno Lucifer sí pero Sam no, y no había que ser muy inteligente para saber quien de los dos tenía la última decisión.

Y allí estaban, en la cola del cine esperando para entrar mientras Dean iba a comprar palomitas de maíz.

-Tu hermano es un pegote.-le comentó Lucifer apenas Dean estaba fuera de la vista, Sam simplemente le miro mal, fingiendo molestia.-No en serio, se supone que somos dos personas sanas en una relación  de  pareja ¿Qué hace tu hermano en medio de todo? No recuerdo haberme casado con él.-

-Es solo una película Luke….-murmuró Sam.

-Ya pero a mi me gusta hacer “cosas” durante la película, cosas contigo ¿Cómo se supone que las haga con él a tu lado?-dijo moviéndose un poco incomodo, estar entre tanta gente aun le molestaba. Y no es que Sam fuera precisamente el hombre más bajo y delgado del mundo. Algunas veces se preguntaba como era tan musculoso si lo único que hacía era correr todas las mañanas de los fines de semana.

-No las hagas, así de simple.- respondió y le dio un pequeño beso en los labios.-Ahí tienes, se feliz hasta que volvamos a casa.-

Luke simplemente suspiró, derrotado. Cosa muy extraña en él pero iba a respetar la decisión de Sam de hacer su relación menos sexual al menos por un día.

-¡Sam!-llamó Dean con dos cubos de palomitas en sus brazos, ya  juzgar por la forma en la que mascaba, no se había aguantado a la película.

Dos minutos después ya tenían las tres entradas en su mano y se dirigieron hasta donde Dean les esperaba.

-¿Y mi soda?-preguntó Luke elevando una ceja.

Dean le entregó el cubo con palomitas y se giró a ver al hombre mayor.-Oh lo siento, debo estar un poco sordo…-dijo fingiendo inocencia. Y si Luke aun tuviera sus poderes, probablemente ni el ruego de Sam lo hubiera salvado de morir ridículamente frente a todos.-El ejército hace so.-

Pero claro, ya no era un demonio. Ya no era él demonio.

-Espera espera…¿Luke no es humano?-preguntó Sam haciendo que todo se pusiera en blanco y negro.

-¿No es algo obvio Sam?-

Y es que Lucifer tenía un punto, pero claro él solamente estaba limitado a saber lo que Sam sabía o lo que escuchaba en los pensamientos. No es que fuera una especie de dios, sino un espectador y nada más.

-Digo…Sí pero…No lo sé, él no se parece nada a ti.-musitó en voz baja, posando su mirada sobre el rostro de Luke.-Él es…Diferente.-

Lucifer se largó a reír.-Es él demonio, igual que yo . Somos el mismo ser.-le contestó Lucifer caminando hasta a Sam.-Claro que  hemos hecho cosas…Distintas.-

-¿Distintas?-Sam  elevó una ceja.

Lucifer simplemente se encogió de hombros.-Es complicado de explicar, y aburrido. Te dormirías si te lo explicara, en serio-le dijo.-El punto es, que estás casado con el diablo en esta realidad. ¿No te parece genial?-

Sam simplemente resopló con sus labios.



Fue durante esa noche, en la cena cuando todo estalló. Como ninguno de los tres cocinaba, bueno en realidad Sam y Luke sabían preparar cosas básicas y de vez en cuando Luke intentaba alguna que otra cosa. Y siempre terminaba quemada.  ¿Y Dean? Pues a duras penas sabía freír un huevo, y la verdad no se quejaba.

La comida del ejercito no era la mejor tampoco. Así que simplemente compraron comida china de paso a su departamento

Dean estaba molesto, todo porque casi al final de la película Dean notó como Lucifer le estaba corriendo mano a su hermano descaradamente y Sam, parecía aceptarlo gustosamente sin decir o fingir nada.

-¡Simplemente no haces esa clase de cosas cuando estás al lado de tu hermano Sam!-le  dijo Dean molesto cuando entraron al departamento.-Dios que asco.-

Lucifer rodó sus ojos, y no dijo nada. Estaba casado, tenía todo el maldito derecho de hacer lo que quisiera con Sam Winchester. Él era suyo, a ojos del universo, a los ojos de los monos sin cerebro,  a los ojos del papelito ese que firmaron.

Era suyo.

-Solo fue una broma Dean, deja de ponerte histérico por todo.-le contestó Sam sin mirarle, y dejando las bolsas sobre la mesa.- Bien ¿Vas a seguir llorando o vamos a comer?-Dean simplemente bufó y caminó hasta su habitación, tragándose su molestia como un niño reñido.

Fue entonces cuando sintió como Lucifer le abrazaba por la espalda, aprisionándolo entre sus brazos.-Oh Sam, me encanta cuando eres malvado. Me excita-le dijo con suavidad.

Sin embargo Sam no cedió y se soltó.-Se supone que te comportarías Lucifer.-le dijo volviendo hasta la alacena para sacar los platos y cubiertos.

