Change Your Style Again

Jun 03, 2009 06:35

Título: Enjoy The Silence.
Autor: hoomygoth
Fandom | Pairing: Gossip Girl | Chuck/Dan.
Prompt: Mordaza.
Longitud: 1.379
Spoilers? Referencias a mis fics anteriores.
Rating | Advertencias: PG | Un 'joder' y algún 'puta'. Oops! xD

Notas: Situado temporalmente poco después de decidirse a vivir juntos. No sé cómo he tardado tanto en escribir esto. Hay cosas que tengo tan claras en mi cabeza que no me doy cuenta de que no soy la única leyendo mis fics xD. Así que esto explica por qué Chuck... Y por qué Dan...

---

-¿De verdad vamos a hacer esto?

Chuck ni levantó la vista de su sudoku para mirarle. Colocó un 3 en la primera columna.

-Tengo las entradas desde hace un mes…

-No me refiero a la ópera, sino a lo de vivir juntos.

-¿Estás dándole vueltas a eso ahora?

-Tenemos que hablarlo.

-Está todo hablado.

-Está hablada la parte de ducharnos juntos y desayunar juntos y poner la etiqueta con nuestros nombres en el buzón. Tenemos que discutir los aspectos prácticos.

-Déjame acabar esto -dijo, sacudiendo el periódico en la mano- y discutimos lo que quieras.

-Estoy hablando en serio, joder. Creo que no lo hemos pensado bien.

-¿No quieres que vivamos juntos? -colocó un par de números en el cuadro central para completarlo-. Dilo y punto.

-No, claro que quiero, pero… no sé cómo vamos a hacer para que funcione.

-Igual que lo hacemos funcionar ahora.

-Pero no es lo mismo.

Chuck lo dejó por imposible. Cerró el periódico y le miró por primera vez.

-¿Es por el dinero? ¿Otra vez?

-Entre otras cosas.

-Maldita sea.

-No puedo permitir que… no sé, que tú me lo pagues todo. No puedo vivir en tu casa y comer de tu dinero y dejar que me pagues la factura de la luz y el teléfono…

-Ya me lo devolverás -mintió.

-¿Cómo? Soy camarero.

-Tendrás que dejar tu trabajo, por supuesto.

-No puedo hacer eso.

-Yo no pienso tolerar que trabajes ocho horas diarias por el salario mínimo, cuando yo gano tanto dinero que podría alimentar a un país africano pequeño -dijo, indignándose-. Deberías estar escribiendo tu novela, y es lo que vas a hacer.

-¿Ves? Precisamente eso es lo que no puedo hacer. Aprovecharme de…

-No te aprovechas si soy yo el que te lo ofrezco. Cuando publiques el libro y se convierta en el mayor best-seller del siglo y te compren los derechos para hacer la película, ya me regalarás un barco, y estaremos en paz.

-Vale, ¿y mientras tanto me vas a dar una paga semanal para hacer la compra? -preguntó, cargado de sarcasmo.

-Abriremos una cuenta conjunta en el banco, en la que cada uno ingresará un tanto por ciento de su sueldo mensual. Y con eso cubriremos los gastos de la casa.

-¡Pero yo no tendré ingresos!

-Tienes lo de la columna en ese periódico. Un 10% de eso y un 10% de mi salario…

-A cincuenta centavos la palabra, esa columna no me da ni para tomarme el café que necesito para escribirla, no me tomes el pelo.

-Pues seré tu mecenas.

-Las relaciones no funcionan así.

-Estoy tan cansado de tener la misma puta conversación día tras día -dijo, más para sí mismo que otra cosa, masajeándose el punte de la nariz-. Yo tengo dinero y tú no lo tienes. ¿Qué vamos a hacer al respecto?

-No lo sé.

-El día que te pedí que vivieras conmigo estábamos teniendo esta discusión. ¿Te acuerdas?

-Sí.

-Te pregunté si sería más fácil si yo quemara todo mi dinero.

-También recuerdo eso. Te quedó muy melodramático.

-Me dí cuenta de que no me importaría hacerlo si eso te fuera a hacer feliz. Quemaría hasta los billetes de un dólar con los que esnifaba coca en el colegio. Por eso quiero que vivamos juntos, por eso te lo pedí entonces.

-Chuck…

-No quiero ser rico si no es contigo. -No pudo evitar una sonrisa sardónica. -Claro que preferiría si no me obligaras a elegir.

-Odio cuando haces esto.

-¿Qué?

-Dejarme sin argumentos. Porque sé que tengo razones para enfadarme, porque te pones paternalista conmigo, pero…

-No es como si quisieras el dinero, de todas maneras. Compras en GAP, por Dios. Eres una puta bombilla de bajo consumo.

-¿Qué quiere decir eso?

-Para ser tan inteligente eres muy poco listo, Daniel. Gastas poco, alumbras mucho y duras más que las bombillas normales -explicó.

-¿Estás hablando de sexo?

-Puede. ¿Algún otro tema que quieras discutir? -preguntó con retintín.

