Cuatro de la mañana. Tres de la mañana en Canarias. Llevo un Hype con estos pecados que nadie se lo imagina. ¡Nadie! Bueno sí,
tyfiore, que no paro de darle por saco con ello.
Codicia es una continuación inmediata de Ira =P Y he de decir que adoro a Chris cuando se pone en este plan. Con lo buenazo que es normalmente y lo que puede llegar a ser, jajajaja
Pues nada, aquí Codicia.
CODICIA
Llegados a ese punto de la ecuación, Ty rozaba la locura por desespero. Habían pasado varios días desde que viera a Chris y a Amy en el pasillo. Varios días en los que había hecho uso de su habilidad para aparentar normalidad, aunque cada día con mayor esfuerzo. Había seguido acudiendo a las citas de estudio con Chris, esperando que él le contase algo de su charla con la otra Ravenclaw, sin embargo, lo único que había conseguido constatar era que, a ratos, Chris se la quedaba mirando sumido en sus pensamientos -aunque ella creía que sólo se quedaba empanado, pero que no la miraba realmente a ella-. Cada vez que le preguntaba qué pasaba, él salía de cavilaciones y decía que sólo estaba pensando.
-Estas muy pensativo últimamente- le dijo un día-. ¿Estás bien? ¿Ha pasado algo?
-Sí, tranquila- asintió él-. Es sólo… tanto estudio me tiene la cabeza embotada y no me deja pensar.
Y en eso consistían sus conversaciones. Ty echaba de menos a su amigo y, al mismo tiempo, se sentía furiosa con él por ocultarle lo de Amy. ¿Por qué se lo ocultaba? Ella sabía… sabía que iba a empezar con ella, si no lo había hecho ya. ¿Por qué le ocultaba todo aquello?
Ese día fue el peor día de todos. Había dormido fatal esa noche, les pusieron un examen sorpresa para el que no estaba preparada y se tiró el vaso de zumbo de calabaza entero por encima durante la comida. Para colmo, se había cruzado con Damon que, aunque habían quedado como amigos y habían hablado otras veces, en ese momento no sabía cómo tratarle ni qué decirle.
-Ahora no puedo hablar, Damon- le dijo en el tono más amable que pudo.
Cuando fue a irse, el chico la retuvo por el brazo con suavidad y Ty supo que hasta que no hablase, no la dejaría ir.
-Ty, esto es en serio- le comentó el moreno de ojos azules, mirándola fijamente con un deje de preocupación-. Llevas unos días muy rara, se te nota a la legua. Estás abatida y sólo quería preguntarte qué sucede.
La rubia le miró frunciendo el ceño, extrañada.
-¿Has estado observándome?
-Yo siempre te observo- contestó el Slytherin, como si fuese algo evidente-. No te confundas. Significas mucho para mí y siempre lo harás aunque no haya un fin romántico de por medio. Ya me lo dejaste claro, ¿no? Así que tranquila que por esa parte no tienes que preocuparte.
Ty observó al chico. Hablaba con un aire de resignación que no le había visto antes. Apretó los labios levemente, antes de apartar la mirada. Damon le soltó el brazo, sabiendo que no iba a irse, y se metió las manos en los bolsillos.
-¿Qué sucede, Ty? Pensaba que todo te iba bien y de repente te veo hundida.
La italiana no dijo nada en un principio, sin embargo soltó un suspiro y se apoyó en la pared al lado del Slytherin dejando ver todo ese abatimiento que tenía, dejando de fingir.
-Es todo muy confuso- confesó-. Aún no sé qué pensar pero sí sé que me siento dolida. Duele, Damon.
El moreno no dijo nada. Sólo escuchó.
-Sé que Chris me miente- confesó-. El otro día cuando iba a estudiar con él le vi… estaba con Amy Bennet. La chica de la que estaba… está enamorado desde hace años.
Sintió un escalofrío y se abrazó a sí misma.
