Jan 07, 2009 20:20
24#- Resistiendo al impulso.
El impulso forma parte de tu vida.
Y también resistir a ellos era demasiado tuyo.
Edward observa, huele y siente cualquier movimiento que Swan hace. No puede dejar de observar como sus dedos, delicados y finos, acariciaban las hebras caoba. Aroma a frutilla golpea contra tu rostro, dulce y delicioso, cálido y excitante.
Y ahí estás otra vez.
Aprietas con fuerza el banco, de una forma tan sutil que ni siquiera tú te has dado cuenta. Intentas detenerte. Intentas detener tus impulsos sádicos, llenos de hambre y deseosos de hundir tus dientes sobre el blanco cuello de Swan. Y te imaginas sintiendo su olor a frutillas, su suave piel y su cálido tacto.
Entonces, el deseo y el hambre cambian de forma, se retuerzan de forma anormal. Y ahora te imaginas tocando su cuerpo, ella susurrando tu nombre en tu oído y disfrutando las exquisitas curvas debajo de sábanas, ropas y tonteras que tu mente no puede imaginar.
Vuelves a mirarla.
Y ella te mira.
Swan recorre con sus ojos chocolate tu rostro. Moja con la punta de su lengua sus labios rosados. Sus manos se aprietan. ¿Estará clavándose las uñas? No lo sabes. Te ciegas. Y resistes el impulso de abalanzarte sobre ella, comiéndola a besos o a mordiscos, disfrutando de su calor, perdiéndote en su aroma, sintiendo como la sangre corre por sus venas.
Y ahí estás.
Deseándola. Amándola.
Resistiendo a los impulsos.
No, acá no hay aclaraciones.
crepusculo,
30vicios,
cliam: edward/bella