Titulo: Eres blando. Eres mía
Autor: BabosaPorIchigo del Foro
Sun Moon Raiting : PG + 18
Language: Spanish
"Eres blando. Eres mía."
- "Rukia. Es hora de partir." -dijo solemnemente Kuchiki Byakuya y se fue.
- "Buenos días, Nii-sama, voy enseguida." -dijo educadamente.
Apenas Byakuya se fue, Rukia miró al sustituto y le sonrió cómplicemente.
- "Ven conmigo"
- "A Hue...¿hablas en serio?"
- "Por supuesto. No quiero esperar otros seis meses..."
Ichigo sonrió.
Ups, no les conté toda la historia.
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Había salido acongojada del cuartel de la Sexta División. ¿Por qué ahora, que todo iba tan bien? Su encantador hermano le había arruinado el día y no había nada que ella pudiera hacer al respecto. Suspiró, no le quedaba otra. Tendría que tragarse la mala suerte y seguir adelante como toda una Kuchiki...Qué lata, a veces (sólo a veces) deseaba ser como Ichigo, para que las reglas le valieran una mierda y poder romperlas sin remordimientos cuando se le diera la real gana, como era el caso. Suspiró otra vez.
Pero de todas maneras, el súper sermón de 'La importancia del deber y blablabla' de Byakuya le importaba mucho. Siempre debía estar perfecta ante sus ojos.
Cuando llegó a la casa de los Kurosaki, y esquivó una silla que atravesó el vidrio de la ventana, buscó a los integrantes de la familia y vio al doctor en el suelo con su primogénito pisándole cruelmente la cabeza. Yuzu intentaba separarlos y Karin veía televisión comiendo helado.
- "Ichigo, ¡¿Qué le estás haciendo a tu padre?!" -dijo alarmada.
- "¡¡Querrás decir qué me hizo él a mí!!" -exclamó indignado el shinigami- "¡¡Puso en mi bolso un fajo de sus revistas pervertidas, y la sensei los vio porque el idiota de Keigo me las quitó y se puso a leerlas en clase y me castigaron con dos horas extras!! ¡¡Y para peor, mi reputación se arruinó!! ¡¡Todos creyeron que eran mías!!"
- "Pero hijito..." -decía Isshin en el suelo- "Contenían mucho material educativo para tí... y Rukia-chan"
Ok, eso fue lo que rebasó el vasito de paciencia de Ichigo.
- "..."
- "¡¡¡CIERRA TU PUTA BOCA DE UNA MALDITA VEZ, CONDENADO VIEJO ANORMAAAAAL!!!" -dijo agarrándolo por el delantal y arrojándolo a la calle. Pero no precisamente por la puerta.
¡¡¡¡CRASH!!!!
Adiós ventanas.
Y después de la tormenta, viene la paz...
- "Ichigo...¿Puedes subir un momento? Debo hablar contigo" -dijo Rukia, y subió las escaleras.
Y él, cuál polilla atraído por la luz, la siguió sin titubear, ¿Le pasaría algo?
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Ya estando en la habitación del chico fresa, Rukia se sentó en la cama de Ichigo, sin importarle si él estaba de acuerdo o no (ya todos sabemos que NADIE puede sentarse ahí)
y suspiró largamente esperando que el susodicho joven llegara pronto.
Y eso fue...
En dos segundos.
(By the way, sin shunpo)
- "¿Sucede algo, Rukia?"
- "S-sí..."
- "¿Pasó algo malo en la Sociedad de Almas?"
- "No...no, sólo que...sólo que..."
- "¡¿Qué, Rukia!?
- "¡Déjame continuar, idiota!" -se exasperó la joven- "Nii-sama...Nii-sama me dijo que debo volver a la Sociedad de Almas. Hoy."
Hubo un incómodo silencio de segundos en los que Kurosaki recién asimilaba la noticia.
- "¡¿...Qué?! ¿Por qué?"
