Bien, llevo siglos sin actualizar esto, y como ya tocaba pues aquí estamos...
anoche... antes de irme a dormir... le pedí cariñosamente a Aka que me contara un cuento...
esto fue lo que salió...
Había una vez una perri llamada Kaye.
Ella era de esas personas que gustaban de hacer cosas raras, por lo que la catalogaban de rara.
Sin embargo ella afirmaba que abrir una secta pirata adoradora de las nubes de Akatsuki y esnifarse las paredes de la uni debía no sólo ser legal, sí no obligatorio.
Como sea, era friki y era feliz y orgullosa de serlo.
Cierto día, luego de protestar sobre los precios de la cafeteria de su escuela, camino a su dosis de pintura diaria se topó con una bolsa de papitas; tirada allí en el piso, intacta. Sola y desamparada, al alcance de sus garras, fauces y estomagos.
- ¡Eres mía!
Exclamó, cual Golum con el anillo maldito, al tiempo que la recogía.
Rápidamente se replegó a las sombras a devorar a su victima, quien al abrirla...
Varios gestos aparecieron en su rostro, incluyendo uno con bigotes y gafas.
Miró varias veces, intentando entender muchas cosas, incluyendo el significado de la vida.
Cuando ya recordó ser de Andalucia y que a ella esas cosas debían de sudarselas; optó por mirar el nombre del producto: "Papafritas, ricas, jugosas y crujientes. Elaborada por Sai, Naru-chan y asociados."
- Mmm, bueno, entonces seguro que son igual de ricas que los penis de chocolate. - concluyó llevandose una de las papitas falicas a la boca, intentando deducir (al igual que yo) como les habían dado esa forma.
Fin, y fue extraño <
En fin... realmente fué wtf... pero... que en nosotras no lo es minimamente???
XDDD
pero con mucho orgullo.... ;p
pues nada, a ver que os parece....