Fuego de Gryffindor (Neville/Ginny) [Harry Potter]

Nov 20, 2010 20:39

 

Dicen que aquellos que nos quieren nunca nos abandonan del todo, aunque se vayan lejos, a dónde no podemos seguirlos. Neville lo sabe. Lo sabe demasiado bien, porque sus padres no se han ido, pero están en ese lugar en el que nunca podrá alcanzarlos… del que nunca logrará hacerlos volver. Y sin embargo, siente en el pecho ese fuego cálido que, intuye, es todo lo Gryffindor que lleva dentro, y siente que el tiempo de las risas y las bromas ha pasado. Es hora de ser un Gryffindor, de hacer honor a su apellido. Ha llegado la hora de ser un hombre, y lograr que su abuela se sienta orgullosa, como su madre se habría sentido.

El compartimento está silencioso, mucho. McLaggen parlotea con Lavender cerca de la entrada en voz baja, y Dean Thomas habla gravemente con Seamus Finnegan en el asiento justo tras el suyo. Ginny, sentada frente a él tiene el semblante taciturno, la mirada endurecida y los labios semi fruncidos en un rictus amargo. Neville sonríe y alza una de sus manos grandes para agitarla delante de la mirada azul de la más pequeña de los Weasley. Ella desvía la mirada del paisaje tras la ventanilla y lo mira a él.

Neville ve cómo los labios finos de Ginny se curvan en una pequeña sonrisa y él sonríe a su vez, casi por inercia. Es increíble como su pecoso rostros se transforma con una simple sonrisa.

-Estarán bien…-susurra, en su más tranquilizador tono. Intuye, aunque en realidad siempre ha sido bastante malo para adivinar cosas, que está preocupada por su familia. Por él.

La gente está realmente loca, ya que nadie sabe dónde está Harry Potter, y los seguidores del Lord Voldemort (y Neville ya casi no siente el escalofrío ante simplemente pensar su nombre) lo buscan en todas partes. Torturando gente inocente sólo para obtener una respuesta que nadie sabe en realidad.

-Lo sé…-Ginny suspira y apoya la cabeza en el cristal de la ventanilla y replegando las piernas contra el asiento-… mi madre no quería dejarme venir, ¿sabes? Después de la boda de mi hermano Bill y toda la que liaron los mortífagos…-se rodea las rodillas con los brazos, como si estuviese intentando mantenerse entera-… quería mandarme a Francia, a casa de los padres de mi cuñada Fleur, sólo para mantenerme alejada de todo esto…

-Suena sensato…-opina Neville, sintiendo una punzada de aprensión al considerar la perspectiva de que Ginny se hubiese ido también.

-Lo sé, pero… no quiero ser sensata, Neville-dice Ginny, con un brillo fiero en la mirada-si los Weasley vamos a la guerra, iremos todos juntos, como la familia que somos-añade, con tono acerado-no voy a quedarme atrás.

-¿Sabes? Me alegro de que te hayas quedado-dice Neville en un susurro. Y es cierto, Ginny siempre ha sido fuerte, una chica de armas tomar, con un genio de mil demonios y sobre todo, decidida. Pero más allá de eso, Ginny siempre ha sido su amiga, un punto de apoyo. Y ahora que Harry, Ron y Hermione no van a estar en Hogwarts, Neville sabe que no queda nadie capaz de levantarse y luchar. Sólo los Gryffindor tienen lo que hace falta para plantarle cara a un colegio que sólo va a ser un remedo de lo que alguna vez fue.

Por eso él, que siempre se ha sentido como en la casa equivocada, como demasiado poco Gryffindor como para poder ostentar esos colores (aunque, en el fondo, todo el mundo sabe que hace falta mucho valor para enfrentarse a nuestros enemigos, pero incluso más para enfrentarse a los amigos), se alegra de que Ginny Weasley vaya a estar a su lado para luchar. Para hacer que Augusta Longbottom hinche el pecho de orgullo al decir ‘Neville es mi nieto’.

Porque no valdrá de nada que Harry Potter esté ahí fuera haciendo quién-sabe-qué si ellos dejan que Hogwarts caiga.

-Y yo me alegro de haberme quedado, Neville-dice Ginny, con un acceso de calidez-No podemos dejar que Hogwarts caiga.



Poco a poco, el tren aminora la marcha, aunque Neville puede ver a través de la ventanilla que aún no se han acercado a Hogwarts siquiera. Seamus y Dean bajan gradualmente la voz hasta quedarse en silencio, y Lavender se aleja de donde Cormac está sentado, para ir hacia donde Parvati lee un libro. Como si la mente colectiva de Gryffindor funcionase toda a la vez, saben, instintivamente, que está a punto de pasar algo que cambiará lo que se supone que debían vivir. Esa vuelta a Hogwarts no va a ser como debería, aunque eso, bueno, eso es algo que Neville ya sabía hace tiempo.

Ve como el mortífago se aproxima por el pasillo del tren, y ve como Ginny, sentada delante de él, alza la barbilla, endureciendo de nuevo la mirada, tan pelirroja, tan pecosa y tan Weasley como sólo ella sabe ser.

-Mi padre tendrá noticias de esto-le dice Cormac McLaggen al mortífago que entra en el compartimento. Neville está a punto de sonreír. ¿Quién es Cormac? ¿El nuevo Draco Malfoy?

El mortífago sigue avanzando por el compartimento, sin echarle siquiera un ojo al Gryffindor que se encoje en su asiento, intentando fusionarse con el tapizado. ¡Menudo Gryffindor! Piensa Neville, sintiendo como ese fuego cálido que arde en su pecho -ese fuego con esencia de orgullo, valor e impulsividad. El fuego de Godric Gryffindor corriendo por las venas de sus hijos desde que Hogwarts fue creado- se convierte en una llamarada que lame a Neville por dentro, que le acelera el corazón y crea en su mente un solo pensamiento. El de luchar.

Se levanta. Mirada decidida, gesto amenazador aún sin pretenderlo. Sabe que vienen buscando a Harry, y sabe que allí no van a encontrarlo. Sabe que están tan locos como para torturarlos a todos. Lo sabe, porque ha visto como han acabado sus padres. Y Neville no va a permitir que ninguno de los que viajan en ese tren caiga mientras le quede una gota de Longbottom en la sangre.

-¡Eh, inútiles! No está aquí-dice, en un tono lo suficientemente decidido como para llegar a sentirse fuerte mientras habla.

Porque hubo una época en la que Neville Longbottom era un gordito torpón y adorable que dejaba que cualquiera se riese de él. Pero ahora es Neville Longbottom, hijo de héroes caídos en la primera guerra, Gryffindor por derecho propio; dispuesto a dar todas y cada una de las gotas de su sangre por proteger a sus compañeros.

Puede que Harry Potter, el Elegido, haya desaparecido del mapa, dejándolos a todos abandonados a su suerte. Pero Neville no está dispuesto a hacerlo. Ha llegado la hora de luchar, y, como sus padres, está dispuesto a darlo todo en ello.

Puede que Neville no esté predestinado a ser un héroe. Pero esas cosas pasan cuando menos te lo esperas. Y el nombre de Neville Longbottom, lo sabe todo el mundo, está escrito con letras de héroe en esta historia.

advertencia: spoilers, ~ escrito: fanfic, longitud: drabble, comunidad: fandom_insano, · fuente: reto, fandom: harry potter, · fuente: tabla, pairing: ginny/neville

Previous post Next post
Up