-Les oí hablar. Sé que no debería de escuchar pero no pude evitarlo- hizo una pausa-. Bennet… le preguntó si no era tarde para…
Ahogó un suspiro y miró a la gente caminar frente a ella. Nadie parecía reparar en ellos, cosa que agradecía. Cogió aire y lo soltó, intentando serenarse.
-Le dijo que le quería, que sabía que podía ser tarde pero que tenía que decírselo. Que sabía que quizá tenía algo conmigo…
-¿Y lo tiene?
-¡No!- negó la rubia, quizá demasiado rápido.
-¿Estás segura, Ty?
Ella no contestó ni tampoco le miró. ¿Qué si estaba segura? Claro que no. Era su amigo. Su mejor amigo. Una de las personas en quien más confiaba. ¿Cómo iban a tener algo?
-Da igual. Chris se lo dejó claro. No hay nada. Yo no quise escuchar más. Sólo le vi abrazarla y me fui. No soy quién para escuchar sus conversaciones- hizo una pequeña pausa-. Al cabo del rato volví y estaba solo. Le dije que no me había dado cuenta de la hora. Era algo suyo, privado, así que si él quería que lo supiera, me lo diría él. Eso me dije pero él simplemente me contestó que no pasaba nada, que había estado leyendo.
No hacía falta que dijera nada más, pero aun así lo hizo.
-Me mintió, Damon. Tú más que nadie sabes que es lo que menos soporto, que me mientan. El por qué lo hizo no lo sé pero desde entonces está raro conmigo y apenas hablamos, aunque intente aparentar normalidad.
Le dolía la cabeza en sobremanera. Tenía un cúmulo de diversos sentimientos agolpándose y recorriéndole todas las partes de su cuerpo. Hasta le costaba respirar. Hacía tiempo que no tenía esas sensaciones, todas a una. Y no le gustaban en absoluto porque no la dejaban vivir.
-Yo creo que está muy claro- dijo finalmente el moreno. Ty le miró sin entender-. No te das cuenta, ¿no?
La rubia le miró, sopesando sus palabras. ¿De qué no se daba cuenta? ¿De que no quería que Chris le mintiese? ¿De que quería volver a estar con él como antes, como siempre? ¿De que no quería perder a su mejor amigo? Eso ya lo sabía ella, no era nada nuevo.
Se sentía estúpida pensando que podía perder a Chris si volvía con Bennet. No quería que volviese con ella. No quería que le hablase, ni la mirase ni que se acordase de que existía siquiera. En lo único en lo que podía pensar era en que era su amigo y la Ravenclaw había perdido el derecho a serlo hacía tiempo. Ella había estado allí para él, ayudándole cuando él quería mandarlo todo a la mierda, dándole un hombro sobre el que llorar o unos brazos a los que abrazar. ¿Y después de todo eso Chris iba a volver con ella? No había derecho. No quería. No podía soportar la idea de que después de todo se fuese con ella.
No. Eso no podía pasar. Tenía que hablar con Chris. Tenía que evitarlo. Era su mejor amigo. Su confidente. Habían pasado por demasiado juntos y quería que siguiera ahí para ella. Quizá era egoísta, quizá pecaba de codiciosa pero una cosa tenía clara; necesitaba a Chris con todas sus fuerzas.
-Creo que necesitas analizar todo eso que sientes- Damon le sacó de sus pensamientos-. Deberías pensarlo un poco.
-Lo tengo todo muy claro, gracias- le soltó quizá demasiado cortante-. El problema es que no puedo parar de darle vueltas.
El moreno esbozó una sonrisa comprensiva, quizá algo resignada, separándose de la pared finalizando su escueta conversación. Ty le imitó mirándole de frente.
-No, Ty, no con esto- le dijo, señalándole la cabeza-. Con esto.