-Pero nunca lo prometí, además era una oportunidad demasiada buena como para dejarla pasar.-le contestó Lucifer sin una gota de arrepentimiento. Sam simplemente rodó su mirada.

-Lávate las manos, maldito demonio.-

Quince minutos después los tres estaban reunidos en la mesa como la familia feliz que eran, Dean parecía menos tenso y molesto, cosa que agradó a Sam.  Después de todo, solo Dean sabía cuanto significaba para él una cena en “familia”. Lucifer tampoco hizo un comentario acido para hacer enfadar a Dean, de hecho estaban comentando la película que acababan de ver en el cine.

Aunque Dean fue el único que realmente prestó atención a la película.

-Te lo digo, ese Tony Stark es genial. Ya quisiera yo tener tanto dinero.-comentó Dean mientras se llevaba un bocado de arroz a la boca.-Y esa secretaria.-

Sam rio entre dientes, jugando con su pedazo de pato.

-Básicamente quieres ser un playboy como él.-le dijo Lucifer mientras le daba un último sorbo a su vaso de jugo.-¿Sabes lo que significa?-

-¿Qué?-preguntó Dean con real curiosidad.

-Que eres muy, demasiado gay Dean.-dijo largándose a reír y Sam tuvo que contener su risa.

-Sam ¿Puedo tirarle mi comida a la cara a tu demonio infernal?-le pidió mirando mal a Sam pero este simplemente sacudió su cabeza en negativa.

-Tienes que admitirlo Dean, Tony era un tanto…Homosexual.-le contestó encogiéndose de hombros.

-¡¿De que estás hablando?!-exclamó Dean casi indignado.-¿No viste como se besaba con la secretaria? Ese tipo es heterosexual Sam.-

Sam simplemente compartió una mirada divertida con Lucifer.-Es que no has visto Los vengadores.-le contestó. Dean ni siquiera se molestó en responder, ni siquiera entendía a lo que Sam se refería.

Estaban terminando de lavar los platos, en realidad Sam lavaba, Dean secaba y Lucifer acomodaba, cuando el tema surgió. Y Fue Sam quien comenzó todo, no es que no quisiera a Dean en su casa, solo que no se creía nada la actuación de su hermano “somos hermanos, vengo a tu departamento con la mejor disposición del mundo” y al menos quería que fuese sincero. Pero claro, a Dean le gustaba dar rodeos a las cosas así que era él quien tenía que hacer las preguntas difíciles.

-Así que Dean ¿Me vas a decir de una vez que haces aquí?-le preguntó Sam en voz baja a su hermano, Dean se giró, casi ofendido.-No soy estúpido Dean, a ti no te gusta jugar a la casita con nosotros…Y tenemos planes.-le dijo.-Así que solo dime que sucede ¿Vale?-

Dean dejo el paño para secar sobre la encimera, y entonces miro a su hermano.-¿Me escucharas?- Sam no respondió, simplemente se quedó mirándole. Entonces Lucifer supo que aquella conversación no le concernía en nada pero Sam hizo un ademán para que se quedara.

-Por favor.-le dijo con suavidad, Lucifer suspiró y camino hasta el lado de Sam.

-Papá va a morir Sam. Por eso estoy aquí, por eso no puedes irte de viaje, no ahora.- y así como así, Dean Winchester le soltó la bomba a su hermano quien ni si quiera pudo parpadear.

-¿Qué? ¿Por qué?-

-Sus riñones…No van a resistir mucho Sammy. Y no hay donantes compatibles, no le queda mucho tiempo. Solo unas semanas.-

Lucifer por instinto agarró la mano de Sam, en silencio.

-Bueno, yo no iré. Puedes despedirte de él sin mi.-le contestó Sam en voz baja y por su tono de voz se notaba que sonaba indeciso.-Juré no volver a ver a ese tipo, no después de lo que pasó.-

Dean le miro incrédulo.-Sam…Han pasado más de diez años ¿Cómo aun no puedes perdonarle? ¡Es nuestro padre!-exclamó dando un golpe sobre en la mesa.-¡Es papá! ¡El hombre que nos crío!-

Entonces la mirada de Sam se llenó de profundo odio y rencor.-¡No! ¡Quien me crio fuiste tú Dean!¡Ese hombre me mandó al hospital! ¡Ni siquiera pude asistir a mi graduación por su culpa!-le gritó de vuelta.-No me importa si John Winchester se está muriendo o si se va al puto infierno, él no es mi padre.-

-Pero yo soy tu hermano Sam, él nos necesita. No puedes ser así…Por favor Sammy, es papá.-le dijo en voz baja. Y Sam bajó su mirada por unos segundos e intentó encontrar la suficiente humanidad en él para hacer lo que su hermano le pedía.-Está rehabilitado, ya no bebe. No es el mismo de antes.-

Pero no la encontró, no existía bondad en él cuando se hablaba de John Winchester.