- "Sabes que soy una shinigami, Ichigo. Y Nii-sama dijo que se está preparando una expedición a Hueco Mundo para eliminar todo rastro restante de Aizen y los Espadas. Laboratorios, sótanos, trampas...será bastante tedioso; los hollows no nos la pondrán fácil, y puede llevar meses, por lo que necesitan a todos los shinigamis disponibles para ayudar."
- "..."
- "Ichigo..."
- "Y...¿Por qué no me avisaron a mí?
- "Eh? ¿Tú quieres ir? Me sorprende, Kurosaki."
- "N-no es que quiera. Limpiar la mierda de Aizen no está entre mis pasatiempos favoritos, es sólo que..."
- "¿Qué?"
- "Las cosas iban tan bien, y ya me había acostumbrado a tenerte aquí... en mi casa"
- "¿...?" -la cara de Rukia era todo un poema.
- "¡Digoo, mi familia se había acostumbrado!"
- "Ahh..."
Hubo un incómodo silencio luego de esta 'declaración' por parte de Kurosaki. Se había puesto colorado y no quería mirarla a la cara...
Pero tampoco quería que su cara desapareciera de su vida por tanto tiempo.
Le gustaba estar con ella, aunque no lo admitiera jamás ante nadie por simple testarudez.
Le gustaba pelear con ella, aunque fuese por estupideces sin importancia, como sus horrendos intentos de dibujo.
Le gustaba estar con ella, aunque fuera sólo para ver televisión y comer cabritas echados en el sillón.
Le gustaba pasar sus tardes con ellas, aunque solo estuvieran leyendo mangas tirados en el piso.
Le gustaba...ella.
Y estaba decidido a hacérselo saber. Quizás eso cambiaba sus planes, o quizás lo mandaba al demonio.
Pero perderla no era una opción.
Rukia suspiró, por enésima vez en el día, como si se hubiera cansado de esperar algo que sabía que no llegaría, y se levantó de la cama del chico para ir a arreglar sus cosas y partir, pero una fuerte mano la detuvo.
- "No quiero que te vayas"
- "¿...Eh?"
Ichigo la había tomado por sorpresa. Eso puedo asegurártelo, jamás se hubiera imaginado que diría eso, ya que solía ser bastante arisco. Y...era una frase que de cierta manera la puso nerviosa y un gran escalofrío le recorrió el abdomen.
- "Pero, Ichigo...no puedo quedarme..."
- "No estoy pidiéndote quedarte, simplemente te digo que no quiero que te vayas." -dijo él, muy decidido.
- "..."
Rukia no encontraba las palabras adecuadas para decirle al shinigami que si fuera por ella, mandaría al demonio la expedición y toda la mierda de Aizen. Y, quizás por razones cósmicas, esotéricas o simplemente inexplicables, Ichigo tomó a Rukia fuerte de los dos brazos y la acorraló bruscamente contra la pared.
- "I-Ichigo, ¿Qué mierda estás haciendo, idiota? ¡Me duele! ¡Déjame ir!"
- "..."
- "¿I...Ichigo?"
- "No quiero que te vayas...no quiero que te vayas..." -al parecer era lo que Ichigo susurraba sin mirar a Rukia a la cara.
Hubo un largo y espeso silencio.
- "Ichigo. Mírame"
Le obedeció.
- "No sé qué diantres está pasando por esa loca cabeza de pájaro tuya. Pero ten en cuenta que sólo serán unos pocos meses. Si lo hacemos bien, quizás sólo un par de semanas" --mintió ella.
- "Pero...Rukia..."
Ella le sonrió.
- "Estás muy raro hoy, Kurosaki. Eres un maldito cursi."
Aghhhh. No debió decir eso. Gran, GRAN error.
- "...¿Que yo soy...QUÉ?"
- "Cuuuursi. Como galán de telenovela mexicana."
- "..."
- "..."
- "Oh...No debiste decir eso, Kuchiki Rukia" -dijo con una perversa sonrisa.
- "¿¡...!?"