La italiana bajó la cabeza un poco, mirando el dedo que señalaba su pecho. Pensar con el corazón. ¿A eso se refería? Alzó la cabeza y vio como Damon simplemente la miraba antes de darse media vuelta, dando por zanjada su conversación.
Ty se quedó ahí unos segundos, viendo desaparecer la espalda del Slytherin, pensando en todo lo que le había dicho. Quizá le daba demasiadas vueltas y la respuesta era… simple. Pero no podía pensar en eso en ese momento. Debía hablar con Chris. Tenía que aclarar todo eso, tenía que decirle que sabía lo de Amy.
Sintió el impulso de ir en ese momento. Tenía que hacerlo, pero también sabía que no era el momento. Tenía clase y le vería por la tarde en su cita diaria para estudiar, como siempre. Debía tener paciencia y meditarlo todo.
La media tarde se le hizo eterna. Sumamente eterna. A pesar de que solamente tenía dos horas de clase quiso, por una vez, adelantar el tiempo para que se acabara con esa tortura. Varias veces Gwen tuvo que preguntarle que qué le pasaba, la cual no recibió ninguna respuesta porque ni ella misma la sabía. Sin embargo, cuando poco faltaba para la hora, el sentimiento de ansiedad cambió a miedo. No quería ir. ¿Y si Chris le confirmaba lo que ya temía? No sabía cómo podría reaccionar a eso y tenía miedo de sí misma.
Sus piernas habían actuado por ella. En lo que se dio cuenta, caminaba por el pasillo con una decisión que realmente no sentía hacia la figura del Ravenclaw, que la esperaba como siempre a la entrada de la clase, con aire ausente. La miró y la saludó con una sonrisa, haciéndole sitio mientras le abría la puerta para pasar. Entró a la clase en silencio, sin decir nada, y oyó como Chris cerraba la puerta tras él y caminaba hacia su pupitre habitual. Ty no se movió de su sitio, frente a la puerta. No podía dejar de mirarle. A pesar de que veía al Ravenclaw cada día, sentía como si fuera la primera vez que realmente le miraba. Sus movimientos eran lentos, sacaba los libros de su cartera y escogía los pergaminos necesarios. Nunca se había fijado en lo grandes que tenía las manos o en lo realmente ancha que era su espalda. O que, a pesar de haber mantenido el pelo corto, había un mechón que se negaba a ir en la misma dirección que el resto.
¿Cuándo se había perdido todo eso? ¿Cómo no se había fijado antes?
-¿No te sientas?- la voz grave del Ravenclaw le sacó de cavilaciones. No la miraba. Había sonado muy monótono y algo distante y percatarse de eso envalentonó un poco a la italiana.
Cogió aire por la nariz y lo expulsó, intentando así deshacerse de su miedo. Que fuera lo que Merlín quisiera que fuera.
-Tú y yo creo que tenemos algo pendiente de qué hablar- soltó sin más, llamando su atención.
Chris le dirigió la primera mirada de verdad en días.
-¿A qué te refieres?
-¿No tienes nada que decirme?- Ty avanzó un par de pasos pero se quedó a una distancia prudencial-. No sé, ¿algo que haya pasado de nuevo?
El castaño apretó los labios, mirándola, pero evitó la pregunta. Eso no hizo más que encenderla, como cuando se enciende una bomba. Las evasivas de Chris eran la mecha y ella era el explosivo.
-No me mientas, Chris- le dijo, con tono amenazador. Avanzó lo suficiente para ponerse frente a él al otro lado de la mesa, colocando las manos en el respaldo del que era su silla y mirándolo con fiereza-. No hay cosa que odie más en el mundo que una mentira.
-No te estoy mintiendo, Ty- continuó él.
-¡Y una mierda, Turner!- al parecer, alzar la voz, decir tacos y usar su apellido era la manera de llamar su atención. El castaño la miró algo sorprendido quizá por su reacción, pero Ty no se vino abajo-. Dices que no me estás mintiendo cuando yo sé claramente que lo has hecho y lo sigues haciendo.
