Green Apple [2/2] (The Mentalist; Jane/Lisbon)
Título: Green Apple [2/2]
Fandom: The Mentalist
Character/Pairing: Todos, Jane/Lisbon
Advertencia: Nada.
Disclaimer: The Mentalist no me pertenece.
Sumario: Patrick Jane no era un hombre que se sorprendiera con facilidad, pero descubrir que se sentía atraído por Teresa Lisbon era algo que le había pillado por sorpresa.
Nota: Segunda y última parte.
Patrick Jane no era un hombre que se sorprendiera con facilidad, pero descubrir que se sentía atraído por Teresa Lisbon era algo que le había pillado por sorpresa.
Era verdad que hacía tiempo que su mujer había muerto, pero nunca se había planteado seguir con su vida. Es más, hasta hace unas horas nunca había pensado que alguien volvería a interesarle de esa forma. Y menos que sería Lisbon.
No es que no le gustara, Teresa era una mujer encantadora, pero siempre había creído que lo suyo se encontraba en un nivel de pura amistad. Y sin embargo aquí estaba, observándola atentamente mientras se paseaba descalza de un lado a otro de la oficina dándoles órdenes a hombres que eran casi dos veces más grandes que ella.
Con un vestido verde.
Suspiró mientras se tumbaba en el sofá y cerraba los ojos. Se suponía que él era un observador nato, alguien que percibía cosas que los demás ni siquiera veían, pero hasta ahora no había sido capaz de darse cuenta de que se sentía atraído por su jefe.
Bueno, técnicamente él era un consultor así que Minelli era su jefe, pero de todas formas…
Lo peor del asunto era que habían vuelto a la oficina directamente desde la escena del crimen, así que Lisbon no había tenido tiempo de ir a su casa a cambiarse y verla pasearse vestida así no ayudaba a que su imagen sentada a horcajadas sobre la espalda del sospechoso se le borrara de la cabeza.
Y estaba empezando a ser frustrante.
Ya no tenía quince años como para pasarse el día pensando en una compañera de trabajo. Él tenía un objetivo, descubrir, encontrar y matar a Red John. El resto se suponía que no importaba.
Pero ahí estaba Lisbon, comportándose sin darse cuenta de la manera más sensual que había visto en una mujer desde hacía tiempo y haciendo que quisiera olvidarse de todo. Solo ella podía desviarlo de su camino, su propia manzana verde de tentación.
Abrió los ojos y observó como Teresa se despedía de su cita con un beso en la mejilla. El abogado parecía tener un verdadero interés porque no se había separado de ella ni un momento. Incluso había insistido en llevarla a la oficina de CBI y quedarse allí un rato aún cuando Lisbon le había asegurado que el caso la iba a mantener ocupada el resto de la noche. No se podía negar que el hombre era persistente.
- Si no tienes nada que hacer vete a casa, Jane - le dijo antes de volverse a su despacho - Así al menos uno de nosotros podrá dormir.
¿Dormir? No iba a pegar ojo en toda la noche y estaba seguro de que las pesadillas no tendrían nada que ver con eso. Lo que tenía que hacer era sacarse aquello de la cabeza y podría volver a ser el mismo de antes.
- ¿Te vas? - Le preguntó Van Pelt cuando lo vio levantarse del sofá.
- Tengo que hablar de una cosa con Lisbon.
- No molestes a la jefa - le advirtió Risby - Esta de muy buen humor y si la cabreas va terminar pagándolo con nosotros.
- No puedo prometerte nada - dijo sonriendo mientras avanzaba hacía el despacho.
Entró sin llamar y la vio dar un salto sorprendida.
- Jane ¿Tu madre no te enseñó a llamar antes de entrar?
Hizo caso omiso y comenzó a echar las persianas mientras saludaba con la mano a los tres sorprendido agentes que lo miraban desde el exterior.
- Se puede saber que estas haciendo. ¡Jane! - Se levantó de la silla y avanzó hacia donde estaba él - ¿Qué demo…?
Pero antes de que pudiera decir una palabra más Jane había dado dos pasos hacia ella, empujándola contra la mesa y uniendo sus labios con menos delicadeza de la que había planeado.
Bueno, en realidad solo había pensado hasta la parte donde la acorralarla contra el escritorio.
