¡Lotería del Amor!
A última hora, como debe ser, ¡Está mi historia!
Título: Una hermosa amistad.
Pairing: Aradia <> Feferi, con una ligera mención de Sollux <3< Eridan.
Otros personajes: Mención de Sollux y Eridan.
Advertencia: Humanstuck, basada en la Humanstuck Week de Ask the Heiress. Fluffness, y crapiness everywhere. Pero seguro para el trabajo.
Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta obra de ficción son eso, ficticios, y no me pertenecen. Son propiedad de Andrew Hussie.
~~Una Hermosa Amistad~~
- ¡No los soporto más! ¡Me voy! - Exclamó una voz, antes de oírse un portazo, y crearse el silencio entre los que antes habían discutido con furia.
Sollux Captor y Eridan Ampora vieron con desconcierto como Feferi Peixes se iba, con toda su paciencia agotada, y se dedicaron una última mirada de desprecio, antes de irse, pensando ambos que la culpa era del otro, y negándose por esto mismo a buscarla para pedirle perdón de alguna forma. Eran muy orgullosos.
Por su parte Feferi se encontraba furiosa. Los intentos de hacer que las dos personas que más quería se llevaran bien eran agotadores, y se había cansado de tratar cada vez. El hecho de ver como discutían cada vez le habían ido quitando su alegría, y en cuanto salió de su apartamento, no hubo en su mente más idea que alejarse de las discusiones.
Sus pies le llevaron inconscientemente hacia el apartamento de su mejor amiga, y se encontró subiendo el ascensor, dirigiéndose directamente al apartamento de ella. Se encogió ligeramente de hombros, y tocó la puerta, esperando que ella hubiera vuelto pronto de su trabajo como funeraria.
La puerta no tardó mucho en abrirse, asomándose un par de ojos, y en cuanto vio la cara de su amiga, retiró los pestillos, y dejó que Feferi pasara, cerrando antes de acercarse a ella con preocupación.
-¿Qué ha pasado esta vez? - Preguntó ella. Sabía por lo que había estado pasando.
-Ellos… Ellos… - Comenzó a decir ella, pero su voz se quebró, y la furia que le había llevado hasta allí se desvaneció, echándose a llorar -. ¡Ya no los soporto! Siempre discuten, no tratan… ¡Pareciera que estuvieran dispuestos a matarse! E ignoran cual especiales son para mí, y yo… Yo solo no lo puedo soportar más.
Aradia Megido se acercó a ella, y la guió con suavidad hacia el sofá, haciendo que se recostara de su hombro, y que llorara, mientras que le daba palmadas en la espalda. Ciertamente, los seres vivos no tendían a ser su especialidad, pero parecía que alguien le dijera que hacer respecto a ella.
-Si de verdad les importas, te pedirán perdón, y harán un esfuerzo. Si no, es que, por mucho que los quieras, no valen la pena, y encontrarás a alguien mejor - Le dijo ella, y le sonrió, tratando de animarla.
-Si… Si. Supongo que tienes razón - Dijo, calmándose un poco, y moqueando ligeramente -. Pero… ¿Podría quedarme contigo unos días? N-No quiero más peleas… - Pidió ella. No era algo común de ella pedir algo así, puesto que se sentía muy cómoda en su apartamento. Pero sabía que si se presentaban a su puerta sería incapaz de cerrarles la puerta en la cara.
-¡Por supuesto! Mañana tengo mi día libre, así que podemos pasar toda el día juntas, si quieres - Respondió ella -. Sabes que siempre puedes contar conmigo.
Feferi asintió, y sonrió, quitándose las lágrimas de la cara con el dorso de la cara. Aradia era la mejor amiga que alguien podía desear. Y siempre le había ayudado, tanto en cosas pequeñas, como en cosas mayores.
Una amiga que se alegraba de tener.
Título: Una hermosa amistad.
Pairing: Aradia <> Feferi, con una ligera mención de Sollux <3< Eridan.
Otros personajes: Mención de Sollux y Eridan.
Advertencia: Humanstuck, basada en la Humanstuck Week de Ask the Heiress. Fluffness, y crapiness everywhere. Pero seguro para el trabajo.
Disclaimer: Los personajes que aparecen en esta obra de ficción son eso, ficticios, y no me pertenecen. Son propiedad de Andrew Hussie.
~~Una Hermosa Amistad~~
- ¡No los soporto más! ¡Me voy! - Exclamó una voz, antes de oírse un portazo, y crearse el silencio entre los que antes habían discutido con furia.
Sollux Captor y Eridan Ampora vieron con desconcierto como Feferi Peixes se iba, con toda su paciencia agotada, y se dedicaron una última mirada de desprecio, antes de irse, pensando ambos que la culpa era del otro, y negándose por esto mismo a buscarla para pedirle perdón de alguna forma. Eran muy orgullosos.
Por su parte Feferi se encontraba furiosa. Los intentos de hacer que las dos personas que más quería se llevaran bien eran agotadores, y se había cansado de tratar cada vez. El hecho de ver como discutían cada vez le habían ido quitando su alegría, y en cuanto salió de su apartamento, no hubo en su mente más idea que alejarse de las discusiones.
Sus pies le llevaron inconscientemente hacia el apartamento de su mejor amiga, y se encontró subiendo el ascensor, dirigiéndose directamente al apartamento de ella. Se encogió ligeramente de hombros, y tocó la puerta, esperando que ella hubiera vuelto pronto de su trabajo como funeraria.
La puerta no tardó mucho en abrirse, asomándose un par de ojos, y en cuanto vio la cara de su amiga, retiró los pestillos, y dejó que Feferi pasara, cerrando antes de acercarse a ella con preocupación.
-¿Qué ha pasado esta vez? - Preguntó ella. Sabía por lo que había estado pasando.
-Ellos… Ellos… - Comenzó a decir ella, pero su voz se quebró, y la furia que le había llevado hasta allí se desvaneció, echándose a llorar -. ¡Ya no los soporto! Siempre discuten, no tratan… ¡Pareciera que estuvieran dispuestos a matarse! E ignoran cual especiales son para mí, y yo… Yo solo no lo puedo soportar más.
Aradia Megido se acercó a ella, y la guió con suavidad hacia el sofá, haciendo que se recostara de su hombro, y que llorara, mientras que le daba palmadas en la espalda. Ciertamente, los seres vivos no tendían a ser su especialidad, pero parecía que alguien le dijera que hacer respecto a ella.
-Si de verdad les importas, te pedirán perdón, y harán un esfuerzo. Si no, es que, por mucho que los quieras, no valen la pena, y encontrarás a alguien mejor - Le dijo ella, y le sonrió, tratando de animarla.
-Si… Si. Supongo que tienes razón - Dijo, calmándose un poco, y moqueando ligeramente -. Pero… ¿Podría quedarme contigo unos días? N-No quiero más peleas… - Pidió ella. No era algo común de ella pedir algo así, puesto que se sentía muy cómoda en su apartamento. Pero sabía que si se presentaban a su puerta sería incapaz de cerrarles la puerta en la cara.
-¡Por supuesto! Mañana tengo mi día libre, así que podemos pasar toda el día juntas, si quieres - Respondió ella -. Sabes que siempre puedes contar conmigo.
Feferi asintió, y sonrió, quitándose las lágrimas de la cara con el dorso de la cara. Aradia era la mejor amiga que alguien podía desear. Y siempre le había ayudado, tanto en cosas pequeñas, como en cosas mayores.
Una amiga que se alegraba de tener.