[K] The Girl in Red and the boy in Pain.

Mar 09, 2013 21:18

K Project. One Shot/Multidrabble. 1000 words/ Rating: G. SaruMisa implícito. Sobre Saruhiko y Anna, desde el POV de Anna. Leves spoilers para K:Side Red y el drabble final hace referencia a una escena ocurrida en uno de los radio dramas...



Kushina Anna siempre había sido capaz de ver. Ver más que el resto. Ver todo, incluso si no le gustaba para nada lo que estaba viendo. Ella nunca había pedido la capacidad de ver: había nacido con ella, y siempre le había traído problemas a quienes le rodeaban. Condenándola a la eterna soledad e incluso casi costándole la vida en algún momento…

No era opción para ella el dejar de ver. Solo veía y ya.

Así que cuando sus enormes ojos miraron a través de sus cristales por primera vez en dirección a Fushimi Saruhiko, se sorprendió un poco de lo que podía ver.

Dolor.

Puro e inacabable dolor.

Saruhiko estaba profundamente herido. Hasta los confines más ocultos de su ser.
Fue por eso que enseguida le tomó aprecio.

**
“Deberías decírselo”

Saruhiko alzó la mirada desde el libro que estaba aparentemente leyendo con ojos aburridos en una expresión de confusión y sorpresa.

“¿Huh?” Preguntó , volviendo inmediatamente a su máscara de molestia hacia el exterior.

Los ojos de Anna, inmóviles sin parpadear en lo absoluto le observaban fijamente. Frunció el entrecejo.

“Deberías decírselo” repitió la chica, y su tono fue el mismo incluso a pesar de que Saruhiko había sido frontalmente hostil con ella.

“No tengo la menor idea de lo que estás hablando” respondió Saruhiko, apartando la mirada.

Pero lo sabía.

E incluso si Anna podía leerlo como a un libro abierto, cosa que le habría disgustado profundamente en cualquier otra circunstancia, no sabía por qué, pero se sentía un poco mejor.
Se sentía extrañamente reconfortado.

**

“¡¿Saruhiko, que carajos pasa contigo?!”

La tranquilidad que había dominado aquel día el bar se vio repentinamente quebrantada por las enfadadas ( y extrañadas…) exclamaciones de Yata Misaki.

Exclamaciones por supuesto, hacia su mejor amigo a quien en aquellos momentos prácticamente traía arrastrando al bar. Solo le cargó un par de pasos antes de dejarle caer en el sofá sin mucho cuidado (como todas las acciones provenientes de quien se hacía llamar Yatagarasu…) , donde Anna estaba sentada en aquellos momentos esperando a que el rey Rojo volviese de arreglar algunos asuntos (Arreglar algunos asuntos siempre significaba violencia, y todos en HOMRA la mantenían alejada de aquello si es que podían…). Parecían tan inmersos en su discusión que ni siquiera se habían percatado de la presencia de la chica.

“Tsk… déjame en paz ,Misaki. Solo regresa y ya…” el ánimo del pelinegro parecía aun peor de lo habitual: al igual que su rostro, cuya palidez rivalizaba con el blanco del cabello de la chica.

“¡Regresa y una mierda! ¿Estás enfermo o algo? ¡Podrías haberlo dicho de un principio!” Y en aquellos momentos se produce un pequeño silencio, en que la hostilidad por parte del pelinegro parece desaparecer y solo desvía la mirada. Anna mira de uno a otro en completo silencio.

“Si lo hubieses dicho , te habríamos dejado aquí. ¡Fallamos en la misión! ¡La misión que Mikoto-san nos encomendó!” en realidad había sido Kusanagi, pero para Yata Misaki, cualquier orden de HOMRA estaba relacionada con Mikoto-san y el honor de este. “¡Incluso con Mikoto-san en el lugar!”

“Eso no te incumbe…” Dijo el pelinegro aun evitando su mirada y levantándose finalmente del sofá algo temblorosamente para alejarse. “Es todo por hoy.” Dijo entonces antes de salir por la puerta del bar sin mirar atrás siquiera una vez, ni agradecer el que su compañero le hubiese llevado hasta ahí.

“¡¿SARUHIKO?! ¡Bastardo, aun estábamos hablando!” exclamó el irascible skater antes de bufar molesto, viendo que el otro no iba a regresar. “ Bah, si se va a poner así no me interesa en lo más mínimo. “ se quejó para sí mismo antes de notar la prescencia de Anna en el lugar finalmente. “Ah, A-Anna-chan…”

Pero Anna no estaba prestándole atención al pelirrojo, pues sus ojos estaban fijos en la figura de Saruhiko alejándose del bar.

Desde que habían llegado, había podido notar aquello.

Solo había un color que Anna podía distinguir, y ese era el rojo. Con su capacidad de ‘ver’ más allá, Anna podía ver fácilmente el aura roja de los miembros del clan en sus cuerpos. Era un espectáculo que siempre le fascinaba (El rojo de Mikoto siempre era el más hermoso…) sin importar cuantas veces lo viera.

Pero en aquel instante fue diferente.

No podría explicarlo adecuadamente… pero el rojo de Saruhiko era extraño. Nunca le había presenciado así ni en él, ni en ningún otro miembro de Homra.

El rojo de Saruhiko era inestable, estaba agitado. Como si le produjese un profundo daño desde dentro.

Parecía como si Saruhiko fuese a romperse en cualquier momento.

**
No necesita oírlo de los labios del impulsivo skater, ni la confirmación de nadie del bar para saber que cuando las visitas de Saruhiko al bar cesan, es porque se ha ido definitivamente.

“¡Maldito mono traidor!” ha escuchado decir a Misaki. Más de una vez. Incluso en alguna ocasión con una frustración tal , que las lágrimas amenazan con caer de aquellos ojos siempre sinceros.

Anna siente lástima. Lástima por ambos. Saruhiko es una buena persona, le gustaría decir. Las buenas personas no traicionan. Le gustaría decir. Misaki debería hablar con él. Le gustaría decir.

Pero ¿Cómo explicar el extraño aprecio que le tiene al de grandes gafas y mirada triste?

Es por eso que cuando se queda atrapada (No estoy atrapada. Dice una y otra vez pese a que sabe que lo está…) entre aquellas mortíferas máquinas expendedoras… no le extraña la ayuda que recibe a regañadientes de parte del de gafas.

Porque aun vestido en aquellas ropas cuyo color Anna no distingue, Saruhiko no es un traidor. Un traidor no ayuda a nadie de este modo, y cuando por un leve instante en que nadie lo nota después de que Mikoto ya la ha rescatado, vuelve a mirar al pelinegro y se encuentra con aquel mismo dolor que pudo percibir cuando este les hacía compañía en el bar…

Es entonces que Anna no tiene dudas ni prejuicios al decir

“Gracias, Saruhiko”

END

drabble, k project, fanfiction

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