Y por un escaso segundo, Rukia sintió miedo de lo que Ichigo podría hacer cuando se cuestionaba su hombría. Siempre agarraba a Renji a golpes cuando lo desafiaba acerca de estupideces como 'Niñita', 'Poco hombre', 'Sentimental' y ese tipo de cosas.
- "Así de cursi soy"
- "¿¡Q...qué piensas hacer...!?"
- "Algo que me había imaginado desde hace un tiempo..."
Hubo un silencio, ninguno de los dos habló.
Un espeso y baboso silencio.
Porque estaban ocupados con sus labios.
Sí. Ichigo había besado a Kuchiki Rukia.
En los labios.
Guau. Se sentía jodidamente bien por primera vez esto de ser impulsivo, quizás lo haría más veces de ahora en adelante. Pero por mientras, se enfocaría en disfrutar cada centímetro de los labios y cuello de su acompañante.
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Labios.
Los labios de Kurosaki.
¡Se había atrevido a besarla! (Mierda, sabían bien.)
Era una sensación curiosísima, aunque no podía decir que no le agradara... (¡Mierda, sabían exquisito!)
¡Pero qué estupideces estaba diciendo! (y pensando) ¡Debía quitárselo de encima! ¡Ni siquiera le dio permiso!
- "S...su...suél-tame...Ich..."
Ichigo estaba bastante ocupado recorriendo su cintura con sus manos. Esto estaba alcanzando otro nivel.
- "¡S-suéltame, maldito bastardo! ¡Te dije que me soltaras!"
- "¡...!"
Ichigo la soltó y la miró sorprendido. No se había esperado esa reacción.
Él pensó...que ella estaba disfrutándolo tanto como él lo hacía.
¿Acaso...se había equivocado?
Rukia le dirigió una mirada mezclando miedo con culpa. ¿Habría sido demasiado dura? Después de todo, él solo la había besado porque no quería que se fuera a Hueco Mundo.
Hey...
Recién ahora empezaba a asimilar las cosas.
¿¡Ichigo estaba enamorado de ella!? ¡Kurosaki Ichigo estaba...!
Lo miró a duras penas a la cara. Aún tenía esa expresión plasmada en el rostro de '¿Qué mierda?', aunque lucía un poco decepcionado de ella, y bastante avergonzado por la situación.
Quizás si había sido demasiado dura. Asi que la vergüenza le ganó a cualquier otra sensación que estuviera experimentando, más allá del placer otorgado por el beso o la furia por haber sido forzado e impulsivo, por lo que Rukia, sin aguantar más, huyó al dormitorio de las mellizas.
- "¡Rukia...!"
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Entró y cerró la puerta con llave rápidamente, para llevarse una mano a los labios y tocárselos como si se los hubieran robado.
Qué técnicamente, fue lo que Ichigo hizo.
Intentando en vano calmar los latidos de su corazón al recordar la cara que puso cuando lo empujó. Se sintió terriblemente culpable, pero era una Kuchiki, asi que estaba prohibido disculparse o humillarse ante nadie.
Por lo que, tragándose el malestar, empezó a organizar sus cosas para cuando tuviera que irse esta noche, aunque la culpa empezaba a corroerle la cabeza.
Pero, después de todo, sólo era una Kuchiki adoptada...
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Ichigo no entendía.
¿¡Qué había hecho mal!?
No recordaba haberla sujetado demasiado fuerte...
O ser muy baboso...
¡Joder! ¡Era su primer beso y lo había arruinado por completo! ¿¡Y si no la besó de manera correcta!?
¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
Se sentía como un completo perdedor, sin esperanzas en la vida.
Había estado planeando esto desde hace cuánto, meses? ¡Y lo había estropeado todo! ¡Idiota, idiota, idiota! La perfecta oportunidad para declarársele a Rukia era esa, brillante y gloriosa. Estaba seguro de que lo aceptaría. ¿En qué momento había sido tan iluso? Ahora ella se iría a Hueco Mundo, por semanas, quizás meses y para peor, huiría despavorida de su casa.
Sin poder con estas tribulaciones en su naranja cabeza, se desplomó sobre la cama y al poco rato se quedó dormido...
