Vómito

Sep 11, 2006 23:37

Original, 367 palabras.

- Cierra el pico - le susurró al oído. - Cierra el pico o lo lamentarás.
- Demasiado típico. Deberías renovar un poco tu registro, ¿no crees?
Más presión en su cuello. Casi no podía respirar, pero al igual que había hecho durante aquellos años, dejó actuar a su alma. Sonrió con dsecaro. Su dentadura amarillenta, a sólo tres agrios centímetros de su opresor, desprendía un desagradable hedor a rancio.
- Los puros baratos te pasan factura, amigo.
Aquella voz era un bálsamo para su mente. Sentirle hablar significaba el triunfo de su plan, de su vida en definitiva. Si su opresor seguía vivo, si no había dejado de aferrarse a lo único que le quedaba - la sombra de un odiado desconocido, al fin y al cabo -, si le continuaba persiguiendo sin darse por vencido, sin tregua, entonces, y sólo entonces, descansaría por fin en paz.
La pared estaba fría. El callejón oscuro ahuyentaba con alaridos de frescura el molesto calor. Agradeció aquel nuevo empujón y aquellos dientes putrefactos volvieron a centellear en la noche. El otro, amenazante, no entendió en ningun momento que cuanto más le torturara mejor se iba a sentir.
El peso de haber asesinado a una família de la que ni siquiera sabía el nombre recayó de pleno en su cabeza. Más concretamente, decidió instalársele en las sienes. Interminables dolores de cabeza a cambio de algo que él nunca pudo percibir. Cobró igual que todos los meses. Quizás la diferencia fue que en aquél salvó sin saberlo su vida, usurpando otras tres que nunca conoció. Y el hecho de que una cuarta persona, por la que nunca debió ser encontrado, le persiguiera soportando la ausencia de las que él sentenció, infundía bienestar a su consciencia; almenos uno de los efectos colaterales de sus coaccionados movimientos no había mutado a suicidio.
Exhaló todo el aire que tenía en los pulmones y, precipitadamente, volvió a inspirar. Pero no había acabado de hacerlo cuando sintió el balazo.
En la sien.
Pensó en un pájaro.
Pensó en unas sábanas blancas.
Un perro pulgoso buscaba algo en la basura, a unos metros de ellos.
Pensó en una moqueta llena de sangre.
Pensó en un puro mal enrollado.
Y murió.
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