[2/5] 2. Ira (Tabla Duelo, teh_typewriter)
Está de mala leche. Se ha levantado de mala leche. No le importa, ni una mierda pequeñita, que Gryffindor haya ganado el partido contra Hufflepuff.
Tampoco le importa una soberana mierda que James Potter no le haya pedido a salir después del partido, todavía con la snitch en la mano, como hace de costumbre. ¡Qué va! Eso se la trae más bien floja.
Tampoco le molesta, ni lo más mínimo siquiera, que James Potter esté en el Gran Comedor, sentado con una rubia de Ravenclaw en la mesa de Gryffindor. Porque la verdad es que le da completamente igual tener a una acoplada de otra casa en la mesa de la suya. Se la suda.
Lo que le jode a Lily, y mucho, es que hablen en voz tan alta, y se rían así de alto. Porque es temprano por la mañana, y la risa de esa Ravenclaw parece surgida de un híbrido entre un cuervo y un hipogrifo. Y se le mete en los oídos y le resuena en la cabeza. Y le jode.
No va a enfurruñarse por culpa de esa Ravenclaw, ni de nadie, porque un Gryffindor esta muy por encima de cualquier Ravenclaw, y si James Potter no es lo suficientemente persona como para verlo, le da igual. A ella, se la suda.
Se sirve un tazón de leche, con tanta violencia que acaba tirándolo todo por la mesa, y la leche le corre por las piernas. Aprieta los dientes, mirando a la Ravenclaw con Potter, cuya risa la acaba de desconcentrar, y frunce levemente el ceño, mientras se limpia con un hechizo, deseando volcarle un tazón de leche hirviendo por ese pelo rubio perfectamente planchado. Porque es odiosa, y no porque esté con Potter, sino porque se ríe como una imbécil.
-¿Lily, te encuentras bien?-Alice la mira preocupada. Y ella es consciente de que le tiemblan las manos, más, mucho más de lo que deberían.
-¿Si, por qué?-pregunta con más brusquedad de la que Alice se merece. Porque es su amiga. Y no se está riendo como una imbécil con el brazo de Potter sobre los hombros.
-No sé…-Alice la mira a ella, y luego a Potter, de nuevo a ella, y de nuevo a Potter.-Tal vez estés celosa de esa rubia que está con James.
Lily nota como una vena, esa del cuello, que lleva sangre al cerebro, le late violentamente. Es como si le fuese a explotar la cabeza de la mala hostia que lleva encima. Y está a punto de convertirse en una jodida malhablada; ¡ella, que es prefecta!
Se levanta, deseando darle cabezazos a todo el mundo contra la pared, hasta que le salten los sesos muy lentamente.
Respira hondo, cruzando las puertas del Gran Comedor. Necesita refrescarse la frente y la cabeza, o de lo contrario, antes de que termine el desayuno, estará en Azkaban por asesinato con alevosía y premeditación.
Tampoco le importa una soberana mierda que James Potter no le haya pedido a salir después del partido, todavía con la snitch en la mano, como hace de costumbre. ¡Qué va! Eso se la trae más bien floja.
Tampoco le molesta, ni lo más mínimo siquiera, que James Potter esté en el Gran Comedor, sentado con una rubia de Ravenclaw en la mesa de Gryffindor. Porque la verdad es que le da completamente igual tener a una acoplada de otra casa en la mesa de la suya. Se la suda.
Lo que le jode a Lily, y mucho, es que hablen en voz tan alta, y se rían así de alto. Porque es temprano por la mañana, y la risa de esa Ravenclaw parece surgida de un híbrido entre un cuervo y un hipogrifo. Y se le mete en los oídos y le resuena en la cabeza. Y le jode.
No va a enfurruñarse por culpa de esa Ravenclaw, ni de nadie, porque un Gryffindor esta muy por encima de cualquier Ravenclaw, y si James Potter no es lo suficientemente persona como para verlo, le da igual. A ella, se la suda.
Se sirve un tazón de leche, con tanta violencia que acaba tirándolo todo por la mesa, y la leche le corre por las piernas. Aprieta los dientes, mirando a la Ravenclaw con Potter, cuya risa la acaba de desconcentrar, y frunce levemente el ceño, mientras se limpia con un hechizo, deseando volcarle un tazón de leche hirviendo por ese pelo rubio perfectamente planchado. Porque es odiosa, y no porque esté con Potter, sino porque se ríe como una imbécil.
-¿Lily, te encuentras bien?-Alice la mira preocupada. Y ella es consciente de que le tiemblan las manos, más, mucho más de lo que deberían.
-¿Si, por qué?-pregunta con más brusquedad de la que Alice se merece. Porque es su amiga. Y no se está riendo como una imbécil con el brazo de Potter sobre los hombros.
-No sé…-Alice la mira a ella, y luego a Potter, de nuevo a ella, y de nuevo a Potter.-Tal vez estés celosa de esa rubia que está con James.
Lily nota como una vena, esa del cuello, que lleva sangre al cerebro, le late violentamente. Es como si le fuese a explotar la cabeza de la mala hostia que lleva encima. Y está a punto de convertirse en una jodida malhablada; ¡ella, que es prefecta!
Se levanta, deseando darle cabezazos a todo el mundo contra la pared, hasta que le salten los sesos muy lentamente.
Respira hondo, cruzando las puertas del Gran Comedor. Necesita refrescarse la frente y la cabeza, o de lo contrario, antes de que termine el desayuno, estará en Azkaban por asesinato con alevosía y premeditación.