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8:30 PM. Mañana temprano sería la hora para irse, y Rukia sostenía una apocalíptica batalla interna.
¿Se disculpaba con Ichigo, o fingía que nada había pasado entre los dos? Por una parte, disculparse con la fresa idiota no estaba en sus planes, pero por otra parte, después de la manera en que lo trató... (Además de que había disfrutado el beso. Y bastante.) Aunque fingir que nada había pasado, era mucho más fácil para ella. Y a corto plazo, y menos incómodo. Pero al final decidió disculparse. Después de todo, no lo vería en meses, y aunque no le gustara admitirlo, lo echaría de menos. Mucho.
Asi que se decidió y tocó la puerta del sustituto. Sólo serían unos cinco minutos, no?
Otro GRAN error. Pero quizás, las consecuencias no serían tan desagradables.
Ichigo, desesperezándose lentamente, abrió la puerta pensando que sería alguna de sus hermanas, y grande fue su sorpresa al ver a una arrepentida Rukia en el umbral.
- "R-Rukia..."
- "...¿Puedo pasar?"
- "C-claro...! Pasa..." -dijo de manera torpe.
- "Gracias."
Rukia avanzó y se sentó en la cama de Ichigo, por segunda vez ese día. Sabía que no debía estar ahí. Nii-sama le dijo que lo esperara en la Tienda de Urahara y odiaba tener que desobedecerlo, pero, esto era algo de vital importancia y la culpa la agobiaba de sobremanera -"Sólo me estoy disculpando"- pensaba Rukia.
- "Y bien...tú dirás." -dijo Kurosaki, rascándose la cabeza con indiferencia. Pero la verdad es que no quería verle la cara a Rukia. Aún se sentía como un completo idiota.
- "Lo siento, Ichigo."
- "¿¡...!?" -esa respuesta no se la esperaba. Esperaba libros que volaran a su cabeza o una reprimenda digna de Yamamoto. Pero no eso.
- "Sí...creo que fui demasiado dura contigo hoy día. Perdóname, no es que esté tratando de justificarme, pero es que yo tampoco estoy perfectamente bien consigo misma. ¿Crees que quiero irme a Hueco Mundo? Por supuesto que no, pero no puedo hacer nada contra esto. Ichigo...perdóname."
Ichigo la miraba como atontado. Rukia en verdad parecía muy arrepentida, no creía que estuviera actuando su tan ensayado papel de víctima que hacía en el colegio. Y sintió pena por ella, asi que decidió perdonarla.
- "Está bien, Rukia. No te preocupes por eso, la verdad es que yo también fui algo...impulsivo, con respecto a hoy."
- "Sí. Créeme que fui la primera en darme cuenta."
Ichigo se ruborizó intensamente y no dijo nada más.
- "Crees que pueda pasar aquí mis últimas horas en el mundo real? Nii-sama dijo que tenía que ir a la Tienda de Urahara más tarde."
- "Ehhh...por mí no hay problema, pero no sé qué quieres hacer aquí. No tengo ningún manga shojo de los que te presta Yuzu."
- "No te hagas lío por eso. Sé entretenerme solita." -dijo ella, y como un gatito mimado se acomodó en la cama del sustituto.
- "Oi, ¿quieres dormir aquí? ¡Para eso tienes tu propia pieza, o simplemente mi armario!"
Rukia no contestó, simplemente estaba tratando de retener el calmante aroma que despedía el cuarto de Ichigo. Y sintió unas tontas ganas de llorar, al pensar que no lo vería en varios meses más. Odiaba tener que irse, y ya había comprendido el motivo.
Kuchiki Rukia había descubierto que estaba irremediablemente enamorada de su amigo pelinaranja, y venía a saberlo cuando estaba por irse. Obviamente que el beso de Ichigo la había 'ayudado' a darse cuenta de eso, pero fue el hecho de saber que no lo vería en meses el detonante de aquel sentimiento que, aunque ella no lo sabía, estaba desde hace mucho tiempo escondido en su corazón.
