Pues empiezo con Ira. Dedicado a my lady
tyfiore (no se nota que el personaje de Ty es suyo, no? xDD)
IRASentirse mal en ese momento estaba completamente descartado. No porque no pudiera sentirse mal, sino más bien porque había otro sentimiento mucho más fuerte que le impedía hacerlo y le nublaba la vista.
Sí, no era la más adecuada para sentirse así. En teoría debía sentirse feliz por su amigo, ¿no? Era lo que había deseado desde hacía mucho tiempo y por fin, cuando ya pensaba que podía pasar página, sucedía. Debía sentirse feliz y contenta por él, porque al final había sucedido y Amy había acabado dándose cuenta de que quería a su amigo, quería a Chris.
Pero no podía. Por mucho que quisiera sentirse feliz por él, no podía. Y en realidad era lo que deseaba… o tal vez no.
Estar allí de pié tras una columna como una espía… Al principio le supo mal espiar, pero luego no pudo evitarlo. ¿Cómo hacerlo?
No sabía de dónde había salido Amy Bennet. Ella que sólo acudía a una de sus tantas citas para estudiar con Chris -desde que lo hacían juntos se sentía mucho más aplicada- y, por suerte, pudo frenar y esconderse antes de ser percibida. Se lo encontró frente a frente con la que era la chica que más había echado él de menos. Por la que había sufrido, suspirado y hasta llorado. La que dibujaba a todas horas porque se había aprendido su rostro y sus expresiones de memoria. ¿Qué quería ahora, casi un año después de que Chris se le declarase y ella cesara su amistad con él por miedo?
No quería escuchar. No debía escuchar. Pero era imposible no hacerlo. Estaban solos en mitad del pasillo y, aunque había varios metros de distancia, sus voces resonaban hasta ella. Aunque no quisiera oírles, era imposible no hacerlo.
-… pretendes viniendo ahora, Amy, pero yo no…- la voz grave y profunda de Chris sonaba indiferente. Pero ella sabía que no lo estaba.
-Déjame hablar, Chris, por favor- su compañera y antigua amiga Ravenclaw había alzado una mano para interrumpirle. Se la veía muy nerviosa aunque decidida.
Ty escuchó. Se sentía tonta, estúpida y la peor amiga del mundo por estar oyendo una conversación privada de Chris, pero ya qué más daba. Además, sabía que él se la contaría después. Observó el perfil de Amy. Tenía la cabeza algo gacha y se retorcía las manos. Miraba a Chris de soslayo, como no atreviéndose a mantenerle la mirada o siquiera decirle nada.
-Si vas a decir algo date prisa, estoy esperando a alguien- Chris volvió a hablar tras un momento de silencio.
Según vio Ty, aquellas palabras fueron las que sacaron de su indecisión a la Ravenclaw castaña. En cuanto lo oyó, levantó la cabeza para mirar al chico y apretó las manos en puños a ambos lados de su cuerpo. Ty, en su puesto, apretó con su mano las piedras de la columna. Una sensación de miedo empezó a crecer en su estómago, como si la Ravenclaw se lo hubiese pasado a ella.
-No sé… No sé cómo empezar- la voz de Amy le llegó en apenas un susurro-. Tengo la sensación de que es demasiado tarde pero… Necesito decirlo. Creo que no te merecías para nada cómo te traté, Chris…
“No, no se lo merecía”. Ty frunció el ceño, frustrada. Amy llegaba tarde. Tenía que llegar tarde. Pero no lo sabía porque la postura de Chris no le decía nada de nada.
-… y sé que te he hecho daño- continuó la castaña-. Sé que seguramente llegue tarde…
-Mejor tarde que nunca, Amy- la irrumpió el chico, sorprendiéndolas a ambas.
Ty miró el semblante de Chris desde su posición. No lo veía bien del todo pero por la manera en que cambiaba su peso de una pierna a otra, como movía uno de los pies sin parar, supo que estaba nervioso aunque no lo aparentase a simple vista. La rubia conocía a su amigo y, a pesar de que entendía su nerviosismo y el hecho de que dijese aquello, no lo compartía. En absoluto. Amy Bennet, la Amy que había estado evitándole por meses antes de que Chris entendiese que debía seguir adelante con su vida, por más que le doliese, iba ahora, prácticamente un año después de todo, después de todo lo que había sufrido Chris por ella, a decirle que probablemente llegaba tarde… pues sí, se encontró pensando Ty. Llegaba muy tarde, pero Chris era demasiado bueno como para decirle nada. O eso quería creer ella, porque hasta donde sabía, a pesar de que el chico tenía asumido lo de Amy, seguía profundamente enamorado de ella. Y eso a Ty, lejos de hacerle sentir alegre, le dio miedo. Miedo porque sabía que, si sucedía lo que iba a suceder, perdería a Chris, y no podía perderle. Le habían roto demasiado el corazón como para soportarlo otra vez.
Tenía que salir de ahí porque no quería oír ni ver lo que iba a pasar, pero no podía. Su cuerpo se quedó ahí, mirando como la inteligente Amy Bennet se explicaba, diciendo que sentía su actitud, su voz acongojada, y lo que básicamente Ty esperaba que dijera, que le quería. Que le quería y que le perdonase por haberse comportado como una cobarde idiota e infantil.
Ty sintió como la rabia se extendía por todo su cuerpo, naciendo desde su estómago y subiendo hasta su pecho. No tenía derecho. Bennet no tenía derecho a aparecerse ahora, decirle a Chris que le quería y esperar que él actuase como si no hubiese pasado nada. Bennet no se merecía a Chris igual que él no se había merecido todo por lo que había pasado por su culpa.
