22. Antes Del Amanecer.
Respiración pausada. Ojos cerrados. Boca entreabierta.
Bella descansaba. Bella dormía. Bella soñaba.
Se movió veinte veces en la noche. Habló quince veces. Pronunció su nombre tres veces. Y un millón de fuerza necesitó para no abrazarla aún más.
Le gustaba verla dormida. Le gustaba escuchar su nombre entre su voz ligeramente ronca a causa del sueño. Quería fundirse entre sus brazos, sentir la sangre palpitando en sus venas y las fresas acariciando su nariz.
Porque la sed pasaba a un segundo plano cuando la veía dormir. Porque no en vano contaba las veinte veces que se movía, las quince veces que hablaba y las tres veces su nombre que quedarían en lo más profundo de su mente.
Porque Edward se quedaría antes del amanecer siempre, viéndola dormir y cuidando su sueño.