- "¡Oi! ¡Rukia! ¿Estás bien?"
La aludida, se enjugó las incipientes lágrimas rápidamente y le dedicó una bella sonrisa.
- "No es nada...ven, Ichigo, ponte a mi lado" -dijo con amabilidad.
- "Rukia, me estás asustando, me hablas como si fueras a morirte" -dijo él, inocentemente.
- "Tonto, no es eso. Sólo quiero pasar un buen rato antes de irme."
Ichigo obedeció y se tendió al lado de ella, ambos sin decir ninguna palabra, solo perdiéndose en sus miradas. Disfrutando cada milisegundo de la presencia del otro como si todo fuera a olvidarse mañana. Y una idea poco común le surgió a Rukia en su cabeza.
- "Apestas besando."
EEEEEEEEEEEEERROR!
- "¿A...a-apesto b-bes...?"
- "Sí, fuiste muy...muy blando."
- "¿¡B-b-b-blando, dices que fui blando!? ¡Carajo, pero si casi me carcomo de la culpa porque pensé que te había lastimado!" -protestó Ichigo.
- "Porque me proteges demasiado, hasta de tí mismo. Y dejaste que eso interfiriera en tu beso. Eres un estúpido."
- "Bah. Tú eres la estúpida." -dijo Ichigo dándose vuelta en la cama, esquivando su mirada, porque admitió que ella tenía razón.
- "Claro, pero tú eres 'blando', espero que no seas más blando en otras partes, porque me llevaría una gran decepción de Kurosaki-kun." -dijo provocándolo a propósito.
En ese instante, Ichigo puso una cara muy diabólica que le hubiera dado miedo hasta a Yachiru y se dio vuelta otra vez.
- "¡Verás lo blando que soy contigo, Rukia Kuchiki...!" -le dijo enojado a la chica.
- "¡Ven, Kurosaki!" -lo desafió ella.
Rukia rió mentalmente (aunque no lo demostró), este idiota era tan fácil de provocar...
Y lo comprobó cuando usando su fuerza, colocó su delgado cuerpo bajo el de él y la besó con pasión, cinco veces más fuerte que antes.
Y Rukia lo disfrutaba en grande.
Y tal como había prometido Ichigo, no fue tan blando como la otra vez. La agarró con fuerza, quizás casi con brutalidad, y decidió (porque Rukia NO participaba en esta decisión) que haría con ella lo que quisiera hasta que no diera más. Su papá estaba siento tratado en el hospital debido a las patadas proporcionadas gentilmente por él, y las niñas habían salido donde una amiga. Y afortunadamente, Yuzu se había llevado a Kon con ella.
Tenían todo a su favor.
Y no pensaba perder el tiempo solo con besos en la boca, pero sí se dio el lujo de besar su cuerpo, que despedía un excitante olor a prohibido, lo que lo enloquecía más, cuello, hombros, brazos, abdomen, muslos, nuca, piernas... Todo de ella le hacía perder la razón apenas pasaba sus labios por la perfecta anatomía femenina que tenía enfrente. Era casi irritante. Y Rukia suspirando y correspondiéndole con húmedas mordidas en la oreja no ayudaba a calmarlo en lo absoluto.
Pero no era esa la idea tampoco. Y ella lo sabía, asi que en un impulso de pasión desenfrenada, dio vuelta la situación y ahora era ella quien devoraba el cuerpo de su amigo. Le arrancó la polera a tirones, sin importarle si él quería o no. Y pasó sus manos por aquel abdomen duro y cálido, sintiendo que cada vello de la piel de Kurosaki se erizaba. Era fenomenal, sencillamente fenomenal. Lo tenía completamente a su merced. Esto era una especie de batalla en la que ambos querían perder, pero también ganar. Pero de ahí en adelante las cosas se tornaron más intensas. Rukia ya había mandado a la real mierda la misión de Hueco Mundo, estaba ocupada en otras cosas, y...siempre existía el mañana para disculparse con los demás. Lo importante ahora era disfrutar al máximo el momento y satisfacer ese apetito que había sido despertado en ambos adolescentes. Ninguno hablaba. No era necesario.