-Sí.

Chuck suspiró sonoramente.

-A ver.

-No pienso ser tu criado.

-¿Cuándo he dicho que quiera eso? No quiero que hagas nada, de hecho. Pero yo tampoco voy hacer nada de lo que pueda pagar a alguien para que haga. No voy a hacerme la cama, no voy a pasar la aspiradora, no voy a lavar los platos…

-Eso habría sido pedir demasiado.

-Contrataremos por horas a una trabajadora mujer a la que ayudaremos a pagar la educación de sus hijos en Méjico o en Polonia. ¿Te parece eso mal?

-Supongo que no.

-Solucionado, entonces. Deberías relajarte un poco y disfrutar de la burguesía. Ser millonario es maravilloso.

-No bromees con esto.

-Estoy hablando absolutamente en serio. Como no vas a ir al cielo, considera estos años tu compensación divina por ser un ser humano honrado.

-No me creo lo engreído que eres -dijo, impresionado-. La vanidad se te ha quedado pequeña, ahora sufres divinidad.

-Más o menos. Y creo que las personas buenas deberían pasarle cosas buenas. Karma, o algo así.

-¿Y tú eres una cosa buena?

-Soy la mejor.

Dan tuvo que reírse.

-Ya veo.

Chuck volvió a abrir el periódico para terminar su sudoku. Le quedaban diez minutos antes de tener que salir para la ópera.

-¿A ti no te preocupa nunca nada? -preguntó Dan, apenas unos segundos después.

-No.

-¿No te preocupa que vayamos a vivir juntos?

-No -contestó Chuck sin dudar.

-¿Seguro? ¿No te pone ni un poquito nervioso?

Volvió a bajar el periódico y le echó a Dan una mirada furibunda.

-Vale. ¿Quieres que sea sincero?

-Si lo dices de esa manera, creo que no.

Lo fue de todas maneras.

-Llevo viviendo prácticamente solo desde los seis años. Me gusta estar solo, y no estoy acostumbrado a tener gente alrededor constantemente. Y eso me preocupa. Porque me gusta el silencio, y me gusta hacer un sudoku todos los días y me gusta hacerlo en silencio. Y tú no te callas nunca.

-¿Eso es todo? ¿El silencio?

-Sí. Así que podemos hacer dos cosas. O tú tratas de callarte durante media hora sin interrupciones cada día, o yo me siento en la bañera con mi periódico y cierro la puerta. Sólo necesito no oír a nadie durante treinta minutos.

-¿De verdad te encerrarías en el baño? -preguntó riendo-. Qué adorable.

-¿Crees que serás capaz de hacerlo?

-Estás hablando en serio.

No fue una pregunta, fue más bien una exclamación incrédula.

-¿Qué opinión te merecen las mordazas?

-Vale, joder. Creo que podré estar media hora en silencio.

-Estupendo. ¿Y podemos empezar en estos -miró su reloj- nueve minutos que tenemos antes de que venga Arthur?

-Sí.

-Muchas gracias.

Chuck volvió a coger su bolígrafo y su periódico, sin ninguna esperanza de acabar el maldito sudoku a esas alturas.

-Espera, tiempo muerto. Déjame el crucigrama o algo.

Chuck le lanzó una mirada por la que le podrían haber acusado de homicidio en grado de tentativa. Arrancó la página del crucigrama y se la pasó.

-No valen los tiempos muertos.

-Ya lo sé, perdona. Es que si no me aburro. Ya me callo.

-Hay un lápiz en ese cajón.

-Gracias.

-Cállate.

-Vale.

-Dan, en serio. Cállate.

Antes de que Dan pudiera murmurar un ‘perdona’, sonó el teléfono en la suite. Arthur debía de estar ya en la puerta. Chuck gruñó de pura frustración, levantándose del sofá.

-Esta vez no ha sido mi culpa -dijo Dan, sin poder ocultar su diversión.

Chuck cogió el teléfono e intercambió un par de palabras rápidas con su chófer.

-Vámonos -le apremió cuando hubo colgado-. Un día me iré a comprar tabaco y no volveré. Y será culpa de este puto sudoku.

-Lo acabarás luego. Y yo te juro que no diré ni una palabra.

-Recuérdame que le diga al arquitecto que incluya cerrojos en la puerta del baño. Muchos cerrojos.

-No hace falta, soy capaz de estar en silencio. Por ejemplo, en la ópera no hablo -apuntó, muy orgulloso.

-Esa va a ser la solución. Recuérdame que le diga que, además, ponga un escenario con un par de sopranos en el salón.

-Eres tonto.

-Si no te quedara tan bien el esmoquin te abandonaba ahora mismo -dijo tratando de sonar severo, pero la sonrisa le delató-. Vamos, voy a necesitar una copa antes de enfrentarme con los Nibelungos.

personaje: dan humphrey, -fic, comm: 30vicios, pairing: chuck/dan, universo: ya no somos invencibles [+], fandom: gossip girl, personaje: chuck bass, tabla: vicios

Previous post Next post
Up