Le aguantó la mirada unos segundos antes de continuar.
-¿Acaso no me vas a decir que Amy Bennet fue a hablar contigo para arreglar las cosas entre vosotros? ¿A caso no es cierto?
Si Chris se sorprendió porque ella lo supiera, no lo demostró. Ty no sabía cómo lo hacía para mantenerse en esa actitud tan estoica, sin apenas reaccionar o mostrar ni una sola emoción.
-No voy a negarlo- contestó-. Pero eso es cosa mía, no tuya, Ty. No te he mentido en absoluto, sólo he omitido esa información porque no es algo que te involucre.
-¿Qué no me involucra?- Ty alzó la voz, frustrada-. ¡Santa Madonna! ¿Después de todo lo que ha pasado con Bennet, todo el tiempo que te has pasado sufriendo por ella, vas a aceptar todo lo que te dice y seguir con ella como si nada? ¡¡Y claro que me mentiste!! ¡Os vi y en vez de contármelo el mismo día, dijiste que habías estado leyendo! Eso en mi país se llama mentir.
-Bueno, ¿y qué?- Chris pareció perder la compostura que llevaba días arraigada a su cuerpo ante toda aquella avalancha por parte de la italiana. Se apartó de las mesas y empezó a caminar de un lado a otro-. ¿Y qué querías que te dijese? ¿Qué te contase que Amy ha venido y quiere intentar que esto funcione? ¡Ni yo mismo sé qué pensar, joder!
Ty rechinó los dientes. Estaba furiosa, frustrada, dolida y enfadada. Pero lo que más sentía era terror por todo lo que decía y podía decirle Chris.
-No puedes irte con ella- espetó tras unos segundos, tajante, apartándose de la silla pero sin moverse del sitio-. No puedes aceptarla ahora después de todo lo que te ha hecho y lo que has sufrido por su maldita culpa. No puede venir ahora y creer que está todo bien y que aún vas a seguir esperando. ¡No puedes irte con ella!
-¿¡Por qué no podría hacerlo!?- Chris se giró y caminó hacia ella, quedándose a un par de pasos de la rubia-. ¿¡Por qué no podría hacerlo, eh!?
-¡¡Porque ya es demasiado tarde!!
-¿¡Y tú qué sabes si es demasiado tarde!? ¿¡Quién cojones te ha dicho que es demasiado tarde!?
-¡¡Tú lo dijiste!!- le encaró sin amedrentarse.
-¡¡Maldita sea, Ty!!
La reacción del castaño no la vio venir. Se abalanzó sobre ella, obligándola a dar unos cuantos pasos hacia atrás y cuando quiso darse cuenta Chris la había acorralado contra la fría pared de piedra de la clase. Ty se quedó sin habla, con la boca entreabierta intentando decir algo que no llegaba a salir de sus labios. El chico estaba cerca. Demasiado cerca.
-¿Dices de mí?- Chris le habló desde su altura con voz susurrante-. ¿Y qué hay de ti, Letizzia?
Ty boqueó un par de veces, sin decir nada. Oír su nombre completo de los labios de Chris le parecía sonar diferente. Era la primera vez que lo decía. Envolvía la palabra de una manera que sonaba muy sensual. Se puso nerviosa sólo pensando en ello. Tenía los ojos muy abiertos y se había quedado sin palabras ante la reacción tan posesiva del muchacho. Deseó que repitiese su nombre una vez más.
-¿Qué hay de ti?- repitió, lleno de sentimiento-. ¿Acaso no hiciste lo mismo con Firth? Dijiste una y mil veces que era demasiado tarde…
-Eso es…
-…Y sin embargo, aun así, fuiste y hablaste con él- continuó no dejándola hablar-. Le diste la oportunidad de hacer las cosas bien y yo te apoyé a pesar de que ese malnacido no se lo merecía, por mucho que lo hubiese hecho por ti- Chris hizo puño su mano derecha. Ty notaba como el chico invadía poco a poco su espacio vital, pero estaba paralizada-. ¿Y me dices que no puedo irme con ella?