Ichigo estaba urgido, los besos y caricias ya no bastaban, quería más, quería reducir a la nulidad la distancia que tenía con Rukia (a pesar de que eso parecía imposible) y sentía que ella deseaba lo mismo, por lo que se dio la libertad de quitarle la discreta minifalda negra y la delgada polera amarilla de un brusco tirón, junto con la sensual lencería oscura de la chica y admirar por unos instantes la divina figura que sucumbía ante sus deseos más profundos y sus pasiones más fuertes.
- "Eres...eres perfecta." -dijo el muchacho, completamente maravillado.
Rukia sonrió.
- "Me alegra que pienses así. Porque es la primera opinión que recibo sobre mi cuerpo. Haz que no haya una segunda."
Y la idea de que ese cuerpo pudiera ser visto por otros era concebido en su mente como un sacrilegio horrible, lo enloqueció una ola de posesividad, y besó a Rukia con aún más fuerza que antes, mientras ella soltó una carcajada de satisfacción y placer. Cómo amaba a este idiota.
- "Eres mía...mía, lo entiendes? Mía..." -decía Ichigo mientras probaba los delicados pechos de la shinigami.
- "D-demuéstramelo entonces..."
Ichigo se detuvo en seco. Sabía a lo que se refería Rukia.
- "¿Estás...segura?" -dijo mirándola perplejo. Sabía que era a lo que llegarían, pero tenía la idea de que sería la propia Rukia quien se detendría.
- "Como nunca en mi vida. Si no es ahora, posiblemente no será en medio año más. Y no tengo ganas de esperar todo ese tiempo y llegar apestando a hollow. Es muy matapasiones, no crees?" -le replicó ella.
- "Pues sí, pero..." -Ichigo no parecía del todo convencido, tenía miedo de que ella se lastimara o se arrepintiera después.
Rukia pareció leerle el pensamiento.
- "Ichigo, sé que quieres protegerme de todo, pero esto es una decisión mía. Estoy enamorada de tí, y quiero que me hagas tuya. Lo que sea que venga a continuación, será algo que compartiremos sólo los dos, ya sea placentero o no..." -dijo ella con dulzura- "Espero lo hagas placentero Kurosaki, porque si no, te patearé el culo antes de irme." -terminó.
- "Trataré." -finalizó con una seductora sonrisa.
Entonces, poco a poco, Ichigo se adentró en el cuerpo de Rukia por primera vez en su vida.
Y se sintió tan maravillosamente delicioso, que le rogó a los cielos la capacidad de poder seguir haciéndolo por mucho tiempo más.
Pero mientras más disfrutaba él, peor lo pasaba ella, y pudo notar como lágrimas de dolor comenzaban a salir de sus hermosos ojos, y se sintió el ser más desgraciado sobre la puta superficie del planeta. Rukia, comprendiendo que estaba haciendo sentir mal a Ichigo, no se sentía mejor que él.
Pero como todo es para mejor, ninguno desistió, siguieron juntando sus cuerpos cada vez más, y aumentando la frecuencia de los vaivenes, hasta que la molestia empezó a convertirse en corrientes de placer líquido que recorría sus venas, era sencillamente, el placer total, que no dejaba de aumentar, ni los vaivenes de Ichigo tampoco, al igual que la intensidad y la dureza sus cuerpos.
- "Retiro m-m-mis...mis palabras, K-Kurosaki" -decía Rukia a duras penas.
- "¿S-sobre qué, e-e-enana?" -Ichigo no se encontraba en mejores condiciones para hablar.
- "N...nno..."
- "..."
- "No eres...b-blando, para nada..."
- "¿...?" -Ichigo no entendió.
- "..."
- "¡Aaah! ¡E-eso!" -comprendió por fin- "C-claro...que no...¿D-duro soy mejor, no?" -se jactó.