-No lo entiendes ¿No?-le preguntó, tragando saliva. Sus ojos se veían irritados.-Claro que no lo entiendes, no estabas ahí.-murmuró, mordiéndose un labio.-No escuchaste las cosas que dijo ni la forma en la que me miró ni como me pateó durante no sé cuantos.-

-Sam….-

-¡Has ido a la puta guerra y no lo entiendes!-gritó Sam enfurecido y solo la presencia de Lucifer hizo que no se parara sobre su asiento y mirara con ojos a su hermano.-¡Eres mi hermano pero él no es mi padre! Así que te daré dos opciones Dean.-dijo mirando a su hermano con dureza.-Puedes quedarte aquí  y dormir en el cuarto de huéspedes hasta que te de la gana y te marches o te tendré que sacar a patadas porque no pienso hablar más del tema.-

-No seas injusto Sam.-

-Tienes que escoger un bando Dean.-le dijo Sam.-¿O vas a esperar a que otra persona termine en el hospital como yo para que tengas que tomar una decisión? En ese tiempo yo no podía, tú sí, ahora puedo. Así que escoge-dijo finalmente y se incorporó, soltando la mano de Lucifer.  Diez segundos después, se oyó un portazo proveniente  del dormitorio.

Dean suspiró, casi olvidándose de la presencia de Lucifer frente a él. No dijeron nada por unos cuantos minutos, la verdad es que Lucifer se sentía muy fuera de lugar, y muy pocas veces en su vida mortal había visto a Sam tal alterado.

Sabía que John Winchester no era un teme fácil de tratar.

-Tienes que ser más suave Dean, no puedes actuar así.-le dijo Lucifer desde su asiento y Dean iba a contestarle con algo como “cállate” “No es tu asunto” sin embargo Lucifer le cortó.-No puedes simplemente aparecer y exigirle que vaya a ver al hombre que tanto daño le hizo, menos cuando tu también le has hecho daño.-

-Tú que sabes…-

-Lo conozco.-dijo encogiéndose de hombros.-Me ama y a ti también te ama Dean,  pero no puedes esperar una buena reacción de él cuando lo único que has hecho ha sido criticar y cuestionar sus decisiones durante los últimos diez años de su vida.-

-Es nuestro padre, es toda la familia que tenemos. Él tiene que hacer esto, sino después será tarde y lo lamentará. Lo sé-

Lucifer suspiró cansado.-Hablaré con él.-

-¿Quieres preguntar algo?-dijo Lucifer, y todo se volvió negro de repente, un segundo después Sam apareció frente a él.- Sé que tienes una pregunta en la cabeza Sam.-

-Dean y yo….¿Volveremos a ser hermanos?-preguntó Sam en voz baja.-Sé que es imbécil y me encerró en esa habitación…Incluso aquí lo es pero…No podría vivir sin él.-

Lucifer suspiró, rascándose la nuca.-No sabes lo celoso que me pone decir esto pero…Ya que.-dijo encogiéndose de hombros desinteresadamente.-Ya deberías saberlo Sam, tú y Dean son almas gemelas, comparten el mismo cielo, la misma sangre,  el mismo camino…No hay forma de que se les separe ¿Por qué crees que no logré realizar el apocalipsis?-

Sam rio entre dientes, aliviado por las palabras de Lucifer, y entonces no se dio cuenta de cuando Lucifer estaba cerca de él, demasiado cerca.

-Eres diferente a él Sam.-le dijo con suavidad, elevando una mano hasta los mechones de su cabello.-Sabes que las cosas no son negras o blancas, buenas o malas. Eres bondadoso y por eso ahora estás aquí, por eso me creíste. Sabes que al final todo es gris, dependiendo de los ojos con los que se ve y eso es algo admirable, incluso cuando yo no puedo hacerlo. Me acercas a ellos.-le aseguró.-No dejes que el pensamiento de Dean te aplaste Sam.-

Sam se mordió un labio, y simplemente asintió. Siempre había sido tan inseguro, tan preocupado de lo que lo demás pensaran de él, de como se supone debía ser, de como se supone tenía que actuar. Incluso, dentro de alguna parte de él creía que Dean había tomado ventaja de eso. Y había cambiado, en muchos sentidos.

Desconfiaba, desconfiaba de todo. Eso le mantenía con vida pero tenía la certeza, de que no se supone que él fuera así, se supone que tanto como él fueran felices, tuvieran una vida normal y corriente.

Y por eso, cuando se dio cuenta de que el fin de los tiempos era en efecto, verdad. Un gran alivió le llegó, porque estaba cansando, demasiado dañado como para volver a salvar el mundo. Demasiado exhausto para seguir guardando recuerdos sobre muertes y venganzas. Solo entonces llegó a entender que efectivamente, algunas veces Dios actúa de maneras muy misteriosas.
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