La italiana no podía moverse. No después de esa reacción por parte del Ravenclaw. Era una faceta del chico que desconocía y se sentía algo intimidada bajo la intensa mirada de sus ojos jade. Era poca, muy poca la distancia entre ellos. Jamás habían estado tan cerca de ese modo y Ty se encontró pensando en que sólo haría falta que Chris se inclinara unos centímetros para que la besara.
-No puedes irte con ella- acabó susurrando la italiana.
-¿Por qué?- inquirió, autoritario-. ¿Por qué tú lo digas?
-Sí.
La afirmación le salió sola como quien dice su nombre. Sí. No podía irse con Amy Bennet porque ella no quería. No quería y no iba a permitir que lo hiciera. Chris no podía irse con esa Ravenclaw porque ya la tenía a ella.
-No voy a dejar que te vayas con ella- confirmó, en un tono por demás desafiante.
Chris entrecerró levemente los ojos, intensificando aún más su mirada. Esbozó una pequeña sonrisa cargada de ironía.
-Me gustaría ver como lo intentas.
Ty comprendió en ese momento qué era lo que hacía Chris. Estaba jugando con ella. Estaba jugando y ella no se había percatado siquiera de su juego. La había provocado a propósito y la había llevado a ese estado de celos, porque eso no tenía otro nombre. Celos.
Estaba celosa. Estaba muy, muy, pero que muy celosa de Amy Bennet. Se acordó de la sensación que tuvo cuando les vio en mitad del pasillo: quiso zarandearla, pegarle y… estar en su lugar. Quería ser ella el centro de Chris. Quería ser ella la que estuviese siempre presente en su mente, y no la terapia para olvidar. Quería que Chris la mirase como lo que era: una chica, una mujer, alguien que iba a estar ahí siempre que le necesitara. Quería que Chris viese en ella lo que pudo ver en Amy Bennet.
Y Chris quería que se tragase su orgullo y que fuese ella la que moviese ficha en el tablero. El orgullo era lo único que le quedaba intacto y era lo único que nadie le iba a quitar. Ni siquiera Chris.
-Yo no tengo que intentar nada- su voz sonó fría. Había fruncido el ceño y sus ojos azules parecían haberse convertido en hielo-. Porque no es algo que me involucre, ¿no?
La alusión a sus propias palabras hizo que Chris frunciese el ceño y cambiase su expresión intensa por una irritada. Ty le iba a pagar con la misma moneda.
Como pudo, hizo de tripas corazón y se escabulló por debajo de sus brazos. Chris se apartó para mirarla, acentuando su ceño fruncido ante la actitud de la rubia.
-El día que creas que todo esto me involucra- comenzó mientras cogía su cartera del suelo e iba hacia la puerta-, ya sabes dónde encontrarme.
Alargó el brazo hacia el picaporte y, por un segundo, se le pasó por la cabeza que el chico la detuviese. Si Chris pensó en hacerlo, no lo hizo, así que Ty desapareció del aula con una última mirada y un buen portazo que poco quiso disimular.
Aquello era… surrealista. No tenía otra palabra. ¿Qué había pasado ahí dentro? No tenía ni idea. Pero una cosa sí estaba clara, como le había dicho Damon, tenía mucho que pensar, pero con el corazón.
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Ains y lo que he disfrutado escribiendo esto... Uf. Vendrá una continuación que es Soberbia/Orgullo o quizá Envidia. Van todos enlazados, jejeje. Ahora tengo que pensar, de los que tengo, lo que voy a hacer a continuación.
Sé, Lau, que te ha gustado pero ale, dilo otra vez con todo lujo de detalles XDDD