{Reto SPN} 002. Agua
Titulo: 002. Agua
Fandom: Supernatural
Rating: PG
Categoria: Gen
Palabras: 611
Notas: ndsjjkas me ando repitiendo y eso no tiene perdón de dios.
Sam está dormido en el asiento trasero de la camioneta, el ronroneo del motor como el arrullo materno que no recuerda.
Dean escucha la orden de quedarse en el auto a medias, porque no ve motivo para tener que quedarse ahí. Es de día en algún pueblito perdido en la carretera y están estacionados frente a una iglesia, y si estar ahí fuera peligroso su padre nos los habría traído en primer lugar.
De todos modos no se baja del coche porque tiene que cuidar a Sam. Enciende el radio y se hunde en el asiento con el ritmo de una canción que algún día cantará a todo pulmón en su propio auto. Por ahora es sólo una melodía.
Sabe que su padre no lleva ni cinco minutos fuera porque la canción aún no acaba, pero entre el bochorno de la tarde y la respiración acompasada de Sam detrás de él, Dean está comenzando a aburrirse y se retuerce en el asiento buscando alguna posición que no lo haga quedarse dormido.
Busca en la guantera algo con que molestar a su hermano, pero Jonh regresa antes de que lo encuentre. Adopta una pose casual sobre el asiento, no quiere que su padre sepa lo que planeaba: sus peleas con Sam en las que él está presente no suelen acabar bien.
-Espera aquí -. Le dice sin mirarlo y dejando varias botellas de agua en el asiento sólo para volver a desaparecer dentro de la iglesia.
Dean espera a que salga por completo de su vista para concentrarse en las botellas. No piensa, simplemente actúa y abre una de las botellas con una sonrisa maliciosa cruzándole la cara.
Se pasa al asiento trasero lo más silencioso que puede y no debería pero a quién le importa, le echa agua encima a su hermano, justo en la entrepierna y le vacía media botella.
Sam se despierta casi de inmediato y lo primero que ve es la cara sonriente de su insufrible hermano mayor.
-Vamos, Sammy, ya eres un niño grande -dice Dean aguantándose la carcajada porque la expresión indignada de Sam está como para tomarle una fotografía.
-¡Dean! -. Le grita enfurecido y se le arroja encima.
Forcejean por la botella un rato derramando el resto de su contenido por todo el asiento trasero, Dean se está riendo de lo lindo y Sam jura que lo va a matar.
Cuando el contenido de la botella casi se ha ido por completo, Dean exclama:
-¡Estás bendito! -. Y le echa lo que queda de agua en la cabeza.
Sam tampoco piensa, sólo gruñe y alcanza otra de las botellas en al siento delantero. Dean intenta detenerlo pero igual la botella se abre e igual terminan empapados con agua bendita, y Dean está diciendo algo acerca de la bendición del señor cayendo sobre Sammy y cómo Sammy es un malagradecido por no gritar un aleluya, todo mientras se ríe.
En este punto de sus vidas Dean no ha decidido que no cree. En este punto de sus vidas Dean no sabe qué está diciendo, sólo quiere hacer rabiar a su hermano.
En este punto de sus vidas a Dean no se le ocurre que, haya o no un Dios en el cielo, si alguien merece su bendición y protección divina, ese alguien es Sam -eso es algo que pensará después, cuando sea lo bastante maduro para pensarlo y lo bastante estúpido como para dejar que los recuerdos de su niñez se cuelen en sus noches de insomnio-.
En este punto de sus vidas lo único que se le ocurre a Dean es que está bien jodido, porque la puerta del auto acaba de abrirse.
Fandom: Supernatural
Rating: PG
Categoria: Gen
Palabras: 611
Notas: ndsjjkas me ando repitiendo y eso no tiene perdón de dios.
Sam está dormido en el asiento trasero de la camioneta, el ronroneo del motor como el arrullo materno que no recuerda.
Dean escucha la orden de quedarse en el auto a medias, porque no ve motivo para tener que quedarse ahí. Es de día en algún pueblito perdido en la carretera y están estacionados frente a una iglesia, y si estar ahí fuera peligroso su padre nos los habría traído en primer lugar.
De todos modos no se baja del coche porque tiene que cuidar a Sam. Enciende el radio y se hunde en el asiento con el ritmo de una canción que algún día cantará a todo pulmón en su propio auto. Por ahora es sólo una melodía.
Sabe que su padre no lleva ni cinco minutos fuera porque la canción aún no acaba, pero entre el bochorno de la tarde y la respiración acompasada de Sam detrás de él, Dean está comenzando a aburrirse y se retuerce en el asiento buscando alguna posición que no lo haga quedarse dormido.
Busca en la guantera algo con que molestar a su hermano, pero Jonh regresa antes de que lo encuentre. Adopta una pose casual sobre el asiento, no quiere que su padre sepa lo que planeaba: sus peleas con Sam en las que él está presente no suelen acabar bien.
-Espera aquí -. Le dice sin mirarlo y dejando varias botellas de agua en el asiento sólo para volver a desaparecer dentro de la iglesia.
Dean espera a que salga por completo de su vista para concentrarse en las botellas. No piensa, simplemente actúa y abre una de las botellas con una sonrisa maliciosa cruzándole la cara.
Se pasa al asiento trasero lo más silencioso que puede y no debería pero a quién le importa, le echa agua encima a su hermano, justo en la entrepierna y le vacía media botella.
Sam se despierta casi de inmediato y lo primero que ve es la cara sonriente de su insufrible hermano mayor.
-Vamos, Sammy, ya eres un niño grande -dice Dean aguantándose la carcajada porque la expresión indignada de Sam está como para tomarle una fotografía.
-¡Dean! -. Le grita enfurecido y se le arroja encima.
Forcejean por la botella un rato derramando el resto de su contenido por todo el asiento trasero, Dean se está riendo de lo lindo y Sam jura que lo va a matar.
Cuando el contenido de la botella casi se ha ido por completo, Dean exclama:
-¡Estás bendito! -. Y le echa lo que queda de agua en la cabeza.
Sam tampoco piensa, sólo gruñe y alcanza otra de las botellas en al siento delantero. Dean intenta detenerlo pero igual la botella se abre e igual terminan empapados con agua bendita, y Dean está diciendo algo acerca de la bendición del señor cayendo sobre Sammy y cómo Sammy es un malagradecido por no gritar un aleluya, todo mientras se ríe.
En este punto de sus vidas Dean no ha decidido que no cree. En este punto de sus vidas Dean no sabe qué está diciendo, sólo quiere hacer rabiar a su hermano.
En este punto de sus vidas a Dean no se le ocurre que, haya o no un Dios en el cielo, si alguien merece su bendición y protección divina, ese alguien es Sam -eso es algo que pensará después, cuando sea lo bastante maduro para pensarlo y lo bastante estúpido como para dejar que los recuerdos de su niñez se cuelen en sus noches de insomnio-.
En este punto de sus vidas lo único que se le ocurre a Dean es que está bien jodido, porque la puerta del auto acaba de abrirse.