La verdad es que estaba sorprendido de que Teresa no lo hubiera apartado rápidamente de un empujón, pero tampoco estaba haciendo ningún intento por besarlo, solo estaba ahí, quieta como una estatua mientras él le pasaba un brazo por la cintura.
Hicieron falta algunos segundos más (o minutos) y la lengua de Patrick rozando su labio inferior antes de que finalmente respondiera. No era un beso suave, sino más bien salvaje y apasionado. Ella lo agarró con una mano del chaleco intentando juntar aún más sus cuerpos mientras que con el otro brazo le rodeaba el cuello.
Jane no se había dado cuenta hasta ese momento, pero había bastante diferencia de altura entre ellos (sobre todo desde que Lisbon iba descalza) así que se las arregló para levantarla por la cintura y sentarla sobre la mesa sin romper el beso. Teresa aprovecho aquello para rodearle la cintura con las piernas mientras él le acariciaba uno de los muslos por debajo del vestido. Se había estado muriendo por hacer eso desde que la había visto sentada sobre el sospechoso.
La verdad es Lisbon besaba mucho mejor de lo que se había imaginado. Utilizaba labios, lengua, dientes e incluso las uñas le hacían cosquillas en la parte posterior del cuello.
Se separó de mala gana cuando la falta de oxigeno se hizo necesaria y observo la cara sorprendida de Teresa. La vio acomodarse la falda del vestido y sonrojarse violentamente cuando se dio cuenta de la posición en la que se encontraban, ella sentada sobre la mesa mientras Jane estaba de pie entre sus piernas.
- ¿Qué…? - intentó preguntar.
Él le dirigió una sonrisa tranquilizadora.
- El verde te sienta muy bien, Teresa.
Lisbon parpadeó aún demasiado confundida como para poder decir algo y Patrick aprovecho aquel momento para salir de la habitación.
Había tres cosas de las que no se había dado cuenta hasta ese día:
Uno: Teresa Lisbon le gustaba mucho más que como una simple compañera de trabajo.
Dos: A ella también le gustaba, o por lo menos se sentía lo suficiente atraída por él como para dejar que la besase (otra cosa es que todavía no se hubiera dado cuenta)
Tres: Le gustaba cuando Lisbon vestía de verde porque el verde significa esperanza.
FIN
Fandom: The Mentalist
Character/Pairing: Todos, Jane/Lisbon
Advertencia: Nada.
Disclaimer: The Mentalist no me pertenece.
Sumario: Patrick Jane no era un hombre que se sorprendiera con facilidad, pero descubrir que se sentía atraído por Teresa Lisbon era algo que le había pillado por sorpresa.
Nota: Segunda y última parte.
Patrick Jane no era un hombre que se sorprendiera con facilidad, pero descubrir que se sentía atraído por Teresa Lisbon era algo que le había pillado por sorpresa.
Era verdad que hacía tiempo que su mujer había muerto, pero nunca se había planteado seguir con su vida. Es más, hasta hace unas horas nunca había pensado que alguien volvería a interesarle de esa forma. Y menos que sería Lisbon.
No es que no le gustara, Teresa era una mujer encantadora, pero siempre había creído que lo suyo se encontraba en un nivel de pura amistad. Y sin embargo aquí estaba, observándola atentamente mientras se paseaba descalza de un lado a otro de la oficina dándoles órdenes a hombres que eran casi dos veces más grandes que ella.
Con un vestido verde.
Suspiró mientras se tumbaba en el sofá y cerraba los ojos. Se suponía que él era un observador nato, alguien que percibía cosas que los demás ni siquiera veían, pero hasta ahora no había sido capaz de darse cuenta de que se sentía atraído por su jefe.
Bueno, técnicamente él era un consultor así que Minelli era su jefe, pero de todas formas…
Lo peor del asunto era que habían vuelto a la oficina directamente desde la escena del crimen, así que Lisbon no había tenido tiempo de ir a su casa a cambiarse y verla pasearse vestida así no ayudaba a que su imagen sentada a horcajadas sobre la espalda del sospechoso se le borrara de la cabeza.
Y estaba empezando a ser frustrante.
Ya no tenía quince años como para pasarse el día pensando en una compañera de trabajo. Él tenía un objetivo, descubrir, encontrar y matar a Red John. El resto se suponía que no importaba.
