Título: Nightmares
Personajes: Dean, Sam. Wincest One-side.
Género/Rating: R
Resumen: Noches y Días. Muertes y vidas siguiendo. Cosas normales pero que a Sam, al raro de Sam, ardían hasta consumir lo que era normal.
Advertencias: Ligeros toques de Gore y Dark solo un poquito.
Nota: Va dando brincos por la 1ª hasta la 5ª.
Sam a veces cuando la muerte de Jess aun estaba reciente, aun doliente.
Dormitando y debatiéndose internamente el sumergirse en las continuas y ardientes pesadillas. Creía que su vida ya no podía seguir sin su preciosa novia a su lado, con el recuerdo de su mirada llena de terror y estática debiendo de sentir el fuego carbonizándola mientras esperaba tortuosamente a su muerte. Y él sin poder socorrerla.
Las llamas trasmitían el calor por todo su cuerpo, el humo adormeciendo su cerebro y estrangulando poco a poco sus pulmones. Lo único que se sentía real era el brazo cálido -totalmente diferente al fuego- de su hermano evitando que muriera allí con ella y tironeándole para salir rápidamente de la habitación y de Palo alto. Fuera de la mirada indisxreta de los policias y de sus vecinos.
Habia muchas preguntas que no podían responderlas. Él no podía.
El dolor tratando de ser consolado con los débiles intentos de Dean, tratando de sanar algo que no quería que fuese sanado. Quería el dolor dentro de él para recordar la venganza y nunca olvidarla. No quería manos tibias ni el tacto de una piel contra otra. -a pesar cuanto ya la comenzaba anhelar-.
Con la presencia de Dean constante esa sensación fue desapareciendo con la creciente cercanía de su hermano mayor. Quizás no le regalaba toques ni abrazos, pero con sus sonrisas y sus Sammy, provocaba que todo se diluyera de su mente y el mundo fuese un lugar mejor. Aunque fuese una vil mentira. Una muy, muy falsa.
Los años pasaron las muertes dolían, pero su corazón se volvía cada vez más insensible, lo que lo culminó fue la muerte de su Padre, el no haberle sabido apreciar, el no haberle sabido comprender, después de todo Sam era idéntico en ese sentido con su padre cremado y sepultado; mezclándose sus cenizas con la tierra.
La frialdad de los médicos y la desesperación en los ojos de su hermano al ver como trataban de resucitarlo y ya no era posible porque había muerto para proteger a uno de sus hijos y con un trato tras su boca. Se comunico la hora de la muerte, pero ninguno de los dos quiso escucharla.
John Winchester dejo de existir a los 54 años de edad y una parte de los Winchester también se fue con él.
Pero dejo muchas cosas sin resolver, una colt y un impala destrozado.
Sam sabe que cuando muera Dean todo cambiara, por eso busca desesperadamente alguna forma en que su estúpido trato se termine. Ya que sabe al igual que las ridículas frases de amor, él no puede vivir sin él.
Llegaría a matar para tenerle de vuelta pero no puede no hay nada ni demonios ni Dios que logre que vuelva a tener esa sonrisa canalla al frente suyo.
Nada.
Cuando Rubí después de su muerte, después de que Bobby con los ojos llenos de dolor le haga jurar que no hará nada estúpido, solo con una pequeña esperanza le deja enterrado, sin cremar recordando como tuvo que coserlo para que sus vísceras no salieran desperdiciadas. Tuvo meses completos recordando el aterrador tacto de los blandos y viscosos órganos y la mirada fija y muerta de su hermano.
Ruby al poco tiempo después, le prometió venganza y sangre con sus ojos oscuros y lujuriosos.
Cuando cierra los ojos al tener sexo con ella imagina todo el tiempo que es su hermano.
Así de incorrecto, así de inmoral. Con las manos llenas de asco de si mismo y el dolor retorciéndose dentro suyo.
No sabe como enfrentaron su muerte los demás, sabe que es egoísta, pero no le importó ni un poco, ellos no le conocieron tan bien como él, no pasaron toda su vida, las 24 horas encerrados con Dean en habitaciones pequeñas. Ni llegaron pasar cada momento difícil lamiéndose las heridas como podían.
Con sentimientos demasiados contradictorios por parte de uno tratando de fundirse en normalidad.
No supo de Ellen, ni de Jo, algo de Bobby porque le llamo cada cierto tiempo con la voz ronca por el alcohol.
Pero el mundo desapareció para él dejando excepto su dolor y la sangre roja, atrayente.
Dean volvió sin ninguna marca, con la mirada llena de turbulentos secretos y un amor tan grande que no cavia de todo en sus ojos verdes, mas verdes si era posible.
Fueron cuatro meses para el mundo. Para él fueron años en los que no sintió nada de nada.
Pero cuando volvió todo fue diferente a pesar de las desconfianzas y las intrigas. Sintió que fue para mejor, el mundo volvió a girar para él. Las mismas habitaciones de motel, el mismo impala pero ya no era igual.
Nada lo era. Él cambio y no dudaba que su hermano también.
Tampoco sus sentimientos poco fraternales hacia su hermano mayor. Solo que aquello se lo guardara al igual que la sangre de demonio circulando por sus venas adictas. Y sus exorcismos secretos.
Al igual que las pesadillas aterradoras que circulaban por los sueños de su hermano y que con las manos atadas deseaba consolarle en la cama de al lado, latiendo su cuerpo necesitado del liquido rojo y oscuro.
Finnis