Título: Fin de semana
Fandom: Hetalia Axis Powers
Claim: Rusia/Lituania/USA o Ivan/Toris/Alfred
Tabla:
Adicciones LegalesPrompt: Tabaco
Rating y advertencias: T un poco de lime y menciones de violencia.
Resumen: Un día de descanzo en casa de Alfred puede ser muy relajante, pero nada es perfecto.
Notas: Basicamente es un USA/Lituania con menciones de Rusia/Lituania
Ok, es mi primer tema de la tabla así que… haber que pasa.
Fin de Semana
A Toris le gustaba el clima templado de la casa de Alfred. Se podía aspirar con tranquilidad el suave aroma del viento y la primavera. Tanta calma lo hacía quedarse dormido por las tardes, cosa que evitaba por sus deberes. Los fines de semana, Alfred regularmente se quedaba en casa y miraba la televisión a pierna suelta en el sofá. No faltaba helado, papas, soda, hamburguesas y para terminar, un buen tabaco.
- Señor, podía apagar por favor su cigarro- pidió Toris de manera cortes al americano- sabe…- tosió ligeramente- disculpe si es una molestia.
Había terminado sus deberes temprano y Alfred lo invitó a ver una película.
- Nada de eso Toris- Alfred apagó el cigarro de buena manera- ¿en casa de Rusia no fuman?
- Eh?- Toris brincó al oír el nombre- pues, no que yo sepa. Algunas veces Natasha lo hace pero a escondidas de su hermana mayor.
- Tal vez es una mala costumbre mía, pero una comida sabe mejor con un cigarro al final- dijo sonriendo.
- Yo no quiero interrumpir sus costumbres, pero si puede hacerlo en un sitio cerrado, además, también será mejor para su salud dejarlo- hay estaba de nuevo Toris, con sus consejos moralistas y la sonrisa amable.
Alfred asintió con cierta resignación y pesadez. Suspiró y se dejó caer en el respaldo del sillón. La película estaba por terminar. Toris seguía atentó a la pantalla que no se percató de el brazo travieso del americano que pasaba por su espalda hasta rodearlo.
El lituano se asustó al sentir el contacto y miró con timidez a Alfred. El film seguía andando. Estaba un poco acostumbrado a ciertas demostraciones de afecto del americano. Aunque eso no le impedía sentirse acorralado o en ocasiones sentirse intimidado. Desde que llegó a su casa, todo transcurrió normal, hasta que al ruso se le ocurrió decir aquello de: “Es mi ex”
Alfred mal interpretó todo el contenido de esa palabra, o tal vez no. El asunto, es que Alfred comenzó a sentir curiosidad de aquella relación que tenía o tuvo con el soviético. Después de una serie de preguntas insistentes y subidas de tono. El pobre Toris confesó la verdad. La relación sadomasoquista con Ivan, el afecto o las migajas que le daba algunas veces. Se atrevió a mostrarle las cicatrices en la espalda. Todo aquello le resultó entre sorprendente y excitante. Claro, él estaba ajeno a todo ese mundo de perversiones y seguía las reglas al pie. Arthur jamás hubiera permitido un golpe o algo extremo. Ivan era un genio en lo que cabía, un sucio y condenado genio que le importaba poco o nada lo que los demás pensaran de él.
Así que Toris no tenía mas remedio que acceder a los caprichos de Alfred de la misma manera que con Ivan, pero sin violencia. Después de todo estaba en su casa, trabajaba para él. Alfred era ahora el amo. Uno bueno y delicado. Por lo menos no le pegaba, aunque había otros detalles a los que se tenía que acostumbrar: como el sabor de sus besos a tabaco y soda. Justo como en ese momento que terminó la cinta. Alfred se lanzó al lituano con un beso apasionado. Sus manos comenzaron a deshacerse de la ropa y acariciar el delicado pero atlético cuerpo de Toris.
- Te gusta, ¿cierto?- preguntó Alfred quitándose la camisa.
Toris le regaló una sonrisa afirmativa. No era malo, siempre se preocupaba por su placer y jamás vio sangre en la sabanas. Aunque ese maldito sabor a tabaco no desaparecía. Quiso decirle, pero temía romper la atmósfera, con lo que le costaba a Alfred empezar.
Ya estaban desnudos en el sofá, las piernas de Toris rodeaban las caderas de Alfred quien estimulaba con dos de sus dedos la entrada delicada del lituano. Seguía besándolo en el cuerpo y la boca. Toris trataba de aguantar lo desagradable que era ese sabor y el aroma que se había pegado a sus manos y el cabello rubio.
El placer ejercido por las caricias de Alfred, mando la mente de Toris con sus quejas a otra parte y sólo se dedicó a disfrutar. Abrazó al rubio y besó su mejilla, sus manos. Una especie de agradecimiento. Nada mejor pudo pasarle que haber escapado de las garras del ruso. Lo hacía olvidarse de ese crudo pasado, pero también de sus hermanos. En los que evitaba pensar para no hacer pesada su estadía en América.
Después de una hora, Toris se quedó boca abajo sobre el sillón, cubriendo sus caderas con la camisa de Alfred. Mientras éste salía a la terraza a fumar otro cigarrillo.
- No entiende- murmuró Toris haciendo una rabieta- odio ese sabor y el aroma es tan…- intentó decirle lo desagradable que eran sus besos con sabor a tabaco, pero como siempre, se quedo calladito. Resignando y aguantando como en casa de Rusia; eso era más malo, pues parecía que no había diferencia pese a la confianza que existía entre él y USA.
Gracias por leer y cualquier coment ya saben, libres de hacerlo, error de dedo, gramatical, sintaxis, comas, caníbales de letras ♥