Y Rukia rió mentalmente, pensando en el ordinario doble significado de la frase, y de lo cierto que era, mientras Ichigo aumentaba la velocidad de sus embestidas, haciéndolo casi de manera salvaje, porque el feroz placer que la delgada muchacha de ojos violetas le hacía sentir, le nublaba la razón por completo, sólo pensaba en obtener más y más del perfecto cuerpo de Rukia, quien no paraba de gemir y suspirar ante esto. Y besarle, lamerle y morderle los labios con avidez y lascivia, como si no hubiera un mañana para hacerlo de nuevo, como si hubieran esperado años encerrados deseando devorarse el uno al otro y hacérselo saber.
Y así, en medio de cortos insultos, rápidos vaivenes, locas mordidas, largos suspiros, lascivos gemidos, roncos ronroneos, gritos que sonaban como sus nombres, hambrientas lamidas, salvajes embestidas, suaves caricias y apasionados besos, sintieron que estaban llegando por fin al tan deseado orgasmo. Y para ambos jóvenes, que era la primera vez que unían sus cuerpos, sintieron que habían alcanzado las puertas del mismísimo Paraíso.
La primera en obtenerlo fue Rukia, que sintiendo como el ritmo de las embestidas de Ichigo iba aumentando sin parar, empezó a soltar una serie de gemidos con volumen en aumento, y por fin, cuando ya no podía soportarlo ni un segundo más, gritó el nombre del pelinaranja, explotando de placer y pensando que había perdido la razón y sólo la invadía la locura y el gozo. Y la siguió Ichigo, que sentía la estrechez del cuerpo de ella haciéndole una presión indescriptiblemente placentera, y fue así que soltó un fuertísimo grito muy ronco que sonaba al nombre de su amiga, y ya no concebía que existiese un placer mayor en esta vida que no fuera el hacer el amor con Kuchiki Rukia. Pero sus cuerpos ya estaban sumamente agotados, y ambos se desplomaron sobre la cama, respirando agitadamente y mirando el techo con los ojos muy abiertos como si hubieran presenciado un fenómeno irrepetible (que ambos esperaban que no fuera así.)
- "..."
- "..."
- "G-Guau..." -dijo Rukia, haciendo que el ego de Kurosaki se expandiera como la gripe porcina.
- "...Tú...tú no te quedas...atrás...Rukia..."
- "No estuvo mal...para ser...la primera vez que lo hacemos...no crees?"
Ichigo rió.
- "Supongo que no. Pero seguiremos entrenando duro..." -bromeó.
- "¿Hasta qué? ¿Hasta alcanzar el Bankai? ¡No, por favor!" -dijo ella riendo.
- "¡Dios! No quiero... ni pensarlo..." -Ichigo se reía con ganas.
Y luego de un rato, se quedaron dormidos abrazados. Era una noche fría, pero a ambos solo los cubrían dos sábanas.
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Brillaba un pálido Sol en la Ciudad Karakura, era muy temprano y la frenética acción nocturna de un par de jóvenes los había dejado completamente exhaustos y no podían mover ni un meñique de la cama que en ese momento compartían, y que había sido mudo testigo de la feroz pasión desatada horas antes.
Pero ése día era el fichado para la expedición a Hueco Mundo, y todos los shinigamis debían presentarse en la tienda de Urahara para partir y eliminar todo rastro restante de Aizen Sousuke.
Sólo faltaba una shinigami.
- "Renji...¿Dónde está Rukia?" -preguntó un altivo Capitán de pelo negro.
- "No lo sé Taicho, ya debería estar aquí." -respondió su pelirrojo subordinado.
- "Ve a buscarla, lo más probable es que esté en la casa del mocoso ese de Kurosaki Ichigo. Yo te alcanzaré, primero debo verificar unas cosas"
- "S-sí Taicho, voy enseguida."
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El calor del día iba aumentando y los rayos de luz invadieron la habitación del shinigami sustituto a través de la ventana, que había quedado abierta, lo que provocó que se despertara su bella acompañante. Abrió los ojos lentamente, intentando soportar la intensa luz de la mañana. Solo sentía que Ichigo roncaba poderosamente con un brazo que atraía sus piernas hacia su cuerpo de manera posesiva. De pronto recordó todo el suceso de anoche y se ruborizó. Parecía como si hubiese sido un loco sueño, pero el cuerpo de Ichigo durmiendo a su lado le demostraba lo contrario.
