6 Drabbles Adachi-centric, cuyos ratings varian entre PG y NC-17.
Especulación completa sobre el pasado de Adachi que ATLUS no nos quiso contar~
1.- Inferiority Complex: About my brother and I...
Desde que era pequeño, se podía decir que había llegado a comprender un montón de cosas; era un niño tranquilo y observador, por lo que su familia solía decir que pensaba demasiado para su edad. Y no en una forma positiva. Pero de todas las cosas que había logrado entender a lo largo de los años, solo una parecía sobresalir por todas las demás, y marcaría su vida para siempre: Sólo había dos clases de personas en el mundo: Las que habían nacido con un innato talento, aquellos destinados a la gloria segura, y el resto. El resto eran aquellos que debían pisotearse para sobrevivir, pero que nunca, Nunca, llegarían a alcanzar lo que aquellos con talento alcanzaban. Era sencillamente, el orden natural de las cosas. Y si había algo parecido a Dios arriba, tal vez el había iniciado este orden, eso daba igual, las explicaciones daban igual, el hecho era que asi era y que no había escapatoria.
La familia de los Adachi podía considerarse afortunada, puesto que su hijo mayor era una de estas personas de talento innato; desde que había podido aprender a leer y escribir, se había interesado profundamente por la ciencia, por la medicina y el cuerpo humano. Y ahora, estaba becado con los más altos honores en la más prestigiosa universidad japonesa, habiendo recibido ya, recien como estudiante, un par de premios por investigaciones innovadoras y prometedoras: Sus padres no podían estar más satisfechos y orgullosos. Lástima que el pequeño Tohru no fuese igual que su hermano mayor. ¿No podrías siquiera haber sacado un poco del talento de tu hermano?¿Del atractivo de tu hermano? El Adachi menor; el Adachi restante, el Adachi sin futuro... No te preocupes Tohru-chan, siemrpe habrá alguna alternativa. ¿Tus calificaciones no son tan malas, verdad? No te estamos exigiendo nada...
Y las miradas. ¿Eres tan brillante como fue tu hermano? Sensei tiene grandes espectativas de tí... Escuchamos que tu hermano es un genio... Nee, Adachi-kun, ¿Tu hermano tiene novia?
Sencillamente para el resto solo quedaba la sombra de aquellos elegidos. Habían muchos que eran felices asi, trabajando en la seguridad de esa sombra, algunos cubriéndose los ojos para no encarar sus frustraciones, otros completamente ignorantes de todo a su alrededor. Todos eran necesarios para hacer funcionar la sociedad después de todo: Aquellos con talento necesitaban brillar para alguien. Si no había forma de cambiarlo, y es que no la había (Tohru seguiría siendo siempre el mismo, sin importar el esfuerzo) entonces lo mejor era que todo desapareciese.
2.- Misoginy : Or how women are the worst kind of enemy
La primera vez que había puesto los ojos en una mujer aun era demasiado tímido como para siquiera pensar en acercársele. Desde la distancia, escondida parcialmente su pequeña figura por uno de los múltiples árboles del parque al que solían traerlo sus padres cuando su hermano aun tenía tiempo para jugar, observaba casi con adoración el rítmico movimiento de las trenzas de una de las niñas al compás de sus pasos cargados de inocencia.
Para cualquiera habría sido una adorable historia de primer amor. Para él, era el primer error que había cometido en su vida.
Armándose de valor se había acercado tras muchas visitas; sus manos sudaban y las palabras parecían atorarse en su garganta sin remedio alguno. El rechazo concentrado en la mirada desinteresada y cargada de superioridad que le había dedicado la dueña del vestido que inundaba sus confusos sueños de niño habían sido peor que mil palabras. El también se había tragado las suyas, y dejando caer la flor que había robado (No robado, tomado prestada, robar era malo y el no era malo...) del arreglo floral que su madre conservaba sobre la mesa del salón, dio media vuelta y corrió lejos de todo, sintiéndose realmente estúpido. Aquella vez lloró, pero sus lágrimas podían ser justificadas por la edad, asi que mirando hacia atrás no sentía verguenza alguna.
La segunda vez no había llorado.
La vida escolar marca y endurece a todos; es parte de crecer, de ello no hay duda alguna. Ahora sus ojos no seguían el rítmico movimiento de un par de trenzas o el ondear sutil de un vestido; entre risas y susurrados comentarios, sus ojos seguían la tentación de un escote o el morbo de la longitud de las faldas de las deshinibidas estudiantes citadinas. Era la ciudad, debían estar a la moda; incluso si esa moda implicaba enseñar la ropa interior con la mínima brisa. Ropa interior que , por supuesto, también debía estar a la moda.
"Adachi-kun?" parpadeó un par de veces, reenfocando su mirada nerviosa en la chica que tenía delante suyo. ¿Cual era su nombre...? "S-Saldrías c-conmigo?" Dijo finalmente, tras haber tartamudeado con anterioridad un par de cosas inentendibles. La reconocía como una de las chicas del salón de al lado. ¿Por qué querría salir con él? Ni siquiera se conocían. Las mujeres eran muy extrañas.
Pero Adachi era joven, y la chica era linda y ¿Qué importaba un nombre cuando tus hormonas solo estaban interesadas en mirar disimuladamente el volumen que creaba el busto de la chica en su serafuku cuestionándose como se sentiría presionar una de sus manos contra él?
Y aceptó. Sin pensarlo dos veces, aceptó. Segundo error. Por supuesto que en ese momento no parecía error ¿Qué podría haber tenido de malo aceptar una propuesta de la que solo podía obtener beneficios?. Pero cuando vio a la misma chica, tartamudeando de la misma forma incoherente ante las caricias de las hábiles (Por qué no eres tan bueno como...?) manos de su hermano mayor, todo pareció cobrar sentido. Y venirse abajo. Y no había llanto en sus entrañas; solo odio. Odio que parecía querer desbordar por cada uno de sus poros como un líquido caliente y espeso. Cerró la puerta con un notorio portazo y salió de la casa. Hubiese deseado no volver, pero solo era un adolescente sin otro lugar a donde ir; sin importar cuan arrogante hubiese sido su salida.
Y tampoco quería darle la satisfacción de la importancia a su hermano. Ya tenía suficiente.
¿Lo peor de todo? No perder la oportunidad de la chica a su lado, aquello era irrelevante; Lo peor era que todos sabían. Probablemente desde antes que él mismo lo viese con sus propios ojos, y ahora los confusos mensajes escritos en su mesa, las risas en los pasillos y los cuchicheos de las chicas a sus espaldas tenían sentido . Maldita zorra; no le bastaba con volver a minimizarlo frente a su hermano; tenía que humillarle también. Hacerle el hazmereír.
Desde entonces, no hubo lágrimas, ni remordimientos. Solo odio.Por mas que intentase contener la frustración que le producían los rechazos y las decepciones que involucraban al sexo femenino, la ira brotaba desde su interior contaminándole como una enfermedad.
Por eso cuando tuvo en sus manos la vida de Mayumi Yamano, y posteriormente Saki Konishi, la enfermedad ya era incurable. El mundo estaría mejor sin un par de putas egoístas...
El mundo estaría mejor sin ninguna de ellas. Y con solo un movimiento de su mano, sin dudas ni arrepentimientos, las empujó dentro de la televisión.
Y por primera vez al tocar a una mujer... sonrió.