Título: If I'm just laying here
Fandom | Personajes: Mischief Managed RPG | Eikki Virta
Rating | Advertencias: PG-7 | Spoilers (?)
N/A: Para
usah, que mañana empieza la uni <3 I love you so so so so so so so so so so so so so so much <3
Palabras: 671 palabras.
Apenas siente ya el frío que lo rodea. Hace años, muchos, que no tiene problemas con las bajas temperaturas; especialmente en una zona sin nevadas como puede ser ese bosque al sur de Francia, por más que el invierno se cierna ya sobre él. La naturaleza, estar entre los árboles frondosos y sentir la hojarasca haciéndole cosquillas en el cuello, jamás le ha molestado; al contrario: desde pequeño ha aprendido a respetar toda forma de vida y por eso, por intentar respetarlos y ayudar a quienes lo necesitaban, es que ahora está aquí. Así.
El Ministerio de Magia le ha puesto precio a su cabeza. Le consta que de momento lo quieren vivo, aunque sabe que eso puede cambiar en cualquier momento. Lamenta haber arrastrado a Riina consigo. Lamenta hacer que sus padres tengan que pasar por el mal trago de que dos de sus hijos estén perseguidos por la justicia mágica -aunque a estas alturas la justicia empieza a resultar más bien escasa- y que en el Ministerio pretendan hacer que Mika los busque para atraparlos (esa es la clase de juegos retorcidos que se gastan); no poder saber cómo le va a Kalevi ahora que ha logrado terminar la universidad -aunque sabe que bien, siempre se las arregla para superarse en todo-; no poder ver crecer a Jyrki como vio crecer a los demás. Lamenta, sobre todo, no poder ver a Leena cada día y enterarse de cómo le va en la guardería ahora que ya ha dado sus primeras muestras de que va a ser una pequeña brujita.
Sin embargo, lo que más le duele es no poder acercarse a Helena; al menos, no sin ponerla en peligro con la justicia por relacionarse con un criminal buscado por la ley. Le duele, especialmente, este año. Porque tiene que enfrentarse a los EXTASIS y por más que él sea plenamente consciente de que puede con ellos a la perfección, le gustaría poder charlar con ella; hacerle ver que confía en su increíble inteligencia, tal vez incluso más que ella misma.
No tiene del todo claro cómo están las cosas por Hogwarts, no ha vuelto a acercarse al lugar desde la Batalla el enero pasado. No ha visto a Mika y a Kalevi desde el mes de septiembre, a Jyrki y a sus padres desde antes de su cumpleaños; a Riina lo vio hace tres días, antes de que él decidiese arriesgarse a ir a ver a Cass.
Al menos le queda el consuelo de que sus hermanos tienen chicas lo suficientemente fuertes para tirar de ellos cuando las cosas van mal. Pero ahora, su pequeña preciosidad de ojos azules, está completamente sola. Tal vez rodeada de enemigos. Y, seguramente, él sea el mayor peligro de todos para su seguridad.
Aun así, a estas alturas renunciar a todo lo que siente por ella resulta tan imposible que sólo contener la idea le provoca un nudo en el pecho. Y duele.
Así como duele no ser lo suficientemente valiente como para poder ofrecerle algo real cuando si de él mismo dependiese le entregaría el mundo en una bandeja de cristal.
Pero no es este mundo el que quiere ofrecerle. No un mundo en el que la oscuridad repta día a día para intentar tragárselos a todos. Quiere con ella un mundo de luz. Un mundo donde todos tengan la oportunidad de ser felices y respetados; un mundo donde todos sean considerados iguales sin importar orígenes. Un mundo mejor.
Para Helena. Para su familia. Para todos.
Y si ha de morir en esta guerra, lo hará luchando. Después de todo, el valor de un ser humano se mide por la fuerza de sus ideales, se mide por aquello que está dispuesto a sacrificar en aras de mejorar aquello que es de todos. Jamás ha entendido el egoísmo, no cuando se puede ayudar a alguien; y si tiene que dormir al raso, lo hará. Tanto eso como todo lo que sea necesario.
Hasta que la guerra haya terminado, sólo queda seguir luchando.