Aún sus ojos no se acostumbraban por completo al sol, cuando distinguió en la ventana a un pelirrojo con tatuajes que la miraba con los ojos como plato.
- "¿R-Renji...? ¡DIOS, ES RENJI!"
Rukia pegó tal grito que Ichigo se levantó golpeando a Abarai en el mentón y cayéndose de la cama.
- "¿¡QUÉ, QUÉ PASA!?"
- "¡¡¡Renji!!!" -gritó Rukia cuando vio que el pelirrojo se caía de la ventana y soltaba un grito de dolor.
- "¿PERO QUÉ MIERDA ESTÁ SUCEDIENDO?" -decía Ichigo en el piso.
Cuándo se recuperaron del susto, cayeron en cuenta de que estaban desnudos. Rukia había alcanzado a taparse con la sábana, pero su bruto compañero, al caerse de la cama, quedó por completo como Dios lo trajo al mundo.
- "¡Ichigo! ¡Era Renji! ¡Maldición, ya debía estar en la tienda de Urahara hace una hora! ¡Seguramente vino a buscarme!"
Mientras escuchaban que Renji volvía a acercarse a la ventana, Ichigo gritó algo que ni él mismo se entendió, y se puso los bóxers que anoche habían terminado encima de la lámpara, pero fue tan desesperado, que volvió a caerse, aunque esta vez no en bolas. Rukia atinó a amarrarse la sábana.
- "J..joderrr, maldito Ichigo..." -murmuraba el tatuado mientras alcanzaba la ventana, hasta que llegó y se tapó los ojos- "¡R-Rukia! ¿Estás presentable?"
Una sábana amarrada no es lo que Rukia consideraría 'presentable' pero dadas las circunstancias, le dijo que no era necesario taparse los ojos.
Renji los observó, un Ichigo aterrorizado en ropa interior y una Rukia parada a su lado, roja de vergüenza. No había que ser muy inteligente para saber que ambos habían hecho ejercicio juntos toda la noche.
- "Rukia..." -atinó a decir Renji, estaba boquiabierto por la escena presenciada. Sabía que ambos chicos tenían química, pero no se esperaba tanta.
- "¡R-Renji, Nii-sama no puede verme así!" -chilló histérica la morena.
- "Kuchiki-Taicho está en camino..." -les informó.
- "¡MIERDAAA! ¡VÍSTETE RUKIA, VÍSTETE!" -bramó el pelinaranja.
Rukia obedeció sin chistar, agarró su ropa y se encerró en el armario del chico para vestirse con privacidad.
- "V-vaya Ichigo...no pierdes el tiempo eh?"
- "Silencio imbécil, Byakuya va a matarme si me ve así con su hermana...¡Coopera con algo y pásame esos pantalones!"
Al fin, Rukia salió del armario de Ichigo, luciendo bastante presentable. De un tirón hizo la cama que ocupó anoche y se sentó como si nada hubiera pasado. Ichigo por fin pudo terminar de vestirse y Renji los miraba como si ambos estuviesen completamente lunáticos.
- "Renji, debes prometerme que no le dirás a nadie que...-Ichigo pegó un salto- "¡HOLA, BYAKUYA!"
El Capitán de la Sexta miró feo al Kurosaki, y le indicó a Renji que volviera a la tienda de Urahara.
- "Rukia. Es hora de partir." -dijo solemnemente Kuchiki Byakuya y se fue.
- "Buenos días, Nii-sama, voy enseguida." -dijo educadamente.
Apenas Byakuya se fue, Rukia miró al sustituto y le sonrió cómplicemente.
- "Ven conmigo"
- "A Hue...¿hablas en serio?"
- "Por supuesto. No quiero esperar otros seis meses..."
Ichigo sonrió.
_________
Fin