Pero ahí estaba Lisbon, comportándose sin darse cuenta de la manera más sensual que había visto en una mujer desde hacía tiempo y haciendo que quisiera olvidarse de todo. Solo ella podía desviarlo de su camino, su propia manzana verde de tentación.
Abrió los ojos y observó como Teresa se despedía de su cita con un beso en la mejilla. El abogado parecía tener un verdadero interés porque no se había separado de ella ni un momento. Incluso había insistido en llevarla a la oficina de CBI y quedarse allí un rato aún cuando Lisbon le había asegurado que el caso la iba a mantener ocupada el resto de la noche. No se podía negar que el hombre era persistente.
- Si no tienes nada que hacer vete a casa, Jane - le dijo antes de volverse a su despacho - Así al menos uno de nosotros podrá dormir.
¿Dormir? No iba a pegar ojo en toda la noche y estaba seguro de que las pesadillas no tendrían nada que ver con eso. Lo que tenía que hacer era sacarse aquello de la cabeza y podría volver a ser el mismo de antes.
- ¿Te vas? - Le preguntó Van Pelt cuando lo vio levantarse del sofá.
- Tengo que hablar de una cosa con Lisbon.
- No molestes a la jefa - le advirtió Risby - Esta de muy buen humor y si la cabreas va terminar pagándolo con nosotros.
- No puedo prometerte nada - dijo sonriendo mientras avanzaba hacía el despacho.
Entró sin llamar y la vio dar un salto sorprendida.
- Jane ¿Tu madre no te enseñó a llamar antes de entrar?
Hizo caso omiso y comenzó a echar las persianas mientras saludaba con la mano a los tres sorprendido agentes que lo miraban desde el exterior.
- Se puede saber que estas haciendo. ¡Jane! - Se levantó de la silla y avanzó hacia donde estaba él - ¿Qué demo…?
Pero antes de que pudiera decir una palabra más Jane había dado dos pasos hacia ella, empujándola contra la mesa y uniendo sus labios con menos delicadeza de la que había planeado.
Bueno, en realidad solo había pensado hasta la parte donde la acorralarla contra el escritorio.
La verdad es que estaba sorprendido de que Teresa no lo hubiera apartado rápidamente de un empujón, pero tampoco estaba haciendo ningún intento por besarlo, solo estaba ahí, quieta como una estatua mientras él le pasaba un brazo por la cintura.
Hicieron falta algunos segundos más (o minutos) y la lengua de Patrick rozando su labio inferior antes de que finalmente respondiera. No era un beso suave, sino más bien salvaje y apasionado. Ella lo agarró con una mano del chaleco intentando juntar aún más sus cuerpos mientras que con el otro brazo le rodeaba el cuello.
Jane no se había dado cuenta hasta ese momento, pero había bastante diferencia de altura entre ellos (sobre todo desde que Lisbon iba descalza) así que se las arregló para levantarla por la cintura y sentarla sobre la mesa sin romper el beso. Teresa aprovecho aquello para rodearle la cintura con las piernas mientras él le acariciaba uno de los muslos por debajo del vestido. Se había estado muriendo por hacer eso desde que la había visto sentada sobre el sospechoso.
La verdad es Lisbon besaba mucho mejor de lo que se había imaginado. Utilizaba labios, lengua, dientes e incluso las uñas le hacían cosquillas en la parte posterior del cuello.
Se separó de mala gana cuando la falta de oxigeno se hizo necesaria y observo la cara sorprendida de Teresa. La vio acomodarse la falda del vestido y sonrojarse violentamente cuando se dio cuenta de la posición en la que se encontraban, ella sentada sobre la mesa mientras Jane estaba de pie entre sus piernas.
- ¿Qué…? - intentó preguntar.
Él le dirigió una sonrisa tranquilizadora.
- El verde te sienta muy bien, Teresa.
Lisbon parpadeó aún demasiado confundida como para poder decir algo y Patrick aprovecho aquel momento para salir de la habitación.
Había tres cosas de las que no se había dado cuenta hasta ese día:
Uno: Teresa Lisbon le gustaba mucho más que como una simple compañera de trabajo.
Dos: A ella también le gustaba, o por lo menos se sentía lo suficiente atraída por él como para dejar que la besase (otra cosa es que todavía no se hubiera dado cuenta)
Tres: Le gustaba cuando Lisbon vestía de verde porque el verde significa esperanza.
FIN