Miró al chico, intentando analizarlo, esperando ver una reacción por su parte. Reacción que no llegaba. Tanto Amy como ella esperaban a que él dijese algo, pero se mantuvo allí, de pié, cual alto era, con ese aire desenfadado que le caracterizaba, siendo guapo sin pretenderlo. Seguía con ese tic en la pierna tan característico de él, pero su expresión era indescifrable. Lo único que hizo fue suspirar con cansancio.
-Lo siento por ponerte en esta situación ahora- la Ravenclaw se impacientó, igual que Ty desde su escondite-. Pero tenía que decírtelo. Sé que debes estar saliendo con Letizzia Fiore y me alegro por…
-No hay nada entre Ty y yo- Chris volvió a interrumpirla saliendo de su silencio y sorprendiendo de nuevo a ambas chicas. Pero en esa ocasión la reacción fue diferente en ellas.
Ty recibió esa frase como un balde de agua fría. Chris no había mentido, no había nada entre ellos. Habían sido muy buenos amigos. Ty consideraba a Chris como uno de sus mejores amigos. Se había apegado a él de una manera que no creía que pudiese ocurrir. Había estado ahí con ella para absolutamente todo y la había apoyado en todo momento. Sí, habían tenido ese pequeño… detalle, en Halloween, pero ella estaba baja de moral por Damon Firth, él por Amy Bennet, sin contar que ambos estaban más bebidos de lo que hubiesen debido. No podía tomarse eso en serio. Sin embargo…
Sin embargo ahí estaba ella, conteniendo unas terribles ganas de llorar y sintiendo como la ira y la frustración crecían dentro de ella. Cuando se dio cuenta, se estaba clavando las uñas en las palmas de las manos de apretar tanto los puños.
Lo siguiente que vio fue a Chris acercarse a la Ravenclaw y abrazarla con suavidad, con esa calidez que tanto le caracterizaba. Ty escogió ese momento para desaparecer por el pasillo. No quería ver nada más. No necesitaba ver nada más. Se metió en la primera clase vacía que encontró en el pasillo contiguo y se encerró allí.
Si se dijeron algo más ella no lo supo, pero no hacía falta verlo ni escucharlo para saberlo. Chris quería a Amy y ahora que ella lo había aceptado, ya nada les impedía que estuviesen juntos.
Un grito desgarrador quiso salir por su garganta y Ty se encontró a sí misma silenciando el aula y gritando de frustración y rabia. De ira. Hacía mucho, muchísimo que no se sentía de esa manera. Tenía ganas de destrozarlo todo, de gritar hasta quedarse sin voz, de romper todas y cada una de las cosas de ese aula, de maldecir, de pegar a la maldita Amy Bennet, de echarle en cara todo lo que había sufrido Chris por su maldita culpa y de zarandearla hasta hacerla desaparecer.
La rabia le nublaba la vista, o eso creyó ella antes de darse cuenta de que eran sus lágrimas las que le nublaban la vista. Se dejó caer en el suelo y lloró. Lloró como hacía mucho que no lloraba. Tenía que alegrarse por Chris. Debía hacerlo. ¡Era su amigo! Y finalmente Amy había dado su brazo a torcer. ¿Por qué no podía sentirse feliz por él? Tenía que hacerlo, era su deber como amiga.
-Vamos Ty…- se dijo a sí misma, intentando serenarse-. Vamos. Tienes que calmarte. Cálmate, porque aunque él esté con Amy… no dejará de ser tu amigo. ¿Vale?
No supo cuánto rato se tiró allí, calmándose, respirando para centrarse, pero tenía que salir. Aún y con Amy, ella había quedado para estudiar con él, y sabía que si tardaba demasiado le haría preguntas.
Cuando logró suficiente estabilidad física y emocional, se levantó del suelo. Con un rápido hechizo se borró cualquier rastro de lágrimas y deshechizó la clase. Suspiró largamente, antes de salir por la puerta. Plasmó su expresión más convincente en la cara y volvió al pasillo en el que había estado espiando.
Era experta en fingir que estaba bien. Sólo Gwen sabía cuándo realmente le pasaba algo, pero no tendría que lidiar con ella hasta la cena.
-¡Hola!- Saludó en el tono más natural posible. Chris estaba solo de nuevo, apoyado contra la pared y mirando por la ventana de enfrente, algo ausente. Su cartera llena de libros estaba en el suelo a sus pies y había puesto las manos en los bolsillos. Su expresión a ojos de Ty, se hizo indescifrable-. Perdona por haberte hecho esperar, no me he dado cuenta de la hora.
El chico la miró mientras llegaba a su altura. No había atisbo de felicidad alguna, pero tampoco de tristeza. Esbozó una pequeña sonrisa, como siempre, y le respondió al beso de la mejilla que le daba Ty, como siempre.
-No, tranquila- le contestó-. No me he dado cuenta de que llegabas tarde, y como he estado leyendo…
“Mentira”. Ty tuvo que aguantar de nuevo las inmensas ganas de echarse a llorar de la rabia. Le estaba mintiendo. Era la primera vez que Chris le mentía. ¿Por qué le mentía acerca de Amy?
-¿Entramos?- el Ravenclaw irrumpió en sus pensamientos un par de segundos después, abriéndole la puerta cual caballero. Como siempre.
Ty hizo lo que mejor se le daba: tragar saliva y continuar con el teatro antes de entrar.
---
Y ya está, espero que te guste, Lau ♥